Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 12: Pequeño Perro

Traducido por Nina

Editado por Haru


Hwanseong ladeó su cabeza mientras caminaba dentro con Hwanseok a su lado.

—¿Qué está pasando aquí?- preguntó.

Las princesas se apresuraron y educadamente se presentaron en orden. Asumiendo que todas estas criaturas inferiores los conocían, los príncipes no se presentaron en respuesta, simplemente ignorando los saludos o asintiendo levemente.

Hwanseong me miró burlonamente, —¿Por qué está tu vestido mojado?

—Se cayó y tiró una taza de té.- Oí a alguien decir.

Casi podía escuchar a las otras tragar nerviosamente. Hwanseong estaba riendo satisfecho mientras me veía atrapar la muñeca de trapo que había lanzado. ¿Cuando te cansarás de jugar este maldito juego?

Hwanseok miró alrededor. A diferencia de Hwanseong, su expresión era gélida. —Padre te a llamado. Hay un sirviente esperando afuera.

—Sí, Su Majestad.- No era tan estúpida como para utilizar su nombre aquí.

—Príncipe Hwanseong, ve con ella.- comandó.

Mientras me dirigía a los cuarteles de Escoria, estaba exaltada por dentro. Me felicité a mí misma por mi victoria, sin embargo pequeña. Ya sé que soy falsa y calculadora, pero todos tenemos que hacer lo que debemos para sobrevivir.

¿Por qué está él convocándome ahora? Era la primera vez que príncipes habían entrado en el salón durante una fiesta de mayoría de edad de una chica durante el reinado de este rey. Seguramente obtendría envidia, pero yo sabía cuán gran honor me había sido otorgado.

Caminamos en silencio y entonces Hwanseong dijo de nuevo, —¡Atrápalo, perro!

Quería aporrearlo.

◆◆◆

La puerta del salón se cerró.

Hwanseok caminó a la mesa y dejó un grueso libro que había estado cargando. Entonces señaló a la Princesa #1, Seah Hwang.

—Tú.

—¿Sí, Su Majestad?- contestó.

Caminó rápidamente hacia Hwanseok. Él la pateó directo en el estómago. Ella apenas pudo ahogar su grito de dolor. Estaba prohibido que las princesas gritaran cuando eran golpeadas por un príncipe. Afortunadamente, no había utilizado magia. Si lo hubiera hecho, la princesa no se habría recuperado.

—¿Crees que soy idiota?.-

—¿Qué?- preguntó ella.

Hwanseok se sentó en la mesa y dijo —Arrodillaos.-

Las treinta y dos princesas se arrodillaron.

Él dijo —Perdonaré a aquella que diga la verdad.-

Todas las princesas empalidecieron. Finalmente, Seah, la mayor, dijo la verdad. Él caminó hacia Heeyeong, quien lanzó el té sobre Sanghee. Heeyeong, temblando en terror, trató de culpar a otras.

Hwanseok sonrió malévolo. Agarró la barbilla de Heeyeong. —Esto es solo una advertencia.

Alzó su puño y lo estampó en su rostro. Acariciando sus manos —Eres afortunada de que no usara magia.

Heeyeong se apresuró en levantarse de nuevo para no ser descortés con un príncipe, pero Hwanseok plantó su pie en la cara de ella. —Si algo como esto sucede de nuevo, te mataré.

Esta no era una amenaza sin fundamentos. Un príncipe ciertamente podía encargarse de una princesa si así lo quisiera. Escaneó la habitación —No podéis molestar el pequeño perro de alguien más sin el permiso de su dueño.

Hubo un largo silencio.

—Si alguien quiere morir, probadme.

Las princesas, todavía arrodilladas, hicieron una reverencia hacia el príncipe que se alejaba.

◆◆◆

Escoria ciertamente vivía a las expectativas del apodo que le di. Incluso después de haberme convocado, fue lo suficientemente maleducado como para no presentarse.

—Hwanseok, ¿qué estabas haciendo?

—Ocupándome de alguna basura.

—Estoy aburrido.- Hwanseong se quejó. —¿Quieres jugar a atrapar con nuestro pequeño perrito?

Por favor. No. Quería suplicarle a Hwanseok que detuviera a este hermano menor. ¡Eres mayor que tu hermano por todo un año! ¡Enséñale lo que está bien y mal!

Mientras Hwanseong era solo travieso, Hwanseok era puro mal. Hwanseok me miró, —Perro.- Abriendo la puerta, me indicó que le siguiera.

No, ¡no puede ser!

Caminamos a un pasillo de al menos cien metros de largo. Hwanseok lanzó la muñeca de trapo lo más fuerte que pudo. ¡Utilizaste magia! ¡Tú claramente utilizaste magia! Me miró expectante.

Detrás nuestro, Hwanseong estaba gritando emocionado, —¡Atrapa, perrito!

Entonces alguien se detuvo a recoger la muñeca de trapo.

4 respuestas a “Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 12: Pequeño Perro”

  1. Miércoles, jajajaja,s abía que él sí se daría cuenta. Eso me dolió, no diré que es el castigo ideal, pero tampoco ellas son muy buenas que digamos.

  2. Esto es sorprendentemente interesante, me muero por ver cómo van a reaccionar las princesas a la expresa protección del segundo y tercer príncipe.

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