Harem Imperial – Capítulo 40: Viviendo como un pequeño hierbajo (1)

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


Durante Chenshi [1], los primeros rayos del sol marcharon dentro y Fu Ling abrió la puerta. Frente al marco de la ventana medio abierta, una figura familiar estaba de pie en silencio. Ese hermoso par de ojos que observaba al exterior hacia el sol elevándose lentamente.

En este momento no tenía la arrogancia que vio la primera vez que se conocieron, y su voz no contenía tanto dolor cuando se despidió. En general, lucía mucho más tranquila y mucho… más oscura.

Fu Ling puso las toallas cálidas a un lado de Qing Feng, quien la tomó de inmediato para limpiar su rostro antes de sentarse en el sillón para descansar. Últimamente cuando se acostaba en la cama no podía dormir, y cuando estaba despierta, se sentía somnolienta. Seguía soñando de noche, pero cuando llegaba la mañana, no recordaba sobre qué y, alguna veces, sentía estremecimientos.

En el pasado esto no sucedía, se burló Qing Feng de sí misma. Una vez llegó al Palacio Imperial, pareció que todo su valor fue comido por las ratas, volviéndola inútil.

Un golpe suave resonó, y levantó la mirada para encontrarse a Lan y Xia Yin caminando dentro de la cámara uno atrás del otro. Ambos sostenían un vestido hermoso, mientras se acercaban a Qing Feng y se inclinaban.

—Su Señora, las dos Emperatrices Dowager realizarán un banquete en el Jardín Imperial, y todas las concubinas con el cargo de Bellezas y superiores, además de las señoritas de familias influyentes, atenderán —dijo Xia Yin con suavidad.

—¿Por qué motivo? —preguntó Qing Feng frunciendo el ceño. Al ver su impaciencia, Xia Yin se apresuró a explicar.

—La ceremonia de oración que sucede una vez cada tres años es el evento más grande en Qiong Yue. Durante ese tiempo, todos los comerciantes y ministros de cortes extranjeras vendrán a expresar sus felicitaciones. El Emperador y la Emperatriz Dowager establecieron que la importancia de este evento para Qiong Yue, cabeza de las seis naciones, no puede demostrar pocos modales, así que…

Qing Feng se rió.

—Entonces la Emperatriz realiza un banquete en el Palacio para comprobar el talento y habilidades de cada hija de familias aristócratas y las concubinas. ¿De esa forma se aseguran que su actuación durante la ceremonia sea maravillosa y sobresaliente? —Xia Yin sonrió y asintió con su cabeza—. ¿Realizaron lo mismo los últimos dos años?

Cuando Qing Feng estaba en Hao Yue, también había escuchado de las increíbles actuaciones durante la ceremonia en Qiong Yue. Para presentarse como un amante de la cultura, durante la ceremonia de hace tres años, el Emperador de Hao Yue había mostrado una pintura de un paisaje del paraíso, hecha por las tres hermanas.

Al parecer, los actos que Qiong Yue presenta deben pasar por una selección. No es de extrañar que puedan asombrar a los países de las cuatro esquinas del mundo.

—Este año parece bastante grande —dijo Xia Yin después de deliberar por unos momentos. Fu Ling sonrió.

No era sólo grande. Cualquier mujer de familia aristocrática que tenía alguna clase de talento se presentaría con la señora a cargo del Xiunui en el Palacio De Xing. Esto se hace para la conveniencia del Emperador y la Emperatriz viuda, y coincida con el matrimonio del príncipe u oficial de importancia. Los candidatos de los años anteriores fueron evaluados por la señora hasta llegar a diez, y de ellos sólo uno o dos se eligieron. Es la primera vez en muchos años que se toma tanto esfuerzo.

Fu Ling sonrió sin decir nada. Era natural que Qing Feng no entendiera la naturaleza tortuosa de ello si siempre le gustó la poesía y las artes. Había escuchado mucho del talento de las mujeres de Qiong Yue, y no podía negar su interés.

—Entonces vamos a ver —dijo. Observando el atuendo que ambas tenían, Qing Feng eligió uno más cómodo de color púrpura.

No era su primera vez en el Jardín Imperial, pero en este momento concordó con los elogios que le daban.

Hay demasiadas flores, al punto en que marea…

Lo que Xia Yin había dicho era cierto, en efecto era el Palacio de banquetes. El verde del Jardín Imperial era abrumador pero encantador. Qing Feng sólo entró recientemente, por lo que no sabía cuántas concubinas, ni hablar de las mujeres de familias aristócratas. Mirando a sus alrededores, vio a la Emperatriz, Xing Yue Ning, de pie cerca, hablando y riendo con algunas señoritas. Lo extraño era que la Concubina Imperial Hui, Chen Zhen, no estaba.

Ella siempre tuvo un carisma remarcable y una belleza que podía capturar ciudades. Ahora con sus dos impresionantes cicatrices, Qing Feng resaltaba aun más, atrayendo más miradas sorprendidas y susurros. Sin embargo, no se preocupó por verlos o escucharlos, y siguió caminando dentro.

En el medio del jardín había una pequeña área abierta, y a ambos lados, había cinco o seis rondas con asientos. Qing Feng caminó hacia la parte trasera del lado izquierdo y se sentó. Sin dejar de hablar, la Emperatriz le dio una pequeña mirada antes de cambiar su línea de visión y continuar saludando a las varias damas. Desde que Yan Hong Tian había comenzado a ignorarla, el interés de Xin Yue Ning en ella también murió, lo que la hacía sentir feliz y despreocupada.

Qing Feng miró los alrededores aburrida, y se encontró con una figura familiar que la llenó de encanta.

¡Hermana mayor!

Ella también había llegado, y estaba con una señorita encantadora y linda a su lado. Viendo sus rasgos, descubrió varias similitudes con Lou Xi Yan. Qing Feng estaba por pararse y caminar hacia allí cuando la risa ligera que inundaba el lugar se detuvo.

Qing Feng levantó la mirada y vio que las Emperatrices del Este y el Oeste habían entrado con un grupo de eunucos y doncellas de palacio rodeándolas. Ambas estaban vestidas meticulosamente para el evento, pero la vestimenta de Yang Zhi Lan era relativamente simple y su sonrisa amable, mientras que Lou Su Xin vestía una túnica de rojo profundo con un cinturón dorado que pronunciaba su buena figura. Su cuello estaba decorado con un collar de piedras verde jade, que sumado a su expresión de orgullo, realmente retaba a los demás a observarla y pagar las consecuencias.

Las dos se sentaron en los lugares de las anfitrionas en el medio del jardín. Después de pensarlo por unos momentos, Qing Feng se detuvo y decidió no ir a saludar a su hermana. Junto con todos los demás, se arrodilló en el suelo y saludó.

—Bienvenidas ambas Emperatriz viuda. Que tengan innumerable fortuna y seguridad.

—Elévense —dijo la voz increíblemente arrogante e indiferente de Lou Su Xin.

—Gracias, Emperatriz.

Después de saludar, las señoritas se sentaron e inclinaron su cabeza ligeramente y con elegancia, una gran diferencia con la anterior escena de ruido y ánimos.

Yang Zhi Lan miró a Lou Wu Xin, y cuando vio su asentimiento, comenzó a hablar.

—Invitamos a todas las damas al Palacio para el banquete de selección de aquellas bendecidas tanto con una buena apariencia como talento, que además tengan la integridad de asombrar con su acto. Para Qiong Yue, este es un evento que involucra la dignidad del país. No diré nada más. Las cuatro artes, la cítara [2], el Go, caligrafía; además de la pintura, la danza, canto y poesía están permitidos, pero sólo la más habilidosa tendrá éxito. ¿Qué señorita comenzará comparando sus habilidades con la cítara? —preguntó, y comenzó a mirar los alrededores con una sonrisa.

Sin embargo, todas las mujeres eran tímidas y mantuvieron sus cabezas agachadas. Estaban susurrando, pero ninguna dio un paso adelante.

—Ya que todas son tan humildes, entonces señalaré a alguien para que comience —sonrió gentil Yang Zhi Lan—. Escuché que las hermanas de la Familia Qing fueron denominadas como las mujeres más talentosas y bellas de las seis naciones. En la ceremonia de hace tres años, Hao Yue presentó un paisaje del paraíso que impresionó a todos, y del cual se dijo era producto de una de las tres señoritas. Hoy tenemos a dos de ellas en Palacio, ¿qué les parece si hacemos que la hermana mayor comience? —dijo, mirando con cariño a Zhou Qing.

Las concubinas sentadas a ambos lados concordaron rápidamente.

—En efecto, es una buena idea. También escuchamos a otros comentar que la señorita de la Familia Qing poseía un gran nivel de habilidad con la cítara. Que su música permanece en los oídos de la audiencia por tres días. Todos aquellos que la han escuchado cantan alabanzas, y finalmente tenemos la oportunidad de ser expuestos a ella.

Como el asunto no tenía que ver con ella al principio, no le prestó mucha atención, pero ahora Zhou Qing abrió sus ojos. Sabía que la propietaria original de su cuerpo era conocedora de las Cuatro Artes, y en general, una mujer muy talentosa, pero ella no lo era. Ella… sólo sabía hacer autopsias…

Permaneció en silencio con el ceño fruncido un largo tiempo. Yang Zhi Lan, con una gran sonrisa en su rostro, exclamó:

—Que alguien prepare el qin.

—Espere. —Zhou Qing se puso de pie de repente y, dando una reverencia digna de una dama, respondió suavemente—: Muchas gracias por su preocupación y apoyo. Desafortunadamente, fui herida en mi camino hacia Qiong Yue, y mi memoria resultó afectada. La melodía anteriormente familiar ha desaparecido de mi mente; temo que voy a decepcionarlas.

De cualquier forma, ella tenía “amnesia”, así que no recordar era natural.

Qing Feng había comenzado a culparse cuando escuchó que Yang Zhi Lan señaló a su hermana mayor para comenzar el acto del cual estaba tan orgullosa. Sus habilidades con el qin no eran impecables, pero eran únicas en una multitud. Fue sólo hasta que la escuchó que recordó su amnesia.

La Emperatriz Viuda del Oeste quería decir algo más, pero su hermana levantó a una jovencita de vestido azul con bordado dorado, y la interrumpió.

—Sé que las habilidades de Xi Wu no son menores a las mías. Unos días atrás Su Mu Feng hablaba de ellas, dando una gran cantidad de halagos. ¿Por qué no dejamos que ella comience? No las decepcionará.

Observando a su hermana mayor, que desbordaba talento, confiando en una chica menor para terminar con la vergonzosa situación, Qing Feng se sintió extremadamente triste. Ese par de manos que estaban llenas de habilidad, que le tomaron quince años en entrenar… Tanto como pudiera recordar, su hermana siempre estaba entrenando, ¿y ahora no podía recordar? Lágrimas comenzaron a nublar sus ojos, y viendo que todos mantenían a su hermana bajo vigilancia, no pudo evitar preguntarse cuán impotente debía de sentirse.

Remordimiento y dolor torturó el corazón de Qing Feng. Esa espalda erecta con terquedad comenzó a temblar inconscientemente. Fu Ling se inclinó y colocó una taza de té caliente de la mesa baja en sus manos. El líquido ayudó a Qing Feng a recuperarse, y le sonrió agradecida a Fu Ling.

—¿Oh? —Yan Zhi Lan miró a Lou Su Xin, que estaba a su lado, y sonrió—. Hermana mayor, ¿piensas que las habilidades de Xi Wu mejoraron después de todos estos años? Si es así, por favor, toca una pieza.

El rostro siempre orgulloso de Lou Xi Wu mostró alivio mientras se giraba hacia Xi Wu, riendo suavemente.

—Xi Wu, toca una pieza entonces.

—Sí. —La expresión de la mujer era un poco mareada, pero ya que las cosas resultaron de esa manera, Lou Xi Wu no tenía otra opción más que reunir su determinación.

Zhou Qing estaba aliviada en secreto, pero cuando estaba por sentarse, Yang Zhi Lan se rehusó a dejarla ir.

—Es monótono sólo estar escuchando música. Ling-er debe recordar palabras de su melodía. El paisaje que dibujó sigue desplegado en el Estudio Imperial, así que debe dibujar otro para que los demás puedan experimentarlo.

Esa clase de elogio que tenía intenciones derogatorias ocultas hacían que Zhou Qing se sintiera furiosa. Yang Zhi Lan estaba marcándola deliberadamente.

Cuando se levantó de nuevo, su expresión era sombría.

—Yo…

Acababa de decir una palabra cuando otra voz la interrumpió.

—En respuesta de la Emperatriz Viuda, las hermanas solemos reunirnos juntas para entretenernos con la pintura. Hoy, permita que esta concubina y mi hermana mayor dibujemos juntas.

Así que al final, la Emperatriz Viuda pretende que mi hermana se avergüence frente a todos los demás para ventilar la furia por su preciosa princesa. Qing Feng bufó con frialdad. ¡Siempre y cuando esté aquí, nadie podrá molestarla!

Zhou Qing levantó la mirada y se encontró con Qing Feng. En verdad era ella. Cuando vio al grupo de mujeres al entrar, no las estudió con cuidado; no era de extrañar que no la haya encontrado. ¿Pero dibujar juntas? ¿Estaba ayudándola o lastimándola? ¿Hacer la tinta para la pintura contaba como pintar juntas?

Yan Zhi Lan miró a Lou Su Xin, y rió.

—¿Qué piensa la hermana mayor? —preguntó. No tenía razones para dificultarle las cosas cuando el resultado sería el mismo.

Zhou Qing evidentemente no tenía tanta suerte como Lou Xi Wu. Lou Su Xin la miró de reojo.

—Está bien, también quiero ver qué tan talentosas son las hermanas de la Familia Qing —dijo con frialdad. La mujer por la cual Xi Yan entró al palacio y pidió repetidas veces, ¡ella quería ver cuán especial era!

—Hermana mayor, en esta hora los lotos están completamente florecidos. ¿Por qué no las dejamos pintar y tocar el qin allí? Viendo las flores y a las bellezas juntas, ¿no será una gran vista? —sonrió Yang Zhi Lan mientras señalaba a un lado donde se encontraba el estanque con flores.

—Eso estaría bien. —Lou Su Xin llamó—: Alguien venga y prepare los materiales.

—Sí.

En poco tiempo, un eunuco colocó una larga mesa a un lado del estanque. Detrás de ella había un escenario de madera, justo arriba de los lotos. Si uno se paraba allí, sentiría que estaba rodeado de flores.

Desafortunadamente, Zhou Qing no estaba de humor para apreciar la belleza, y miró a Qing Feng, que estaba llena de confianza, con urgencia.

—¡No sé cómo dibujar!

Qing Feng la miró algo triste. Sólo una pintura de flores podría poner a su hermana así de ansiosa. Tomando sus manos, le sonrió con confianza.

—Está bien, yo armonizaré los colores. Sólo necesitas dibujar algunos círculos en la sección inferior del papel.

—¿Círculos? —Zhou Qing la miró sorprendida, pero se recuperó rápidamente y le preguntó—: ¿Qué tan grandes? ¿Cuántos? ¿Deben ser perfectamente circulares u ovalados? ¿Deben verse? —Si sólo eran círculos, ella podía hacerlo, ¡pero debería ser más específica! Lo trataría como si estuviera haciendo geometría.

—Como te gusten —respondió casualmente Qing Feng.

—¡¿Ah?! —Zhou Qing se quedó en blanco. ¿Cómo podría pintarlos?

Estaba sintiéndose desesperada cuando colocaron la tinta en la mesa, y extendieron el papel. El eunuco dio un paso a un lado.

—Los materiales para la pintura han sido preparados. Señoritas, por favor —dijo respetuosamente.

Zhuo Qing se paró a un lado de Qing Feng, viéndola colocar la tinta con habilidad en el platillo de porcelana blanca para luego mezclarlo con agua limpia. Después de un tiempo, finalmente habló.

—Vamos a comenzar.

Con una gran pieza de papel frente a ellas, Zhuo Qing no sabía si reír o llorar. ¡¿Por dónde debía comenzar?!

Bien. Qing Feng no estaba preocupada, así que ella debía imitarla. Tomando una respiración profunda, comenzó a dibujar un círculo del tamaño de su puño en el fondo del papel. La tinta de Qing Feng era clara, y dejaba una ligera impresión en el papel. Zhuo Qing miró a su hermana, con su expresión rígida como siempre mientras preparaba un pigmento rojo; probablemente para dibujar una flor de loto.

Ya que no tenía otra opción, dejó de preocuparse y dibujó diez círculos más. Algunos eran grandes y otros pequeños. Una vez cubrió todo el fondo, ya no supo qué más hacer, y el papel ya no era blanco por su culpa.

En ese punto, Qing Feng ya había terminado los preparativos. Bajó su cabeza y vio los círculos que su hermana mayor hizo. Aunque su rostro no reveló nada, su corazón suspiró. Su hermana en verdad sufría de amnesia; ya no habían rastros de su habilidad en el dibujo…

Tomando un pincel relativamente fino, Qing Feng dibujó rápidamente unas líneas en los círculos desprolijos, y la hoja de un loto apareció. Sus movimientos eran rápidos, y con otras pinceladas, la original composición caótica se volvió un verdadero escenario de flores. ¡En efecto, era demasiado! Mientras Zhou Qing miraba sorprendida, el claro y delicado sonido del qin comenzó a sonar.

Zhou Qing levantó la mirada y vio que, en un área cercana, Lou Xi Wu estaba sentada frente al Gu Qin con naturalidad, y sus largos dedos acariciaban gentilmente las cuerdas, provocando que tonadas melodiosas resonaron por el Jardín Imperial. La habilidad musical de la chica era en verdad buena.

—Está terminado.

Zhou Qing seguía apreciando la música de Lou Xi Wu, cuando la fría voz de Qing Feng resonó.

¿Terminó? ¿Tan rápido? ¡Fue casi la misma cantidad de tiempo que le llevó dibujar los círculos!

Cuando bajó su cabeza, Zhou Qing quedó sin palabras al ver la pintura frente a ella…


[1] Entre las 7 a 9 AM.

[2] Cítara: Antiguo instrumento musical, originario de Grecia. Parecido a la lira, pero con la caja de resonancia de forma variable y hecha de madera.

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