Juro que no volveré a acosarte – Prólogo

Traducido por Devany

Editado por Shiro


Nunca había odiado tanto su propia estupidez como en ese momento.

Mirando sus tobillos encadenados a las paredes de su celda, Violette maldijo por enésima vez. Las maldiciones estaban, por supuesto, dirigidas a ella misma. Después de todo, la verdad siempre estuvo justo delante de sus ojos, hubo demasiadas señales por todas partes. Aún así, era demasiado tarde cuando se dio cuenta que se había negado a ver las cosas, completamente ciega de la realidad.

Su padre quien seguía traicionando a su madre. La concubina a la que su padre amaba incondicionalmente. Así como la media hermana fruto de ese amor. Incluso la persona que amaba, le fue arrebatada gracias a que su media hermana también le robó el corazón.

Todos ellos estaban tratando de matarla, de lastimarla. Trataron de pisotear su felicidad.

Mamá perdió la cabeza por culpa de papá… Por la concubina que robó el corazón de Padre, no soy amada. Todo por culpa de aquella segunda hija de mi padre y de su concubina. Nadie, ni mi madre, ni mi padre, ni siquiera la persona que amo, me ama, y todo es culpa de esa mujer.

Convencida de ello, odió egoístamente y acumuló rencor día a día. La venganza impulsada por la desesperación era ciertamente el colmo de la locura. Debido a eso hirió a mucha gente y, sin saber lo tonta que fue, terminó destruyendo muchas cosas con sus propias manos, por su propia voluntad.

Fue estúpido, completamente tonto. Un acto tan horrendo que no será perdonado aunque se disculpe. Cada vez que recordaba todos los actos horrendos que había cometido, su corazón se destrozaba un poco más, si es que era posible.

—Lo siento…

Nada podría reparar lo que había hecho, incluso el inclinarse hasta el punto en que su cabeza tocara el suelo no sería suficiente. Violette, quien egoístamente usó la fuerza y la autoridad, no podía quejarse, aún así era castigada por sus acciones.

Retribución. Autoflagelación. Merecía y quería el peor de los castigos, pero solamente recibió un trato indulgente, quedando atada con cadenas dentro de una celda.

En circunstancias normales, perder la vida era el final adecuado para ella. Seguir aquí, sólo era un castigo peor que la muerte.

Y las últimas palabras que le dio su hermosa media hermana no ayudaban en nada, pues como siempre fueron amables eso lo hacía aún más cruel.

Aunque ruegue expiar sus acciones, su amable media hermana no la castigará. Nunca pensaría en quitarle la vida. Su corazón compasivo con todos los seres vivos era tan puro como el de una diosa, siendo esto algo que Violette nunca podrá tener. Con su forma de ser, no se olvidará de Violette ni siquiera con el paso del tiempo. Cargando sobre su espalda con el error que su media hermana mayor cometió porque eran familia.

—Yo… lo siento…

Oh, qué opresivo era robarle a alguien la felicidad. Usando la pretensión de recuperar lo que era suyo como justificación, ahora el sólo hecho de pensar que sacrificó tanto por ello le generaba pesar.

Para los demás era lo mismo, nadie olvidará todas las atrocidades que hizo. Incluso la persona que una vez amó, para él, su existencia ahora sólo era una molestia.

Y aunque trabajó tanto por conseguir esa felicidad y amor que tanto deseaba, por más loco que sonara, ahora sólo podía lamentarse por ello. Pero no tenía caso que en este momento se diera cuenta de esto, después de todo, no servía de nada llorar sobre la leche derramada[1].

Una familia en la que nació un pecador nunca podría permanecer como aristócrata. En el mejor de los casos, la familia será degradada de rango, mientras que en el peor de los casos, la familia quedará en la ruina y será enviada al campo. De cualquier manera, no se les permitirá mantener su estilo de vida actual.

Era imposible para él, quien tenía orgullosa sangre real corriendo por sus venas, casarse con una hija proveniente de ese tipo de familia.

—Yo… Lo s…

Ah, qué desagradable. Sus disculpas, que no llegarán a nadie, eran inútiles. Sobre todo, no importaba qué palabras dijera en ese momento, todo ya había sucedido.

—¡Lo… sien… lo… lo… lo siento…! —Su voz estaba ronca y le dolía la garganta. Sus ojos se sentían calientes y su nariz se encontraba muy congestionada.

Irónico, quería ser amada y alabada por su característica belleza. Sin embargo, actualmente se encontraba terriblemente sucia, llena de lágrimas y mocos. Para empeorar las cosas, llevaba días siendo prisionera, encadenada en aquella celda, sin oportunidad de tomar un baño. Con cada día que pasaba se ensuciaba un poco más.

Lloró hasta que no tuvo más lágrimas que derramar. Se disculpó hasta que su voz se volvió ronca. Aún así, su pecado nunca será perdonado. Todo lo que sucedió jamás se podrá cambiar, sólo le quedaba arrepentirse, pero tampoco podía vivir así por siempre.

—Yo-yo… yo lo… sien… to.

Cuanto más se arrepentía, más recordaba ese día. El presagio de su corazón siendo devorado por su miedo de no ser amada, llevándola a la ruina. Exactamente una semana después de la muerte de su madre, el día en que su padre presentó y trajo a su nueva esposa e hija. La primera reunión de Violette con su media hermana. La cuenta atrás hacia el caos.

A pesar de saber que no tenía sentido, no podía dejar de pensar:

Si tan sólo pudiera volver a ese día. Si pudiera volver atrás antes de que todo empezara…

No cometeré más errores. Viviré hasta mi último aliento sin llamar la atención y sin hacer daño a nadie. Juro vivir sin molestar a nadie.

♦ ♦ ♦

—Violette… ¡Violette!

—¡S-sí!

—¿Qué te ha pasado? Dejaste de hablar de repente.

—¿Huh…?

Me encontraba al lado de padre, delante de nosotros estaban una mujer y una niña. La sonrisa entrañable de su cara le sentaba mejor que la cara manchada de lágrimas profundamente arraigada en mis recuerdos.

¿Estoy teniendo un sueño? O tal vez esto es un castigo donde estaré condenada a arrepentirme de mi pecado.

Sin embargo, la escena frente a mí era exactamente igual a la de ese día. Inesperadamente, volví a sentir el profundo dolor de haber perdido a mi madre, pero a la vez un profundo sentimiento de alivio se expandía dentro de mí por haber regresado.

Antes de que pudiera razonar todo esto, mi padre me presentó a su amada familia. Presentó a la mujer que sonreía suavemente como una madre y a la niña que sonreía inocentemente como mi hermana menor, como si estuviera haciendo alarde de la familia que yo no pude tener.

Era el recuerdo que rememoraba todo el tiempo dentro de mi celda. El día en que comenzó mi arrepentimiento.

—Mi nombre es Elfa. Es un placer conocerle.

—Soy Maryjun. Por favor, tráteme bien… hermana.

¡¿Qué ocurre?!

En ese momento, originalmente, le tiré té negro. No podía soportar la incomodidad que sentía al ser llamada su hermana y me frustraba su sonrisa, la cual parecía hacer alarde de su felicidad.

Incluso ahora, mi mano inconscientemente tomó la taza… Pero me las arreglé para detenerme en el último momento. Aún así, me fue imposible ocultar mi rígida expresión.

—Soy Violette Rem Vahan. Es un placer conocerlas, Lady Elfa y Lady Maryjun. —Incliné la cabeza para ocultar mi rostro. Puedo decir que a mi lado padre jadeó de sorpresa. Siempre le dirigía un trato frío cuando nos encontrábamos. No le saludaría ni le sonreiría, mucho menos bajaría la cabeza. De la forma en que mi padre me recordaba, este debía ser un comportamiento digno de orgullo.

—Odio interrumpir, pero ¿puedo disculparme un momento?

—Por supuesto…

—Entonces… si me disculpan. —Miré con recelo a mi confundido padre, hice una reverencia y salí del lugar.

Sin tener idea de lo que estaba pasando, levanté mi vestido y volví a mi habitación. No tenía ningún plan en particular al volver a ésta, pero estaba tan confundida, podría jurar que incluso más que mi padre.

Tan pronto como entré en la misma, busqué mi diario escondido dentro del segundo cajón de mi escritorio. Cuando encontré aquel libro grueso lo abrí buscando lo último escrito en él.

La fecha de ayer escrita con una letra familiar fue lo que me recibió. Ciertamente, este era el diario donde escribía todo desde pequeña. Venía con un cristal secreto que mostraba todo lo que no era capaz de enseñar o contar a nadie. La fecha era la del día anterior, y los eventos que ocurrieron mucho antes de mi encarcelamiento estaban descritos con una letra familiar.

—¿Por qué… qué significa esto…?

¿Me estás diciendo que el tiempo rebobinó? 

Eso era imposible. Increíble. Ni siquiera un mago podía deshacer lo que se había hecho. Pero contrario a mis palabras, en este momento, estaba desencadenada y fuera de mi celda.

—Esto no es… ¿un sueño?

Las sensación a través de mis dedos, la vista que presenciaban mis ojos, incluso el sonido del viento que llegaba a mis oídos era refrescante. Era difícil de creer que esto fuera un sueño.

Volví al lugar que deseaba, al día de mi arrepentimiento. Mucho antes de que todo empezara y yo deseara matarla. El día que perdí mi cordura.

—No volveré a cometer ningún error.

Para que no se me impongan ofensas o responsabilidades innecesarias. Para que nadie salga herido. Cumpliré el deseo lleno de disculpas que no llegó a oídos de nadie y que hice en esa celda oscura.

No volveré a molestar a nadie.


[1] “Llorar sobre leche derramada” es una expresión popular que significa lamentarse por cosas que ya no tienen remedio.

Devany
Ya llegó por quien lloraban B) ustedes votaron por que fuera la primera en publicarse, y aquí estamos <3, sean bienvenidos a una historia que promete drama, a la que le tengo mucho cariño y sé que no se arrepentirán de leer. Espero me acompañen a lo largo de ésta. Estén seguros de que trabajaré, con ímpetu y latigazos, para darles la traducción que merecen.

Shiro
¡Aquí Shiro! Esta novela será la primera que edite desde el comienzo, ¡y BG para más! XD Un gusto para mí trabajar con Dev y hacérselas llegar. ♥

9 respuestas a “Juro que no volveré a acosarte – Prólogo”

  1. Una historia que empieza con la protagonista en la miseria. Se ve interesante ya que vengo del manga y aca te explican que ella se arrepiente de lo que intentó hacer y eso hace mas doloroso entender la situación en la que está.
    Muy buena traducción seguiré leyendo esta historia a ver cómo cambia esto

  2. Vine hasta aquí abajo solo para comentar: QUE COMIENZO MÁS TRISTE. Pobrecita.

    Y gracias también por publicar y traducir esta historia. Son los mejores :*)

  3. Ahh que recuerdos, el manga de esta novela creo q he fue el segundo que leí porque era de la misma autora de Mariabell, muchas gracias por traducirlo!! Creo que las traducciones de aquí son las mejores porque es la primera vez que logro entender los capítulos de esta novela (que bruta yo que ni se leer 😅). Creo que era inevitable que en el pasado el príncipe la friendzoneara, si hasta tiene el nombre: Violette “REM” Vaham, no sé porque cuando ella se presentó me imagine al príncipe diciendo: Lo siento yo amo a Emilia… Digo a Maryjun. Ok no.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido