La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 139: Epílogo (6)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Puedes volver a verme si quieres. ¿Por qué estás tan triste?, se preguntó Aria, pero no pudo evitar sentirse triste.

Violet ni siquiera podía salir porque estaba preocupada por su entorno y solo podía beber té y charlar con ella. Aun así, Aria sintió pena porque podría haberle dado su amor incondicional.

Si el destino no se hubiera torcido y Carin y Chloe no se hubieran separado, ella habría crecido en una familia armoniosa y se habría convertido en una persona completamente diferente. Ante tal pensamiento innecesario, no pudo evitar entristecerse.

—Señora, no se preocupe. Como estoy cerca de ella, no le pasará nada a Aria —le respondió Asher en lugar de Aria, y Violet sintió alivio. ¿Quién podría dudar de las palabras del príncipe heredero?

—Gracias… Por favor, cuida bien de Aria.

Solo una vez que Violet asintió con la cabeza, Aria se subió al carruaje con Asher. Y sin perder tiempo, el vehículo avanzó. Aria miró fijamente a través de la ventana a la mansión del marqués hacerse cada vez más pequeña.

—Aria, usa esto.

Tan pronto como la mansión del marqués se convirtió en un punto y ya no era visible, Asher de repente le entregó su propio pañuelo.

—¿Por qué?

Viendo el asombro en los ojos de Aria, él le secó los ojos y las mejillas por su cuenta.

—Estás llorando.

—¿Yo…? —Al ver el pañuelo, sorprendida por las palabras de Asher, pudo ver que estaba realmente un poco húmedo.

¿Cuándo fue la última vez que lloré? ¿Cuando derramé lágrimas de sangre por la impactante confesión de Mielle justo antes de que me decapitaran? No, creo derramado lágrimas de ira y resentimiento desde entonces, pero nunca por una tristeza tan pura.

—Debo… haberlo obtenido de la marquesa. Ya sabes, como un bostezo —se excusó Aria, avergonzada de las lágrimas producidas por una mujer que no había conocido hace tanto tiempo.

¿Cuánto tiempo he estado con ella? 

—Así es —concordó Asher—. Eso pasa a veces. Y en mi experiencia, cuando tienes ese sentimiento, es mejor aceptarlo tal como es y no intentar dejarlo pasar. Se enoja cuando se acumula.

Entonces puso su pañuelo en el regazo de Aria y volvió la cabeza hacia el otro lado. Parecía querer decir que ella no debería fingir que no estaba bien, sino sentirse triste hasta estar satisfecha. Además, debido a su personalidad, no le gustaba mostrar debilidad.

En agradecimiento por la consideración, Aria volvió la cabeza hacia la ventana, con el pañuelo en la mano.

♦ ♦ ♦

Como su propósito no era unas vacaciones o un viaje, continuaron avanzando y solo se detuvieron en el pueblo para descansar un poco. Además, la expresión de Asher a veces mostraba un extraño nerviosismo.

Pensando que se trataba por el trabajo que debió de acumularse, Aria se negó a ir más despacio cuando él le preguntó. Y gracias a que cambiaron de caballo ocasionalmente, les tomó cuatro días llegar a la capital cuando normalmente les tomaría una semana.

—Si es esta distancia, puedo avanzar con mi habilidad, así que iré primero —dijo Asher de repente.

—¿Qué? ¿Cómo puedes decir algo tan frío? —le preguntó, creyendo que había escuchado algo mal, pero él lo repitió con algunos paquetes en su mano.

—Lo siento, pero dejé algo muy importante para mí. Volveré yo solo, el conductor podría comenzar a sospechar si volvemos juntos.

Entonces no tenías que venir a mí desde el principio. Además, es absurdo decir que volverás solo cuando solo tenemos medio día para llegar.

Ella estaba realmente estupefacta, pero al ver que no vacilaría, cerró la boca.

—Nos vemos en la capital, Aria.

—Debes… estar muy ocupado para volver así. Me pregunto si podrás verme.

En lugar de contestar, Asher le dedicó una sonrisa desconocida. Aria se molestó aun más al verlo, y se giró.

—Vete ahora mismo. Dijiste que estás ocupado.

—De acuerdo. Hasta mañana, Aria. Por favor, ten una buena noche.

Ante esas palabras, Asher desapareció y Aria, que cubrió la colcha hasta el final de su cuello, cerró los ojos nerviosamente.

—Si nos vamos a encontrar mañana, no sé por qué te vas solo.

♦ ♦ ♦

Al día siguiente, antes de partir hacia la capital temprano en la mañana, cambió de carruaje al de sirvientes con Annie y Jessie, ya que era más cómodo. No era necesario dejar asientos vacíos, después de todo. Las dos chicas abrieron los ojos al verla sola, preguntando por qué el príncipe había desaparecido cuando estaban por llegar.

—¿Se fue solo?

—Sí.

—¿Por qué diablos hizo…?

—Dijo que hay algo que lo mantiene ocupado.

Annie no le hizo más preguntas porque la voz de Aria era muy fría. Jessie también miró en silencio por la ventana, notando a Aria, que parecía de mal humor.

Prefiero montar en un carruaje con otros sirvientes, pensó.

Encontraron eso más o menos medio día después de avanzar sin descanso.

—¿Uh? ¿Qué es eso? —preguntó Jessie, que había estado mirando por la ventana todo el tiempo.

—¿Qué?

—¡Mira allá!

Jessie señaló el muro que rodeaba las afueras de la capital. Y Annie, que volvió los ojos al gesto de Jessie, levantó la voz con asombro.

—¡Oh, Dios mío! ¿Qué es eso? Flores. ¿Son flores? ¿Por qué están ahí?

Aria también abrió la ventana y sacó la cabeza para revisar las paredes, y no pudo ocultar su sorpresa porque toda la pared vista en el carruaje estaba decorada.

—¡Esos son… tulipanes…!

¿Cómo no puedo sorprenderme? 

Los muros que deberían defender la capital estaban llenos de hermosos tulipanes.

Al igual que ellas, todos los que estaban en la fila de entrada a la capital miraban los tulipanes que cubrían las paredes al punto en que lastimaban a la vista.

—¿Hay algún festival en la capital? —le preguntó Jessie sin despegar la mirada de las flores.

—¡Eso no puede ser! ¿Qué sería en invierno? Y no importa lo grandioso que sea el festival, nunca los había visto movilizar tantas flores —respondió Annie antes que Aria pudiera decir algo.

—Eso es ridículo —concordó Jessie.

—Entonces, ¿por qué las paredes de repente se volvieron así?

—Bueno, no lo sé. Señorita, ¿tiene alguna idea?

Ante la pregunta, el rostro de Asher cruzó por la mente de Aria. El príncipe heredero sería el único que podría prepararse para un evento tan grandioso usando tulipanes que aún estaban frescos en invierno.

Aria se quedó sin palabras en el mismo momento que Annie se tapaba la boca con la mano, pensando también en el príncipe.

—Oh, Dios mío… No me digas… Entonces, ¿regresó primero a la capital…?

¿Va a presentarle esta hermosa vista a Aria? No, no se habría preparado para un evento así para lucir tulipanes de repente. Debe haber preparado algo para un propósito mayor, pensó Annie, moviendo la cabeza rápidamente y gritando un poco en su interior.

—¿Qué pasa, Annie? —le preguntó Jessie, que aún no se había dado cuenta de la situación.

—¿Por qué eres tan desprevenida? —la acusó Annie.

—¿Qué…? ¿Por qué…?

—Oh, ¿quién puede conseguir tantos tulipanes este invierno, y a quién crees que se los mostrará?

Con esas palabras, Jessie abrió mucho los ojos al pensar en alguien.

Mientras tanto, el carruaje pasó a toda velocidad por la puerta. No tomó tiempo identificar su identidad porque este era el carruaje personal de Aria.

—Bienvenida, señorita Piast.

Cuando entraron en la capital, decenas de caballeros la saludaron cortésmente. Estaban vestidos con un uniforme blanco que solo usaban durante las ceremonias oficiales, a pesar de que eran Caballeros Reales. Parecía que llevaban mucho tiempo esperando, y también había muchos espectadores deambulando fingiendo estar ocupados.

¡Las paredes deben haber sido el comienzo…!

Además, como si los tulipanes que rodeaban las paredes fueran solo el comienzo, los tulipanes estaban en todas lugar al que dirigía los ojos, a excepción de las calles y caminos para carruajes.

Aunque Aria se quedó alarmada ante la vista, los caballeros rodearon su carruaje como si la escoltaran.

—Su alteza está esperando —dijo un caballero a través de la ventana abierta. Solo entonces Aria recobró el sentido y asintió. Luego, los caballeros y el carruaje comenzaron a moverse lentamente hacia su destino.

—¿No dijo que regresó anoche? ¿Cómo diablos preparó todo esto en una noche…?

Todo el capital, así como las paredes, era tan espléndido que era casi imposible decorarlo en una noche. Debió haberle tomado al menos una semana reunir la ayuda.

—¡Estoy seguro de que su alteza lo ha preparado hace mucho tiempo! ¡Justo a tiempo para su regreso! —dijo Annie como si fuera natural. Había sido idea de Aria regresar a casa en su cumpleaños, por lo que no era una suposición loca.

¿No fue Asher quien prometió usar todo el imperio para proponer espléndidamente? No era todo, pero estaba cumpliendo la promesa que le había hecho a Aria de usar toda la capital.

—Oh, Dios mío… ¿Entonces es la flor que nuestra señorita ha recibido antes?

—¡Ajá! ¡La flor que no se marchita!

—Qué romántico…

—Así es. Espero que el barón Burboom vea y aprenda.

Mientras Jessie y Annie admiraban la escena a su lado, Aria se conmovió por el camino de flores que Asher había hecho y no dijo nada.

Su humor enojado luego de la pelea de la noche anterior había desaparecido por completo cuando se dio cuenta que había regresado para preparar esta escena. Siendo el caso, ya no podía estar enfadada.

El carruaje pasó por la entrada de la capital y por la plaza del Castillo Imperial. No podía quitar los ojos de encima porque había lugares hermosos en cada rincón de sus ojos. Además, a nadie le importaban las flores. Como Annie dijo, parecían haber sido colocadas hace mucho tiempo.

En cambio, el carruaje de Aria, escoltado por los Caballeros Reales, llamaba más la atención. Todos los transeúntes la miraban con una cara llena de alegría, ansiosos por la escena que estaban esperando.

—¡Oh, Dios mío, qué hermosa es…!

—Es una mujer tan dulce e inteligente. Su alteza hizo algo tan grandiosa para ella, ¿verdad?

—Sí. Ella no es la dama noble de siempre. ¡Se le puede llamar el poder del imperio!

—Su alteza ha limpiado las arraigadas fuerzas del mal, e incluso consiguió a la sabia y hermosa princesa heredera, por lo que el imperio debe estar a salvo ahora.

El pueblo alabó a Aria y se regocijó con un solo corazón, esperanzado de que el imperio mejorase. También esperaban que Aria, nacida de origen humilde y alcanzado la cima de su carrera, hiciera algo por ellos.

Los caballeros y el carruaje marcharon lentamente a través de la capital como para mostrarle a Aria la sinceridad de Asher. Toda la gente del imperio dejó lo que estaba haciendo y los siguió, imaginando cómo se vería el príncipe heredero, que estaba esperando a Aria. Era la primera vez que realizaba un evento tan grandioso y espectacular.

Cuando llegó al Castillo Imperial, había más gente esperando que los espectadores que Aria había traído. En lugar de seguir el carruaje tirado por caballos, parecían estar planeando tomar un buen asiento en el Castillo Imperial y ver la propuesta del príncipe heredero.

Aunque había tanta gente reunida, la puerta, que siempre había estado bien cerrada, estaba abierta de par en par, y los caballeros, que controlaban y confirmaban al visitante con sus caras severas, se inclinaron profundamente sin preguntar nada, dando la bienvenida a la llegada de Aria.

—Bienvenida de nuevo, señorita Piast.

—Por favor, entre.

Con ese permiso, el carruaje entró al castillo sin demora. No hubo interrupción ni rastro de nadie en el camino del carruaje como si hubieran vaciado todos los enormes jardines del castillo por hoy. Incluso los pájaros, que siempre cantaban a todo pulmón, observaban en silencio esta escena.

Después de un largo viaje, el carruaje se detuvo frente a una enorme fuente ubicada en medio de un jardín. Allí estaba Asher, esperándola, vestido con ropas coloridas que nunca antes había visto, como si lo hubieran hecho a la medida para hoy.

Estabas aquí.

Uno de los escoltas abrió la puerta, y Aria, con las mejillas sonrojadas, salió con cuidado del carruaje. Su corazón latía con fuerza cuando dio un paso adelante.

Durante ese tiempo, decenas de caballeros que custodiaban el carruaje se alinearon a ambos lados del camino y levantaron una espada marcada por una espléndida mano de obra. Era una hermosa escena que solo se podía ver en la ceremonia oficial real.

Por supuesto, eso no era lo único. Tan pronto como Aria estuvo a punto de dar un paso hacia Asher, él bajó su posición y cayó sobre una rodilla. Jessie y Annie salieron del carruaje, y se taparon la boca para contener los gritos.

Lo mismo sucedió con los espectadores que estaban mirando. Querían gritar y responder a la apariencia romántica del príncipe heredero de inmediato, pero se esforzaron por no romper el humor y agitaron los puños.

—Si cruzas esta calle, nunca volverás —dijo Asher, rompiendo la quieto del momento en cuanto la vio querer dar un paso adelante.

Era una advertencia, un consejo y, por último, una declaración.

También significaba que esta era la última oportunidad que le daba para arrepentirse.

Sin embargo, no tenía ninguna duda de que Aria acudiría a él sin demora. Si ella cambiaba de opinión e intentaba dejarlo, él la abrazaría y le recordaría lo que habían pasado. Era su manera de culparla por abandonarlo después de haber prometido regresar para su cumpleaños

Cuando Aria notó esto, una profunda sonrisa apareció en su rostro.

“No puedes volver”, eso era lo que quería decir. No había arrepentimiento ni vacilación en sus pasos. Era totalmente diferente a la apariencia que tenía cuando se bajó del vagón.

Parecía como si fuera Asher el que esperara la propuesta y Aria iba a por ella.

—¿Estás seguro de que no te arrepentirás de esto? —le preguntó Aria en cuanto llegó frente a Asher, extendiendo su mano. Era como si le estuviera dando una última oportunidad, pero él la tomó y besó el dorso.

—Esa es una pregunta en la que ni siquiera tengo que pensar —respondió sin dudar.

—Si me traicionas, estaría dispuesta a devolver el reloj de arena.

No sabía si sería posible, pero estaba dispuesta a hacerlo, incluso si tenía que romper el reloj y regresar a un pasado anterior.

—Por favor, hazlo —dijo ante la espantosa amenaza de Aria, como si no quisiera dejarse vencer—. No, espero que lo hagas. Te seguiré sin importar cuánto intentes salirte con la tuya con el reloj de arena. A diferencia de Lady Aria, puedo usar mis poderes una y otra vez. No importa cuánto tiempo vuelvas atrás, nunca te escaparás.

Aria sonrió con satisfacción ante la respuesta salpicada de esa terrible obsesión.

—¡Qué mejor futuro, no poder escapar de Asher!

—¿Quieres casarte conmigo, si no te importa? —le preguntó, sacando el anillo.

El anillo con misteriosas y hermosas joyas que nunca había visto en ningún lado brillaba en azul. Era como los ojos de Asher. Como ella había deseado, él realmente había preparado un anillo que se parecía a sus ojos.

Aquellos que miraban a los dos desde lejos tragaron saliva. Era el tan esperado momento. Aria cerró los ojos por un momento y respiró hondo, recibiendo la mirada de aquellos que se escondían en el Castillo Imperial y lo observaban.

Había pensado que accedería de inmediato en cuanto viera el anillo, pero por un momento, no pudo hablar debido a la gran alegría que sentía y que nunca antes había probado.

Los ojos brillantes de Asher pasaron por su mente. Luego, lentamente, surgió la voz de Sarah y Carin y sus seres queridos, enviándole fuerzas, para finalmente ver la ciudad envuelta en tulipanes.

A diferencia del pasado, cuando no tenía nada, ahora había muchas cosas preciosas que calentaban su corazón con solo pensarlo. Incluso cuando cerró los ojos, la conmovedora y hermosa escena se difundió vívidamente y pareció derramar lágrimas en ella.

Ahora que ya no tenía sentimientos, apariencias, o personas desagradables, enfrentó el futuro que nunca había visto ni siquiera en sueños. Abrió los ojos lentamente y se lanzó a los brazos de su amado en una rodilla, con una expresión a punto de llorar.

—Por supuesto.

Antes de que Aria pudiera terminar su respuesta, Asher la abrazó. Gracias a eso, el anillo que sostenía rodó por el suelo, pero a nadie le importó.


Maru
Una venganza, una búsqueda de sentimientos, una familia, amor, amistad... Y un gran crecimiento personal. Una villana que no es una mojigata, alguien que hizo lo que prometió. Esta novela me ha encantado de principio a fin y... Solo deseo lo mejor para Aria. Una vida de felicidad. Un placer hacer esta novela, chicos. Se nos va una... Ya solo nos quedan los extras ^^

Sharon
¡Wey, no tires el anillo! Digo, qué bonita escena XD Creo que se pasó un poco con los tulipanes por toda la ciudad, pero me encantó esa imagen final con tan encantadora propuesta. Por un segundo pensé que al final del camino había un sacerdote XD

Una respuesta en “La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 139: Epílogo (6)”

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