Baño de la Diosa – Después de la historia Parte 4: El recién llegado

Traducido del inglés por Shisai

Revisión del japonés Leedks

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Sin duda, esto apesta.

Izumi lavó las burbujas verdes que se habían formado en la ducha.

El jabón pulverizado que contenía el jarrón que había intercambiado con el Príncipe Hinoki, quien estaba confinado dentro de un castillo en Yohk’Zai, tenía un hedor nauseabundo.

De vez en cuando, ella sería incapaz de soportar el olor a hierba flotando en el aire. O en lugar de decir hierbas, era como el olor a hierba macerada, o tal vez como el musgo verde que aparece en los tanques de agua a mediados del verano. Solo pensar que esto había sido hecho por el hombre, dejó una marca profunda en ella, en cierto sentido.

Pero para empeorar las cosas, los puntos malos de este jabón no terminaban allí. También era malo formando espuma, y a menudo, permanecía como gelatina.

En cualquier caso, se dice que la buena medicina siempre sabe amarga, y el jabón probablemente se debe haber producido sin aditivos. Pensando así, Izumi decidió intentar usarlo, pero…

―Incluso si esto fuera lo mejor del mundo para mi piel, ¡mi cordura no puede con eso!

Exhaló un profundo suspiro y comenzó a restregarlo bajo la ducha.

Al final, Izumi se lavó con su jabón habitual y entró al baño.

Ese jabón, el que más le gustaba a lo largo de los años, no estaba mal. Si bien no era malo, echaba de menos el jabón suave y fluido que había recibido del príncipe de Jebas.

Ese jabón, hecho a mano por el príncipe mismo, fue en sus propias palabras, una maravillosa experiencia de baño.

Normalmente, Izumi necesitaba usar una crema hidratante desde el comienzo del otoño hasta principios del verano para su piel seca, pero no necesitó usar una el día que probó ese jabón.

Sin embargo, solo pudo usarlo una vez…

Pero no solo se arrepintió de haber perdido el jabón. Por ejemplo, las sales de baño, no había podido usarlas ni siquiera una vez.

Izumi juntó sus manos y recogió un poco de agua. Suspiró mientras miraba el agua que goteaba entre sus dedos.

De haber usado esas sales de baño, ¿qué tipo de maravilloso olor tendría esta agua?

Como era de esperar, no puedo darme por vencida.

Izumi miró fijamente al espacio. Y procedió a mirar al hombre de piel oscura que ella imaginaba flotando allí.

Todo lo que sucedió fue su culpa por albergar esas aburridas aspiraciones.

¡Si se trataba de esto, solo necesitaba al príncipe de Jebas para poder viajar libremente por el mundo!

Para hacer eso, era indispensable que el mundo más allá de la ventana estuviera en paz.

Por el amor del príncipe Hinoki, por el bien de todas las personas que estaban siendo víctimas de las ambiciones de Karasu, y por su propio bien también…

¡Hagamos paz para el mundo!

Apretó los puños mientras renovaba su determinación. Entonces, de repente se dio cuenta.

Su conexión con ese mundo no se reduciría mientras haya alguien ahí que necesitara este tanque de agua reseca a mitad del verano.

Después de escuchar la situación de tensión en la que se encontraba el mundo, Izumi fue primero a ver al verdadero Huuron y verificó la verdadera identidad de Karasu. Luego, se encontró con el príncipe Hinoki y le pidió su voluntad.

¿A quién debería ir a ver después? ¿Tal vez debería reunirme con Roten y Yuataree para tener una conversación agradable con ellos? ¿O tal vez explicar lo que le estaba sucediendo a la princesa Aqua y decirle que su hermano volverá? En realidad, la reina de Sunayu, Hitow, ¿no habló muy bien de su prometido, el rey Cornou de Tohji? Tal vez sería una buena idea parar allí y pedir su ayuda también.

Y como las corrientes de agua subterráneas también le preocupaban, quería reunirse con Mira otra vez.

Decidió aplastar las ambiciones de Karasu y ayudar a todos los países afectados por ellas, pero aún no estaba segura de por dónde empezar.

En primer lugar, ¿a quién le gustaría ese jabón apestoso del tanque de agua reseca a mediados del verano?

Por otra parte, siempre había estado preocupada de que pronto comenzase una disputa entre Yohk’Zai y Triht.

Pensando en eso otra vez, recordó al gobernante de Triht, Setsugen.

Cuando se encontró con él en las montañas, Setsugen dio la impresión de ser un muchacho reservado y honesto. Aunque más tarde descubrió que era bastante popular…

Pero que él quisiera comenzar una guerra contra Yohk’Zai era un poco difícil de imaginar.

Para empezar, no tendría la oportunidad de ganar si eso sucediera.

Izumi continuó pensando mientras cruzaba los brazos dentro de la bañera.

Entonces se le ocurrió, primero necesitaba ganar tiempo mientras no había guerra.

Si ocurriera una guerra, las repercusiones dejadas en forma de resentimiento permanecerían por un largo tiempo. Se distanciarían del mundo pacífico que Izumi deseaba por mucho.

Pero, de nuevo, ¿qué podría hacer para comprar más tiempo?

¿Hasta dónde llegaron los preparativos para la guerra en ambos lados, y dónde estaban planeando llevarla a cabo?

―Hmm….

Izumi gimió. Normalmente despejaría su mente de cualquier pensamiento, y/o miraría fijamente el vapor, o leería un libro que ella hubiese traído al baño.

Soy la única que podría crear cualquier ventaja, supongo.

Si pudieran meter a Yohk’Zai dentro de las montañas nevadas, probablemente tendrían problemas contra pequeñas batallas de guerrillas.

Espera, esa no es exactamente una táctica defensiva…

En primer lugar, dado que Triht necesitaba piedras de fuego, no tenían otra oportunidad que ir a pelear por ellas.

Pero era difícil imaginar que pudieran pelear al máximo en un terreno al que no están acostumbrados, como el desierto.

Entonces, si, por ejemplo, formarán una alianza con personas acostumbradas al desierto, podrían tener una mejor oportunidad.

―¿Huh?

Izumi, accidentalmente, dejó salir su voz.

Cuando conoció a Setsugen dentro de las montañas, él estaba en su camino para encontrarse con la tribu Kak’Kenah, o eso le había dicho el viejo calvo que estaba tratando de capturar a la princesa Yunoha.

Pero luego, cuando Setsugen escuchó que Teo Keh probablemente ya se había reunido con Huuron, dijo que ya no tenía ningún negocio en Zaharya.

Entonces, eso significaría que…

―Todo tiene sentido ahora.

Izumi bajó la cabeza.

Como puede ser. No solo Karasu, sino también Setsugen, ambos estaban pensando en llevar a cabo algo peligroso cuando se encontraron con Izumi.

Las personas que conoció más allá de la ventana, no eran sólo débiles en problemas.

Izumi notó su propia ingenuidad.

Quizás, en el caso de Setsugen, hubo ciertas circunstancias fuera de su control…

Pero, aun así, sin importar la razón, esa no es de ninguna manera una excusa aceptable para involucrar a personas normales en una guerra.

Por otra parte, ¿por qué creía que la tribu Kak’Kenah aceptaría unir fuerzas con Triht?

Además de eso, el hermano del jefe de la tribu fue sobornado por Yukama, y estaba preparado para envenenar la bebida de Setsugen en un banquete. Teniendo eso en cuenta, parecía que había problemas internos en la tribu Kak’Kenah también.

Entonces, cuando pensó en eso, oyó débilmente la voz de una persona.

Después de escuchar un poco más atentamente, notó que era una voz masculina.

Un gemido… y una voz grosera, del tipo que parece ser usada para maldecir.

―Err…

Izumi estaba preocupada. Si la ventana realmente se conectaba con la persona a la que quería ver, ¿en quién estaba pensando esta vez?

Mientras dudaba, la voz continuó hablando sin descansar un momento.

―Mierda. Al diablo con esto. ¡Maldita sea!

La persona del otro lado de la ventana parecía bastante molesta e impaciente.

No sabía con quién se había conectado la ventana, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. De pie, ella abrió la ventana.

―Oh, una cara nueva.

La persona parada afuera de la ventana era alguien que nunca había visto antes. Parecía tener unos veinte años, y su largo cabello estaba atado con un hilo rojo. Su brazo musculoso expuesto era del mismo color marrón que los habitantes del desierto.

Pero el lugar donde estaba este hombre no era el desierto sino un área rocosa.

Muchas rocas de varios tamaños estaban rodando por todas partes, y el hombre estaba sentado encima de una de ellas.

―¿Ah?

El hombre lanzó una mirada dudosa a Izumi y…

―¿Ah?… Whoaaa.

Él se puso de pie gritando.

Inmediatamente cayó hacia atrás y aterrizó sentado en el suelo.

Estaba demasiado sorprendida, ¿podría haberse dislocado la espalda debido al shock? Izumi miró al hombre preocupada, palideciendo por la idea.

Su brazo izquierdo desnudo estaba enterrado dentro de las rocas desde la muñeca hacia arriba.

Al menos, parecía que no se había dislocado la espalda, pero no podía pararse porque su brazo estaba atrapado dentro de las rocas.

―Eso duele…

Dolorosamente comenzó a masajear su hombro izquierdo. Luego procedió a mirar a Izumi.

―Oye, hechicera. ¿No sabes que es de cobardes acercarse sigilosamente a las personas cuando no se pueden mover?

Izumi estaba preocupada de que su brazo pudiera haber sido aplastado bajo las rocas, pero el hombre parecía ser muy enérgico.

―Bueno, no, no estaba tratando exactamente de hacer eso… Por cierto, ¿no puedes sacar tu brazo?

―Puedes verlo solo mirando. Maldición, ¿en qué me metí?

El hombre pateó con fuerza la roca que cubría su brazo. Después de un tiempo, muchas rocas pequeñas cayeron a su alrededor.

Izumi, sorprendida, asomó la cabeza por la ventana. Y pronto, se puso pálida de nuevo.

El lugar donde se encontraba era una pendiente pronunciada, y muchas rocas estaban apiladas muy por encima de ellos. La forma en que estaban ahí, aparentemente a punto de caer en cualquier momento, gritaba peligro.

En realidad, algo de eso podría haber terminado de caerse, al ver cómo el suelo estaba cubierto de piedras.

―¿Fuiste atrapado por las rocas que caen? Quiero decir, si pateas las rocas así, ¿no causará que caigan más desde arriba?

―¿Qué quieres que haga? ¿Solo sentarme aquí como un tonto y esperar a morir de hambre?

El hombre continuó pateando la roca.

―¡E-Espera! ¡Para!

Si continuara así, Izumi también sería arrastrada a una avalancha de rocas.

Izumi se levantó apresuradamente de la bañera y fue a buscar el jarrón con el jabón pulverizado del tanque de agua.

―Oye, ¡mira esto! ¡Te daré esto!

―¿Ahh? ¿No son esas burbujas? Huelen tan horrible como siempre, eh.

Aparentemente este hombre conocía sobre este jabón.

―¿Y entonces? ¿Qué quieres que haga con esto?

Izumi recogió un poco de agua en un balde y puso el jabón pulverizado del tanque de agua y lo disolvió. Después de un tiempo, el agua estaba resbaladiza.

―Sumerja su brazo en esto, y luego permita que fluya a través del espacio entre las rocas.

El hombre finalmente pareció entender cómo se podían usar las burbujas.

Se empapó el brazo mientras hacía una mueca ante el olor.

Finalmente, inclinó el balde y dejó que el agua fluyera a través de las rocas. Respiró profundo.

―Huff.

Reuniendo toda la fuerza que pudo, él tiró de su brazo. Una vez más, las rocas cayeron.

―¡Te estoy diciendo que te detengas! Por favor, ¡mantente quieto por un tiempo! ¡De lo contrario, cerraré la ventana y huiré sola!

―Cállate, hechicera. ¿Crees que puedo hacer algo más cuando estoy atrapado de esta manera?

Diciendo eso, el hombre tiró de su brazo otra vez, y una tercera vez. El corazón de Izumi se aceleró mientras lo miraba. Pero al final, no parecía que su brazo se haya movido ni una sola pulgada.

―Maldición, no puedo sacarlo.

Izumi preparó otro balde de agua mezclado con burbujas y se lo entregó al hombre. Luego se asomó a la roca.

Aparentemente no le dolía, probablemente no estaba herido. Seguramente había un vacío al otro lado de la roca.

Después de mirar más de cerca, también notó una pequeña brecha alrededor de su brazo.

Así es… había una brecha.

―Umm. Por las dudas, pero… ¿tal vez estás apretando el puño? —le preguntó con voz monótona.

Pareció sorprendido por un segundo, luego guardó silencio. Un rato después de eso evitó mirar hacia donde estaba Izumi…

En los siguientes segundos, el brazo del hombre salió de la roca sin problemas.

Él es un idiota. Definitivamente es un idiota.

―Es… No es lo que piensas. Había una razón para eso.

Probablemente se dio cuenta de que estaba siendo tomado como idiota.

Nervioso, comenzó a explicarse a sí mismo.

―¡Estaba sosteniendo una bolsa con pólvora! Eso es realmente valioso así que, si es posible, quería llevarlo a casa conmigo.

―Mmmm.

No pudo evitar darle una mirada indiferente.

Bueno, al menos estaba contenta de poder liberar su brazo. Pensando en decirle algo así, se dio cuenta de algo extraño.

―Dime. Esa pólvora, ¿para qué la querías usar?

Izumi le preguntó mientras echaba un vistazo a las rocas dispersas a su alrededor.

Pólvora, rocas caídas y la estupidez del hombre. Por una vez, en este momento, ella se puso a pensar en todas las posibilidades…

El hombre respondió mientras apartaba los ojos.

―Ah, ah, es como puedes adivinar, ¡estaba detonando las rocas! Me quedé atrapado entre la avalancha de rocas que me causé a mí mismo. ¡¿Tienes algún problema con eso?!

Al instante, se puso en una actitud completamente desafiante

Izumi dejó escapar un suspiro exasperado.

―¿Por qué? ¿Por qué querías hacer algo así…? ¿Vas a comenzar a construir algo?

Trató de mover su mano un poco para asegurarse de que todo estaba bien.

―No. Estaba destruyendo un camino. El camino que baja a mi pueblo desde Pirenia.

―¿Huh? ¿Pirenia?

Ella había escuchado ese nombre antes, pero no podía recordar dónde.

―Pirenia… ¿Dónde es eso?

―Está en una montaña entre Triht y Zaharya. Hmm, los hechiceros son más ignorantes de lo que pensaba.

―Ah, correcto, sí. Lo escuché de Sentoor. Pirenia, huh.

El denso caballero Sentoor había dicho que la cabaña de montaña en la que se encontraba Setsugen estaba en Pirenia.

Dio un suspiro de alivio después de recordar con éxito.

―¡¿Qué?!

Inconscientemente gritó y se echó hacia adelante.

―Whoa.

Por alguna razón, el hombre saltó hacia atrás.

―¡¿Pirenia de Triht?! ¿Por qué? ¿Por qué destruiste el camino? ¡Ah! Tal vez, ¿tal vez eres un espía de Yohk’Zai?

No había duda, la piel bronceada que tenía era un rasgo especial de los habitantes del desierto. Probablemente vino a bloquear la carretera bajo las órdenes de Huuron.

―¿A quién llamas espía de Yohk’Zai?

El hombre frunció el ceño con disgusto mientras señalaba a Izumi.

―Más que eso, para que las demuestres con tanta valentía, ¿tienes decencia?

Izumi miró hacia donde estaba apuntando, en otras palabras… su propio pecho.

―Ahh, mmmm… —tosió y aclaró su garganta. Entonces gritó ―¡Espera allí por un segundo! ―y corrió al vestidor como un conejo.

Regresó al baño después de envolver una toalla alrededor de sí misma apresuradamente.

El hombre la estaba esperando descuidadamente, su brazo descansaba en el marco de la ventana.

―En serio, te falta algo llamado decencia…

Él negó con la cabeza en lástima después de verla con solo una toalla de baño.

―¡Cállate! No me importa si alguien piensa que soy indecente de todos modos. En primer lugar. ¿Quién eres tú? ¿Tú no eres alguien de Yohk’Zai? ¿Por qué destruiste el camino?

Izumi disparó una pregunta tras otra.

—Soy el hermano de Cho’Shaw, el jefe de la tribu Kak’Kenah. Mi nombre es Goemon. Podrías decir que soy de Yohk’Zai, pero no al mismo tiempo…

Estaba hablando con la boca entreabierta, por lo que su enunciación no era la mejor, pero ahora no era el momento de prestar atención a eso.

―Entonces… ¿Tú eres la persona que fue sobornada por Yukama y trataste de envenenar a Setsugen, ese hermano del jefe de la tribu Kak’Kenah?

Después de que ella dijo eso, todo el cuerpo de Goemon se estremeció. Entonces, buscó en su cadera la daga que llevaba allí.

―Tú, ¿quién eres? —habló con un tono tenso. Izumi agitó sus manos nerviosa.

―No es lo que piensas. No soy un espía o algo así. ¡Ni siquiera soy alguien de Triht o Yohk’Zai!

Sin embargo, Goemon todavía era cauteloso.

―¡Entonces eres un rebelde en mi contra!

Izumi tembló al oírlo rugir de ira. Ella inclinó la cabeza un rato después.

―No, solo piensa con calma por un momento. Un rebelde no querría trabajar para ti, pero incluso te ayudé.

Goemon se detuvo por unos segundos.

―Tienes razón ―dijo, y apartó la mano de la daga.

Izumi dio un suspiro de alivio.

―Disculpa, quiero preguntar muchas cosas, pero si te importa, no preguntaré tanto. Lo único que realmente quiero saber es, ¿por qué destruiste el camino?

Goemon se mordió los labios. Entonces finalmente habló.

―Para proteger a la gente de Triht de ser atacada por Yohk’Zai.

Izumi parpadeó un par de veces.

―¿Podría ser que la razón por la que aceptaste ayudar a Yukama y envenenar a Setsugen fuera la misma?

―Exactamente.

Goemon miró directamente a Izumi a los ojos, luego continuó hablando sin descanso.

―Ese bastardo de Setsugen. Quería usar mi aldea como base para atacar a Yohk’Zai. Y mi hermano se unió a él… ¡Está tan equivocado al hacer eso! ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos independizamos de Yohk’Zai? ¡Solo veinte malditos años! Veinte años desde que estuvimos cautivos por Yohk’Zai, veinte años desde que tuvimos que luchar, veinte años desde que volvimos a arar todos nuestros desgastados campos… Sí, tal vez nos confinaron a un área más pequeña, pero mi madre, todas las mujeres en el pueblo, todas estaban tan felices. Pero ahora, él… ¡¿quiere empujar a toda la tribu Kak’Kenah a la batalla otra vez?! ¿Qué piensa él de todo lo que tuvimos que pasar antes?…

Goemon se sentó desesperado allí, abrazando sus piernas.

―Lo sé. Sé que aún no había nacido cuando la batalla con Yohk’Zai sucedió, pero mi hermano ya tenía veinte años. Sucedió a mamá después de ver a mi papá siendo asesinado en la batalla, o eso me dijeron. Entiendo por qué mi hermano y parientes guardan rencor contra Yohk’Zai. Pero, ¿qué podrían posiblemente lograr tan tarde?

Izumi permaneció en silencio. No podía encontrar palabras para decirle.

No fue solo una discusión sobre si las personas que disfrutaron de su vida actual o las que resintieron sus vidas pasadas también estaban equivocadas.

Pero…

―Lo único que quiero es paz para el mundo —suspiró Izumi.

No importa en qué mundo, es imposible separar el negro del blanco, el bien del mal. Es imposible cumplir los deseos de todas las personas.

Goemon levantó la cabeza y la miró.

―¿Cuánto tiempo demorará la gente de Triht en restaurar el camino que destruiste?

―Un mes más o menos…

―Eso sería más que suficiente. Puedes pararte por un momento.

Izumi estiró su mano hacia Goemon. Tímidamente la tomó, y se levantó con fuerza.

―Cumpliré tu deseo.

―¿Qué?

Goemon levantó las cejas.

―Estoy diciendo que voy a detener el conflicto entre Yohk’Zai y Triht. Si los dos países no se atacan entre sí, tu hermano tampoco hará nada, ¿cierto?

―Ah, hum…

El hombre asintió. Izumi le sonrió y dijo:

―En cualquier caso, necesitaré algo como anticipo. ¡Ese hilo atado alrededor de tu pelo debería ser suficiente!

Sakuya
Sé que es el final, pero… no lo pareciera x.x el autor es una mala persona que nos deja con la intriga T_T

Baño de la Diosa – Después de la Historia, Parte 3: Un cierto príncipe en el caos y un cierto doble

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


—Olvidé mi toalla…

El chico se dio cuenta cuando ya había comenzado a bañarse con el agua caliente en la bañera de piedra. Seguí leyendo “Baño de la Diosa – Después de la Historia, Parte 3: Un cierto príncipe en el caos y un cierto doble”

Baño de la Diosa – Después de la historia, Parte 2: Un cierto Príncipe Súper Oscuro

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Los bloques de construcción fundamentales de la torre eran piedras grandes y frías.

Durante el año pasado, estas paredes de piedra gris fueron el límite del mundo entero del niño.

Al comienzo de su encarcelamiento, había arañado la gran puerta de piedra muchas veces, tantas que ya había perdido la cuenta.

Hubo momentos en que gritaría hasta que su voz no pudiera más y períodos en los que derramaría incontables lágrimas porque anhelaba estar afuera.

Pero eso solo duró unos días.

Ahora la sangre en la puerta ha estado seca durante mucho tiempo, manchando la piedra.

Nunca podré salir afuera de nuevo.

Después de aceptar ese hecho, el niño comenzó a pasar el resto de sus días en paz.

Lo único que perturbaba en su corazón, eran las pequeñas tiras de papel enrollado que se deslizaban secretamente.

Ofrecieron palabras de aliento y falsas promesas que nunca se cumplieron; un hecho que lo irritó más.

¿Por qué escribir palabras tan crueles como, “Definitivamente lo sacaremos de allí”, cuando la única llave de la puerta de la torre estaba colgando alrededor de su cuello?

Después de las primeras, dejó sin abrir esas notas que parecían aparecer de la nada, y continuaron acumulándose en una esquina de la habitación.

Todo lo que el chico tenía para ver era un mapa antiguo y algunos cuentos viejos que había encontrado en la torre.

El sueño de vincular el mapa y la historia juntos fue lo único que mantuvo cuerdo.

Fue en ese estado mental que, un día, vio a una mujer desnuda aparecer frente a él.

Ah, finalmente me volví loco…, pensó.

Qué alucinación adecuada para que un loco vea: una mujer imaginaria. Sin embargo, el sorprendente realismo de todo eso desconcertó al niño.

No sabía si estaba soñando o estaba despierto, pero aun así le confió la llave de la torre. Nunca la había tirado, pero, al mismo tiempo, había evitado mirar la llave con todas sus fuerzas.

Incluso él no estaba seguro si lo hizo porque quería deshacerse de la última esperanza, o porque quería creer en ello una vez más.

Un rato después de ese breve encuentro, la puerta cerrada, se abrió frente a sus ojos.

Y con eso, la antigua Torre del Pecador Silencioso se derrumbó.

Baño de la Diosa – Después de la historia, Parte 1: Un cierto rey ambicioso

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Montañas de arena que cambiaban de forma en el viento.

Karasu suspiró mientras se apoyaba en la roca que le daba sombra, la cual se extendía a lo largo de la arena. Seguí leyendo “Baño de la Diosa – Después de la historia, Parte 1: Un cierto rey ambicioso”

Baño de la Diosa – Capítulo 19: La tormenta de l’Jibro

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Un hombre tarareaba mientras agitaba una olla bajo el cielo estrellado.

Los ingredientes que parecían ser hongos y verduras, se mecían de arriba abajo en el líquido hirviendo. Seguí leyendo “Baño de la Diosa – Capítulo 19: La tormenta de l’Jibro”

Baño de la Diosa – Capítulo 18: Una genio

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Mira nació en un pueblo pacífico.

Situado lejos de la capital, el suelo era fértil, y sus estaciones eran hermosas.

Si te dirigías al extremo oriental del Reino de Insen, encontrarías algunas montañas, y al cruzarlas llegarías a la Tierra de Arena.

Estando situada en una cuenca formada por aquellas montañas y aun cuando su verano era sofocante y sus inviernos helados, no era perturbado por las inundaciones, ni por la nieve.

Casi todos los habitantes del pueblo ganaron sustento del crecimiento de Zhaltkane. No era un estilo de vida fácil. Al llegar la época de cosecha, las cosas se volvían tan ocupadas que incluso era necesaria la ayuda de un khat. Aún así, el tiempo que pasaron aquí fue relajado y cálido.

El precio de zhaltkane se había mantenido estable durante mucho tiempo. Incluso si no podían vivir de una manera lujosa, era posible vivir de zhaltkane, sin carecer de comida ni ropa. Tal vez por eso los aldeanos eran tan gentiles y despreocupados.

Mira tuvo un pensamiento. Si hubiera nacido en otro lugar, seguramente habría sufrido mucho durante su vida..

Mira estaba agradecida por su familia. Lo estaba con todos los aldeanos. Y agradecida al zhaltkane también.

El estilo de vida constante le dio a los aldeanos paz mental, y dio a luz un lugar capaz de aceptar incluso a una persona como ella.

Mira era consciente de que era una extraña.

Desde la infancia, siempre parecía tener unos cuantos tornillos sueltos. Se quedaba mirando fijamente al cielo, e incluso cuando la llamaban, no contestaba. También tenía problemas para quedarse en un lugar, ya que a menudo desaparecía sin que alguien se diera cuenta. Y finalmente, siempre era descubierta en lugares extraños.

No fue sólo una vez que los aldeanos tuvieron que buscarla. Y aun así, ninguno de ellos la rechazó, simplemente la cuidaron amablemente.

Todos la habían visto como un niño que necesitaban proteger.

Y cuando cumplió los ocho años, su evaluación cambió repentinamente.

La razón por la que ella miraba inexpresivamente al cielo era porque estaba recibiendo preguntas de todo el mundo, y pensando en sus respuestas. La razón por la que nunca contestaba era porque las preguntas le exigían toda su atención, y nunca se dio cuenta de que hablaban con ella para empezar. La razón por la que nunca se quedaba en un lugar era porque una vez que encontraba su interés en algo, perdía de vista todo lo demás.

El maestro que se dio cuenta de su talento también era un extraño. Aunque se había graduado de una universidad de élite en la capital, prefirió darle la espalda al camino de convertirse en un oficial y en su lugar enseñó en una escuela de un pueblo rural en el que Mira vivía.

Una vez, Mira le preguntó por qué había venido a su aldea.

Dio una sonrisa algo burlona, y murmuró:

—Porque descubrí que yo era como una rana en un pozo. Y me escapé. Pero tú… —dijo el maestro, mientras ponía su mano sobre la cabeza de Mira.

No mucho después, aconsejó a sus padres que la dejaran asistir a la escuela en la capital.

Al principio dudaron cuando afirmó que su hija era un genio innegable.

Pero después de ver a Mira distinguirse bajo sus enseñanzas, comenzaron a considerarlo seriamente.

Sin embargo, Mira se negó.

El zhaltkane había concedido un estilo de vida constante. Pero apoyar a un niño que vivía en la capital era inquietante.

No sólo eso, Mira era una mujer. Incluso si se convertía en una excelente estudiante con calificaciones fantásticas, era casi imposible convertirse en un alto oficial, y aún más imposible que pudiera entrar en la universidad.

No tenía sentido forzar una carga a sus padres y dos hermanos si ella no podía pagarlo.

El maestro lloraba por su talento, pero Mira no tenía remordimientos.

Mira sabía que había muchas cosas que aprender, incluso sin ir a una universidad de lujo en la capital.

Las flores de los campos, los insectos que se arrastraban por la tierra, la luna y las estrellas que resplandecían en el cielo nocturno. Las preguntas sobre el mundo eran infinitas, y ella nunca estaría carente de cosas para reflexionar. Para Mira, todo a su alrededor era un maestro también.

Y así, la valorización hacia Mira había cambiado completamente después de que el maestro se había trasladado a la aldea.

Hasta los ocho, habían estado preocupados por la ausente niña distraída, pero después de eso fue elogiada como prodigio.

Y ahora, cuando tenía veinte años, su valor cambió una vez más.

—La diferencia entre un genio y un idiota es delgada.

A veces, en la incredulidad y a veces en broma, esa línea  era utilizada para describirla.

A pesar de que ella era mayor ahora, ni su distracción ocasional o su hábito de desaparecer, se habían arreglado en absoluto. Ella era dolorosamente consciente de que era un problema.

Mira sabía que esta nueva evaluación le quedaba perfectamente.

Y ahora, considerando la situación en la que se encontraba…

—Realmente podría ser un idiota —murmuró mientras suspiraba.

¿Por qué las cosas llegaron a esto…?

Todo comenzó con el lago en el borde del pueblo. Ella se había propuesto observar los huevos de un insecto que hizo sus nidos en hojas de Asch, encontradas en orillas del lago. Fue entonces cuando se dio cuenta del cambio.

A pesar de que no había estado lloviendo, el nivel del agua había aumentado.

En este punto, ella debería haber corrido de regreso a la aldea y discutido con los aldeanos y su maestro.

El agua del lago se utilizaba para la irrigación así como para los arrozales. Un cambio en el lago era un asunto serio para el pueblo.

Pero el mal hábito de Mira volvió a surgir. Con una nueva pregunta en su mente, todo lo demás fue obviado.

Era como si todo el sonido de su entorno desapareciera, y su visión se estrechara hasta que sólo podía ver una cosa. Lo único que sabía era que tenía que ver con el lago.

Mira recorrió la circunferencia del lago, y notó que uno de los arroyos que se alimentaban de él se había profundizado. Y así, comenzó a caminar y seguirlo río arriba.

Continuó observando mientras caminaba, cuidando el terreno bajo sus pies. Cuando cayó la noche, montó una hoguera y descansó, y cuando se hacía de día, ella reanudaba la caminata.

Mira siguió caminando, dando gracias a su madre que había preparado comida y una piedra afilada por su hábito de vagabundear, y finalmente llegó a lo que creía que era la fuente.

Ahora estaba en un bosque.

Un bosque común de zuki al que venían los aldeanos a menudo para obtener madera.

Pero hubo un claro cambio. El suelo estaba lleno de lodo en una gran área alrededor del bosque.

El río continuaba más allá, pero aquí se detenía el enturbiamiento. Era probable que este lugar fuera la causa entonces.

Con una rama de árbol, Mira cavó el suelo por aquí y allá. Sólo cavar un poco era suficiente para encontrar agua.

Los árboles zuki necesitaban un ambiente seco. Encontrar esa cantidad de agua aquí significaba que incluso los árboles más saludables de aquí se pudrirán y morirán un día.

En cuanto a la causa, en primer lugar, Mira consideró los cambios en el clima, causado en la cima de la montaña intentado descongelar e inundar el lugar.

Pero aun así era extraño ya que, sólo este lugar estaba mojado. En ese caso, la siguiente idea que surgió fue un cambio en las corrientes de las napas subterráneas.

Teniendo en cuenta la cantidad de agua que brotaba más abajo prefirió excavar. Esto parecía ser correcto.

Por el momento, el aumento del volumen de agua era suficiente para cubrir el bosque. Pero si esto seguía creciendo tal vez las corrientes de agua subterráneas cambiarían de nuevo, entonces el zhaltkane sin duda se vería afectado también.

Esta vez, se le ocurrió la idea de volver al pueblo. Caminó por el fango, midiendo su alcance, así como el nivel del agua en los árboles mojados. Luego, justo cuando pensaba regresar y estaba limpiando sus manos fangosas en su ropa, sucedió. Dos animales nunca antes vistos, pequeños y de orejas largas aparecieron frente a ella.

El animal saltó de un agujero del tamaño de dos manos ahuecadas, y luego comenzó a rascarse la base de su oreja con sus patas delanteras. Sus ojos eran redondos, y debajo del barro había piel blanca. Después de sacudir el barro de su cuerpo, notó a Mira, y luego comenzó a dar saltos en el bosque.

En ese momento, la idea de volver al pueblo desapareció de su mente. Ella persiguió a través de la luz buscando los animales. Estaba sin aliento, sus piernas estaban sucias de salpicaduras de barro, pero Mira no se preocupaba.

Después de una larga, larga persecución, de repente terminó.

Fue cuando abandonó el bosque y acababa de llegar a una zona llena de hierba.

El animal soltó un grito, y de pronto, sus largas orejas ya no podían ser vistas mirando desde la hierba.

Corrió a donde había estado gritando, y encontró que los dos animales estaban allí, sangrando.

Preguntándose qué había sucedido, miró a su alrededor, pero sólo vio hierba siendo soplada por el viento.

Aunque Mira sintió que algo andaba mal, agarró a los dos animales, planeando llevarlos para estudiarlos.

Pensándolo más tarde, eso había sido un error.

Justo cuando registró dos polos negros y brillantes, emergiendo de la tierra ensangrentada, esos polos resultaron ser un insecto gigantesco que apareció ante ella.

Al ver que sus cuernos eran parecidos a órganos que se movían, Mira colocó inmediatamente los animales en su bolsa y corrió.

Mientras corría, miró hacia atrás para encontrar que el insecto había desaparecido … En cambio, una ola en el suelo pareció seguirla. Era aún más aterrador que el insecto que la perseguía al aire libre.

—¡Gyaaaaaaaaaaaaaaaahhhh! ¡Manténte lejos! ¡Por favor, mantente alejado! ¡Soy toda piel y solo huesos! ¡No soy sabrosa en absoluto!

El insecto gigante contestó su desesperada súplica al aparecer desde el subsuelo.

Mira se aferró a un árbol solitario en las llanuras, intentando desesperadamente trepar.

La escalada en árboles no era su punto fuerte, pero su desesperación de alguna manera la levantó.

Pero no podía relajarse. Aunque las seis patas huesudas del insecto no parecían adecuadas para trepar a los árboles, si lograba subirla, sería el final para ella.

Con la cara llena de mocos y lágrimas, Mira oró para que no pudiera alcanzarla.

Pero la oración de Mira fue contestada de una manera misteriosa.

Apareció un niño, y luego, por alguna razón una mujer medio desnuda. Dos fantasmas aparecieron para salvarla.

Ordenado por el chico fantasma, lanzó la bestia de orejas largas (aparentemente llamada un sunarabi) lejos de sí misma.

El dúo de fantasmas desapareció inmediatamente, pero el insecto (llamado arrijighock por los fantasmas) permaneció un rato detenido por la sangre sunarabi.

Sus manos, todavía temblando de terror, frotaban la ropa mojada del niño fantasma contra su piel.

Sólo una vez que se aseguró de que el olor penetrante se había transferido a su piel, pudo finalmente sentirse un poco aliviada

Justo como el chico le sugirió, Mira obligó a su mente aterrorizada a trabajar de nuevo, y se dio cuenta de que el arrijighock se mantenía alejado del olor.

Luego esperó pacientemente.

El arrijighock vagabundeó por las manchas de sangre, antes de desaparecer finalmente en la tierra.

Una vez que el sol se había puesto completamente, envolvió la ropa del niño fantasma alrededor de sus piernas y bajó del árbol.

Entonces, ella corrió. Corrió, corrió y corrió.

Había dejado a regañadientes la bolsa ensangrentada.

Gracias a ello, la pequeña capa de cuero embebida en aceites para repeler la lluvia, así como sus alimentos portátiles habían llegado a nada.

Fue sólo cuando sus rodillas temblaron que sus piernas se sintieron débiles, y estaba segura de que no podía dar un paso más allá si no encontraba una roca para arrastrarse.

Se mojó la garganta con su saliva, y luego se acostó en una roca. Mirando hacia el cielo lleno de estrellas, finalmente se calmó.

Había mucho en qué pensar…..Un cambio a las corrientes de agua subterráneas, sunarabi, y arrijighock. Ella tenía un montón de preguntas sobre los fantasmas también, pero tener todo esto en cuenta ya habría superado su propia capacidad.

Decidió olvidarlo por ahora.

Mira sólo tenía la intención de usarlo para calmarse, pero a medida que trazaba cada constelación, una a una, finalmente fue absorbida por el juego.

Después de trazar más de cincuenta constelaciones, sus párpados se hicieron pesados.

Justo antes de que dejara el juego, un impulso que dominó incluso el sueño la asaltó.

Me duele el estómago…

¿Era porque había estado expuesta a demasiado miedo, o era porque ella se había acostado en este frío peñasco sin limpiar su sudor?

Impulsada por el intenso dolor, Mira rodó fuera de la roca, cavó un agujero, y luego se agachó a través de él, donde se quitó la ropa.

En algún momento, su sudor la había congelado.

Después de hacerlo justo a tiempo, y aliviándose del dolor, miró a su alrededor y luego se puso pálida.

En cuanto a por qué, era porque el lugar estaba rodeado de nada más que árboles urcyn, con su savia venenosa.

Si no hubiera estado obsesionada con contar las estrellas, si se hubiera encargado del frío, si hubiera observado la vegetación circundante, si no hubiera perseguido el sunarabi, y simplemente se hubiese dirigido directamente al lago para empezar …

El arrepentimiento la atormentaba sin cesar.

Con sólo una esperanza a la izquierda, ella revisó sus bolsillos. Dentro de su chaqueta, encontró sólo un cilindro, que duro al tacto, y estaba hecho polvo. Era zhaltkane. Antes de ir al lago, había ido a los campos a cortar un pedazo para ver cómo estaban las cosas. Naturalmente, no podía usar esto para limpiarse.

¿Podría renunciar y olvidar todo, o lidiar con su instinto?

Miserablemente atrapada entre estas dos opciones horribles, ella dio un gran suspiro y murmuró para sí misma.

—Lo sabía… Realmente podría ser una idiota.

—¿Eh? ¿Una idiota?

Aunque nadie debería haber respondido, una voz confusa llegó a sus oídos.

—Eso es raro. Le pedí a la ventana que me conectara con alguien culto.

Los murmullos procedían de la voz de una mujer joven.

Mira volvió la cabeza confundida. Había todavía un largo camino desde el pueblo, y ella recordó que ni siquiera había una choza por aquí. Esto no era un lugar para que una mujer vagara en medio de la noche.

—Bueno lo que sea.

Mira podía oír la voz perpleja de la mujer desde el otro lado de la roca.

—Ummmm, ¿quizás estás preocupada? O mejor dicho, ¿dónde rayos estás?

—¡Estoy aquí! ¡En realidad estoy muy preocupada ahora …!

Era imposible no sospechar de una voz en medio de la nada. Pero no podías escapar de una emergencia sin arriesgarte, y lo que es más importante que nada, el hecho de que fuera una mujer la que había alentado a buscar ayuda.

—Mm. ¿En el otro lado de la roca? ¿Podrías venir aquí?

—Eso… umm, estoy… como decirlo… estoy casi atrapada aquí en este momento…

—Entonces espere un poco, ¿de acuerdo? Cogeré ropa y zapatos, y me iré allí una vez que me cambie.

Mira se quedó en silencio.

Si ella necesitaba ir a buscar ropa, ¿entonces no significaba que esta mujer estaba desnuda?

Había comprobado muchas veces. No había señales de ningún ser humano en este bosque. ¿Qué hacía una mujer caminando desnuda aquí?

Endgame
Era exhibicionista por supuesto

—¿Podría ser que está en una cita con un amante …?

Simplemente pensando eso, la cara de Mira se había convertido en un rojo brillante.

Y entonces ese rojo brillante se volvió blanco de muerte.

Si ella estaba en una cita con un amante, entonces por supuesto, eso significaba que había un hombre cerca. Si los dos vinieran aquí, la verían sentada en cuclillas con todo el trasero expuesto. No, incluso si fuera sólo la mujer, no cambiaría el hecho de que era vergonzoso.

Endgame
Es lo más cercano a una convención exhibicionista que leeré en mi vida

Mira, frenéticamente llamó para detenerla.

—Para por favor. Es un poco problemático para ti venir ahora mismo…

—Oh, ¿de Verdad? Eso es preocupante. En realidad quería pedirte un favor, pero… ¡Ah, ya lo sé!

Aparentemente la mujer había pensado en algo.

Mira esperó pacientemente.

Después de un rato, la voz de la mujer volvió a aparecer.

—Voy tirarte algo. Cógelo, ¿de acuerdo?

¿Eh? ¿Atrapar qué?

Antes de que pudiera preguntar, algo se deslizó suavemente por el aire, para aterrizar ante sus ojos.

Cuando Mira lo vio por primera vez a través del aire, pensó que era una cometa de papel.

De hecho, su maestro era un entusiasta de los cometas. Era su sueño crear una cometa lo suficientemente grande como para montar. Para apoyarlo, ella ayudó con los esquemas y materiales, pero por alguna razón los aldeanos los detuvieron en pánico.

Debido a que había leído varios libros sobre la fabricación de cometas de papel, tenía un poco de confianza en su conocimiento de ellos.

Pero cuando ella extendió la mano y recogió el papel, descubrió que era diferente a cualquier cometa de papel que conociera.

La cosa en sus manos había sido creada a través del plegamiento.

Con una cabeza puntiaguda, y un juego de alas, trajo la imagen de un pájaro a la mente.

¿Fue la cabeza repetidamente plegada, y el peso añadido a ella para modificar su centro de gravedad y poder de elevación?

Curiosa acerca de cómo se hizo, se desplegó, y se convirtió en un pedazo de papel en sus manos.

Mira jadeó.

Se decía que los ricos comerciantes del Capital no usaban hojas, sino papel, para secarse el trasero.

Esta mujer seguramente sabía sobre la situación de Mira, y envió esto para ayudarla, mientras fingía con tacto que no sabía nada.

Aunque Mira sentía que era un desperdicio hacer esto a una cometa tan curiosamente doblada, la mujer dijo que ella tenía un favor que pedirle también.

—Hey, ¿te alcanzó? —exclamó la mujer.

Mira tomó una decisión. Necesitaba devolverle ese favor.

Justo antes de que se secara el trasero, algunas palabras se hicieron visibles bajo la luz de la luna, pero no prestó atención y se limpió, antes de tirar el papel al agujero y luego enterrarlo.

Después de arreglar su ropa, subió a la roca. Como era de esperar, la mujer estaba al otro lado. Y, estaba completamente desnuda.

Lo inesperado era que la mujer no era una simple mujer.

Mira recordó este misterioso vehículo rectangular con luces brillantes.

La mujer era el fantasma que salvó a Mira del arrijighock.

Cuando vio por primera vez a un fantasma, algo que siempre había pensado que era imaginario, se sorprendió por el shock, y luego se asustó.

Pero ahora que uno la había salvado de una crisis, no una sino dos veces, incluso ese terror había disminuido en gran medida.

—Muchas gracias. Me salvaste.

Cuando Mira llegó desde detrás de la roca, encontró a la mujer mirándola con sorpresa.

—¿Eh? ¿Te salvé? O mejor dicho, ¿no eres la persona que fue atacada por el arrijighock?

—Sí. Gracias por ayudarme en ese momento.

—Puedes agradecerle a Roten. No a mi.

Mira supuso que Roten era el nombre del niño fantasma.

—Um, esta podría ser una pregunta incómoda, pero ¿ese insecto era tu familiar, Señorita Fantasma?

Ahora que se encontraba con un fantasma por primera vez, su curiosidad brotó.

—Ah, no, no soy un fantasma ni nada. Roten tampoco lo es, por supuesto. Ah, pero la tribu de Roten, la tribu Ottko Yu puede comunicarse con arrijighocks, así que quizás llamarlos familiares no es del todo equivocado.

—La tribu Ottko Yu. He oído hablar de ellos. La desafortunada tribu que escapó de la Tierra de Arena. Si recuerdo bien, se ganaron la vida cavando pozos, o algo así …

—¡¡¿Qué?!! —dijo con impacto y shock. —Así que realmente eres culta. —El fantasma … o más bien, la mujer desnuda, sonrió felizmente hacia ella. —Lo siento por ser tan directa, pero ¿podrías decirme lo que dice esta carta?

Mira casi no pudo tragar su grito.

¿Eso no fue papel dado para limpiar su trasero?

—Cuando hayas terminado, puedes hacer lo que quieras con ella. Es sólo una suposición, pero creo que será muy útil para usted en el futuro.

Además era útil…

—Por cierto, ¿dónde está?

Tal vez sintiendo alguna duda porque Mira era tensa y silenciosa, la mujer le lanzó una mirada penetrante.

—¿Eh? Ummm… Eso… Ummm…

Todo su cuerpo corría con un sudor frío.

La mujer dijo que no era un fantasma, pero definitivamente era una existencia con poderes sobrehumanos y trascendentales.

Si Mira se ganaba su ira, incluso podría perder su vida.

—¿Oh? ¿No te alcanzó? Tal vez no debería haberlo usado como avión de papel. —murmuró la mujer, mientras se rascaba la cabeza.

Mira no pudo soportarlo más y cayó al suelo.

—¡Mis más profundas disculpas! Mi estómago me estaba incomodando, y después de terminar mis asuntos lo usé para limpiarme. Lo enterré junto con la basura, p-pero había algo importante escrito en ella, ¿no? Voy a desenterrarlo. Sólo, porque mi estómago estaba molesto, había un montón de líquido y… si todavía se puede leer es…

Realmente era una idiota. La idiota más grande de toda la tierra. A pesar de que apenas había sobrevivido, aquí había ido y arrojado su vida de nuevo. No podía dejar de sentir arrepentimiento por no poder vivir para ver a su maestro cumplir sus sueños de subir los cielos.

—Aaahhhh~~~ No, eso fue mi culpa…

Al oír la voz atónita, Mira levantó la vista para encontrar a la mujer con su humor destrozado.

—Así que eso es lo que querías decir cuando no querías que fuera, ¿eh?

—¿No estás enojada? —preguntó tímidamente Mira.

La mujer simplemente dio una sonrisa despectiva a sí misma.

—Sin saber lo que estaba pasando, incluso fui y le pedí un favor. Eso fue culpa mía.

—Realmente lo siento…

Mira bajó la cabeza. La mujer era una persona sorprendentemente buena, lo que la hizo sentir más patética por no poder ayudarla.

Intentó, por lo menos recordar lo que vio bajo la luz de la luna. No era el lenguaje utilizado en el Reino de Insen, pero recordó a su maestro enseñándole en el pasado.

—Umm, por lo que podría decir, creo que vi algo como “juguete” y “natillas” o algo. Eso fue todo lo que vi. ¿Cómo puedo pedir disculpas…? [1]]

—Ummm, no te preocupes, ¿si? ¡Ah, ya sé! De hecho, tengo un favor más que pedirte, ¿podrías ayudarme con eso? Por favor, préstame tu conocimiento. He estado buscando a alguien para leer esa carta de la flecha y responder a mi pregunta…

—Haré todo lo que pueda para ser de utilidad —respondió Mira, su rostro ahora floreció en una sonrisa brillante.

—Gracias a dios. Verás, hubo en realidad una ceremonia para determinar al próximo jefe de la tribu Ottko Yu, y me estoy preguntando sobre las palabras del arrijighock que Roten escuchó mientras estábamos allí.

—¿Las palabras del arrijighock?

—Sí, seguían diciendo “No podemos quedarnos aquí “,” No está aquí ” y ” Vamos a perseguirlo “, estaban buscando un sunarabi. Y también a Yuataree, ah, Yuataree es la hermana mayor de Roten, ¿sabes? Ella también es la nueva jefa, y ella dijo que los insectos habían estado murmurando algo una y otra vez. Así que, es sólo un pensamiento, ¿de acuerdo? Si todos los sunarabi han desaparecido en alguna parte, entonces el arrijighock tendrá mucha hambre, ¿no? Entonces, ¿no significa eso que la tribu Ottko Yu vivirá una crisis también? Después de todo, dependen el uno del otro, la tribu y el arrijighock .

—Eso tiene sentido.

—Así que lo que quería preguntar era, ¿dónde exactamente ha desaparecido el sunarabi? Actualmente, ahora que lo mencionas, tenías sunarabi la última vez que nos conocimos, ¿Dónde estaba eso?

Mira podía presumir de su descuido. Pero la mujer delante de ella parecía ser un buen partido en ese sentido.

—Este es el Reino de Insen. Estamos situados al oeste-noroeste de la tierra de arena, Yohk’Zai.

—Entonces, ¿significa eso que estamos muy lejos de la tribu Ottko Yu?

—No sé dónde vive la tribu de Ottko Yu, pero sospecho que estamos muy lejos de ellos.

—Supongo que eso es así. ¡Ah! Caramba, ¿por qué el sunarabi se movió tan lejos? ¿No hay manera de que podamos hacer que regrese? ¿Podríamos usar el arrijighock para reunirlos o algo así?

Mira se sostuvo la barbilla durante un rato, antes de sacudir la cabeza.

—Incluso si los perseguimos de nuevo, no creo que podamos devolverlos a donde la tribu Ottko Yu está viviendo. Primero, pensemos en por qué el sunarabi se movió para empezar.

Mira creía firmemente que todo tenía una razón.

De los cambios en la forma de la luna, a la razón de que las appas caían de los árboles, nada sucedía porque sí. Siempre había una razón.

Hubo un incidente que ocurrió medio año después de que su maestro se trasladó a su pueblo. Los baabaas de la familia de Mira, así como los hogares vecinos, de repente comenzaron a tener problemas para producir leche.

Los adultos ignoraron el asunto y lo escribieron con la razón: “Bueno, esto sucede a veces”.

A veces había mucha leche, y a veces había menos. Un día, los baabaas empezarían a producir leche de nuevo, razonaron, y lo dejaron solo.

Pero Mira no pudo evitar preguntarse. Las baabaas de su familia eran todas jóvenes, y comían mucho también, así que no podía pensar en por qué no producían más leche.

Mira no podía dejar de querer averiguar por qué. Y así ella se salió de la escuela, y pasó todo el día siguiéndolos. Esperó a que su familia se quedara dormida, y luego con una almohada en una mano, esperó a lo largo de la noche por el lado de las baabaas, y finalmente se encontró con la razón.

Había abejas en las sabanas de los Baabaas.

Los baabaas estaban siendo picados por las abejas, y debido a la incomodidad, dejaron de producir leche.

Además de la respuesta, Mira también recibió picazón en todo su cuerpo, el puño de su padre en la cabeza, así como su agradecimiento por sus problemas.

Los aldeanos inmediatamente quemaron toda la ropa de cama, y ​​después de eso empezó a fumigar las abejas.

Este incidente le dio a Mira confianza y convicción.

Todo sucedía por una razón.

Los sunarabi no habían dejado simplemente su vieja casa “sólo porque sí”. Ellos no habían venido simplemente al Reino de Insen ‘porque sí’.

El arrijighock siguió al sunarabi.

Entonces, ¿qué estaban persiguiendo los sunarabi que les llevó hasta allí?

Los pensamientos de Mira inmediatamente la llevaron a un mundo de silencio.

Las anormalidades en el lago. El bosque enlodado. El sunarabi que apareció desde el agujero, y el arrijighock que hizo un túnel a través de la tierra.

—Por último, la antigua profesión de Ottko Yu.

Los muchos hilos desatados se unieron en una sola cuerda.

—¡Los sunarabi perseguían el agua!

—¿Eh? ¿Agua?

—Está bien. Las corrientes de agua subterráneas cambiaron. El sunarabi que encontré había salido del suelo. El sunarabi probablemente se mueve entre la superficie y las corrientes de agua subterráneas. La razón por la que la tribu Ottko Yu fue capaz de cavar pozos en el pasado fue porque el arrijighock buscaba el sunarabi, y la tribu podría utilizarlos para determinar el flujo de agua subterránea.

—¡Oohh! —exclamó la mujer mientras aplaudía. —En ese caso, el Ottko Yu probablemente no puede seguir viviendo donde están ahora, ¿no?

Mira asintió.

El problema se extendería más allá de la tribu Ottko Yu. Si las corrientes de agua subterráneas cambiaron, afectaría a las tierras en todas partes. Insen también.

Mira sacó el zhaltkane de su bolsillo.

—¿Qué es eso?

—Zhaltkane. ¿Sería tan amable de mirarlo?

Mira pasó el zhaltkane y la mujer lo examinó curiosamente desde varios ángulos.

—Es un producto para condimentar lo que mi pueblo cultiva, pero debido a los cambios en las napas subterráneas, tal vez no podamos más…

La voz de Mira era oscura. ¿Cómo iba a dar esta noticia a los aldeanos que dependían de esto para su sustento?

—Ya veo. Así que no es sólo el Ottko Yu que está preocupado. Hmm… Para ser honesta, creo que ya he pasado mucho tiempo antes de “entrometerse” hasta ahora… —murmuró la mujer, impotente. —¿Debo dejar que Roten sepa primero? Pero entonces…

La mujer gimió.

—Aaahh, supongo que voy a descansar por hoy. Tengo que despertar temprano mañana. Eso es un, ¿uh? Zhaltkane, ¿verdad? ¿Puedo tomar esto? Si no tomo algo de aquí, podría no ser capaz de conectarme con la siguiente persona.

No entendía de qué estaba hablando, pero no era nada perder un zhaltkane o dos, por lo que accedió de inmediato. La mujer levantó los brazos con cansancio y colocó una mano contra el borde del vehículo.

Un sonido crujiente llegó a los oídos de Mira, y la entrada se cerró.

Justo antes de que la mujer desapareciera, Mira lo recordó.

No era “juguete”, era “niño”. Y no era “natilla”, era “custodia”.

—¡Esa carta! ¡Decía “niño” y “custodia”!

Mira rápidamente gritó para que la escuchara la mujer, incluso el vehículo desapareció sin dejar rastro.

Oh dioses. Todavía no me he lavado las manos.


[1] Las natillas son un postre lácteo muy extendido en la gastronomía española. Se trata de una crema elaborada con leche, yemas de huevo, azúcar y aromas como la vainilla o el limón.

Baño de la Diosa – Capítulo 15: Mujer exhibicionista

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


A Izumi le encantaba bañarse.

En los veranos bochornosos cuando sentía que estaba hirviendo. En los inviernos cuando sentía que sus huesos se congelarían. Y, por supuesto, incluso en primavera y otoño, ella continuaba disfrutando de sus baños. Seguí leyendo “Baño de la Diosa – Capítulo 15: Mujer exhibicionista”

Baño de la Diosa – Capítulo 14: Símbolo de Linaje

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


El aire se hacía espeso junto al aroma de las plantas.

Las vides crecían entre los árboles obstaculizando el camino hacia adelante, mientras que la maleza llega hasta las caderas. Seguí leyendo “Baño de la Diosa – Capítulo 14: Símbolo de Linaje”

Baño de la Diosa – Capítulo 10: ¿Un fantasma?

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Su posición era inestable. La arena continuó oscilando. A su lado, el ruba que había aguantado el carro se había derrumbado por el peso.

Sohv desesperadamente estimuló al ruba que montaba mientras extendía un poco la mano al otro. Sus dedos lo rozaron. Pero eso fue lo más lejos que fueron. Seguí leyendo “Baño de la Diosa – Capítulo 10: ¿Un fantasma?”

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