Boda relámpago – Capítulo 1: El matrimonio

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami

Corregido por Meli


Con una taza de café en mis manos, moví mi silla para encontrar una posición cómoda. Solo entonces, reevalúe al hombre sentado frente a mí, quien me miraba con ojos desdichados. La elegante música que sonaba en el fondo me hacía sentir soñolienta. Y, para preservar la imagen de «dama» requerida por mi atuendo, reprimí un bostezo.

A pesar de que no consideraba el café como una bebida para consumo humano, me gustaba «la hora del café». Beber cosas amargas es un método poco sano para conseguir energía. Además, tendré que tomar unas cuantas tazas de yogurt para poder digerirlo.

El hombre frente a mí, me veía con una expresión ilegible. Tal vez al notar mi impaciencia, al final decidió abrir la boca:

—Así que, cuéntame tus puntos de vista sobre las relaciones sexuales.

No decepcionó mis expectativas; eligió un tema bastante aburrido. Coloqué mi mano bajo mi barbilla antes de exhibir mi conocimiento.

—Hoy en día, hay mucho riesgo en la inversión en el mercado de viviendas, se debe invertir con cuidado —contesté sin haber comprendido sus palabras.

Meli
Él está hablando de fang shi que significa relaciones sexuales, y ella de fangshi que significa mercado de viviendas.

Aluciné debido a la somnolencia; su rostro se volvió verde por un instante. Dejó de moverse y solo golpeó la taza con sus dedos antes de levantar la cabeza para mirarme.

—Muy bien, entonces deberíamos hablar sobre el matrimonio.

Sus palabras me despertaron. Genial y ahora, ¿qué debía responder? «¿Estás confundiendo algo aquí?, ¿no es esto algo demasiado rápido? ¡Lárgate!»

No importa lo que diga, durante la última media hora noté que un golpe no sería suficiente para causarle un gran daño. Continué sin saber con qué tipo de expresión debía enfrentarlo y levanté la cabeza.

—No me importa salir corriendo juntos, pero… —dije con un rostro inexpresivo.

Él bebía un sorbo de café mientras escuchaba mis palabras que, por desgracia, provocaron que se ahogara para luego toser con vehemencia. Sacó una toalla de papel para limpiar las comisuras de su boca, me miró con resentimiento, trató de decir algo pero no pudo, ya que todavía estaba tosiendo.

Yo quería regodearme y decir «caballero, si no puede mentir bien, no debe tratar de estafar», pero mirando sus cejas un poco arqueadas y sus ojos agudos, me tragué mis palabras… Quiero hacerle entender que soy una persona amable que no toma ventaja de personas en apuro.

Terminó de toser.

—Sé que tampoco desea casarse. —Su voz era grave.

Esas palabras en verdad me sorprendieron, primero él sabía que «no quería casarme». ¿Cómo lo sabía? Por el momento supongamos que adivinó. En segundo lugar dijo que «tampoco desea casarse» entonces, ¿la otra persona que tampoco quiere casarse, es él? Así que, él no tenía necesidad de tener una cita a ciegas.

¿Podría ser que también fue obligado por su familia? ¡¡Aaah!! Ambos estábamos siendo obligados.

Pensar en ello me dio un consuelo psicológico. Era como mirar mi propio sufrimiento, sin embargo, otros pueden pensar que ese tipo de pensamiento es desagradable, aun así mirando que el sufrimiento de otro, es igual al mío, hizo que mi corazón se tranquilizara.

En especial, si esa persona estaba en una posición social mucho más alta que la mía, tal era el caso de la persona sentada delante de mí. A pesar de que yo era una persona desempleada, sin habilidades especiales, tenía un poco de la capacidad básica para leer a la gente. A juzgar por el modo en que este hombre estaba vestido, conversaba y los gestos de su cuerpo, era claro que estaba bien educado y tenía un buen estatus en la sociedad. Si él hubiera estado aquí vestido como yo sería sospechoso, pero también es algo muy prometedor y quizás sorprendente.

Pensando en ello, mi corazón se aceleró, así que le sonreí con valentía.

—Aves del mismo plumaje vuelan juntas.

Él no apreció mis buenas intenciones.

—De todos modos, nosotros no deseamos casarnos, después del matrimonio podemos vivir nuestra vida sin molestarnos, ni entrometernos —habló con calma y después de una pausa añadió—: Incluyendo los problemas del dormitorio.

Este tipo de personas solo se podían ver en las series de televisión, era raro encontrar alguna de ellas en la vida real. Tal vez estaba enamorado de alguien y su familia y la sociedad se oponían con firmeza. En mi mente estaba evocando una historia de amor sollozante y me sentía un poco conmovida. Sonreí y miré su rostro.

—¿No tienes miedo a que te seduzca, y termine encantándote? —Al decir estas palabras, me dolió un poco el corazón.

Él estaba mirándome escéptico, como si estuviera escudriñando el hardware que ofrecía como mujer. Me enojé y lo miré de nuevo… ¡¡¡Mírame, soy muy hermosa!!!

Por fin movió los ojos hacia un lado, y justo cuando pensaba que iba a comprometerse y admitir que tenía la «fuerza» para seducirlo, con calma abrió sus delgados labios delicados y me golpeó de nuevo.

—Soy gay —declaró.

Akatsuki
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Tosí y le arrebaté el pañuelo que con amabilidad me ofreció.

—¿Los gay están buscando mujeres en estos días? —murmuré mientras lo veía.

Me miró con frialdad en silencio. Debió de malinterpretar mis palabras porque su expresión era desagradable.

—No quise discriminar a los homosexuales, pero estoy sorprendida —Suspiré—, no es muy común conocer a un gay. Eres increíble.

A decir verdad, era la primera vez que conocía a alguien que admitiera sin reservas ser homosexual.

—Señorita Guan, ya que no está dispuesta a casarse conmigo, no tenemos más tiempo que perder, adiós —dijo con voz firme mientras le señalaba al camarero que trajera la cuenta.

—Detente —le llamé.

Se detuvo, pero no se volvió.

Reuní fuerza y me aclaré la garganta antes de preguntar:

—¿Cuándo iremos a firmar para obtener la licencia?

Giró poco a poco, como si fuera un robot, tenía una expresión complicada en el rostro. Estaba tan feliz que le di una sonrisa que mostraba todos mis dientes.

♦ ♦ ♦

Mi nombre es Xiao Yan, Guan Xiao Yan. Nací en una familia de clase media, que en los últimos años había ganado dinero y fama en la burocracia además, me gustaba mucho cuando una persona me llamaba «señorita Guan»; en cualquier caso, sonaba elegante ¡¿verdad?!

Cumplí veintisiete este año, era una flor marchita, una solterona, título que quería tirar, pero que no había tenido oportunidad. Cuando tenía dieciocho años, era una virgen glorificada que estaba orgullosa de su virginidad, pero ahora ni siquiera puedo decírselo a alguien sin sentir vergüenza…. ¡ah! no era nada maravilloso..

Mi vida siempre había sido tranquila; los hombres para mí siempre fueron un lastre. Sin embargo, a medida que crecía, mi madre con lágrimas en los ojos se sentaba todos los días frente a mí, y temblando afirmaba que debía tomar la iniciativa, puesto que si no me casaba, ella dejaría de comer y dormir. Era una mujer entusiasta y persistente, así que para terminar con su sufrimiento y el llanto que nunca supe de donde provenía, decidí actuar.

Yo no quería casarme porque el matrimonio no era importante. Así que fingí ir a citas a ciegas, ya que esto aliviaría las quejas de la anciana y no gastaría más en gotas para los ojos.

En estos años he aprendido la técnica sistemática de las citas a ciegas. El proceso consiste, casi siempre, en responder a unas preguntas básicas y luego enviarlas a una dirección de correo predefinido, para luego esperar a que la otra parte entre en contacto. Aunque pensé que el matrimonio no era necesario para mí, esos hombres sí habían mostrado interés, así que decidí unirme para divertirme, y después olvidarme de cada uno de ellos.

De vez en cuando me encontraba con algunos hombres extraños, los cuales me mantenían entretenida. La vida estaba llena de placeres. Eso era hasta ayer, que recibí una llamada telefónica para informarme de otra cita a ciegas.

Oh no, otra reunión, pensé.

En este punto, ni siquiera podía recordar el nombre de la otra parte, por lo que tuve que buscarlo de nuevo.

Nombre: Jiang Li.

Edad: 30.

Ocupación: Ingeniero.

Los datos del contacto provenían del mismo correo electrónico utilizado para los intercambios de información.

Excepto por el nombre, desconocía todo de él y no quería saber nada, ya que se podía mentir en un correo y la verdad sería descubierta después de la reunión.

Admito que estaba aburrida y decidí asistir para matar el tiempo, al final, mientras tuviera un tema de conversación estaría bien. No aceptaba todas las invitaciones, sin embargo, cuando este tipo me llamó me gustó mucho la suavidad de su voz.

Me presenté en la cita y hubo un resultado impresionante e inesperado, que podría hacer que la gente se riera y llorara al mismo tiempo.

♦ ♦ ♦

—¿Estás segura? —preguntó con cuidado, tenía una mirada perpleja.

—¿No es esta la respuesta que querías? —Me encogí de hombros.

—Pero, no podré darte nada en el matrimonio.

Vaya, en verdad era un hombre con moral, aunque por su mirada, podía decir que no le gustaba mucho.

—No me importa, no quiero nada de ti. Después del matrimonio no interferiremos en la vida del otro; tú obtendrás lo que deseas y yo conseguiré ser libre, sin la molestia de niños.

En mi mente siempre tuve la concepción de que el niño es un acreedor de los padres, por lo tanto, una vida sin hijos sería una de tipo pacífica y tranquila. Él dudó un poco antes de hablar.

—Para lo relativo a un hijo podemos encontrar a alguien que lo sustituya.

Asentí con la cabeza

—Puedes encargarte de ello, yo solo seré una madrastra.

Pensé con malicia en una madrastra molesta que abusaba del niño. Él se mostró descontento.

—Puedes casarte sin problemas, en la actualidad hay muchas mujeres podridas que pueden actuar como la esposa títere de un gay —comenté.

Entendió que yo no era de esas mujeres, frunció el ceño y me miró frustrado.

—Solo quiero que las cosas sean menos molestas.

¿Cómo puede ser menos problemático que esto? Si me caso con él, jamás lo delataré con su familia, amigos y seres queridos, ¿verdad? Entonces, reflexioné sobre aquellas mujeres que desean casarse con hombres homosexuales, seguro había algo que deseaban mantener oculto hacia otros… ¿mujeres? Suena razonable. Pero había un pequeño problema que no entendía.

—¿No es más sencillo que te cases con una lesbiana que proteja tu secreto?

—El resultado de tus pruebas psicológicas demuestran que también tienes algunas tendencias homosexuales —refutó con una profunda mirada.

Akatsuki
Voy hacerme uno de esos.

Mierda, la prueba psicológica, maldije para mis adentros.

Desde que tenía veintitrés años, nunca encontré hombres dignos de confianza, así que era mejor para mí fingir tener la misma orientación sexual que él. Así podríamos cortar la relación por completo en un futuro. Pensé que su idea era muy inteligente.

Jiang Li, con dos de sus dedos acarició su barbilla en forma pensativa por un momento.

—Vamos a casarnos en este momento.

Su tono era el mismo que si dijera «hoy, comí arroz dos veces».

—Bien —respondí con suavidad sonando demasiado fácil.

Ayanami
Wow esta novela siempre me deja sin palabras o.o me pregunto cómo avanzará. Bueno me presento soy Ayanami y seré la editora de esta novela 😉 que espero les guste, nos vemos en el siguiente capítulo.

7 respuestas a “Boda relámpago – Capítulo 1: El matrimonio”

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