Después de beber tanto la noche anterior, Hua Que se despertó a la mañana siguiente con uno de sus tiritando sin parar. En su camino de vuelta desde el baño, escuchó a dos sirvientas que chismeaban cuando pasaba junto al jardín.
—He oído que un alto monje la Ciudad Occidental vino ayer, ¡y él dijo que había mala suerte en nuestra familia Hua!
—¿El monje del templo Qing Quan no dijo lo mismo cuando la señora fue a ofrecer incienso? ¡Es la Joven Ama Hua Jin!
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 54: Situación ideal”
—Haz lo que quieras.
Hua Cui se regresó y se fue, dejando solo estas cuatro palabras. Hua Jin lentamente sintió su cuello, con una sonrisa sanguinaria, déjame devolver el favor.
El cielo se oscureció y Hua Jin dejó el jardín de Hua Cui. Al salir, había alguien que de repente le agarró la mano.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 53: Declarando la guerra”
Con sus atractivos rasgos faciales a sólo cinco centímetros de ella, Hua Jin podía incluso sentir claramente su respiración. Levantando los ojos, sólo pudo ver el par de pupilas de color ámbar. Ámbar, era un color misterioso, el brillante y deslumbrante color dorado, pero había algo en su interior. Dentro del rostro encantador de Yu Yan tenía algo peligroso adentro.
Levantando la mano para acariciarle las cejas, Hua Jin respondió.
—¿Jugar al hombre peligroso? Qué emocionante.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 52: Amenazas”
En el momento en que se giró, Hua Jin rápidamente ocultó el colgante de jade en sus mangas, entrecerrando los ojos para observar a la persona que caminaba hacia ella desde el oscuro túnel negro. Sorprendida, levantó la ceja.
—¿Yu Yan?
Las cejas y los ojos de Yu Yan se movieron y le contesto.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 51: Conversación en el cuarto secreto”
Mientras volvía a respirar, Hua Jin se incorporó. Ella apoyó su cabeza y sintió una sustancia pegajosa. Sin saber si podía arruinar su apariencia, se frotó las comisuras de los labios.
La oscuridad se encuentra ante ella, ella sintió una pared de roca y la usó para levantarse. Ella saco un fósforo de su pecho y lo encendió. La tenue luz amarilla ilumina lentamente. Hua Jin entrecerró los ojos antes de que comenzar a examinar la habitación rocosa.
Una vez que había visto claramente la apariencia del interior, estaba aturdida. Sentada detrás de la vieja mesa larga, era en realidad un montón de huesos blancos.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 50: Cuarto secreto de los Hua”
—Madre.
Hua Bai abrió la puerta, sólo para ver a Hua Cui sentada. En sus ojos había un reflejo de duda, que pronto volvió a la normalidad.
Con una expresión fría, Hua Cui dejó la taza de té y le habló.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 49: Hua Jin desapareció”
*Suspiro*
—Hagan la preparación para el funeral de Rong Hui.
Declaró Hua Cui, cuyo rostro estaba lleno de arrugas y ya no podía mantener el falso acto de compasión, golpeando su bastón mientras salía del vestíbulo principal. Al salir dijo:
—Hua Jin. Ven conmigo.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 48: Sed de sangre”
—La señorita Hua dijo que estaba estudiando. ¿Puedo preguntar qué era?
Preguntó Rong Heng, de pie en frente de Hua Jin.
En general, se sabe que Hua Jin era ignorante, incapaz de reconocer la mayoría de las palabras, y mucho menos de estudiar.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 47: Prepárate para las consecuencias”
—¡Joven Ama!¡Joven Ama!
El rostro de Jiao Yue estaba lleno de miedo mientras trataba de sacar a Hua Jin de la cama. Pellizcando el muslo de Hua Jin, ella continuo hablando.
—¡Deja de dormir!. La Familia Rong ha venido llamar a nuestras puertas.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 46: Enemigos en las puertas”
—Tu hijo le da los respetos a su Madre.
Yu Yan, vestido con un rojo intenso, se inclinó ante la emperatriz, Si Tu Min.
Si Tu Min ya tenía cuarenta años, sin embargo, debido a su cuidadoso mantenimiento, no parecía de su edad.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 45: Jugando en el pabellón”
—¡Las personas de la misma familia son iguales, la más vieja no tiene vergüenza y la más joven no tiene modales!
Rong Pei estaba prácticamente apuntando hacia la nariz de Yue Zhuang y la regaño con su salvaje cara de rabia.
Hua Jin se frotó su nariz con su pulgar y se puso de pie ante Rong Pei, en el momento en que la multitud parpadeo una vez. En el siguiente segundo, sólo se podía oír un *crack* antes de que Rong Pei se agarrara su brazo y gimoteara de dolor.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 44: Herir a otros”
—¡Aiyo!
Justo cuando Yu Zhuang acaba de hablar, se oye un sonido desde el piso de abajo. Un mal vestido viejo estaba allí tirando de las mangas de una mujer y gritando en voz alta.
—¿Todavía hay moral en este mundo? ¡Atacar a un viejo como yo!
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 43: Socios”
En el restaurante Xiang Ru.
Hua Jin llevaba una taza de Tie Guan Yin [1] y se apoyó en la barandilla del segundo piso para ver a Bo Li intentando cientos de métodos para obtener el favor del gato negro de Yu Yan.
Por un lado estaba regañando en secreto a ese poco prometedor Bo Li y por otro lado maldiciendo en silencio a todos estos invitados no deseados.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 42: Cerca de ti”
—El país Tian Shui se especializa en la domesticación de bestias, todos en el país tratan esa habilidad como un honor, los rumores dicen que quienes son capaces de usarlas, pueden controlar a los leones, tigres y otras bestias feroces. Los talentosos son capaces de montar en las antiguas bestias mitológicas, pero estas bestias son difíciles de encontrar. La bestia del espíritu sin cola, es la bestia mitológica mas básica. Cuando esta bestia crezca, quién sabe qué forma tomará.
Yue Fu se detuvo antes de mirar a Hua Jin, con los ojos llenos de admiración.
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 41: El gato y el ratón se reúnen”
—Tú…
Yu Ru señaló a Hua Jin con un dedo temblando de rabia. Estaba tan enojada que podría causarle daño a su corazón y toser sangre.
¿Cómo podría haber un hombre tan desvergonzado en este mundo ?
Seguí leyendo “Felicidades Emperatriz – Capítulo 40: Espíritu bestia sin cola”