Harem Imperial – Capítulo 39: Una bestia arrinconada hará lo que sea (1)

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


Un hombre caminaba detrás de Gao Jing. Medía más de siete pies, y a pesar de estar usando un uniforme militar, el manto azul no ocultaba un estilo valiente y refinado. Él caminó lentamente hacia el centro del salón y se arrodilló.

—El oficial Ming Jian saluda al Emperador.

Yan Hong Tian levantó la mirada de la pila de archivos. Un sólo vistazo le bastó para sentirse de buen humor.

—Levántate. ¿Cómo fue la búsqueda?

—Reportando al Emperador, el caso sobre el cazador de recompensas que mató a Yan Liu, el oficial del Ministerio de Defensa, debido a una disputa. Las hermanas Qing Ling y Qing Mo se involucraron. Qing Ling encontró pistas en el cuerpo y confirmó que la herida fatal en el pecho se produjo con una daga extraña. Qing Mo vio a través de los agujeros del furen de Yang Liu y realizó una trampa para capturar al asesino, quien fue la esposa de Yan Liu, Qu Xin, la hermana del ladrón Qu Ze, quien fue arrestado por robar el oro. Qu Xin mató a Yang Liu para vengar a su otro hermano, y llamar la atención de Dan Daren y reabrir el caso del oro —susurró frente al escritorio, después de dar un paso adelante.

Había guardias de pie fuera, y no había nadie más que Gao Jing en el salón, pero el hombre aun así bajó el tono de su voz para que sólo Yan Hong Tian le escuchara, lo que demostraba lo discreto que era el asunto.

Da Yu Lan ya había indicado con claridad en su reporte el vínculo entre el cazarrecompensas y el caso del oro, pero sentía que estaba ocultándole algo. Su interacción con Xi Yan fue demasiado. Debido a ello, dejó que Ming Jian fuera a investigar, pero no pensaba que las hermanas Qing fueran a estar involucradas.

No era de extrañar que Dan Yu Lan hubiera mirado fijamente a Lou Xi Yan cuando mencionó el caso. La razón para la preocupación del primer ministro y su conexión con el caso eran muy interesantes.

—¿Qing Mo es la menor de las hermanas Qing? —preguntó Yan Hong Tian entre risas.

Xi Yan amaba a Qing Ling al punto en que amaba todo lo que la involucraba.

—Sí. Esa mujer es muy astuta a la hora de interrogar al criminal, y tiene buen conocimiento para encontrar evidencias. En resumen, es alguien independiente y poco convencional, al punto que el Oficial Dan también le tiene aprecio—. Las palabras de Ming Jian sobre la mujer le hicieron sentir a Yan Hong Tian que era una mujer algo interesante.

—Sin mencionar que es excepcionalmente inteligente y única. Para ser una simple mujer, ¿cómo pudo entrar y salir de la Mansión del General sin problemas para asistir a Dan Yu Lan con la investigación?

Si lo recordaba bien, la Mansión del General no es muy estricta respecto a las leyes militares en el campamento, pero no permitiría que sucediera algo tan descarado.

—Al parecer su posición en la Mansión del General no es baja. Todos se refieren a ella como ‘Furen’ —susurró Ming Jian luego de toser.

—¿Furen? —Esta vez Yan Hong Tian se sorprendió tanto que le tomó un momento recuperar la compostura. A continuación le preguntó con curiosidad: —¿Su Ren y Su Yu la reconocen?

Las esquinas de los ojos de Ming Jian develaban sus intenciones de reírse.

—El General Su Ren suele llamarla ‘hermana’.

¡¿Hermana?!

Esta vez, Yan Hong Tian quedó atónito. La personaldiad de Su Ren es tranquila e imperturbable, y sus pensamientos meticulosos. Es imposible que él llamara a una mujer ‘hermana’ casualmente sólo después de unos meses. O… ¿Su Ling lo pidió?

Esto es demasiado interesante.

Yan Hong Tian comenzó a reírse de repente. Esto era mucho más interesante que Xi Yan y Qing Ling. No se olvidaba de la gran amargura y odio que Su Ling profesó cuando le regaló a la hermana menor de la Familia Qing.

¿No suele alejarse de las mujeres? ¿Hace cuánto que se rindió? ¿Qué clase de persona es la menor de las hermanas Qing?

Recuperando el aliento, tomó el té de la mesa y lo bebió de un trago. La sonrisa en su rostro desapareció cuando observó el archivo del caso en su escritorio.

—Ya que Dan Yu Lan quiere reabrir este gran caso y encontró ‘expertos’ para ayudarle, por ahora no necesitas molestarlos. Cuando la mansión del Primer Ministro y la del General se involucren, algunas personas no podrán soportarlo en silencio. Sólo necesitas mantenerte atento —le instruyó.

—Sí.

Yan Hong Tian bajó la taza y continuó lidiando con los reportes de otros países. Ming Jian no se perdió del brillo de frialdad en la mirada del Emperador. Se retiró en silencio hacia el salón y, cuando estaba por irse, se encontró con una figura familiar alrededor de la esquina.

—Ming Ze —le llamó cuando se acercó. Escuchando su nombre siendo mencionado, Ming Ze se sorprendió ligeramente antes de recuperar la compostura y hacer una reverencia respetuosa pero distanciada.

—Este guardia saluda al Oficial Comandante Daren.

—Tú… —La sonrisa en el rostro de Ming Jian se congeló, y la mano que estaba por descender hacia el hombro del otro hombre se detuvo a medio camino. Viendo a su hermano menor sobresaliente, pero frío e independiente, Ming Jing sólo pudo tragar todas las palabras que quería decir y suspirar. Él bajó la mano y se giró para retirarse.

Ming Ze enderezó su cuerpo lentamente y miró hacia adelante. En cuanto a la figura que estaba claramente enojada pero no pudo más que mirarlo sin decir nada, sólo pudo ignorarlo. El teniente vestido en rojo, que estaba de pie a su lado, no pudo tolerarlo y suspiró suavemente.

—Ming Ze, Daren sigue siendo tu hermano mayor. No necesitas…

—No te preocupes por mis asuntos —una voz fría interrumpió el consejo sincero y con buenas intenciones de Lu Tong.

Tragándose el resto de sus palabras, él sólo le palmeó la mejilla.

—Está bien, está bien. ¡Mi boca es inútil, ¿verdad?!

Honestamente, por dentro se estaba regañando. La relación de otros hermanos no era de su incumbencia. Además, Ming Ze no sólo tenía un hermano mayor en la Oficina de Comandantes que podía cubrirlo y protegerlo, sino todo el apoyo de la Familia Ming. Por supuesto que puede hacer lo que quiera.

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