Villana sanadora – Capítulo 18

«Shiwa, este es tu papel para tomar notas…»

«Shiwa, ven al lavabo conmigo…»

«¡Shiwa, no te atrevas a desaparecer cuando sea hora del descanso…!»

«¡¡Shiwa!!».

¡¡A dónde se fue mi tranquilidad!!

He tenido que lidiar con su personalidad pegajosa durante toda la mañana. Al parecer, ella ha comenzado a pensar en mí como su amiga.

—¡Shiwa! ¿Dónde comes tu almuerzo? —Akane camina hacia mí luego de terminar la clase.

—Voy a comer el almuerzo con el príncipe Luler.

—¡Oh! Él es tu prometido, de veras. ¿Puedo ir contigo?

—Está bien…

De todos modos, no hay nada que yo pueda hacer.

Tras conocerla mejor, me di cuenta de que no era una mala persona. Solo tengo problemas con su personalidad. Su reino es muy orgulloso de sí mismos y, es de ahí, que proviene mi dolor de cabeza.

Cuando abro la puerta que da al pasillo, veo a Luler esperándome fuera de ella.

—¿Por qué saliste tarde, Shiwa? —pregunta.

—No quería forzar mi salida —le respondo.

—No le hablaste a nadie, ¿cierto?

—¿Qué?

¿Qué es esto? ¿Sospecha que lo estoy engañando? Él todavía es un niño, así que no deberían pasarle por la cabeza esas cosas.

—Bueno, sí, un poco. ¿Por qué?

—¿Quién es? ¿Es un chico? ¿Cuál es su nombre? ¿De dónde viene?

—¿Tienes que hacerme tantas a la vez?

De Verdad, no creo poder contestarlas todas de un respiro.

—¡¡Shiwa!! ¿Por qué no me esperaste? —Akane sale del aula en ese momento. Su mirada pasa de Luler a mí, luego me jala hacia un lado y pregunta:—. ¿Ese es tu prometido?

—Así es. ¿No lo habías visto antes?

—Lo hice, pero no le había echado un buen vistazo. Es muy apuesto.

—Por lo que estás diciendo, ¿quieres cambiar a tu prometido por el mío?

—¡¡¡De ninguna manera!!! ¿Por qué tendría que robar a tu prometido?

—Ya veo…

Entonces, ¿por qué tiene que secretearse conmigo?

—Vamos a la cafetería, Shiwa.

Luler toma mi mano y me insta a caminar, pero alguien nos detiene.

—¡Luler! ¿No habías dicho que querías ir a la cafetería? Ya he esperado por mucho tiempo.

La voz proviene de detrás de nosotros. Me doy la vuelta para ver de quién se trata. El niño viste el uniforme del colegio, tiene el cabello de color castaño oscuro, ojos verde claro y su mirada es muy feroz. La cosa que más me impresiona de él, son sus orejas marrones y su cola esponjosa del mismo color. Luce muy diferente de Akane, su apariencia es más parecida a la de un lobo.

—¿T-Teo?

La niña zorro lo llama por su nombre, el rubor tiñe sus mejillas.

—¡¿Otra vez tú?! —exclama, Teo, con voz molesta.

Pareciera como si no le gustara Akane.

Ella es muy molesta, sí, pero no al punto de llegar a odiarla. Puede ser graciosa, algunas veces. Además, sus orejas lucen tan esponjosas que dan ganas de apretarlas.

—¡Quiero ir al lavabo! —Akane agarra mi mano y me arrastra con ella en dirección al baño.

—¡S-Shiwa!

Luler luce como si quisiera correr tras de mí, pero la velocidad de Akane es demasiado es sorprendente; en un segundo, estamos fuera de su vista. .

Su cuerpo es pequeño, pero puede tirar de un niño de su edad con demasiada facilidad. Acaso, ¿su fuerza no es algo anormal?

Terminamos en un baño vacío. La mayoría de las personas deberían estar en la cafetería comiendo sus almuerzos.

—¿Qué estás haciendo? —Jalo mi mano de su agarre y pregunto.

—¡No sé qué voy a hacer…! —Sus orejas y su cola se agitan nerviosas.

¿Por qué está tan nerviosa? ¿Qué la pone así?

—Cuéntame qué pasa.

—T-Teo me dijo que me mantuviera alejada de él.

—¿Cuál es la razón?

—¿La razón…?

—La razón por la cual no quiere que te acerques a él.

—Es porque… no le gusta cuando me acerco mucho.

Sus orejas caen sobre su cabello, haciéndome sentir lástima por ella. Tengo que confesar que, aunque me molesta tenerla alrededor, tampoco es tan malo.

Tal vez porque soy una adulta es que puedo pasarlo por alto y verla por quien es.

Suelto un suspiro.

—¿Por qué tienes que tratar tan duro de acercarte a él?

—N-Nosotros estamos comprometidos; así que, deberíamos ser más cercanos. ¡Al igual que tú y el príncipe Luler!

—Pero no soy cercana a él debido a nuestro compromiso…

—¿Qué puedo hacer…? —pregunta con cara de angustia.

Lo medito un poco. Este no es un asunto para reírse; sino, un problema relacionado con la paz entre estos dos reinos. Ella debe sentirse estresada por esa razón. Una relación entre dos personas es complicada. Podemos ser amigos de algunas personas, pero también están aquellos con quienes no podemos serlo.

—¿Por qué no intentas conocerlo mejor?

—¿Cómo puedo hacer eso cuando me dijo que me alejara de él?

—Tengo una idea. Te ayudaré si accedes a hacerme caso en todo.

—¿Um…? ¿Cómo?

—¿Qué hay de tu respuesta?

—¡Estoy de acuerdo!

—Bien, hablaremos sobre esto en mi cuarto esta noche. Tienes que mantenerlo en secreto. No le puedes decir a nadie. ¡¿Lo entiendes?!

—¡Sí! —respondió con entusiasmo Akane.

Luego de eso, fuimos juntas a la cafetería y la presenté ante Luler. Teo también se encontraba ahí, se presentó ante mí como amigo de Luler. Recuerdo que en el juego se llevaban bien porque se sentaban cerca el uno del otro. Con Akane se mostró indiferente. Incluso, aunque decía no agradarle, nos acompañó en silencio sin molestarla ni buscar pelea.

El descanso del almuerzo es un tiempo valioso para recolectar datos, tendré muchas oportunidades para aprender sobre esos dos.

¿Qué va a suceder de ahora en adelante? Me emociono de solo pensarlo.