Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Capítulo 7

Traducido por Mochi

Editado por Yusuke


Rodolfo Lauren D’Autriche era conocido como el reconocido primer ministro y hombre más astuto del Reino Elimer, pero su apariencia no se asemejaba a ninguno de esos títulos. Toda persona que lo conocía por primera vez siempre terminaba con la impresión de que es un hombre calmado y de carácter confiable.

—Ah, Aileen. Veo que ya llegaste. Lamento llamarte aquí tan temprano pero esta es a la única hora a la que podía.

Cuando Aileen entró a la habitación su padre la saludó con una sonrisa. Ella se sentó en el sillón opuesto del escritorio negro de su padre, con la intención de quedar frente a frente con su padre.

—Lo que sucedió con el príncipe Cedric fue desafortunado.

—Lo siento mucho padre.

El compromiso con Cedric después de todo estaba basado en un matrimonio por conveniencia, influenciado en la política. Era crucial para solidificar la posición del ducado D’Autriche. Además los rumores acerca de la anulación del compromiso también afectarían la reputación del padre de Aileen, el primer ministro.

Me pregunto si tuvo algún impacto hacia mi padre.

—No podemos hacer nada sobre la situación. Especialmente cuando obviamente no eres del gusto del príncipe Cedric.

Mientras su padre le dijo esto con una expresión triste, Aileen puso una cara seria solo para después volverse a disculpar.

—De verdad lo siento…

—Aun así, yo pensaba que podríamos mantener el nombre del ducado como planeamos pero bueno… El amor de los jóvenes sí que es fuerte. ¿Tú también eres así no? Cuando tu frase favorita es: “Todo estará bien siempre que el príncipe Cedric esté conmigo”.

—De verdad lo lamento mucho.

—Pensé que estarías bastante deprimida con todo esto. Después de todo, escuché que te mantuviste encerrada en tu cuarto. —Rodolfo soltó un suspiro—. Y aun así te ves mejor de lo que esperaba. Estoy decepcionado…

¡Es el mismo sádico de siempre! ¡Justo cuando a tu hija le acaban de anular su compromiso!

Este amable padre era dueño de una personalidad revoltosa, era alguien que amaba ver la miseria de los demás. Su familia no era la excepción, es más, él era especialmente horrible con sus miembros porque no tenía que ocultar este amor con su familia.

Si Aileen tenía algún problema, él estaría a su lado mirándola con gusto. Si ella perdía en algo, él alegremente se encargaría de describir las razones por las que perdió. Gracias a eso, Aileen creció con un carácter fuerte que no se sometería por una dificultad cualquiera; ella en vez de llorar, trataría de encontrar cómo resolver su problema; en vez de deprimirse, ella primero pelearía.

Es más, no sería una exageración decir que la actitud de su padre tiene la culpa de que el príncipe Cedric rompiera con Aileen.

—Estaba esperando con ansias el día en que el príncipe Cedric te dejará.

—Ya veo, así que estabas seguro que me dejaría pronto.

—¡Aun cuando rompieron de la peor manera! Mi pobre Aileen, si solo te estuvieras lamentando desconsoladamente, te hubieras vuelto la chica más linda del mundo…

—¿En serio estas tan feliz imaginandolo?

—Y aun así, justo cuando finalmente llegó el momento estás actuando como siempre. Como pensaba, ayer tuve que haber ignorado a las sirvientas y entrar a tu habitación a la fuerza.

Sintiéndose agradecida por sus excelentes empleadas, Aileen le respondió a su padre lo más calmada que pudo.

—Estoy así porque he decidido olvidarme del príncipe Cedric.

—Ya veo. Está bien así supongo. No me imaginaba que él sería tan estupido.

Rodolfo la interrumpió con una pequeña sonrisa. Aileen quedó sorprendida al escuchar como su padre le faltaba el respeto al príncipe.

—Aunque tu posición sea justificable, eso no significa que se podrá recuperar el honor de nuestra casa.

—Lo entiendo… Ya reflexioné sobre la desgracia que he traído a la familia D’Autriche.

—Ahora hablemos del tema principal.

Su padre entrelazo sus dedos mientras sonreía. Parecía muy contento. En otras palabras, esto no terminaría como una charla casual para Aileen. Ella enderezó su espalda aún más al verlo así.

—¿Estabas tratando de sacar un negocio no? Si me acuerdo bien era la creación y venta de medicinas, en conjunto con la industria del transporte y la industria de ingeniería civil para crear rutas de distribución y asegurar el mantenimiento de las calles.

—Ah, sí. Como el ducado D’Autriche ya controla la materia prima necesaria para aumentar las ganancias también nos encargamos de la distribución. Eso fue lo que mi hermano me había enseñado…

Las propiedades del ducado D’Autriche eran numerosas y abundantes pero esta riqueza solo era un promedio que no mostraba la desigualdad que se encontraba en las zonas rurales donde lo único que tenían en abundancia era la tierra. Por eso para enriquecer la zonas escasas del campo los hermanos pensaron en formas de cómo usar las plantas regionales para crear productos especiales y mejorar la calidad de vida de los locales. Aileen también estaba involucrada en este proyecto.

El negocio tuvo muchos criticismos como fue creado por la hija de un duque que además era la prometida del príncipe heredero, pero estos pararon al volver pública la teoría del desarrollo del medicamento. Antes de medicinas difíciles de usar, también vieron los beneficios de promocionar soluciones antisépticas baratas y fáciles de usar como jabones y pomadas al público.

La verdadera razón de todo esto en realidad era que la familia real de Eleimer no era tan rica como se hacía parecer. Así que Aileen decidió que por el bien de Cedric ella juntaría una gran cantidad de dinero para su dote. Recordando eso, Aileen rápido comenzó a pensar en otra cosa.

—Estás en lo correcto. ¿Acaso hay un problema?

—Se decidió que todos esos negocios ahora serán dirigidos por el príncipe Cedric. Podemos decir que se volvieron propiedad del reino.

—¿Uh?

Rodolfo le sonrió cínicamente a Aileen que había quedado estupefacta antes de continuar explicando.

—Firmaste el negocio a nombre de ambos. La medicina también puede ser usada como veneno, así que si se dice que es mejor que lo controle el estado, no me puedo negar ¿cierto?

Controlar desde la preparación a la distribución de la medicina ciertamente mejorará la reputación del reinado. Es decir…

—¡¿Se quedará con todos los ingresos?!

Al escuchar la voz desesperada de Aileen Rodolfo se rió contento.

—Cuentan por ahí que la señorita Lilia fue quien le sugirió al príncipe Cedric ponerse al cargo y que él estaba muy motivado. Me parece bien así haciendo negocios, tal vez el príncipe Cedric aprenda algo sobre el sentido común y sentido del dinero de los plebeyos.

—No, no y no. ¿Eso es solo usurpación verdad? ¿No es eso más que una historia de ellos solo acaparando las partes buenas verdad?

—Esto es tu culpa Aileen.

Ella, sorprendida por esas palabras, se quedó callada. Los ojos de su padre no estaban jugando.

—Aún cuando son la familia real, ellos aún pueden ser objeto de crítica, pero como manejaron este asunto de anular el compromiso como algo natural en vez de disculparse, ellos lograron llevarse nuestro negocio antes de que siquiera lograramos recuperar nuestra inversión.

—¡Y-Yo lamento que haya llegado a eso!

—Tu madre y tú se parecen tanto en su horrible gusto en los hombres. Solo porque alguien se vea lindo no significa que debas dejarte enamorar con solo un cumplido o dos.

Aileen no hizo ni un sonido. Esto no era una crítica, él solo marcaba los hechos. Los ojos de Rudolf se encurvaron felizmente al ver como Aileen sufría. Ella entendía que era su manera de mostrar afecto pero ella deseaba que se controlara un poco.

—Además…

—¿Hay más?

—Sí, lo hay.

Aileen miró a medias a su padre mientras él sacaba una carta abierta entre las cartas selladas debajo de su pisapapeles y se la daba.

—Obtuve esta invitación ayer. En dos meses habrá un banquete nocturno.

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