Ya no te amo – Capítulo 33

Traducido por Melin Ithil

Editado por Sakuya


No era algo que pudiera decir fácilmente en público, pero podía decir su nombre cuando estaba solo.

Las duras palabras que le había dicho en el pasado regresaron como flechas perdidas hacia su objetivo, clavándose en él. ¿Por qué había sido tan duro con ella? Podría haber sido un poco más suave. Su nombre resultaba agobiante, así que lamentó cuando la rechazó en el pasado. Sus lágrimas estaban resentidas por su propio descuido que no había conocido antes. Cuando cerraba los ojos, podía verla mirándolo y brillando intensamente, pero ahora era una persona inexistente en su mundo. Como palabras de un amor muerto, después de haber luchado en un pasado glorioso, finalmente se hundía. Cerró sus ojos, era una noche para dormir con un trozo de su pasado como pastilla para dormir.

♦ ♦ ♦

Hubo una vez en la que el príncipe organizó un picnic de primavera y fue arrastrado desde la primera luz de la mañana a un barco y a Larine al anochecer. Tal vez fue alrededor de los veinte. Incluso después de un año de la muerte del duque y su esposa, el príncipe heredero dijo que lucía muy lamentable para estar vivo y fue bastante duro con él. El príncipe puso sus brazos alrededor de los hombros del duque y le dijo algo como “solamente” o “silencio” en voz baja, pero pudo entender que su amigo estaba tratando de consolarlo tranquilamente, solo ellos dos.

Desafortunadamente, la creciente popularidad de los dos no dejó que fuera así. El picnic fue arruinado por una reunión de niños pequeños que querían conocerlos por casualidad, por lo que tuvieron que recuperar su porte y reírse del lamentable príncipe.

Molesto…

Valor en ese momento estaba muy cansado, con su prometida buscando su amor, el príncipe tratando de consolarlo y otras personas que estaban ansiosas por llegar a él de la forma que fuera. La muerte de sus padres solo había sido el comienzo. Después de un año, su tristeza no era tan agobiante, pero estaba fatigado, en ese entonces, había estado a punto de cansarse de ser cordial con todos.

—¿Fresias? —Con el cuerpo aún cansado, abrió mucho sus ojos al ver las flores decorando toda la casa. En primavera, las fresias tenían flores amarillas que decoraban de manera delicada. Nunca le había dicho a nadie, pero amaba las flores. Nunca había podido revelarlo porque tenía miedo de las burlas que le darían al decirle que no era algo digno de un duque.

¿Por qué de repente había tantas fresias que antes no existían?

—Mayordomo, ¿tú lo hiciste?

—No señor, fue su prometida, con la llegada de la primavera, ¿deberíamos podarlas? Dijo que iluminarían la casa y cuando el maestro las viera estaría feliz. Le mencioné que odiaba las flores, pero fue tan firme que no pude detenerla.

Tan pronto como mencionó a Niveia, su rostro lleno de asombro se derrumbó. Esa sensación de que empezaba a mejorar se desplomó en un instante. No había forma en que ella se hubiera enterado de que le gustaban las flores, seguramente solo las había colocado por capricho. Sabía que sus padres habían muerto apenas hacía un año, le enojaba la idea de que hubiera hecho algo como eso sin prestar atención a su estado de ánimo.

—Lévatelas de inmediato…

—¿Disculpe?

—Las flores de la casa, tómalas todas y quémalas, mayordomo. Es repugnante tan solo mirarlas.

Valor masticaba y escupía, como si tuviera náuseas, subió las escaleras dejando atrás al mayordomo. Se sintió amargado mientras pisaba las escaleras, perdía la compostura cuando se trataba de ella. Odiaba a esa mujer que siempre ponía sus deseos por encima de todo. A pesar de que no le gustaba, le buscaba para darle muestras de cariño, odiaba como se exhibía como si conociera todos sus gustos íntimos de los que no había hablado con nadie. Lo odiaba aún más, porque sabía que ella solo pensaba en sí misma. Esa mujer que solo amaba con palabras era terrible.

—Valor, ¿cómo estuvo el picnic?

Era ella, cuyo terrible rostro se veía demasiado hermoso.

—Me sentí aliviado, me gusto el día de hoy, aun así, me preocupaba que el barco se volcara, por supuesto, el bote no es un caballo, así que incluso si una rana saltara junto a él, no sucedería nada. —Hizo una pausa y miró a su prometida que le hablaba desde el tercer piso. Usualmente subiría al cuarto piso inmediatamente después de recibir un saludo suyo, pero hoy había un problema—. Me dijeron que fuiste tú quien plantó las flores.

—Ah, sí, es correcto, las fresias están floreciendo maravillosamente, ¿no son bellas?

—¿No te parece egoísta? ¿No sabes la situación en la que estamos?

—Ha pasado un año, ha vuelto a ser primavera, Valor.

—¿Mis penas serán olvidadas en tan solo un año?

—¿Vas a vivir eternamente en luto por tus padres? Estoy preocupada por ti.

Te preocupas por ti, debe haber sido una excusa para no soportar más esta atmósfera aburrida.

Se rió abiertamente.

—No creo que hayas prestado atención cuando el mayordomo te dijo que odio las flores, nadie que se preocupara por mí pondría flores por todas partes.

—Las flores no te gustan.

La expresión de ella ante el ridículo de su respuesta le hizo endurecerse.

Ella sonrió como el sol de primavera, doblando sus grandes ojos y con sus labios rojos curvándose cual luna creciente, era una sonrisa encantadora que incluso parecía tímida por alguna razón.

—Yo sé que te gustan.

En el momento en que la escuchó, estalló en sorpresa.

—No sé de dónde, ni qué diablos habrás escuchado, pero estas equivocada, odio las flores. —Llevando un semblante de guerra, escupió las palabras con desprecio.

—¿Es realmente así…?

—Sí, así que espero que dejes de ponerme como excusa, es abominable. —Ella perdió su sonrisa y él se sintió aliviado cuando vio que la frustración manchaba su rostro—. He mandado a quemar las flores, espero que nunca vuelvas a hacer esto.

Las flores ya habían empezado a ser quemadas y el humo golpeaba la punta de su nariz, ya que él lo sentía, era imposible que ella no lo notara. Sin embargo, ella volvió a mostrar un gesto dulce con los labios.

¿Qué diablos vas a decir?

Su pregunta fue respondida rápidamente.

—Lo siento.

¿Eh?

—Solo quería que te sintieras mejor.

¿Cómo podía haberse disculpado?

Subió al cuarto piso, sintiendo desprecio por ella, abriendo intempestivamente la puerta de su habitación, tratando de deshacerse de la molestia.

♦ ♦ ♦

Despertó sintiendo un sudor frío en la espalda. La habitación seguía a oscuras, así que no podía adivinar cuánto tiempo había pasado. Seguía solo. Apoyó su cara en ambas manos. Tal como en el pasado, el amor de Niveia por él, fue un veneno mortal que lo mataba, pero ahora que no lo tenía, no podía conciliar el sueño. Había sido tan estúpido como una polilla. Sus lágrimas cayeron mientras parpadeaba con sus oscuras pestañas.

Sin saber cuánto tiempo había pasado, el amanecer aplastó la oscuridad con forme comenzó a levantarse rápidamente.

Volviendo sus mejillas húmedas hacia la ventana, sintió como se iluminaba y parpadeó sin comprender. La extrañaba, pero no podía ir a Solen. En su mente, las palabras que le había dicho Vetrlang el día anterior fueron reproducidas.

—Joachim preguntó por el apellido para Niveia, pero no se le ha dado una respuesta definitiva a su solicitud. Tarde o temprano, necesito llamar por ella y hablarle.

¿Cuántos días quedaban para que partieran a Vinfriet?

¿Eran cinco días?

Ya había pasado un día, así que ya solo quedaban cuatro.

Los párpados de Valor bajaron lentamente antes de flotar lentamente hacia atrás.

Tengo que ir al palacio imperial.

♦ ♦ ♦

—Yo también quiero ir al palacio. —Rubiel se quejó con su hermana mientras le veía elegir un vestido.

Hoy había elegido un vestido con una cinta roja a la cintura para ella, pero aún contemplaba que color usar. Se había sentado en una silla tan alta como ella sin siquiera preguntar.

¿Es conmigo con quien ella se siente cómoda ahora?

¿No debería estar satisfecha con esto?

—¿No odia tu padre que estés fuera? —Pensando cómo responder, hizo otra pregunta en su lugar.

Su padre había notado que no habían estado a la hora de la merienda, así que cuando llegaron, salió y le dio una mirada que la acusaba de secuestradora. Ese terrible amor filial era divertido, así que solo se rió de él.

—No voy a escuchar más a mi padre.

Su respuesta había sido completamente inesperada. Usualmente cuando hablaba del marqués, su hermanita se deprimía y decía cosas como “pero…” o “es que aun quiero pasar tiempo con mi hermana”. Así que ahora, de repente ¿se rebelaba contra el marqués?

Se preocupó por un momento, sin saber cómo reaccionar.

7 respuestas a “Ya no te amo – Capítulo 33”

  1. Uy es que ese duque no tiene perdón de Dios, como pudo tratar de esa forma al solesito que lo recibía con tanto amor en su casa, es como odiar a un perrito porque te ama incondicionalmente, no tiene sentido, se merece que sufra mil veces más que lo que ya está sufriendo, es que hasta se ve que si le daba espacio en lo suyo, no era ni intensa, si no fuera porque sería un insulto a la prota, diría que este tipo se merece un NTR bien asqueroso en su cara mientras no pueda hacer nada jajajaja ok no, creo que me pase jajjajaja

    Gracias por el capítulo 😁🍻

  2. Me encanta el tipo de historias que nos recuerdan porque no empatizar jamás con el tipo que abandonó a la protagonista. Amo esta historia, gracias por su arduo y maravilloso trabajo

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