El Perseguido – Capítulo 146: El oráculo

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Chi Yan fue llevado de vuelta al dormitorio por Ye Ying Zhi. Había perdido completamente el conocimiento en ese momento, y se había quedado profundamente dormido en el abrazo familiar. Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que Ye Ying Zhi ya no se encontraba ahí, y el pájaro negro estaba volando por la pequeña habitación individual.

Sintiendo que Chi Yan se había despertado, el ave voló rápidamente hacia él, y antes de que pudiera abrir la boca, le informó: —Lord Eymer ya ha vuelto. Si su verdadero cuerpo permanece en el reino inferior durante mucho tiempo, su presión divina será abrumadora y otras personas lo detectarán.

—Oh. —Respondió Chi Yan, sintiéndose un poco decepcionado.

De repente, hubo una serie de rápidos golpes en la puerta que llamaron su atención.

Tenía puesto un nuevo conjunto de pijamas, ya que estaba limpio y suave. Ye Ying Zhi debió haberlo limpiado y cambiado antes de irse. Chi Yan se levantó apresuradamente de la cama, se puso una bata y fue a abrir la puerta.

Al otro lado de la puerta estaba su jefe de planta.

—Chi, acabo de recibir el aviso de que todos deben reunirse en el Salón del Himno antes de las diez, y estar sentados según el departamento, no se permiten ausencias. Date prisa y prepárate.

El muchacho de pelo castaño parecía muy ansioso, y después de asegurarse de que Chi Yan había entendido el mensaje, salió corriendo para informar a los demás.

El joven no sabía lo que había pasado, pero se vistió como exigía el aviso y se apresuró a ir a la Sala del Himno. Había registrado al mirlo como su mascota cuando se inscribió en la Academia Qin Shang, pero las reglas estipulaban que no se permitían las mascotas en las clases y reuniones formales, por lo que la mayor parte del tiempo no lo llevaba consigo.

El Salón del Himno era el mayor auditorio de la Academia Qin Shang. Tenía tres pisos en total. Después de usar la magia espacial, podía acomodar a decenas de miles de personas para que estuvieran presentes al mismo tiempo sin sentirse abarrotadas. Generalmente se utilizaba para las reuniones de toda la escuela, y a veces para que personas importantes dieran discursos.

Cuando Chi Yan llegó, vio salir a algunos estudiantes vestidos con el atuendo del Departamento de Combate Cuerpo a Cuerpo y del Departamento de Terapia. Se veían muy relajados y parecían haber completado sus tareas. Se dirigió al segundo piso, donde estaban sentados los estudiantes del Departamento de Hechicería, encontró amigos con los que estaba familiarizado y se sentó junto a ellos.

Poco después, un profesor del Departamento de Hechicería se acercó con dos alumnos mayores, les entregó a todos un papel redondo de color gris plomo, y les pidió que lo sostuvieran en las palmas de las manos. Se quedaron mirando fijamente a cada uno de ellos durante medio minuto antes de retirar los trozos de papel.

—¿Qué es esto? —Chi Yan estaba desconcertado sobre este asunto.

—No lo sé. —Andy también parecía confundido—. No he oído hablar de él en los años anteriores. Se dice que es para probar la afinidad de todos con un nuevo elemento mágico. Todo el mundo debe ir a la prueba, incluidos los chefs de la cocina. Si por alguna circunstancia especial la persona no puede venir a hacer la prueba, entonces el maestro llevará la prueba a la casa de esa persona. Debe ser un elemento nuevo muy importante.

Una media hora más tarde, el profesor del Departamento de Hechicería volvió.

—El nuevo alumno del Departamento de Hechicería, Chi Yan, quédate. La señora Fufu quiere verte. Bien, los demás pueden volver. No se olviden de completar su tarea de la clase de Hechicería.

—Probablemente tienes la esperanza de convertirte en un nuevo mago elemental. No te olvides de mí en el futuro —bromeó Andy. No era nada fácil ver a la señora Fufu a solas. Le dio a Chi Yan una expresión que parecía decirle que se ocupara él mismo de las cosas, sonrió, recogió sus cosas y se fue.

En opinión del joven, probablemente no era algo demasiado terrible para su amigo, a lo sumo le pedirían que asistiera a más pruebas. Aunque encontrarse a la señora Fufu podría ser un poco estresante, su amigo podría recibir alguna orientación o remuneración extra. En general, debería ser algo bueno.

Chi Yan se levantó, siguió al profesor del Departamento de Hechicería para salir de la Sala de los Himnos, y caminó hasta la torre principal del este.

—Maestro, ¿la señora Fufu no quería verme? —preguntó Chi Yan. Ella era la decana de la Escuela de Hechicería. Si recordaba correctamente, su oficina estaba en el edificio del Departamento de Hechicería, y la torre principal del este era la oficina del decano principal de la Academia Qin Shang.

—Así es. —El profesor de Hechicería respondió—. Pero la decana está con el decano jefe y los otros decanos ahora, me pidió que te llevará directamente a la torre principal oriental.

El profesor de Hechicería llevó a Chi Yan a una de las salas de reuniones en la parte más interna de la torre principal oriental y se fue. Chi Yan empujó la puerta y entró en la sala. Resultó que no sólo estaba la señora Fufu, sino también su profesor de historia teológica, el señor Hodge, los decanos de las otras escuelas y el decano principal.

Al escuchar sus voces, Chi Yan bajó la cabeza sintiéndose un poco avergonzado y culpable. Eso fue porque la noche anterior escuchó las voces de esas personas fuera de las puertas negras.

Mientras Chi Yan se sentía muy inquieto, la señora Fufu y el señor Hodge miraban atentamente a su propio alumno.

Ayer, el antiguo decano del seminario Tulong se dio cuenta de que algo iba mal y avisó inmediatamente al decano jefe. Activaron en secreto la barrera de prohibición y protección de toda la academia. Bajo la barrera de prohibición, nadie podía entrar o salir de la Isla de la Academia. A partir de entonces, los que entraban y salían tenían que informar al decano jefe para que quedara constancia de ello. Podría decirse que, a menos que fuera un dios, nadie podía salir de la Academia Qin Shang desde la noche anterior hasta ahora.

Como los decanos determinaron que el intruso sí había contactado e intentado abrir la Puerta del Caos anoche, para investigar si los intrusos estaban en la academia, hicieron una prueba algo torpe pero efectiva, bajo el pretexto de probar nuevos elementos. Dejaron que todos tocaran el papel de prueba turbio que tenía aliento y luz de la Puerta del Caos. Si la persona hubiera entrado en contacto con la Puerta del Caos en los últimos cinco días, sería definitivamente detectada.

Con los resultados de la prueba, se les enviaron los archivos del estudiante que tenían delante. De los archivos, el origen de Chi Yan era desconocido, por lo que tendría sentido para ellos si un estudiante de primer año se hubiera inscrito en la academia con motivos ulteriores. Esos ojos, que siempre parecían inocentes, podrían ser sólo un disfraz para conseguir fácilmente lo que quería.

—Parece que estás muy interesado en el dios maligno. —El señor Hodge habló primero. Todavía recordaba las preguntas que Chi Yan hizo en la primera clase.

—No, sólo estoy interesado en general. —Chi Yan respondió en voz baja, sintiéndose aún más culpable—. Bueno, es que creo que es guapo. —Como para disimular, añadió otra frase.

—… ¿Guapo? —El Sr. Hodge repitió esa palabra—. ¿Has visto el ídolo del dios malvado? —No había ninguna descripción de la apariencia del dios maligno en el reino inferior. Aun así, sólo sabía que había un ídolo del dios maligno escondido detrás de la Puerta del Caos y no lo había visto con sus propios ojos.

—¡No! ¡Por supuesto que no! —Chi Yan negó rápidamente. Con el Sr. Hodge diciendo esto, tenía la ilusión de que la otra parte ya sabía lo que pasó detrás de la puerta anoche. Así que se esforzó por disociar ese lugar, la estatua del dios maligno y el altar de sí mismo—. Es sólo por la descripción del libro de texto que es muy temperamental y por eso debe ser muy guapo. —Volvió a explicar.

Pero su actitud de querer desmentir hizo que los demás sospecharan más. El señor Hodge frunció el ceño.

—Si realmente has hecho algo, es mejor que confieses cuanto antes.

El Sr. Hodge todavía parece sospechar que he visto el ídolo de Ye Ying Zhi. ¿Averiguaron que violé las reglas y fui a la montaña de atrás anoche? ¿Me llamaron aquí hoy por eso? ¿Averiguaron lo del altar? Después de todo, aún era joven y le faltaba experiencia. Estos pensamientos pusieron a Chi Yan aún más nervioso. Miró tranquilamente a la señora Fufu, la decana del Departamento de Hechicería, quien le miró con ojos tranquilos, no dijo nada y no mencionó nada sobre el trozo de papel gris.

—No te he mentido. Si he visto el ídolo del dios maligno, entonces debo tener el aliento del dios maligno, y la prueba de luz dentro de una semana será definitivamente detectada —dijo Chi Yan, todavía muy confiado en esto. Después de todo, había pedido específicamente a Ye Ying Zhi que sacara su aliento de su cuerpo la noche anterior para poder pasar la prueba de luz divina, y Ye Ying Zhi había accedido de buena gana.

—El dios maligno es el dios de alto rango más poderoso. Aunque tu cuerpo esté lleno del aliento del dios maligno, la prueba de luz divina no puede detectarlo —respondió el señor Hodge, con un matiz de impaciencia en su voz. Por supuesto, estaba dispuesto a creer que la otra parte no había visto el ídolo del dios maligno, ya que, según su criterio de anoche, los intrusos no fueron capaces de abrir la Puerta del Caos y llegar hasta detrás de la puerta. Pero la actitud del joven frente a él era imprevisible, y resultaba un poco difícil juzgar lo que ocurría con la otra parte. Sin duda, estaba ocultando algo y su rostro lucía culpable. Pero era esta evidente conciencia culpable la que le hacía parecer menos un intruso con intenciones imprevisibles.

¿Cómo podría ser…? Chi Yan se sintió incrédulo por un instante después de oírlo. Había trabajado mucho para convocar a Ye Ying Zhi con la intención original de que la otra parte le ayudará a ocultar su aura para poder pasar la prueba de la luz divina. Ayer, cuando le hizo esta petición a Ye Ying Zhi, éste no le dijo que su propia aura no afectaría a la prueba de luz divina, sino que le pidió que hiciera un montón de cosas malas… y también lo hizo como le pidió.

¡Ese gran mentiroso! Aprovechó la oportunidad, me mintió y lo disfrutó para sí mismo. Chi Yan estaba tan enfadado que quería correr al Reino de los Dioses y cometer violencia doméstica.

Esta táctica indirecta no era realmente adecuada para el Sr. Hodge. Sacudió la cabeza en secreto y decidió ir directamente al grano y preguntarle si había estado en la torre oscura la noche anterior, y qué había hecho ahí. No se dio cuenta de que había traicionado a un dios hace un segundo.

En ese momento, la puerta de la sala de conferencias “crujió” lentamente y se abrió de nuevo. Tulong, el antiguo decano del seminario, entró con un largo bastón de luz de luna y volvió a cerrar la puerta.

Sus ojos recorrieron la sala una vez, y su mirada se fijó rápidamente en Chi Yan. Con una suave sonrisa, dijo: —Niño, parece que nuestro nuevo elemento te gusta mucho. ¿Te gustaría ayudarme a hacer algunos experimentos relacionados en el futuro?

♦ ♦ ♦

Dejaron ir a Chi Yan y la sala de reuniones quedó en silencio durante un rato.

El Sr. Hodge tomó la iniciativa de preguntar al viejo decano Tulong: —¿Por qué dijo eso y lo engatusó? —Consideró que su formulación era correcta. El viejo decano acababa de utilizar la excusa del nuevo elemento para engatusar al joven con extrema paciencia y dulzura, mientras que los demás no eran capaces de preguntar nada en ese momento.

—Esta es la voluntad de Dios. —Tulong respondió tranquilamente—: No era uno de los intrusos de anoche. Su reacción al papel de la prueba fue un completo malentendido. Esto es lo que Dios me dijo.

No podía revelar más información y estas palabras que dijo fueron suficientes. Todos en el lugar comprendieron que Tulong era un favorecido por Dios, y el “dios” que mencionó se refería a la Diosa del Tiempo a la que había servido durante muchos años y le había concedido su favor. La Diosa del Tiempo no tenía motivos para mentirles sobre asuntos tan triviales en el reino inferior. El hecho de que la Diosa del Tiempo prestara atención a un joven tan aparentemente ordinario fue suficiente para sorprenderlos.

El corazón de Tulong seguía bastante inquieto. Justo ahora, su dios lo convocó.

La voz de la Diosa del Tiempo era tan suave como siempre. No dijo mucho, pero fue suficiente para conmocionar a Tulong: había vivido tantos años, y cuanto más se acercaba a la tumba, menos se sorprendía de las cosas.

—Tulong, me has servido durante muchos años. Así que hay algo que quiero recordarte. Recuerdo haberte dicho que el dios maligno tiene un sacrificio humano muy favorecido, tanto que ningún dios se atreve a ofenderlo. No avergüences al joven en la sala de conferencias. No dejes que la noticia se extienda. Basta con que lo entiendas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido