Dama a Reina – Capítulo 75: Nuestra primera y última vez

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Lucio, que estaba quieto, luchó para formular palabras. Parecía que estaba a su límite, ya que le resultaba difícil mantenerse estable. Patrizia lo agarró instintivamente mientras se tambaleaba.

—Por favor, ten cuidado —advirtió.

—Aah… aléjate de mí. Podría hacer algo que te haga despreciarme aún más.

—Entonces, ¿por qué no me estás escuchando ahora? Hay muchas chicas en el palacio. Traeré una aquí ahora. Mirya, ¿por qué no cumples mis ordenes?

Al final, Mirya se apresuró hacia el Palacio de la Reina con lágrimas en los ojos, y Raphaella se quedó en el lugar luciendo preocupada e insegura de qué hacer. De repente, las piernas de Lucio cedieron y cayó al suelo. Sorprendida, Patrizia trató de sostener su cuerpo.

—Su Majestad.

—Aah… Te dije que te mantengas alejada de mí.

Se mordió el labio con una expresión de dolor. Su voluntad de resistir su deseo carnal comenzaba a flaquear y se mordió el labio con tanta fuerza que comenzó a sangrar.

Maldita sea, ¿por qué está tardando tanto Mirya? ¿Es tan difícil traer a una sola chica de palacio?

—Raphaella —llamó Patrizia con urgencia.

—Sí su Majestad.

—Lleva a Su Majestad al edificio del palacio más cercano de inmediato.

Raphaella asintió ante las palabras de Patrizia antes de sostener el cuerpo de Lucio con el suyo y dirigirse hacia el Palacio Iste. Lucio, con la plena intención de luchar contra su excitación, comenzó a hacerse daño como una distracción. Sus labios ya estaban ensangrentados, y comenzó a morderse la lengua. Cuando llegaron al palacio, Patrizia reprendió a Lucio con ira, ira que ni siquiera sabía por qué sentía de esa manera.

—¿Por qué te comportas de esta forma, majestad? Todas las mujeres en este reino son tuyas. ¡Si lo deseas, entonces…!

—¿Y eso que importa? —preguntó agotado—. Si yo, como emperador, no puedo tener a la reina de este imperio como mía, entonces ¿de qué sirve tener a todas las demás mujeres?

—¡Eso no tienes ningún sentido…!

—Ambas, salgan. No… no puedo contenerme más. —Lucio las instó a salir, su voz era más tensa que antes. Patrizia la miró con una expresión endurecida antes de abrir lentamente la boca.

—Raphaella.

—Sí su Majestad.

—Quédate afuera y vigila. Bloquea la entrada y no dejes entrar a nadie hasta que yo haya salido.

—Su Majestad, ¿estás…?

—Sal afuera.

—Reina, ¿qué haces?

Cuando Lucio ni siquiera pudo reunir la fuerza para terminar su oración, Patrizia le dio una orden firme a Raphaella.

—Sal. Ahora mismo.

Raphaella asintió solemnemente.

—Sí su Majestad.

Raphaella salió apresurada del Palacio de Iste. Patrizia, ahora sola con Lucio, comenzó a caminar lentamente hacia su figura.

—¿Qué estás haciendo? Vete ahora mismo… —ordenó Lucio con su rostro retorciéndose.

—Dijiste que podrías hacerme despreciarte aún más. —Patrizia esbozó una sonrisa triste—. No creo que esto sea malo. Me pregunto qué pasaría si hiciera que eso suceda en este momento…

—¡Sal!

—Su Majestad, soy una mujer estéril. Pase lo que pase aquí, nadie lo sabrá.

Con esas palabras, Patrizia comenzó a desnudarse lentamente.

—¡ALTO! —gritó Lucio.

Pero Patrizia continuó despojándose de su ropa sin decir una palabra. Por fin, toda su vestimenta, a excepción de su vestido negro, se había ido. Lucio parecía listo para desmayarse. Patrizia necesitaba darse prisa, y también comenzó a quitarle la ropa a Lucio.

Cuando los botones cedieron, Patrizia pudo sentir que su propia lógica comenzaba a fracturarse. Si este fuera el punto de no retorno…

—Definitivamente te arrepentirás de lo que pase esta noche —dijo Lucio.

—Desde que te conocí, no ha habido un día en el que no me arrepienta, Su Majestad.

Con una sonrisa fría, desnudó completamente a Lucio antes de besarlo.

—Incluso si me arrepiento esta noche, no será muy diferente de como me siento normalmente.

♦ ♦ ♦

Patrizia abrió los ojos con una expresión vacía. Miró a su alrededor, medio consciente, y sólo comenzó a recordar lo que sucedió la noche anterior. Giró la cabeza ligeramente con una sonrisa hueca.

Ella nunca soñó con unirse a él de esta manera. Era absurdo. El hecho de que ella pudiera recordar claramente lo que sucedió la noche anterior le trajo dolor. Ella comenzó a morderse el labio de nuevo. Habiendo abrazado íntimamente al hombre a quien ella despreciaba, se sentía extraña.

—Aah…

Ella dejó escapar un suspiro mientras miraba a su esposo, que estaba luchando mientras dormía. Nuestra primera noche juntos, sin ninguna clase de amor. Además de eso, estaba drogado. Realmente no soy alguien que pueda decirle algo a  Rosemond, Patrizia murmuró, burlándose de sí misma.

—Ah.

Patrizia se había movido descuidadamente y ella siseó de dolor. El afrodisíaco amplificó la excitación y la resistencia de Lucio, y quien recibió ese deseo fue la virgen reina. Con una expresión de dolor, se tocó la cintura con cautela. Lucio le prometió que sería amable, pero aun así se sentía realmente adolorida, probablemente porque era su primera vez.

—Ngh.

Patrizia se levantó de la cama, ignorando el dolor tanto como pudo. Después de ponerse la ropa, Patrizia caminó lentamente hacia la salida del Palacio de Iste.

Antes de abrir la puerta, Patrizia volvió a mirar la figura dormida de Lucio.

—Esta fue nuestra primera y última vez —murmuró con tristeza.

Ella abrió las puertas del palacio sin dudarlo. Los ojos de Lucio permanecieron cerrados hasta el final.

—Su Majestad.

Raphaella parecía demacrada por haberse quedado despierta toda la noche.

—¿Estás bien? —preguntó Patrizia, sintiendo pena por ella.

—Estoy bien. ¿Y usted, Su Majestad?

—Ah… —Avergonzada, Patrizia sacudió la cabeza—. Estoy un poco cansada.

—¿Te llevo?

—No. Todavía tengo que mantener mi reputación como reina.

Ante la mención de la reputación, Patrizia de repente pensó en Rosemond.

Rosemond definitivamente fue la primera en intentar seducir a Lucio. Esto significa que Rosemond no había logrado obtener el favor de Lucio… esa parte no parece ser una mentira.

—¿Dónde está Mirya? —preguntó Patrizia.

—Ella está preparando el baño de Su Majestad. Ha estado ocupada toda la mañana calentando las brasas.

—Ja, ja… —Patrizia se rascó la parte posterior de la cabeza. Aunque no era nada de lo que avergonzarse, todavía se sentía incómoda, ella se aclaró la garganta.

—Se vería inusual si me ayudaras a caminar, y me sentiría extraña si me llevas en tu espalda, así que caminaré sola.

Raphaella protestó.

—Se supone que un guardia deba ayudarte cuando no puedes caminar. Si no te gusta ninguna de esas opciones, entonces te llevaré en mis brazos. Ahora, basta de quejas y ven aquí, Su Majestad.

Raphaella permaneció terca, y Patrizia no tuvo más remedio que llevarla de regreso al Palacio de la Reina. Avergonzada por la idea de que alguien la viera así, Patrizia mantuvo los ojos cerrados hasta que los abrió unos minutos más tarde para descubrir que habían llegado. Cuando entraron al palacio, encontraron a Mirya.

—Bienvenida de nuevo, Su Majestad —saludó la dama de compañía de forma habitual.

—Deseo bañarme primero.

—Sí su Majestad.

Mirya luego sostuvo el cuerpo de Patrizia y la condujo a la gran bañera, después de lo cual, Patrizia lavó su cuerpo con la ayuda de su criada. Un aire incómodo se instaló entre ambas cuando vieron las brillantes marcas rojas en su cuerpo tan pronto como se quitó la ropa, pero afortunadamente no duró mucho. Aparte del pequeño comentario que salió de la sirvienta que ayudó a Patrizia a secarse, todo estaba en paz.

—El afrodisíaco que tomó Su Majestad debe haber sido muy potente.

Patrizia estaba tan avergonzada que quería meterse en un agujero y esconderse.

La idea de que debería tomar un anticonceptivo cruzó por su mente, pero pronto lo descartó.

Soy una mujer estéril, así que no hay necesidad de eso.

—Tal vez realmente debería haber tomado algo.

—¿Disculpe?

—No es nada.

Patrizia suspiró brevemente cuando la sirvienta tomó varios trapos limpios y comenzó a lavar su cuerpo diligentemente. Era obvio que se cuidaban de ser gentiles, especialmente después de su primera noche junto con el emperador. Se sintió agradecida y agobiada por su consideración.

—Ah, Su Majestad. Recibimos un mensaje de la finca de Grochester que decía que lady Petronilla se resfrió y que se quedaría en su residencia durante unos días para recuperarse. Sin embargo, ella dijo que volverá a tiempo para la celebración del cumpleaños de Su Majestad.

—Oh cielos. —Patrizia sonrió libremente—. Parece que nuestra Nilla disfrutó de su cita, incluso si se enfermó por la lluvia.

—Espero que lady Petronilla también encuentre un buen esposo para casarse.

—Sería mejor sacar el también de esa oración, Mirya. —Patrizia corrigió a Mirya con una sonrisa amarga. Mirya le devolvió la sonrisa torpemente. Patrizia se volvió hacia una de las sirvientas y habló con una voz más rígida de lo habitual.

—Ve al Palacio Bain. Vea cómo está la condición de la marquesa, así como la atmósfera del Palacio Bain. Ya tengo una idea, pero… es mejor confirmarlo.

—Sí su Majestad.

—Mirya, ve al Palacio Central y dile a las sirvientas que atiendan a Su Majestad en el Palacio Iste. Probablemente estará desconcertado si no se despierta con nadie a su alrededor.

—Sí.

Satisfecha por tener esas cosas arregladas, Patrizia cerró sus ojos cansados. ¿Cuántas horas durmió anoche, no, hoy? Probablemente tres, ¿no, dos horas?

—Creo que necesito descansar un poco —murmuró Patrizia, con la mente nublada.

♦ ♦ ♦

Rosemond se sentó en silencio en una silla con una expresión helada. Permaneció igual que ayer, tanto el vestido sin cordones que no se había quitado como el maquillaje. Glara y las otras criadas solo miraron a Rosemond desde un lado.

—Entonces… Su Majestad pasó la noche con la reina.

—Sí Marquesa…

Si era cierto, anoche fue la primera noche de la reina con el emperador. Sin embargo, Rosemond estaba más tranquila de lo esperado.

—Bueno, ella es una mujer estéril. No es que pueda tener hijos, así que no importa —dijo con una sonrisa fría.

La posición de la reina no es algo que pueda obtenerse sólo con el favor del emperador. Su Majestad puede estar deteniéndose para oler el aroma de otra flor por curiosidad, pero esa curiosidad no durará mucho. Él no es alguien que pueda amar en primer lugar. La cara de Rosemond se suavizó. Sin embargo, cualquiera podría decir que estaba enojada por haber perdido su oportunidad.

—Está bien. Su Majestad y yo todavía somos jóvenes, así que todavía tenemos tiempo. —Se tranquilizó.

Si había algo que la molestaba, era el hecho de que Lucio había perdido por completo la confianza que tenía en ella la noche anterior. Sin embargo, ella podría simplemente inventar una excusa y organizar otra oportunidad. Si todo lo demás falla…

—Su Majestad, aparte de eso… —Queriendo aligerar la atmósfera fría, Glara cambió rápidamente de tema—. ¿No sería mejor concentrarse en qué hacer para la celebración del cumpleaños de Su Majestad?

—¿Qué? ¡Ah!

Tan pronto como se lo recordó, Rosemond asintió con una sonrisa.

17 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 75: Nuestra primera y última vez”

  1. Algo me dice que habrá bebé de todas formas. Todos se lo toman tan a la ligera que probablemente se sorprendan cuando llegue la noticia.
    Y pobre de Rose ella piensa que en una sola noche termina todo con Lucio y Riz, ¡Ja! A partir de ahora recién empieza querida.

    1. Yo voy a prender velas para que se cumpla ese milagrito. Aunque no me gusta que Lucio se quede con Rizi, quiero que un bebé la deje a Rosemond sin habla

  2. Me dueles pati, me dueles. 💔,
    Me rompió el cora porque ella no lo hizo por que quiso si no que se vio forzada por la situación y por como ella se entristecido al amanecer creo que no lo disfruto.
    O supongo que pienso demasiado, ya ni se.
    P.D CTM Rosemond

    1. Sabés que a mí me queda dando vueltas las disculpas del padre de Rizi. Y si él sabía algo de los planes de Rose y de Lucio? Y falsificó de algún modo los análisis para que las hijas parezcan estériles y puedan ser elegidas? Pero como Nila nunca pudo ganarse a Lucio, nunca se embarazó. En cambio nuestra Rizi tuvo su oportunidad

  3. Realmente me encantaría leer los detalles de su primera noche, me dejaron con las ganas 🙁 oh, Lizzie deberías de haber seguido tu corazonada porque realmente no lo eres.

  4. Pobre Rizi… Ahora si le dieron como a cajón que no cierra toda la noche xd.
    Pero por su comportamiento y pensamientos si lo disfrutó!!!

  5. Jajaja pues siendo sincera, parece que ha patrizia no le disgusto del todo, es cierto ella dijo que no le parecido el hecho de hacerlo sin amor, y sobre todo que él estuviera drogado, pero entonces que sucede si él lo hiciera decentemente??

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