Mi prometido ama a mi hermana – Arco 3 – Capítulo 1

Traducido por Kavaalin

Editado por Sakuya

---

*Crack* el sonido de la porcelana chocando entre sí resonó en mis oídos. Así fue como empezó mi segunda vida.

— ¿Qué pasó, Ilya?

Soleil miró en mi dirección. Dentro de mi cabeza se arremolinaban recuerdos de mi ya acabada vida previa. Parecía como si estuviera a punto de desmayarme. Frente a mis ojos se encontraba la misma mesa blanca que la de esa vez.

La vajilla dispuesta para tomar el té ese día era de porcelana blanca adornada con un diseño de pequeñas flores dispersas. La había ordenado expresamente del comerciante que vendía productos que parecían gustarle a mi hermanita. Las hojas de té negro fueron preparadas para Soleil, quien siempre amó su fragancia, mientras que los varios tipos de pasteles recién horneados fueron cocinados individualmente para Soleil, a quien no le gustaban las cosas dulces y para Silvia, a quien sí le gustaban. Sin hacer caso de nuestra madre, quien había dicho que les dejáramos todo a las sirvientas, yo me ocupé de todo. Si no lo hubiese hecho, no habría podido calmarme.

Hasta esta fiesta de té, hasta este instante, mi hermanita había sido mi linda y adorable Silvia. Soleil era indudablemente mi prometido, la única persona que me apreciaba. Por su bien, pulí cada detalle para hacer que esta fiesta de té fuera un evento disfrutable, hice preparaciones de antemano, di instrucciones e hice planes para que así los dos pudieran pasar el tiempo de forma relajada. Así que, pensé que todo iría bien. Hasta el momento en que ambos se conocieron.

El jardín de rosas cultivadas selectivamente, que estaban floreciendo hermosamente, era el orgullo de mi madre y también era el lugar donde se realizaban las fiestas de té cada vez que había un invitado. Ese es el por qué esta vez también había sido utilizado, porque pensé que, si lo hacía, nada saldría mal.

Arreglé la vajilla, puse el mantel, dejé que las sirvientas prepararan el té y los postres. En ese lugar, esperé por mi hermanita y mi prometido. Esperé a que llegara mi hermanita mientras conversaba agradablemente con mi prometido, quien había venido primero. Esa niña había estado riendo, diciendo que esta mañana se sentía grandiosa. Por lo que, participaría en la fiesta de té sin falta. Gracias a Dios. Pensaba que quería hacer las presentaciones lo antes posible. Quería presentarle a mi linda hermanita el prometido del que tanto me jactaba.

Entonces, mientras hablaba casualmente con mi prometido, escuché los pasos de alguien caminando por el césped. Ah, mi hermanita llegó. Pensé y levanté mi cabeza. De repente, cuando mi línea de visión llegó hasta mi prometido sentado a mi lado, él tenía la expresión de alguien aturdido. Su perfil normalmente impecable y refinado, parecía un poco atontado, tenía una expresión extraña. Al ver esto, mi corazón se paralizó.

…Ah, otra vez.

Susurró alguien dentro de mi cabeza. Por un segundo dejé de respirar.

…Esta vez también ocurrió.

Dijo bastante claro una voz que conocía.

Silvia caminaba hacia nosotros mientras traía una rosa color rosa pálido que mi madre había cultivado con gran esfuerzo. Su vestido beige cercano al blanco combinaba bien con su pálida tez. Con su cabello atado sueltamente flotando con la briza, su apariencia se asemejaba bastante a las pinturas de ángeles que veías en las iglesias. Sé que mi sangre está siendo drenada de mi rostro. Cierro los ojos para bloquear mi línea de visión y los recuerdos de mi primera vida fluyen por mi mente. Mi temblorosa mano deja caer la taza que estaba sosteniendo en su platillo con un sonido ruidoso.

— ¿Qué pasó, Ilya?

Cuando me di cuenta, Soleil, quien había estado sentado a mi lado, se había parado. Detrás de él estaba parada mi hermanita Silvia. Podía ver como sus figuras se acoplaban. Una vez anteriormente, los había visto a ambos parados lado a lado así. Sí, una vez, en mi vida anterior. En este momento que sigue repitiéndose, en un pestañeo, vuelven a mí los recuerdos de mi vida ya perdida. Reprimo el grito que está a punto de escapar de mis labios con ambas manos.

Pienso que el hecho de que de algún modo aún fuera capaz de no volverme loca, era probablemente debido a mi apego hacia Soleil.

Nunca olvidaré el error que cometí en esta primera fiesta de té. Esa es la razón por la que, en algún lado dentro de mi cabeza, la yo de mi vida pasada me advertía que de ningún modo debía fallar esta vez. Tenía que sonreír. Eso es lo que pensé de inmediato. Evítalo con una sonrisa. Debo perdonarlos.

Me levanté súbitamente y pasé a golpear la mesa con mi pie, haciendo que esta produjera un extraño sonido.

— ¿Qué pasó? No pareces tu misma. —Dijo Soleil mientras sonreía extrañamente.

Me di cuenta de que, bajo mi vestido, mi pie estaba temblando.

—Me disculpo.

Cuando sonreí, Soleil me respondió con otra y me acaricia la espalda con un movimiento gentil. Al recibir tal gesto reconfortante, casi rompí en llanto. La persona que me había llamado asesina, que me había escupido palabras de odio, diciendo que nunca me perdonaría, ahora no estaba presente.

[Traducido por Reino de Kovel]

Creo que se me otorgó una oportunidad. Que Dios me otorgó una oportunidad para rehacer mi vida. Ese Dios se había puesto de parte mía, quien se había encontrado con un final funesto debido a falsas acusaciones.

—Soleil, esta es mi hermanita, Silvia.

Sonreí, hice que mi rostro mostrara una expresión bastante natural. Cuando naces como un noble, te vuelves capaz de hacer tales cosas fácilmente. Al verme así, Soleil también mostró una sonrisa, pero como era de esperarse, sus ojos no mostraban ninguna emoción al verme. Pero, al menos no hay desprecio en ellos.

—Es un placer conocerlo, hermano.

Soleil dejó de mirarme para observar a Silvia. Por un breve momento su línea de visión se cruzó. Mientras veía esta escena, traté de ocultar mi apresurado corazón. En esos ojos suyos, similares a una fina capa de hielo, se asomó un sentimiento diferente al usual y después desapareció. Me di cuenta.

—Es un gusto conocerte, hermanita. Aunque, ¿no es un poco pronto para llamarme hermano?

Ah, ya veo. ¿Si todo sigue así y yo actúo calmadamente como la anfitriona de esta fiesta de té, las cosas procederán pacíficamente esta vez? Aquel incómodo bullicio no existía esta vez, sólo soplaba una ligera y tranquila brisa.

Está bien, puedo hacerlo. No iré por el mismo camino que la última vez. Las cosas no serán iguales, nunca, no dejaré que lo sean.

Soleil miró fijamente al rostro de Silvia, quien con la mirada gacha y una expresión apacible dijo que su cuerpo no era muy saludable. Me di cuenta como movía nerviosamente los dedos de sus manos. Estoy segura de que quiere tocarla. Debe anhelar a ese ser efímero. Sus dedos que me tocaban sin vacilación, tenían miedo de tocar a mi hermanita. Parecía como si una voz diciendo quiero tocarla, pero no puedo, resonara en sus oídos.

No puedes, no debes perder la compostura, me advertía la yo de mi vida pasada. Mientras entablaba una conversación trivial con Soleil y Silvia, persuadí a ambos, mi cabeza y mi corazón repitiendo varias veces lo entiendo, está bien. No quiero desagradarle a Soleil, no quiero ser odiada. Incluso si ya estoy en una situación irremediable debido a mi comportamiento hasta ahora, en ese caso quiero evitar ser odiada. Si es ahora, estoy segura de que puedo hacerlo. Después de todo, tengo conocimiento de todos los eventos que ocurrirán desde ahora en más. Todo lo que tengo que hacer es corregir todos mis errores. Todo irá bien si corrijo cada error que cometí. ¿No es eso algo simple de hacer? Justo como lo estoy haciendo en esta fiesta de té, ciertamente puedo manejarlo.

…Esta segunda vida mía, así como así, comenzó a trazar el mismo camino que mi primera.

Aquello que dije que hizo que Soleil se sintiera disgustado, aquello que hice que terminó mal, todas las cosas que en el pasado pasé por alto, ahora me eran terriblemente obvias. En vez de decir que recordaba vívidamente mi vida anterior, era más correcto decir que recordaba claramente lo que ocurriría justo después de esto. Antes de que algo sucediera, los incidentes que ocurrirían desde ese momento en adelante, se reproducían en mi mente. Entonces, elegía las alternativas que me conducirían a una vida mucho más feliz que en mi vida pasada. Era simple, sólo tenía que seguir el camino opuesto a la última vez.

De todos modos, aun así, hubo ocasiones en las que no importaba qué, las cosas no fueron exactamente como quería. Por ejemplo, cuando ambos se encontraron por coincidencia en una ciudad que yo no conocía. O esa vez cuando Soleil fue a visitar a Silvia porque esta estuvo en cama debido a su enfermedad. También estaba el hecho de que, antes de que lo supiera, Silvia había conocido a los amigos de Soleil. Esta vez hubo incidentes en los que no pude participar y corregirlos a la forma como quería que terminaran. En esos momentos, no tenía otra opción más que creer en la gran corriente contra la que no podía oponerme, concretamente la fuerza llamada destino.

En otras palabras, no importaba qué hiciera, no podía evitar que los dos se amaran.

Si tuviera que decir qué podía hacer, a lo más, podía prevenir que Soleil albergara hostilidad hacia mí. Eso era todo lo que podía hacer.

Pero, de hecho, incluso si era sólo eso, terminó produciéndome mucho más dolor del que había imaginado.

Había pensado que podría hacerlo bien. Para ser franca, se podría decir que había subestimado a la vida. Dado que ya lo había experimentado una vez, me sentía como un dios y pensaba que podía elegir el camino correcto. No, en realidad, dado que sólo había un camino que pudiera elegir, intenté seguirlo.

¿Cuánto valor tiene una vida desprovista de elecciones?

¿Tiene algún significado hacer tal cosa? Sellé las palabras que expresaban mis sentimientos, no hice las cosas que quería hacer. Me desconecté de la honestidad y acallé mis verdaderos pensamientos en lo profundo de mi pecho. Mis pensamientos no acompañaban a las palabras que salían de mi boca, como si sólo estuviera recitando de memoria los diálogos que alguien más escribió, como si estuviera atrapada en una ilusión. Había veces en las que ni siquiera sabía si estaba respirando.

¿Realmente estoy viviendo mi propia vida?

Cada día que pasaba, cada momento en que me hacía mayor, me preguntaba tal cosa.

Entonces, seguidamente de los días que pasaron de tal manera, Soleil y yo nos casamos. Era lo mismo que en mi vida pasada. La mayor diferencia era que Silvia y yo habíamos construido una buena relación como hermanas y que Soleil y yo nos llevábamos mejor.

Mi vida estaba yendo mejor que la última vez, pero era una vida irremediablemente banal. Era tan similar a los días que pasé rezando en esa jaula. No había salidas, no tenía ninguna libertad, ni manera de expresar mis pensamientos. No podía encontrar significado en nada, ni en mis palabras ni en mis acciones.

♥ ❤ ♥