El fuerte caballero negro – Capítulo 36: Los días posteriores

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Ha pasado un mes desde la finalización del Torneo de Artes Marciales.

Había planeado comenzar a investigar a los intrusos que habían interrumpido la ceremonia tan pronto como los cuerpos del Behemoth y la Quimera fueran limpiados. Sin embargo, por la gracia de Su Majestad, Conrad y yo habíamos obtenido un pequeño descanso. Informaríamos los resultados al día siguiente.

Como había pensado, el grupo había sido simplemente peones sacrificables. Eran un grupo de personas provenientes del Reino que resentían a los nobles. Cuando una persona misteriosa les había presentado un plan, lo vieron como una oportunidad para derrocar a todos los nobles.

El hombre que había peleado con Claude ya se había ido el día del atentado. El hombre había entregado todo lo que necesitaban a través de agentes el día anterior al ataque, según lo acordado. Eso era todo lo que sabían.

Por lo bien preparado que estaba, todo lo que podía decir era que era bueno en actividades encubiertas, por lo que sería un gran dolor en el trasero.

Aah, ¿ahora debería tener cuidado con los movimientos no solo de los demonios, sino que también de los humanos? Que dolor de cabeza.

Bueno, también había buenas noticias o, al menos, noticias de bienvenida. Los otros reinos se habían asegurado de devolver a todas las víctimas del incidente de esclavos.

Como Su Majestad y el Primer Ministro sabían lo del ataque, lo habían usado para su conveniencia. Los dos reinos se habían negado previamente a cumplir la solicitud de devolver a los súbditos. Sin embargo, había un límite para la paciencia del Imperio.

Al final, nuestro último recurso había sido mostrar la fuerza militar del Imperio y amenazar con dejar a los dos reinos a su suerte una vez que la nación de los demonios atacara.

Después de eso, sólo teníamos que prometerles que no pasaría nada mientras devolvieran a nuestros súbditos. Los dos reyes sabían que carecían del poder para repeler a los demonios, por lo que se vieron obligados a aceptar.

Se había sentido genial cuando había visto sus caras al día siguiente; parecía que habían dado un trago amargo.

Las Guadañas de la Decepción resultaron ser villanos de tercera, pero afortunadamente, la aparición del Behemoth y la Quimera lo había compensado.

¡Buen trabajo, nosotros!

Fue de forma gradual, pero no mucho después, que ambos reinos habían devuelto a todas las víctimas. Sin embargo, no todos regresaron.

Había pasado demasiado tiempo, así que no era extraño que algunos hubieran muerto. Me había dicho que no había nada que pudiera hacer, pero aun así me consumía la culpa.

Tema aparte, Aaron, quien nos había brindado información crucial, ya no tenía que esconderse y finalmente podía volver a tomar el vino que tanto le gustaba.

En cuanto a dónde se había escondido, había terminado trabajando en un orfanato, cuidando niños.

Estaba de más decir que había sido un poco imprudente y terminado en peligro. Lo habían descubierto mientras husmeaba y terminó siendo perseguido. Afortunadamente, nadie le había visto el rostro, pero tampoco había obtenido ninguna información útil.

Después de pensarlo un poco, decidimos dejarlo trabajar en el orfanato para pasar el tiempo. ¿Por qué el orfanato? Este se encontraba fuertemente vigilado, ya que estaba respaldado por Su Majestad. Además, un orfanato era probablemente el último lugar donde buscarían a un agente de inteligencia.

Afortunadamente, Aaron era bueno con los niños, por lo que se había adaptado rápidamente. Me había pasado a verlo de vez en cuando, pero por alguna razón, no parecía fuera de lugar. Tenía un poco de curiosidad sobre por qué era tan bueno con los niños, pero supuse que cada persona tenía sus propios secretos.

Probablemente se había abstenido de beber porque pensaba que no sería una buena idea beber cerca de los niños. Cuando finalmente pudo ir a la taberna, se bebió varios jarros de la alegría. Era una cantidad impresionante, pero eso no había logrado emborracharlo.

Recientemente, sin embargo, dejaba de beber durante unos días cada vez que planeaba visitar el orfanato. Los niños allí le habían dicho: apestas a alcohol, tío Aaron, mientras se tapaban la nariz, lo que le había conmocionado. Los niños no querían herirlo, pero era una señal de que podría haber estado bebiendo demasiado.

Había alguien más sin cuya ayuda no podríamos haberlo logrado: Claude.

Oficialmente, era un civil ordinario que había ayudado a derrotar al Behemoth y Su Majestad lo había recompensado por ello.

Todos en la arena habían visto como sólo dos personas trabajando juntas habían logrado derrotar a algo que normalmente tomaría de cinco a seis soldados imperiales. Bueno, habría requerido cuatro veces esa cantidad de personas antes de que yo apareciera, por lo que este era un hecho aún más impresionante para el público general.

Dejando a un lado a Carl, los tres nos habíamos contenido.

Tanto Conrad como yo podríamos haber derrotado a un monstruo sin problemas, pero era la oportunidad perfecta para mostrar la fuerza de los soldados. Para demostrar que no sólo los comandantes eran fuertes, Conrad había dejado que Carl lo apoyara.

Carl era una de las pocas personas que conocía mi verdadero rostro, así que le había dado un poco de entrenamiento especial. Por eso había terminado como árbitro.

Pero estoy divagando.

Obviamente, no podíamos reconocerlo públicamente como Investigador Encubierto Imperial, pero Su Majestad estaba tan contento que también había recompensado a Claude.

Su Majestad se había visto sobrecargado con preocupaciones, por lo que parecía extasiado de estar libre de esa carga. Sin embargo, la persona recompensada estaba avergonzada.

Alice se reía de lo incómodo que lucía. ¿Podría ser? ¿Pronto zarpará ese barco? Por lo que podía ver, tanto Alice como Claude se gustaban. Simplemente no lo sabían.

En su favor, Claude había intentado hacer un movimiento varias veces, pero siempre se acobardaba en el momento clave, por lo que no había hecho ningún progreso. Sentía que sería un poco incómodo meterme en medio, así que solo miraba y esperaba.

De todos modos, tenía que concentrarme en el presente. Conrad y yo nos encontrábamos parados frente al trono.

Estábamos a punto de ser promovidos a los largamente vacantes puestos de coronel y sub coronel.

¿Por qué éramos los únicos siendo promovidos? Resultaba que era principalmente porque yo tenía el rango ducal.

El Primer Ministro había hecho que Conrad me vigilara. Era principalmente para observar cómo hacía mi trabajo, pero también para determinar mi personalidad y el cómo me veían los demás. Estaba demasiado avergonzada para escuchar más detalles. Conrad me había dicho que lo hizo para ayudarme a ascender a coronel. Parecía que se les había ocurrido en aquella ocasión en que había regañado a Su Majestad.

— ¡Esta persona será la que dirija el Ejército Imperial! —Pensaron.

Originalmente estaba previsto que Conrad recibiera el puesto de coronel, pero este tenía dudas. No creía que pudiera unir a todo el ejército. Fue en ese momento cuando me conocieron.

Conrad me había contado que cuando me conoció había sentido como si fuera el destino. El escucharlo hablar tan apasionadamente me hacía querer esconderme debajo de una roca de la vergüenza.

Aparentemente habían tenido una reunión en el camino de regreso a la capital después de conocerme. Después de ordenarme vigilar al príncipe Chris y a la princesa Elene, Su Majestad y los demás guardias habían acordado por unanimidad el nombrarme coronel.

Sin embargo, no podían hacer eso de la nada. Por eso primero me habían convertido en comandante y me habían conferido el estatus de duque.

Sin embargo, algunas personas se oponían. Como el primer ministro Raiz.

— ¡Cómo diablos podríamos dejarle el ejército a alguien que apenas conocemos! —Era su razón.

Yo estaba completamente de acuerdo con Raiz. Ni siquiera yo me daría tamaña responsabilidad.

Un héroe que había aparecido montado en el legendario unicornio negro y salvado a la Familia Imperial en su hora más oscura, sin duda merecía el puesto de coronel. Sin embargo, era simplemente inconcebible entregar el control de todo el ejército a alguien que acababan de conocer.

Cuando Su Majestad nos convocó a Conrad y a mí para notificarnos sobre nuestra promoción, no pude evitar preguntarle en qué diablos estaba pensando.

—No podríamos pensar en nadie mejor. Fuiste lo suficientemente astuta como para entender lo que estaba sucediendo después de una breve conversación. Tuviste la entereza para tratar de obtener tanta información como pudieras cuando apareció el demonio. Incluso después de saber que éramos la Familia Imperial, tuviste el coraje de señalar nuestras fallas. Nadie más tiene todas estas cualidades.

Y pensar que sería juzgada por el conocimiento de que no había ganado por mis propios méritos, después de verme envuelta con el estúpido de Yuusuke.

Sin embargo, había un punto que quería corregir.

¡Después de gritarle a la Familia Imperial, estaba temblando del miedo!

Yo, una plebeya sin estatus, había olvidado mi lugar y reprendido a la realeza. No habría sido extraño que me castigaran. Había pensado que mi cabeza rodaría.

Pero en cambio, de alguna manera habían visto talento en mí y me quisieron en el ejército.

Aparentemente habían tenido una discusión sobre cómo engancharme mientras cuidaba a los príncipes. Cuando Su Majestad me reveló esto, parecía que el Primer Ministro tampoco lo sabía, dado lo grande que había abierto sus ojos.

—Entonces es por eso que… —murmuró el Primer Ministro.

No sabía a qué se refería, pero después de eso se había vuelto menos hostil conmigo, así que tal vez se había dado por vencido.

Tenía los informes de Conrad y también había visto la forma en que trabajaba. Era difícil darse cuenta a simple vista, pero después Kyle me dijo que durante el torneo el Primer Ministro había estado animándome.

No tenía idea de que los preparativos habían llegado al punto en que sería promovida inmediatamente tan pronto como el Primer Ministro me diera el visto bueno.

Debería haber un límite de cuánto podía planearse de antemano.

—Aah.

— ¿Qué sucede?

Solté un profundo suspiro, así que Conrad me preguntó qué me pasaba mientras inclinaba la cabeza.

—Me preguntaba cómo había terminado todo así. Nunca me di cuenta que estaban pensando en promoverme a coronel. Me tomó por sorpresa.

—Oh. —Conrad sonrió torpemente antes de mirar hacia otro lado.

Llevaba un uniforme nuevo que consistía en un abrigo negro, con hombreras y puños azules. Tenía bordados negros a lo largo de las mangas.

Yo llevaba un uniforme similar debajo de mi armadura, con detalles rojos en lugar de azules. Este era mi nuevo uniforme. Incluso mi uniforme había terminado siendo negro, como mi armadura.

El uniforme de coronel no era de un color fijo. Su Majestad elegía personalmente un color que se adaptara a la persona.

Como la mano derecha del coronel, el traje del sub coronel tenía detalles de color diferente.

No era que no me gustara el negro; era sólo que podría llegar a ser demasiado. Sin embargo, cuando recordaba lo feliz que se veía Conrad con su nuevo uniforme, era incapaz de protestar.

Aah, supongo que nadaré con la corriente. Quejarse ahora no cambiaría nada.

Estaría ocupada trabajando como comandante de los caballeros y como coronel, así que sería mejor que pasara página rápidamente. Decidí olvidarme de mis preocupaciones y dejar salir otro suspiro.

Después de respirar profundamente, abrí la puerta.

Los soldados, parlamentarios y ministros estaban todos a un lado del pasillo central.

El emperador se encontraba sentado en el trono mientras sonreía con el cetro en mano.

— ¡Vamos, coronel!

Comencé a caminar ante el alegre aliento de Conrad.

Esta era la segunda vez que caminaba por este pasillo. Había estado sola la primera vez, pero esta vez, Conrad estaba conmigo.

Todos me miraban expectantes.

Hace medio año, nunca hubiera pensado que llegarían a confiar tanto en mí.

En aquel entonces, era sólo una adolescente normal que se había visto envuelta en la transportación mágica de otra persona. Vaya cambio.

Sonreí con ironía, pensando en todo lo que me había pasado, mientras observaba el rostro emocionado de Conrad.

Me preguntaba qué más tenía preparado el futuro para mí.

Se acercaba el invierno a Eldoa y yo me acababa de convertir en la líder del Ejército Imperial.

[Fin del Arco del Torneo de Artes Marciales.]


Notas de la autora: Perdón por llegar tan tarde.

Finalmente terminé el arco del torneo. Lo comencé en septiembre de 2012 y finalmente lo terminé en mayo de 2017. Publicaré el siguiente capítulo lo antes posible.

Espero que todos continúen disfrutando el trabajo de este humilde autor.

Kavaalin
Finalmente llegamos al final de este arco y, aunque me gustaría celebrar este logro, me temo que tengo malas noticias para todos. La autora dejó de actualizar la novela después de como 5 capítulos más y como los traductores ingleses no querían dejar en el aire a los lectores, decidieron dejar la novela en este punto. Es una pena que no pudiésemos llegar a conocer al héroe (o que mi OTP se hubiese vuelto oficial T.T), pero al menos queda como un final abierto decente, supongo… Espero que, en un futuro, podamos volver a reunirnos con más capítulos de esta adorable novela~♡

Nemoné
Como en la novela de Rosewood, no siento nada con este repentino final... actualmente. Sin embargo, luego de unos meses seguro estaré llorando porque la extraño... ¿Por qué soy así? Bueno, fue un placer editarles estos capítulos y seguir esta novela... Más bien, vayan y recen o hagan su brujeria para que vuelva la autora ;-;

5 respuestas a “El fuerte caballero negro – Capítulo 36: Los días posteriores”

  1. Me duele el cocoro, cada vez que me encariño con una historia y me la arrebatan de esta manera tan cruel… Gracias por el trabajo de la traducción, voy a sumar mis plegarias para que se le de continuidad!!! <3

  2. …… … … …. Gyaaaaaaaaa!!!! #^#*#*@/2:$@)&@*/)^@ -0 ugh guu suuu haaaaaa….
    Pd: igual gracias por el capítulo ( se retira a tomar unos tragos )

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido