Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Prólogo: Los comienzos de la Villana

Traducido por Kavaalin

Editado por Yusuke


Pensándolo bien, desde que era pequeña, siempre he tenido este extraño sueño. En este me convertía en alguien cuyo nombre desconozco y jugaba a solas con una máquina desconocida con un mecanismo desconocido, en una habitación que apestaba a desinfectante. Como era sólo un sueño, apenas podía recordar los detalles. Incluso datos tales como mi nombre eran confusos. Sin embargo…

—Siempre estás jugando…

Ese sueño resurgía una vez más desde lo más profundo de mi subconsciente. Mi cuerpo cayó hacia adelante hasta que mis manos y rodillas chocaron contra el frío y duro suelo. Sentía como si fuera a recordarlo todo. Una tremenda cantidad de información inundó mi mente como si se tratara de una avalancha, haciendo que mis sienes palpitaran. Cuando finalmente logré enfocar mi vista y ver aquello que se reflejaba en el piso, mi propia figura me devolvió la mirada a través del pulcro piso… o eso se suponía.

Esta persona… se parece a la de aquel juego… ¿Eh? ¿Del juego?

Mientras me encontraba concentrada mirando mi reflejo, una persona se paró frente a mí. Un joven de cabello rubio y largas pestañas me miraba con una sonrisa burlona en su rostro mientras yo permanecía de rodillas.

—Es inútil que trates de causar lastima. Todos aquí saben como eres realmente. Nadie simpatizaría con alguien como tú, que usas tu posición como mi prometida para actuar como una tirana.

—¿Príncipe Cedric? ¿Eres realmente el príncipe Cedric?

El joven rubio respondió sardónicamente, tratando de esconder la ligera jocosidad en su voz.

—¿Vas a decir que no me comporto como siempre? Pero, así es como soy verdaderamente. Hemos estado comprometidos por años y, sin embargo, no me conoces en lo más mínimo.

Un repentino dolor en mi pecho me trajo de vuelta a la realidad. Así es, esta es la realidad. Y la persona frente a mí es el príncipe heredero de este reino, Cedric Jeanne Elmeier. Mi prometido y amigo de la infancia… así como un personaje enamorable de mi juego favorito.

¿Eh?¿Qué está sucediendo?

Pasé mi vista por los alrededores, incómoda por los recuerdos fragmentados, sólo para ser recibida por miradas frías.

Esta noche se estaba celebrando una fiesta nocturna abierta a todo público, organizada por la academia a la que asistía para festejar el fin del semestre invernal. Todos los maestros ya se habían retirado y sólo quedaba gente que conocía. Sin embargo, en esta supuestamente divertida ocasión, sólo era recibida con frialdad. La única persona que me miraba con lástima era la mujer que actualmente se encontraba acurrucada detrás de Cedric… su nombre era Lilia. De suave cabello castaño, mejillas regordetas y labios de aspecto dulce. Sus grandes ojos evidenciaban una mirada preocupada.

Ella es la heroína, es lo que pensaba mientras la observaba desde el piso. Y fue en ese momento que me di cuenta.

Entonces, ¿quién soy yo?

—Aileen Lauren D’Autriche. Declaro la intención  de anular nuestro compromiso.

—¡Por favor, espere un momento, eso es…!

Mi propio nombre. Así como el nombre de la villana del juego.

¡Espera, espera, espera! Ya veo, el príncipe Cedric es mi prometido… entonces yo soy…

Sentía como si estuviera observando los problemas de alguien más a medida que los recuerdos de este evento seguían bombardeándome implacablemente. Cedric rio irónicamente ante la impaciencia de Aileen.

—Lilia y yo decidimos que ya no seguiremos mintiéndonos a nosotros mismos y que pasaremos el resto de nuestra vida juntos.

—Señorita Aileen, por favor, perdóneme.

¡¿Por qué diablos te estás disculpando?!

Las exaltadas palabras que casi había gritado desde lo más profundo de mi garganta pertenecían a Aileen. Mi vista comenzaba a nublarse una vez más, pero me mordí los labios con fuerza para mantenerme centrada. Una vez más, traté de observar la situación.

Estaba vestida con un lujoso vestido de fiesta y rodeada de personas. Esto no era raro viniendo de la hija de un duque. Pero nadie me extendía una mano amiga. Porque este era el evento de anulación del compromiso de la villana.

—Estoy harto de que pienses que albergo algún tipo de sentimiento romántico hacia ti.

Entonces, ¿por qué siempre me sonreías como si así fuera?

Me tragué esas miserables palabras. Sentía como si estuviera tragando plomo, pero gracias a eso, mi mente gradualmente comenzó a aclararse.

¿Cómo debería ponerlo? Aunque los recuerdos han regresado en el peor momento posible… al menos, ahora puedo pensar más claramente.

Lo mínimo que podía hacer era usarlos para hacer un juicio certero de mi situación actual.

—No podrías pedir nada mejor que esto, ¿verdad?

Si esto hubiese sucedido mientras era ignorante de las circunstancias, habría luchado con uñas y dientes. Haciéndome enemiga de las personas equivocadas. Al pensar así, creía poder salir de este embrollo.

Levanté la cabeza, con una pequeña sonrisa en mi rostro.

—No, príncipe Cedric. Sólo pienso que, si tan sólo me lo hubiera dicho desde el principio, entonces no habría necesitado montar este circo.

Mientras miraba a mi alrededor con una expresión fría en mi rostro, aquellos que captaban inmediatamente el significado detrás de mis palabras desviaban la mirada. Pero Cedric, por otro lado, sólo dejó escapar un resoplido.

—Esto es para demostrar nuestra determinación.

—En otras palabras, está haciendo esto aquí en lugar de hacerlo de la forma correcta porque teme ser regañado por la familia ducal D’Autriche y por Su Majestad… ¿no?

—Por supuesto que no. Sólo creo que deberías ser juzgada por tus crímenes enfrente de todos los aquí presentes.

—¡¿Qué…?!¡¿Crímenes?!

De repente, alguien a mi lado me tomó bruscamente del brazo para hacer que me levantara. Giré la cabeza para conocer al enemigo de Aileen.

—¿No puedes ser más gentil? ¿Es así como los caballeros tratan a las damas ahora?

—¿Cuál dama? Deja de decir tonterías, Aileen. Ya no podrás seguir ocultando tus fechorías.

Mientras decía eso, me hizo entrega de un documento. Esa persona era mi otro amigo de la infancia, Max Cowell. Era una persona silenciosa y con un cuerpo esbelto. Se especulaba que sería el futuro líder de los caballeros. Poseía un fuerte sentido de la justicia por lo que aborrecía las injusticias. El dueño de ese intimidante par de ojos estaba mirando a Aileen como si mirara a un criminal.

—¿Podrías soltarme? Puedo ponerme de pie por mi cuenta.

Aileen, después de soltar su brazo del rudo agarré, se puso de pie mientras miraba a Max con la misma intensidad. Comenzó a leer el documento que le fue presentado. Era una recopilación de sus así llamados crímenes. ¿Desde cuándo habrían estado preparando todo esto?

Lilia fue intimidada porque había tomado la iniciativa de hablarle a Aileen a pesar de ser de un rango social inferior. Aileen cambió egoístamente el guión de la obra en el festival escolar, por lo que la pobre Lilia no fue capaz de memorizar sus nuevas líneas a tiempo y terminó haciendo el ridículo en el escenario. Si Lilia no obedecía a Aileen, era amenazada con la degradación de su familia aristócrata…

El documento continuaba durante muchas páginas más con acusaciones similares. Todas estas eran, por supuesto, completamente anónimas. Estaba tan asombrada por lo risible del contenido, que lo arrojé a mis espaldas.

—Que ridículo, ¿esta es la evidencia de la que hablaban?

Reí con gracia mientras una gran cantidad de papeles caían balanceándose detrás de mí.

—Max. Escúchame con atención. Algo como escuchamos que alguien lo dijo no puede considerarse como evidencia. Son sólo rumores o, a lo mucho, calumnias.

—¡¿Aun sigues negándolo a pesar de todas las acusaciones en tu contra?! ¡No pienses que por ser la hija del duque D’Autriche podrás salirte con la tuya!

—En caso de que la hija del duque D’Autriche quisiera salirse con la suya, ¿en serio creen que esto les serviría para evitarlo? Eso es realmente infantil. ¿Desde cuándo los estudiantes de esta academia se convirtieron en infantes?

Mientras decía eso, pisoteé con mis zapatos un pedazo de papel que había caído sobre la alfombra aterciopelada. Seguidamente, curvé mis labios en una sonrisa.

—Si realmente quieren que examine esa basura, ¿qué tal si la reúnen otra vez? pero con firmas esta vez. Y entonces, me aseguraré de recordar cuidadosamente, uno por uno… todos los nombres en el documento. No me irán a decir que quieren hacer algo tan patético como condenar a una dama como yo con evidencia anónima, ¿verdad?

Max chasqueó la lengua, frustrado por los argumentos de Aileen.

—¿Sigues parloteando y ni siquiera eres capaz de ofrecer una disculpa?

—¿Una disculpa? Si eso es lo que quieren, me disculparé. Señorita Lilia, me disculpo por querer enseñarle a usted, que ha sido criada como una plebeya, acerca de cómo se comporta la aristocracia. Por ejemplo que no debe hablarle a una persona de estatus superior a menos de que esta le hable primero. Y acerca del festival escolar, me disculpo por pensar que tener que memorizar un guión tan largo sería demasiado difícil para usted y, por lo tanto, cambiarlo por su bien.

—¡Aileen! ¡¿Podrías dejar de insultar a Lilia?!

¡Yo soy la única que está siendo insultada!

El príncipe heredero había anulado su acuerdo matrimonial en frente de tanta gente. E, incluso había reunido esos insólitos documentos, incitando al odio contra ella… Si no era con la intención de burlarse de Aileen, entonces ¿por qué más sería?

Pero, Cedric, cuyo rostro estaba rojo de la ira y Max, quien apretaba fuertemente sus puños, sólo se mantenían pendientes de Lilia, quien trataba de contener las lágrimas.

En una inspección más cuidadosa, todos los involucrados directos en este asunto eran objetivos de captura. Cualquiera podía participar de esta celebración. Por lo que era probable que estuvieran confabulados. Y que hubieran planeado arrinconarme en el instante en que los maestros se retiraran.

Que astutos… No, pero supongo que es mi culpa por haber caído en su trampa.

Incluso si me quedaba por más tiempo, no había nada más que pudiera hacer. Dejé escapar en un suspiro toda la desesperanza que me embargaba y tomé un nuevo aliento para llenarme de valor.

—Creo que ya he dicho suficiente, así que va siendo hora de que me retire. Aunque me llena de tristeza no haber sido capaz de mostrarles las lágrimas y ruegos que tanto deseaban ver.

No llores. Sigue sonriendo hasta el final. No les permitas sentirse satisfechos con su actuar. Quien reirá al final, seré yo.

—Bien, buenas noches a todos. Y, príncipe Cedric… realmente lo amé.

Cedric mostró una expresión consternada en su rostro.

Pero Aileen, del mismo modo que siempre, levantó elegantemente el dobladillo de su vestido e hizo una perfecta reverencia, dio media vuelta y se dispuso a retirarse. El gran candelabro colgando en el cielo raso relucía a su espalda.

♦ ♦ ♦

Me dolía la cabeza, tal vez a causa de lo fuerte que apretaba los dientes, en un intento de contener el llanto.

Si no me equivocaba, lo que seguía era que sería expulsada de la academia a petición del príncipe Cedric, ya que él no quería tener que seguir viendo mi rostro. 

Aún quedaban tres meses hasta el final del juego, hasta la ceremonia de graduación. Y, aunque aún habían muchísimas lagunas en mi memoria, estaba segura de que Aileen sería desheredada de la casa ducal D’Autriche y arrojada a la calle, descendiendo cada vez en una espiral  de destrucción.

Es cierto. Si este es realmente el mundo del juego, entonces no tengo el tiempo como para gastarlo llorando.

Debido a que en tres meses, lo que le esperaba a la villana Aileen… era su propia muerte.

—Como si fuera a dejar que eso pase.

No lloraré. No me daré por vencida. No moriré para asegurar la felicidad de esas personas.

Piensa. Recuerda. Debería sentirme agradecida de haber recuperado esas memorias. Puede que aún fueran vagas, pero al menos ahora podría intentar impedir ese suceso.

—¿No existe un dicho que reza, el enemigo de tu enemigo es tu aliado?

Mis labios cubiertos de labial rojo se curvaron en una sonrisa. Podría ser una expresión facial digna de una villana, pero era necesaria para mantener contenidas las lágrimas que amenazaban con derramarse.

5 respuestas a “Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Prólogo: Los comienzos de la Villana”

  1. ¡Me encantó mucho el prólogo! Me tomó por sorpresa que no haya recuperado sus memorias al inicio sino que ya casi al final, ya quiero saber que pasará~
    Y que hijos de puta son sus supuestos “Amigos de la infancia” espero que terminen en la ruina (:<
    Espero con ansias el siguiente capítulo <3

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