La Villana Revierte el Reloj de Arena – Extra I: En el nuevo futuro, con alguien a quien ama (1)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Después de su cumpleaños, Aria se convirtió en adulta y, naturalmente, vivió en un ajetreado torbellino de negocios, porque no podía moverse solo por su propio beneficio, como lo había hecho en el pasado.

Ahora tenía que administrar sus propias fuerzas que se habían convertido en pilares del imperio al llenar las vacantes del Partido Aristocrático, y también administrar la mansión y la propiedad porque su madre, Carin, había dejado el imperio.

Además, tenía una relación cercana con la academia, por lo que tenía que ser informada sobre los logros de los estudiantes de vez en cuando e identificar a los mejores de la clase para invertir o brindar un mejor ambiente.

Solo eso ya volvía sus días ajetreados, pero había algo más importante que todo eso junto: la preparación para una boda nacional.

Gracias a Asher, quien había hecho una gran propuesta a gran escala colocando flores en la capital como para lucirse ante todos, el matrimonio de Aria y Asher estaba recibiendo una gran atención de personas de otros países. Por eso, estaba aún más ocupada porque tenía que prepararse para una boda nacional que todos envidiaran y admiraran.

Por supuesto, la preparación de la ceremonia estaba a cargo del Castillo Imperial, pero también requería esfuerzo de su parte, como elegir un vestido o estudiar el orden de la ceremonia y la etiqueta.

—¡Señorita! ¡Llegaron los vestidos que pedimos! —llamó Annie de manera escandalosa y Aria, que estaba escribiendo una carta a un hombre de negocios recién investido, salió de la habitación. Justo en frente de la puerta estaba Annie, con los ojos brillantes y enrojecidos.

—¿Dónde están? —le preguntó con una sonrisa a su sirvienta, que estaba más emocionada que ella a pesar de no tratarse de su boda.

—¡Están en el vestíbulo! ¡Creo que han traído casi cien vestidos! ¡Más de veinte sirvientes los siguieron! Los vi mientras los movían, ¡pero mis ojos estaban tan deslumbrados que me quedé sin palabras!

¿Un centenar? Los diseños que elegí y describí eran casi veinte. Pensé que iban a traer algunos vestidos adicionales además de esos, no pensé que traerían cien vestidos. Ah… Será mejor que me calle. Por supuesto, ¿qué tipo de quejas puedo hacer, ya que trajeron más vestidos? Por el contrario, podría elegir el vestido que mejor se adapte a mí y me ilumine entre todos ellos.

—¡No puedo esperar a que se lo pruebe! Qué hermosa se verá. Estoy segura de que es lo suficientemente hermosa como para pasar a la historia del imperio. ¡Es lo suficientemente deslumbrante, incluso cuando está vestida con una bata como esta! —habló para sí en éxtasis, como si se imaginara a Aria con un vestido elegante y colorido. Incluso añadió que sería natural que todos los hombres del imperio estuvieran enamorados de ella.

En el vestíbulo al que llegó con una charla tan tumultuosa de Annie, casi un centenar de vestidos estaban esperando su elección, mostrando su belleza.

El diseñador, que tenía prisa por limpiar el desorden porque la cantidad era muy grande, y los sirvientes que lo acompañaban, se apresuraron a hacer una reverencia cuando encontraron a Aria. Ella pudo ver la expresión preocupada del diseñador después de inclinar profundamente la cabeza. Parecía nerviosa porque se trataba de Aria, quien pronto se convertiría en la princesa heredera.

—Lo sentimos, no estamos listos —le dijo Jessie en su nombre cuando la vio entrar al vestíbulo—. Señorita, ha venido temprano. Creo que se necesita tiempo para ordenar más de cien vestidos. ¿Le gustaría esperar mientras toma el té?

A diferencia de los aristócratas ordinarios, sabía que Aria no se enfadaría por una nimiedad como esa. La ocupada Aria no hacía nada estúpido para desperdiciar sus sentimientos en cosas improductivas.

—No, no tienes que limpiar en detalle —negó Aria—. De todos modos, tendrán que llevarse la mayoría. Entonces, creo que debería probarme el vestido mientras espero el té. Además, han preparado cien pares de ellos, por lo que podría llevarme un día entero ver cada diseño.

Su voz era tan suave que los sirvientes, que habían estado inclinando la cabeza en toda su extensión, levantaron los ojos para comprobar su expresión. Al ver un rostro tan amable como su voz, se tragaron un suspiro de alivio.

—No sé por qué trajeron tantos vestidos… Aunque, no deberían sentirse mal por ello, la mayoría me gusta a pesar de solo haberlos visto una vez.

—Lo ordenó su alteza el príncipe heredero —se animó el diseñador al ver que no estaba molesta—. Me pidió que creara tantos vestidos como pudiera para que la señorita Piast estuviera satisfecha.

—¿Asher hizo eso? —preguntó Aria con los ojos abiertos.

Debes pasar tus días ocupados como yo, pero le prestas atención a asuntos tan triviales.

Además, no era necesario que Asher participara en la elección de los vestidos y accesorios. Por lo general, formaba parte de los asuntos de las mujeres y pocos hombres mostraban interés en las ropas femeninas.

—Sí. Su alteza también me dijo que preparara vestidos que se adapten a la belleza de la señorita Piast.

Ni siquiera quieres darme la oportunidad de arrepentirme porque no he podido verte al estar ocupado.

Asher a menudo dejaba a Aria sin palabras como ahora.

Estás tan dedicado a vivir lejos, ¿qué tal si vivimos juntos?

Como para imaginar el futuro inminente, los ojos de Aria comenzaron a temblar levemente.

—Ah, y hay un vestido que su alteza diseñó él mismo.

—¿Diseñado por él?

—¡Sí! ¿Le gustaría echar un vistazo?

El diseñador les pidió a los sirvientes que trajeran el vestido que estaba delante de ellos. Por supuesto, estaba en un lugar así porque confiaba que Aria querría verlo.

¿Quién puede pasar por alto un vestido que su amante preparó él mismo?

—Su Alteza ordenó un vestido blanco apropiado y regular. Dijo que se vestiría con uno blanco formal y que combinaría con uno hecho a medida. En cambio, dijo que debido a que la señorita Piast es excelente en apariencia, debía preparar el espléndido traje para ella.

Luego, el diseñador ordenó a las sirvientas que habían traído el vestido que se lo extendieran a Aria para que lo viera bien.

Según explicó, era un vestido de color blanco puro, pero solo podía describirse como armonioso con misteriosas perlas que brillaban en cinco colores, diamantes brillantemente reflectantes y piezas de encaje que debían haber sido tocadas por artesanos.

¿Quién se atrevería a usar un vestido tan colorido para su única boda?

Estaba claro que el personaje principal se transformaría en un vestido, no en una novia, y ninguna mujer se atrevería a usarlo.

—¿Quiere probárselo?

—Está bien.

Tan pronto como escuchó la respuesta de Aria, los sirvientes que esperaban, con hábiles toques, la ayudaron a cambiarse de ropa. El elegante pero sencillo traje interior se transformó en un vestido colorido con la mayor sinceridad de Asher, y la prenda que ninguna otra mujer se atrevería a utilizar se volvió parte de Aria y la ayudó a destacar.

—¡Oh, Dios mío, señorita…! ¡Está tan hermosa…!

Eso hizo que el constante balbuceo de Annie se transformara en tartamudeos. No era la única en pensar así. Todos los que vieron a Aria no pudieron evitar expresar su admiración, incluso el diseñador, a quien le había preocupado que el vestido terminara tragándola y ahogando su apariencia.

—No tengo que probarme otro vestido, ni es necesario arreglarlo. Lo haré con este.

Como realmente le gustó, Aria levantó las comisuras de la boca al máximo mirándose en el espejo. Recordando haber recibido un vestido igualmente colorido como regalo en el pasado, pensó que podía entender el gusto de Asher, y sonrió.

Todavía quedaban cien vestidos que habían sido creados después de días y noches de trabajo, pero nadie se decepcionó al escuchar que no los revisaría porque este era un resultado natural.

—Ah, pero espera para limpiar. Todavía quedan algunas personas para elegir vestidos —dijo Aria de manera inesperada, y se giró hacia Jessie y Annie con una sonrisa.

—¿Sí?

—Ambas sois preciosas doncellas que habéis hecho todo lo posible por mí y, por supuesto, debería daros esto.

—Señorita…

Como Aria había encontrado a su compañero, ellas también habían encontrado el suyo, por lo que no pasaría mucho tiempo antes que de tuvieran sus celebraciones. Sin embargo, al escuchar lo que Aria pretendía, el diseñador comenzó a tartamudear.

—¡Pero, pero señorita Piast…! Este vestido está hecho especialmente para la familia real o para el que se unirá a la familia real, ¡es demasiado para un plebeyo…! —comenzó, pero al ver los ojos fríos de Aria, tuvo que cerrar la boca.

—No se preocupe demasiado. Te dejaré tener un gran bono para este hermoso vestido, así que por favor no digas nada innecesario.

La mitad de su sangre pertenecía a los plebeyos, y pasó su infancia en los barrios bajos. Recordando que ella también era la hija de una prostituta, el diseñador ya no intentó negarse. Aun así, no ocultó por completo su expresión de descontento.

Al sentir la atmósfera, Jessie intentó negarse de inmediato, pero Annie, emocionada, lanzó un pequeño chillido antes de que pudiera lograrlo.

—¿En serio? ¿Puedo elegir un vestido que realmente me guste?

—Bueno, ¿las prendas no están hechas para ser usadas?

—Oh, Dios mío… Dios mío. ¡No puedo creer que pueda usar un vestido tan elegante y hermoso!

Tan pronto como obtuvo permiso, la emocionada Annie comenzó a vagar entre los vestidos para encontrar el más hermoso. Como el diseñador, los sirvientes que estaban orgullosos de su trabajo desaprobaban esta acción, pero permanecieron en silencio.

—Jessie, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué no eliges un vestido? —le preguntó Aria, acercándose al verla dudar. Luego le dio un pequeño empujoncito y la instó a elegir.

—Señorita… E-Es demasiado para mí… y siento que voy a ser un problema para usted…

—Jessie, sé lo que te preocupa, pero… ¿no me veo tranquila? —señaló Aria dándole una sonrisa significativa.

—¿Sí?

Jessie la miró con los ojos húmedos porque era una pregunta completamente incomprensible.

—No hay nada de qué preocuparse. No, no sucederá algo preocupante. Ya sabes… no soy una muy buena persona en primer lugar, ¿verdad?

Después de un largo período de tiempo, había vencido a los villanos con los que pensaba que no se atrevería a luchar, y había logrado conseguir a la gente que le gustaba. No se dejaría llevar por palabras de personas poco importantes como estas.

—Señorita…

—Espero que os deis cuenta de que es más humillante e insultante para mí que no me escuchéis —insistió Aria. Era una expresión elegante y gentil como la primera vez, pero su significado era muy significativo.

No importaba cuán famoso y grandioso fuera el diseñador en el imperio, nada podría ser más vergonzoso que eso si desafiaba las instrucciones de la futura princesa heredera.

Cuando Jessie se dio cuenta de esto, se mordió el labio y se movió lentamente hacia las prendas actuando como si no tuviera otra opción. Sabía que este tipo de acción traería malos resultados.

Finalmente, Aria les dos vestidos cada una, y también eligió algunos extra para ella.

—Los cargaré al Castillo Imperial —dijo el diseñador, pero Aria negó con la cabeza porque era una suma considerable para pagar para cualquier individuo, aunque fuera un noble.

—No, yo pagaré. También les compré un vestido a Jessie y Annie, por lo que no puedo dejar que el Castillo Imperial lo pague.

A su llamada, la doncella de Aria, que estaba esperando a su lado, sacó las monedas de oro y pagó por ellas. Aria había acumulado una gran riqueza más allá de la potencia financiera de la familia Roscent, que una vez fue conocida como la más rica del imperio.

Acostumbrado a recibir un cheque, los ojos del diseñador se abrieron ante las monedas de oro, pero se controló rápidamente y luego de una reverencia, salió de la mansión. A pesar de haber pasado por un evento inesperado que hirió su orgullo ya que solo las criadas terminaron usando los vestidos que había hecho con todo su corazón, no era algo que le preocupase a Aria.

Era una mujer que había acumulado su fuerza y ​​ganado una gran riqueza siendo considerada como una villana, y que pronto se convertiría en la princesa heredera. Incluso tenía un fuerte apoyo extranjero. A diferencia del pasado, cuando había sido ignorada porque no tenía nada más que su apariencia, ya no tenía enemigos, por lo que no tenía por qué odiar al diseñador.

Después de que todos se fueron, Annie, que tenía un regalo inesperado, rodeó el vestíbulo, preguntándose si estaba soñando.

—¡No puedo creer que me compré este vestido elegante…! No importa cuánto tenga el barón Burboom en su negocio, ¡no podría darme un vestido tan estupendo!

—Así… es. No sé dónde ponérmelo. —A diferencia de Annie, que estaba simplemente emocionada, Jessie estaba algo incómoda e inquieta.

—Es un regalo que les estoy dando después de tanto tiempo —criticó Annie al verla perder el entusiasmo—. ¿Por qué tienes una cara tan terrible? Puedes usarlo en la boda de nuestra señora, entonces, ¿de qué estás tan preocupado? También está tu boda.

—Pero solo soy una sirvienta… Estos vestidos son solo para que los usen unos pocos nobles. Estoy segura de que alguien se reirá de mí.

—¿Qué? ¿Estás preocupada por eso? —Annie se rió a carcajadas cuando al escuchó y le preguntó con una expresión de asombro—: ¿Dijiste que eres solo una sirvienta? ¿Crees que todas las sirvientas son iguales? ¿No sabes quién es nuestra maestra? Somos doncellas de la señorita Aria que es la Estrella del Imperio y será la princesa heredera. Incluso los nobles sueñan con eso, ¿verdad?

—Eso es… cierto… pero…

No era fácil trabajar cerca de un noble, pero era la doncella de la princesa heredera. Era una tontería por parte de Jessie degradarse y mostrar una actitud inquieta a pesar de que había asumido una posición con la que los ciudadanos comunes no podían atreverse a soñar.

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