Felicidades Emperatriz – Capítulo 69: Invirtiendo el bien y el mal

Traducido por Saitama-chan

Editado por Sakuya


Hua Jing Lan miró friamente a Miao Luo Xiang y naturalmente preguntó.

— ¿Qué puedo hacer por ti?

Miao Luo Xiang caminó hacia adelante y gritó.

— ¡Inicien las leyes familiares!

Todos los sirvientes lucian solemnes. Hua Jing inclinó su cabeza para ver qué era lo que pensaba hacer.

Un criado de Cui Xiu Lin trajo una caja. Miao Luo Xiang limpió sus manos con un pañuelo que anteriormente le había entregado una  criada antes de abrir la caja, luego sacó una espada.

Los ojos de Miao Luo Xiang tenían un amargo resentimiento, entonces reprendió.

—Hua Jing Lan ¡¿cómo te atreves a no arrodillarte mientras ves la espada asesina del anterior emperador?!

Hua Jing Lan no aguantó y se echó a reír. Bajo la mirada de Miao Luo Xiang ella rio más desenfrenadamente.

— ¿Si dices que me arrodille entonces tengo que arrodillarme? ¿Quién te crees que eres?

Miao Luo Xiang estaba enojada y alzó en alto la espada.

—Cuando el anterior emperador otorgó esta espada, dijo que esto podría cortar demonios y fantasmas. Hua Jing Lan, incluso si no te mató el día de hoy, habrán consecuencias.

—Como desees. —Dijo Hua Jing Lan restándole importancia. —Pero no esperaré a que me mates. Quizás podría resistirme y accidentalmente abrir tu cabeza… sabes que las cosas no duran para siempre. Mira a Hua Wan, en la mañana ella debía ser la futura emperatriz pero por la noche se convirtió en el hazme reír de yecheng.

Los ojos de Miao Luo Xiang brillaron con una intención asesina. Ella gritó fuertemente.

—Alguien, sujétela.

Cuatro robustos sirvientes se precipitaron sobre ella. Hua Jing Lan se burló fríamente. Ella se movió y cuatro luces frías destellaron y de repente en el suelo había cuatro cadáveres

En un instante, Hua Jing Lan estaba sosteniendo una daga ensangrentada y goteante frente a Miao Luo Xiang

Horrorizada, Miao Luo Xiang dio tres pasos hacia atrás. Ella se forzó a permanecer calmada

— ¡¿Cómo te atreves a rebelarte?!

Hua Jing Lan frunció el ceño ligeramente, chasqueo la lengua y de repente sonrió.

—Sin duda vi a Hua furen*1 tomar la espada otorgada por el anterior emperador y asesinar cuatro personas inmersa en la locura. Ahora ella quiere atacarme.

Sus ojos se tornaron fríos. Ella se giró a las pocas personas que quedaban y preguntó profundamente.

— ¿Qué dijiste?

Los sirvientes estaban en silencio, asustados de ser las próximas víctimas.

—Tú… Tú estás invirtiendo el bien y el mal.

¡Incluso los dedos de Miao Luo Xiang estaban temblando, temiendo por la reputación de Hua Wan, la imprudencia de Hua Jing Lan y sobre todo su propio miedo personal!

—Parece que Hua Wan te contó.

Hua Jing Lan levantó su manga para exponer numerosas cicatrices en su brazo. Con una expresión de pena comentó.

— ¿Ves esto?  Reclamare esas deudas en la conferencia de artes marciales, ¡incluso si Hua Wan está muy asustada de entrar en la arena, Hua Fei y Hua Que no escaparan!

—Tú… ¡Te mataré!

—Desgraciada. —La voz de Cui Xiu sonó a tiempo. Su bastón golpeó fuertemente el brazo de Miao Luo Xiang

Miao Luo había robado la espada en las narices de Cui Xiu. Su cara estaba enojada y gris, ella con cara abatida dijo.

—Madre…

Cui golpeó su pierna con el bastón. Miao cayó al suelo por el dolor.

—Todo el mundo sabe que nuestra familia Hua tiene una nuera perversa. No es suficiente con que instigues a Wan Yu pero ¿ahora te atreves a robar la espada otorgada por el anterior emperador? Aun no estoy muerta. Pero tu quieres poner el mundo patas arriba ¡¿verdad?!

Miao Luo Xiang se arrodilló en el suelo. La lamentable señora lloró en silencio.


1.-Furen: Señora Casada.

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