—Eso no es necesario.
—Está bien, Blair. —Ella acarició suavemente su cabeza—. Buena decisión. Si lo hiciera, las cosas se pondrían serias, ¿verdad? —Él no respondió, así que ella continuó—: Espera un poco más y todo caerá en tus manos. Será mucho mejor que un títere como ese hombre. No seas demasiado impaciente.
Ella lo miró con cariño, pero él no dijo nada. Inclinándose, pasó una mano por su cabello.
—Todo será tuyo —susurró—. Leah, este país… este continente… Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 60: Cazando con los Kurkans”
Leah divagaba, sentía que estaba viviendo en un sueño. Cada vez que recordaba su conversación con Ishakan en el salón glorioso, su corazón se aceleraba. La sombra de melancolía que siempre se había cernido sobre ella se había evaporado.
Nada era definitivo todavía, pero una débil esperanza había crecido dentro de ella, asegurándole que, de alguna manera, todo saldría bien. Ella nunca habría sentido este optimismo por sí misma. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 59: Visitante inesperado”
Mirándolo a los ojos, Leah no pudo evitar recordar su primer encuentro, que fue un encuentro deliberado que Ishakan había disfrazado como una coincidencia. Se sentía como si hubiera sucedido ayer, Ishakan con su capa y ella con su disfraz.
El recuerdo no alivió sus dudas.
Se rumoreaba que los kurkanos y los dignatarios de Estia estaban dialogando. No sería extraño que Leah, por ser una figura clave de la sociedad de Estia, sea un objetivo del rey de los kurkanos. Para Ishakan sería fácil persuadirla y robar toda información confidencial como le fuera posible. La razón le advirtió que debía alejarse de él y sus mentiras, pero su corazón no quería creer en esa posibilidad. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 58: El secuestro de la novia”
—Ya veo…, entiendo tu situación ahora. Hay varias cosas que me gustaría decir sobre lo que acabas de contarme.
Finalmente interrumpí la historia de Cornell con un tono de voz sombrío, por lo que Cornell y Feria me miraban con sorpresa en sus rostros. Acabo de tomar la decisión de utilizar este tipo de ambiente…
—He investigado varias cosas sobre el compromiso de la señorita Feria. Todavía hay algunas cosas que no he comprobado, pero permíteme llegar a una conclusión preliminar basada en lo que sé actualmente. Cancelar el compromiso entre las familias Ogren y Rogshia será básicamente imposible. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 125: Un maldito recuerdo sobre no ser honesta”
Leah pensó que Ishakan se estaba aprovechando de la situación, pero impulsivamente se sentó sobre sus muslos de todos modos. Él la abrazó cortés y firmemente, teniendo cuidado de no tocarla de manera inapropiada. Ella no pudo evitar reírse. Estaba actuando como una silla real.
Había una sensación de comodidad y estabilidad mientras se apoyaba contra él, recorriéndola desde el pecho hasta la punta de los dedos. Era una situación peculiar y tuvo que contenerse para no apoyar la cara en su hombro. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 57: Innumerables pensamientos”
—Bien… entonces… ¿Podrían contarnos su historia?
En el pequeño salón de mi residencia, Claudia y yo, los dos adolescentes nobles que acabamos de capturar, y Oscar, quien también ha asumido el papel de recopilar información para mí, estábamos todos apiñados juntos. Es una situación abrumadora para Feria y el hijo de Freche.
La joven pareja estaba tan tensa, como si les estuviéramos amenazando o algo así. El rostro de Feria está pálido. Bueno, aunque los llamo jóvenes, técnicamente yo soy incluso más joven que ellos. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 124: Interrogatorio”
He logrado mi objetivo de establecer una orden de caballeros, pero aún quedan varias tareas importantes por delante.
Hablo de la reunión entre los territorios de la región de Jugfena, así como el problema del compromiso de Feria Rogshia.
También hay otros puntos de preocupación. Por ejemplo, los movimientos de la mujer llamada Diferis y su organización terrorista que me describieron los bandidos hace unos años, y sus posibles conexiones con los nobles del norte. Aunque la sacerdotisa Faris había proporcionado alguna información al conde Terejia, no ha habido progreso. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 123: Captura”
Con sentimientos ambiguos e indescriptibles, decidí hablar sobre Claudia.
Podría haber hablado también sobre los niños Shiru, pero la vida diaria con ellos está tan alejada del estilo de vida noble, que sentí que no sería un tema adecuado para el niño frente a mí. Hablar de Ratoka con que nos hemos alejado sería aún peor. Nunca he tenido ni un momento con él donde pueda usar el término “amistad” para describirlo. Así que él está fuera de discusión. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 122: Dando tus bendiciones”
Solo estaba un poco sorprendida. Después de todo, estamos en la capital real, ya había considerado que podríamos encontrarnos algún día.
Si logro sobrevivir lo suficiente para llegar ahí, ya sabía que me encontraría con los personajes del juego otome en la escuela de nobles. Esto es antes de lo que esperaba, pero no es gran cosa. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 121: Mis memorias restantes”
Las órdenes de caballería ahora se consideran una rama del ejército, pero en el pasado, cuando se estableció nuestro reino, los caballeros se referían a aquellos que protegían a San Ahar, o a los sacerdotes de batalla que luchaban en el ejército.
Es por eso que incluso hoy, los caballeros deben tener sus capas de caballero santificadas con agua bendita en un ritual de la iglesia, es un remanente de esa época. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 120: Príncipe”
Oscar ha venido desde el Fuerte Jugfena para convertirse en mi caballero, y ha pasado aproximadamente un mes desde su llegada, pero antes de que me diera cuenta, Bellway se ha ocupado corriendo por toda Arxia organizando una reunión entre los territorios de la región de Jugfena: Kaldia, Jugfena y Genas, y por parte del Conde Terejia, hay una cantidad asombrosamente aún mayor de trabajo por hacer. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 119: Aún cortos de personal”
Ishakan miró a Leah, que se le aceleró el corazón, el pánico le oprimía el pecho.
Según las leyes de sucesión de Estia, las mujeres no podían heredar el trono. El príncipe Blaine era el único heredero legítimo. Pero si Byun Gyeonbaek se convertía en parte de la familia real… podría ser rey.
Eso era lo que Leah le había ofrecido a Byun Gyeonbaek, la última vez que habló con él. No obstante, había una condición crucial: el matrimonio tendría que mantenerse para legitimar su posición. Si Leah moría en la primera noche, la sucesión moriría con ella. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 56: Toma a la princesa real de Estia”
Por el momento, ya que he logrado mi objetivo de hoy de conocer a Feria, visité su jardín el tiempo suficiente para ser cortés, luego me excusé y abandoné la residencia de Rogshia tan pronto como pude.
El vizconde Rogshia y su hija Feria son completamente opuestos a todas las costumbres de Greenfield. Gracias a todas las extrañas contradicciones dentro de la mansión de Rogshia, ahora sé que me falta mucha información. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 118: Té de hojas de Renvia”
Me encargaron una tarea tan molesta desde el principio solo porque Feria no quería casarse con el hijo del Vizconde Ogren. Para el Vizconde Ogren, que se ha tomado la tarea de molestarme, y el Marqués Nordsturm, quien probablemente esté detrás de todo manejando los hilos, esta chica obstinada debe haber sido una oportunidad perfecta para mantenerme ocupada en otra parte. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 117: No era lo que esperaba”
La forma más fácil de manejar a Byun Gyeongbaek era capitalizar sus debilidades; la acción de los kurkan en la casa de subastas lo había puesto en desventaja. La libertad de los kurkan, era algo que a este le ofendía y Leah sabía que si no intervenía, él iniciaría maniobras militares.
Siempre lo trató con indiferencia, por lo tanto, el hombre actuaba con cautela, luego de terminar su conversación con él, la condesa Melissa, que había estado observando desde la distancia, se acercó. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 55: Prometida de Byun Gyeongbaek de Oberd”