El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 109: Una reunión secreta en la noche (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


—Y tú, ¿haciendo esa expresión? ¿Qué? ¿Quieres quejarte de algún noble? ¿O no estás contento con recibir la estricta instrucción de la criada superior una vez más?

— ¿Vas a decir eso delante de ella?

—No me atrevería.

Él rio a carcajadas mientras yo suspiré.

—No, no es por eso… es solo que estoy un poco preocupada.

—Lo que sea que te esté preocupando… de cualquier manera, debe tener algo que ver con la ama.

— ¿Qué quieres decir con “de cualquier manera”?

Lo miré fijamente, mientras él se reía. —Ah, lo siento, qué cosa más irrespetuosa para mí decir. — Al ver su reacción, me di cuenta de que lo que estaba haciendo era para liberarme de mi frustración, así que suspiré de nuevo.

—…Bueno, no estás equivocado. Lo que estoy pensando tiene que ver con Milady.

—… ¿Hay algo mal con ella? —Su voz y expresión se pusieron inmediatamente serias.

Al ver eso, me sentí a gusto: para este hombre, Milady era de gran importancia.

 [Traducido por Reino de Kovel]

—Deberías haberlo sentido también ¿cierto? Cuanto más tiempo se queda en la capital, se ve y se siente peor.

—Es verdad. —Dida asintió con una sonrisa amarga.

—Debido a que tiene que mantener la guardia alta, no es de extrañar que ella se esté poniendo así. Pero, al mismo tiempo, me disgusta que seamos tan impotentes al respecto. Como dices, hay un poder masivo e insuperable que me bloquea… Creo que he tenido demasiada confianza en mis habilidades hasta este momento.

Cuando esas palabras salieron de mi boca, una sensación pesada y amarga comenzó a extenderse en mi pecho. No pude evitar burlarme de mí misma.

—Sí, bueno, ¿y qué? Todos tienen algo que deben hacer, su área de especialidad.

—Yo entiendo eso. Pero no puedo hacer nada…

Un territorio irremplazable. Delante de mí había una pared que nunca podría cruzar. Porque entendía esto, estaba sufriendo.

—No, no entiendes. Por ejemplo, mi especialidad es ser el protector de Milady. Mi cuerpo es una pared y protegerla es mi misión, mi especialidad… en esa especialidad, no perderé con nadie. No renunciaré ante nadie. Incluso si me estuviera enfrentando a ti.

No entendía… sí, tal como se me negó el poder, la furia de la impotencia llenó mi corazón mientras miraba a Dida.

 Pero lo que dijo a continuación me hizo renunciar a toda posibilidad de réplica.

—Bueno, entonces, ¿dónde está tu especialidad? La tuya es acompañándola, ayudándola en su trabajo. No podría hacer eso. No puedo hacer un delicioso té rojo, no puedo ayudarla a vestirse, no puedo coordinar su agenda, y mucho menos, ayudar con su trabajo.

—Eso… No puedo decirlo con certeza, pero no te equivocas.

—Sé que trabajas duro. Aprendiste autodefensa del Maestro, aprendiste los fundamentos del trabajo del Sr. Sebastian… Sé que estás trabajando para expandir tu especialidad incansablemente. Y, por supuesto, es bueno que esto sea útil para nuestra ama. Pero, ¿no es bueno también que cada ser humano esté limitado en cuanto a la capacidad de expandir su especialidad? Si ella piensa que estos son sus deberes, eso significa que ella te ha entregado una parte muy importante de sus propios deberes. Y has respondido a solicitudes externas y has profundizado tus habilidades dentro de tu propia especialidad tanto como sea posible. —Dida tragó todo el vino que quedaba en su taza. — ¿Me equivoco al decir eso?

—…No, en absoluto… —Sentí que algo contundente me había golpeado la cabeza.

No estaba muy segura, pero me sentí orgullosa.

Al igual que Ryle y Dida siguen mejorando sus habilidades de protección, Mérida sigue mejorando sus habilidades culinarias, y Rehme sigue expandiendo su base de conocimiento.

Sei, Moneda también, siguen trabajando duro para completar sus tareas.

Todos están trabajando arduamente en los deberes que se les han asignado, trabajando en la especialidad que poseen.

—Entonces, lo que estás diciendo es que ¿si no podemos controlar ciertas cosas, deberíamos intentar apoyar a Milady como podamos?

También vertí el resto de mi vino en mi garganta.

—…Si. Para calmar su espíritu, haré todo lo posible para acompañarla, estaré a su lado.

Esto fue diferente del odio a mí misma de antes.

También tuve mi orgullo.

Al igual que Dida dijo que no se apartaría de sus deberes como guardia, yo también tenía mis deberes a los que atender.

— ¡Mira, esa es la expresión que todos conocemos y amamos! —Al decir esto, Dida se rio a carcajadas, como de costumbre.

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