Al límite – Capítulo 59: ¿Puede existir un hombre como ese?

Traducido por Ichigo

Editado por Ayanami


Tan pronto como entró en la oficina, Feng Jun juntó sus cejas.

—¿Por qué es que huele a toon chino en tu habitación?

Wang Zhong Ding respondió con un comentario muy superficial.

—Tienes un sentido del olfato muy agudo.

—¿Ni siquiera percibiste un olor tan fuerte como ese? —Se sorprendió Feng Jun—. Según recuerdo, solías ser muy sensible al olor de los toon chinos, tan pronto como un brote volaba en tu comida, lo tirabas todo.

Al final, Wang Zhong Ding no solo no lo tiró, sino que se comió cada bocado de comida impregnada con el sabor del toon chino.

¿Hay algo malo con mi nariz? Feng Jun dejó de preguntarse y fue directo al grano.

—El problema del gerente de Han Dong, ¿cómo planeas lidiar con él?

—Cambia a Ji Tao —respondió Wang Zhong Ding, después de pensarlo por un momento.

—Eso es lo que pensé también, el temperamento de Ji Tao y el tuyo es similar, no está dispuesto a tolerar el engaño, y las cosas que dice pueden corregir el desagradable defecto del carácter de Han Dong.

Justo cuando Feng Jun terminó de hablar, alguien llamó a la puerta.

—Jefe Wang, la señorita Wan ha oído que se va de viaje de negocios esta tarde, nos ha pedido, específicamente, que le traigamos algunos pasteles, por favor, llévelos para comer en el camino.

Wang Zhong Ding asintió.

—Gracias, póngalo ahí.

—Eso es muy considerado —bromeó Feng Jun.

Por la tarde, tan pronto como Wang Zhong Ding subió al coche, le preguntó a Feng Jun.

—¿Trajiste los pasteles?

—Los traje, ¿quieres comerlos ahora?

En realidad, Wang Zhong Ding no tenía apetito, pero en su filosofía de vida, el postre no se podía comer en horarios alternos, y sólo se podía consumir en el té de la tarde, y el té de la tarde debe terminar antes de las cuatro.

Ya eran las 15:55, a Wang Zhong Ding, que tenía un reloj biológico extremadamente preciso, le quedaban solo cinco minutos, después de que pasaran 5 minutos, hasta los pensamientos más preciados se convertirían en basura.

No puedo evitarlo, el número de TOC es así de mortal.

Tsk, tsk… No tengo ganas de almorzar, ¡así que sólo puedo alimentar el hambre con bocadillos! —Han Dong se paró en una esquina apartada, haciendo caso omiso del fuerte viento y pronunciando comentarios sarcásticos—. ¡Mira cómo tienes hambre, engullendo los alimentos, comiendo rápido así, no tienes miedo de que te atragantes! ¿Es este otro viaje de negocios? Es realmente triste que tengas que correr todo el día y no puedas comer una comida completa…

Mientras decía esto, Han Dong pensó repentinamente: ¿Por qué soy tan malvado?

Consciente de esta línea de pensamiento, se lavó esa idea apresuradamente.

Ser amable con el enemigo es ser cruel contigo mismo, ¡la felicidad no es comprometerse sino ser cruel!

Por lo tanto, levantó el cuello y, lleno de confianza, se dirigió a la suite.

♦ ♦ ♦

Wang Zhong Ding no regresó hasta la noche siguiente, hubo una inesperada y agradable sorpresa en el viaje de negocios, un único súper grande reloj de pulsera de cronógrafo de un solo botón que compró en una subasta. Tenía tanta prisa que no se quitó la ropa y sacó con impaciencia el tesoro, lo escudriñó cuidadosamente y lo admiró hasta la medianoche, como si estuviera en trance.

Han Dong tampoco podía dormir, no sabía qué clase de locura era ésta, en medio de la noche salió a dar un paseo sin tener en cuenta el fuerte viento. Entró en el edificio de oficinas, miró hacia arriba y vio que las luces de la oficina de Wang Zhong Ding estaban realmente encendidas.

¡Mierda! ¿Se comió su ración y aun así se quedó despierto hasta tarde?

No mucho después, Han Dong volvió a sus cabales. ¿Era asunto suyo si se quedaba despierto hasta tarde? ¿Podrías dejar de ser tan amable? ¡Querer proteger tanto a alguien! ¿No es tu bondad digna de una causa mejor?

¡Mierda! Vuelve a la cama, ¡seguirá apestando mañana!

♦ ♦ ♦

Al final, al día siguiente al mediodía, cuando Han Dong llevó la lonchera al edificio de oficinas, de repente, recordó cómo Wang Zhong Ding comía pasteles para “alimentar el hambre”, y cómo tenía las luces encendidas toda la noche, no podía dar un paso más sin importar lo que pasara.

Olvídalo, démosle un respiro hoy, ¡tómalo como un cambio de comida!

Han Dong estaba a punto de tirar la lonchera cuando vio una figura fría y severa parada en la entrada del ascensor cercano. ¿Eh? ¿No era Wang Zhong Ding? ¿Por qué vino para esperar este ascensor?

Ai… ¡debe estar asustado de ser apestado por mi toon chino! La idea de que un digno director general se viera obligado a entrar en un ascensor con el personal por el olor del toon chino era suficiente para hacer que Han Dong sintiera una especie de tristeza.

Pero no podía hacer nada al respecto, Wang Zhong Ding ya lo había visto.

Ahora que lo vio, eso significa que Han Dong no podía tirar la lonchera. No solo no podía tirarla, sino que tenía que ponerse una máscara de “un Gran Lobo Gris viendo a la Bella Cabra” y correr hacia adelante, para seguir llevando a cabo la tarea de dañar a los demás sin beneficiarse a sí mismo. No había otra manera, Han Dong no podía dejar que Wang Zhong Ding viera a su corazón vacilar, ni siquiera un poco.

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