Katarina – Volumen 10 – Capítulo 1: La vida en el Ministerio de magia (4)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Presidenta de la reunión: Katarina Claes.

Representante de la reunión: Katarina Claes.

Secretaria de la reunión: Katarina Claes.

—Que comience la reunión. Hoy, discutiremos la información obtenida de nuestro último sueño.

—Sí, señora. ¡Me sorprendió mucho saber que se suponía que el verdadero nombre de Pochi era Cerberus!

—Un nombre como ese no se ajusta a ese lindo perrito, ¿verdad? No me parece un Cerberus.

—Estoy de acuerdo, pero esto no es relevante en este momento. Por favor, intente hablar sobre cosas que podrían sernos útiles.

—Bueno, como Acchan estaba tan ocupada comiendo sus patatas fritas, pudimos ver toda la secuencia de apertura de la secuela.

—Esas patatas fritas se veían deliciosas…

—Es cierto, pero por favor, intentemos concentrarnos aquí. Al ver la secuencia de apertura, pudimos determinar que esta vez se supone que hay dos personajes ocultos en el juego.

—¡Y uno de ellos es Cezar, el príncipe de Ethenell que se hizo amigo de Katarina!

—¿Quién hubiera pensado eso?

—La primera vez que lo conocimos, pensé que era tan guapo como los personajes románticos del juego… Resulta que había una buena razón para eso.

—No había ningún personaje robusto y atractivo para que María eligiera hasta ahora, así que tal vez por eso lo agregaron.

—Eso podría ser. Si es así, podríamos teorizar que el otro personaje oculto también encaja en un arquetipo que no estaba presente en el juego anterior. ¿Quién podría ser?

—Ya conocimos a Cezar. ¿Crees que también hemos conocido a otro personaje oculto?

—Eso es muy probable.

—¿Podría ser alguien del Ministerio?

—Hm… si lo fuera, entonces tal vez sería alguien del Departamento de Investigación de Poderes Mágicos, ya que está lleno de gente genial y talentosa.

—Pero ya están Cyrus y Dewey allí. ¿No serían demasiados en un solo lugar?

—Entonces, ¿podría ser el Laboratorio de Herramientas Mágicas? Pero la gente allí es simplemente… extraña.

—Pero ese tipo narcisista es bastante guapo por derecho propio.

—No es suficiente. ¡Todos los demás personajes románticos son totalmente guapos!

—Claro, pero piensen en nuestros colegas de departamento por un segundo. Hay personas con mucho maquillaje, personas que esconden su rostro detrás de su cabello y personas que se cubren la cara con una capucha. Incluso el director del departamento es un maestro del disfraz. ¡No sabemos nada acerca de cómo se ven realmente! Quizás algunos de ellos sean mucho más guapos de lo que imaginamos. Incluso el que siempre lleva camisetas sin mangas, ¿quién sabe?

—Eso nos daría muchas opciones, pero actualmente ni siquiera podemos asumir que este personaje es alguien que trabaja en el Ministerio para empezar.

—¿Dónde los encontraría María? Como ya conocemos a Cezar, probablemente ya sepamos del otro también.

—Quizás ya conoció a María, pero no a Katarina.

—Ya veo… Eso también podría ser cierto. Eso nos dejaría completamente a oscuras.

—Nuestro mejor curso de acción posible es pedirle a María más información. En cualquier caso, ¿no se olvidan de la otra cosa importante que hemos aprendido hoy?

—¿Eh?

—¿Qué quieres decir?

—¡Recuerda lo que dijo Acchan! Solo tengo que derrotar a Katarina y llevarla a las autoridades, y la ruta estará completa.

—P-Pero eso significa que Katarina también es la antagonista en la ruta de Cezar…

—¡Exactamente! ¡Y lo mismo podría ser cierto para el otro personaje oculto también!

—¡¿Así que corremos el riesgo de ser asesinadas o encarceladas si interferimos con el romance entre María y cualquiera de los otros personajes nuevos?! ¿Cualquiera de esos cinco?

—¡Pero en el primer juego Katarina solo se entrometía cuando María iba por Jared o Keith! ¡¿La ascendieron como villana o algo así?!

—Esa sería una promoción terrible… De todos modos, todo lo que sabemos es que estamos en peligro.

—Y ni siquiera hemos jugado la secuela, por lo que no sabemos qué situaciones evitar y qué finales catastróficos hay. Al menos la última vez tuvimos años para prepararnos…

—¿Q-Qué pasaría si nos volviéramos realmente buenas en la magia oscura y pudiéramos contraatacar?

—¿Contraatacar…? No te refieres a…

—Sí. Lo siento por María y los demás, pero podríamos aprender, como, un hechizo que oscurece todo y luego simplemente huir mientras nadie nos pueda ver.

—¡E-Eres una cobarde! ¡Ni siquiera una villana debería caer tan bajo!

—¡Di lo que quieras, pero me voy a escapar! ¡Correré hasta que pueda asentarme como granjera en un lugar lejano en alguna parte!

—Si bien no puedo decir que suene como un buen plan… De momento no tenemos otra opción. Al menos deberíamos aprender lo mínimo de magia oscura que nos permita escapar rápidamente y luego seguir viviendo como agricultoras. Necesitamos practicar. ¿Alguna objeción?

—¡No, señora!

—¡No, señora!

Estaba tan cansada de la reunión que tenía dentro de mi cabeza que planeaba dormir hasta llegar a casa, como solía hacer… Sin embargo, inesperadamente, no pude dormir.

Recordé mi sueño y pensé en las cosas que María y Cezar dijeron dentro del juego, y la forma en que miraban a Katarina. Ni siquiera eran extraños, y mucho menos amigos… Eran enemigos. El miedo en los ojos de María y la ira en el rostro de Cezar me llenaron de soledad. Sabía que lo que vi era solo el juego como se suponía que debía ser, pero no pude evitar sentirme triste.

Además, iba a empezar a estudiar Magia Oscura. Como lo único que podía hacer hasta ahora era convocar a Pochi, y eso tampoco funcionaba todo el tiempo, era optimista de que no me convertiría en la Katarina de la secuela… Pero ahora me habían ordenado que aprendiese a usar hechizos oscuros, acercándome a ser una villana real.

Hace algún tiempo, cuando hablé con mis amigos sobre cómo temía ser dominada por la oscuridad, me dijeron que se quedarían a mi lado pase lo que pase y que me detendrían si fuese a hacer algo malo. No podría haber estado más feliz.

Pero, ¿qué pasa si lastimo a los que estuvieron a mi lado, o a María, quien no estuvo allí en ese momento? Mis amigos amables, trabajadores y genuinos… No quería lastimarlos. Si me convertía en la antagonista en la vida de María, terminaría haciendo exactamente eso. Tenía miedo de convertirme en malvada y terminar muerta o en prisión, por supuesto, pero mucho más que eso temía lastimar a cualquiera de ellos.

Sentada en el carruaje sola, me hice una bola y abracé con fuerza mis propias piernas.

—Lady Katarina, hemos llegado —anunció el cochero, y yo, todavía abrumada por el miedo y la ansiedad, me bajé del carruaje y entré en la mansión.

Mi estado de ánimo era tan lúgubre que mi cuerpo se sentía pesado. Quería irme a la cama.

Si tan solo esta casa fuera más pequeña… Esta mansión es tan grande que llegar a mi habitación lleva una eternidad…, pensé mientras arrastraba mis pies por el pasillo.

—Bienvenida de nuevo, hermana —me saludó Keith, saliendo de la habitación frente a la mía.

Normalmente estaría feliz de verlo, pero hoy simplemente no pude reunir ningún entusiasmo para saludarlo apropiadamente.

—Oh. Keith. Hola… —es todo lo que pude decir con voz profunda y cansada.

Keith, quien me conocía muy bien, obviamente notó de inmediato mi estado de ánimo.

—¿Qué pasa? ¿Estás cansada? —preguntó preocupado, mirándome. Había estado trabajando con papá, yendo de aquí para allá todo el día, y estaba segura de que él mismo debía estar bastante cansado. Aún así, encontró la energía para preocuparse por mí.

Que dulce hermano tengo…

—Sí, un poco. El trabajo fue realmente frenético hoy. Pero estoy segura de que una buena noche de sueño solucionará eso —afirmé con mi mejor intento de sonreír.

—No, te ha pasado algo. Sígueme aquí. Quiero saber —insistió, llevándome a una habitación cercana antes de que pudiera responder.

Me sentó en una silla, con él frente a mí.

—Entonces, ¿qué pasó? —preguntó. Sus ojos azules, mirando directamente a los míos, me dijeron que no tenía sentido mentir. Keith siempre sabía lo que estaba pensando.

—Bueno… tuve un sueño. Un sueño en el que usé magia oscura para hacer cosas malas a mis amigos —expliqué, ignorando todos los detalles sobre el juego.

—Para ser honesto, ni siquiera puedo imaginarte lastimando a una mosca, pero ahora que lo pienso, ya mencionaste algo similar una vez.

—Sí… Todos me dijeron que estaría bien, y estaba feliz por eso… Pero en realidad, a partir de mañana, tendré que aprender a usar los hechizos de magia oscura… —continué, y luego pasé a explicar cómo llegó a eso, y cómo tenía miedo de que conocer esos hechizos pudiera resultar en que yo lastimara a mis amigos. Escuchó atentamente mi larga explicación con una expresión seria en su rostro.

—Entiendo. Como te dijimos esa vez, planeo… no, todos planeamos quedarnos a tu lado, pase lo que pase, y también nos aseguraremos de que no hagas nada malo. ¿Lo que estás diciendo es que tienes miedo de que, al quedarte a tu lado, eso te de la oportunidad de hacernos daño? —me preguntó, resumiendo perfectamente mis sentimientos.

—Sí. No quiero que les pase eso a ninguno de ustedes —respondí.

—Hm… Sabes, no me importaría enfrentarme a un daño por tu culpa, pero eso te entristecería a su vez, ¿no es así…? En ese caso, me aseguraré de poder luchar contra la magia oscura. Tanto yo como todos los demás. Si hacemos eso, no podrás hacernos daño incluso si quisieras. Entonces, no habrá problema —declaró, sonriéndome.

Keith fue casi demasiado amable. Cuando mis amigos me dijeron que todo estaría bien, en lugar de confiar en ellos y olvidarme del problema, seguí pensando en cómo las cosas podían salir mal, colocando la carga sobre ellos. A pesar de eso, mi hermano siguió escuchándome, haciendo todo lo posible por encontrar una solución. Saber que él estaba ahí para mí me hizo feliz. Increíblemente feliz.

—¡Keith! —grité, saltando de mi silla para abrazarlo. Como todavía estaba sentado, terminé abrazando su cabeza contra mi pecho—. ¡Keith! ¡Muchas gracias! ¡Te amo, Keith! —seguí gritando, pero sé que nada de lo que dije podría expresar plenamente la gratitud que sentía por él.

Me dejó hacer eso por un tiempo, pero eventualmente…

—Hermana… ¿Podrías dejarme ir…?

Inmediatamente di un paso atrás, notando que su rostro se había puesto rojo brillante.

¡Oh, no! ¡Debo haberlo abrazado demasiado fuerte!

—¡Lo siento mucho, Keith! Te abracé tan fuerte que no podías respirar, ¿verdad? ¡No te preocupes, te traeré un poco de agua! —ofrecí, apresurándome hacia la puerta, pero rápidamente me agarró de la mano y me detuvo.

—Está bien. No necesito agua —me dijo, todavía con el rostro completamente rojo.

—¡P-Pero…!

—Podía respirar muy bien.

—¿Hm?

—No te preocupes por eso. Ahora ve a descansar un poco —ordenó, llevándome a mi habitación.

Sentí pena por expresar mi felicidad abrazándolo con tanta fuerza, pero por otro lado todavía sentía un inmenso alivio gracias a las cosas que me había dicho. Cada vez que el recuerdo de ese sueño aparezca en mi cabeza, sólo necesito recordar a Keith diciéndome que no habrá ningún problema. De vuelta en el carruaje, a pesar de estar tan cansada, no había logrado dormir. Pero esta vez, tan pronto como llegué a la cama, mi mente se apagó de inmediato y disfruté de varias horas de un buen y tranquilo descanso.

3 respuestas a “Katarina – Volumen 10 – Capítulo 1: La vida en el Ministerio de magia (4)”

Responder a Carlos Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido