Mi prometido ama a mi hermana – Arco 6 – Capítulo 3

Traducido por Kavaalin

Editado por Sharon

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Mi hermana tiene cabello plateado y ojos violetas. Desde su nacimiento, Silvia fue especial para nuestros padres. A pesar de que no le había pedido que lo hiciera, una joven sirvienta a la que le encantaban los chismes me contó información que no deseaba escuchar. Como el hecho de que esos colores que mis padres no poseían probablemente provenían de su madre biológica.

—¿Estás almorzando en un lugar así?

Me encontraba sentada en una banca apartada en el patio trasero de la academia, que había quedado sola como si se hubieran olvidado de esta. El ligero almuerzo preparado por el chef del feudo se extendía ante a mí, cuando de repente una tranquila voz resonó a mi alrededor.

Cuando levanté la mirada, el uniforme del estudiante me hizo saber que pertenecía a la división de los caballeros. Ya que el color de su corbata indicaba que era un estudiante de cursos superiores, traté de levantarme para saludarlo, pero él sacudió su mano para indicarme que permaneciera sentada. Por ese gesto, sentía que era alguien de alto rango.

Me pregunto si está bien que se siente a mi lado, pero rápidamente negué con la cabeza.

No era bueno que una persona comprometida estuviera a solas con alguien del sexo opuesto. Sería diferente si los sirvientes hubieran estado con nosotros, pero después de mirar rápidamente, vi que no había nadie por los alrededores. Dentro de la academia se podría decir que éramos compañeros, pero dado que todos pertenecíamos a la aristocracia, era mejor andarse con cuidado. El hecho de que fuéramos de origen noble significaba que había una gran posibilidad de que todos tuviéramos un compañero decidido desde la infancia. Solo negar con la cabeza podría no transmitir mi rechazo con la suficiente claridad, así que lo pronuncié gentilmente.

Pero cuando lo hice, el hombre de la división de caballeros hizo una expresión de asombro y ladeó su cabeza. Parecía decir que nunca había esperado ser rechazado. Mirando su rostro, me di cuenta de que me parecía vagamente familiar. Cuando formabas parte de la alta sociedad, tendías a reconocer a la mayoría de las personas. Nunca había hablado con él, pero tal vez mientras miraba desde lejos, podría haberlo visto charlando amistosamente con Soleil. La forma en que se comportaba parecía indicar que nadie lo rechazaba, lo que significa que tenía una alta posición social. Quizás era la persona de los rumores que habían comenzado hace varias semanas, el estudiante extranjero que vino del reino vecino.

Si recordaba correctamente, debería ser alguien de una eminente familia aristócrata.

De ser así, rechazar su solicitud no era una opción adecuada. Sin embargo, no confiaba en que él realmente fuera el hombre del rumor, así que no debía actuar descuidadamente ya que no había pruebas reales. Incluso en el mejor de los casos, ya circulaban rumores de que Soleil y yo teníamos alguna clase de discordia entre nosotros. Si se supiera que había estado a solas con alguien del sexo opuesto, es probable que la culpa cayera sobre mí. No importaba cómo se comportara Soleil, era poco probable que lo criticaran. Porque eso era lo que significaba ser el hijo de un marqués.

Manteniendo mi cara gacha para evitar encontrarme con su mirada, puse la fruta que estaba sosteniendo de vuelta en la cesta. Sabía muy bien que no era una actitud adecuada, sin embargo, si cumplía con las costumbres de este reino, no era el momento de preguntar por su estado de ánimo. Como no sabía si alguien podría vernos, debía irme de ese lugar lo antes posible. En el caso de que él fuera realmente el estudiante extranjero, mi comportamiento descortés podría convertirse en un problema, pero no había más remedio que fingir y pretender ser completamente ignorante.

—Tú, bajo esa cara inexpresiva tuya, estás pensando en multitud de cosas, ¿verdad?

Aparentemente, había estado observándome todo ese tiempo. Mezclada en su voz estaba una clara carcajada. Comprendía que se habían reído de mí, pero como no había esperado una manera tan imprudente de hablar, levanté la cabeza a mi pesar. Entonces, me encontré con los ojos de la persona que estaba de pie, mirándome. Cuando tragué saliva e incliné ligeramente la parte superior de mi cuerpo,

—No estés tan asustada, —dijo él con una amarga sonrisa.

Al contrario, esa atmósfera gentil e íntima fortaleció mi cautela. En todas mis constantemente reiteradas vidas, las personas que intentaban engañarme siempre mostraban una expresión amistosa. La gran cantidad de experiencias que había acumulado hasta ahora me habían enseñado a evitar el peligro, pero no siempre era útil. No importaba cuán cuidadosa fuera y cuantas precauciones tomara, en el momento en el que fallara, me derrumbaría. Y una vez que eso sucedía, no podía detenerlo sólo con mi fuerza.

—Aunque pueda ser deficiente en algunos aspectos… sigo siendo la hija de un noble, por lo que estar a solas con un hombre que no es mi prometido es…

Aunque no terminé mi oración, mi expresión lo decía todo. Había elegido especialmente las palabras que transmitirían que quedarme aquí me representaba un problema ya que tenía un prometido. Si la otra parte no era demasiado bruta, entonces debería poder comprender.

—¿De veras? —respondió ese hombre con un tono aburrido y rotundo antes de guardar silencio.

Por alguna razón, no mostraba signos de querer irse, así que decidí dejar el lugar yo misma. Cuando me levantaba mientras guardaba mi comida…

—Parece que de alguna manera me metí en tu camino, ¿verdad? —dijo mientras se sentaba en la banca sin pedir permiso esta vez.

Sacudí la cabeza y le dije:

—No, estaba pensando que era hora de volver al aula. —Los ojos azul índigo del hombre me miraron mientras estaba de pie. Ese color que no se podía describir como radiante despertaba un sentimiento de nostalgia. Si lo veías desde un lugar más soleado, seguramente sería cercano a negro.

—Pero no has comido nada.

Esa inesperada respuesta me tomó por sorpresa justo cuando tenía que hacer una reverencia para despedirme.

—Creo que no hay necesidad de tener tanta prisa. Todavía queda mucho tiempo. Así que, ¿no me darías un poco más de tu tiempo…Ilya Il Machisse?

Como era de esperar, me conoce, pensé mientras me sobresaltaba considerablemente por escucharlo decir mi nombre sin vacilar.

Si era de una familia importante del reino vecino, entonces probablemente habría aprendido las costumbres del lugar en el que pensaba estudiar, por lo que debía saber que no era aconsejable estar a solas con alguien del sexo opuesto y que estaba comprometido, y deliberadamente había decidido ignorarlo.

A pesar de pertenecer a una familia condal de tercer rango de ancestral y honorable ascendencia, era sólo un linaje familiar que no era ni malo ni bueno, por lo que me causaba incomodidad que supiera mi nombre. Además, también estaba convencida de que él sabía que yo era la prometida de Soleil. Como él pertenecía a una casa marquesina de renombre, todos lo sabían.

Además, no sería extraño que su familia tuviera lazos amistosos con aristócratas de alto rango de otros reinos.

—¿Oh? No pareces sorprendida.

Su voz despreocupada hizo eco en este jardín extremadamente tranquilo. Para empezar, este lugar estaba ubicado en la parte interior más apartada del patio trasero, en algún lugar donde la gente rara vez venía. Por eso estaba almorzando aquí. Ya que no tenía que preocuparme por las miradas de los demás, no tenía que engañar a las personas con palabras y además creía necesitar un tiempo a solas.

—No, estoy bastante sorprendida.

De hecho, debido al exceso de asombro, las palabras no salían y tuve que respirar un poco para calmarme. Como si intentaran no perderse del más mínimo de mis movimientos, esos ojos índigo me miraban fijamente. Si tenía algo que decirme, deseaba que lo hiciera rápidamente.

—Tu rostro no revela tu verdadera naturaleza. Eres igual que yo.

Rió apaciblemente y su atractiva expresión se llenó de frescura, pero con estos pocos minutos de conversación, entendía que no era una persona cuyas palabras y expresiones debían tomarse en serio. No era la primera vez que me enfrentaba a alguien cuyas verdaderas intenciones no se podían leer, pero no tenía la intención de negociar con un extraño. En otras palabras, no tenía interés en saber qué tipo de persona era.

Sin embargo, una vez que perdías la oportunidad correcta, era difícil aprovechar la ocasión para irte.

Al observarme deliberadamente con su mirada fija, al hacerme consciente de su acción, quería ver cómo reaccionaría. Porque los seres humanos eran criaturas cuya verdadera naturaleza salía a la luz por acciones fugaces.

—Por cierto, el hecho de que estés aquí sola, ¿se debe a que el joven Soleil está en la cafetería con tu hermana pequeña?

Al hacer ese comentario como si fuera un asunto de muy poca preocupación, sus ojos me miraban como si quisieran probarme. ¿Planeaba lanzar un ataque repentino? Pero cuando estaba a punto de fruncir el ceño debido a esta extraña sensación de tensión que él había creado a propósito, en cambio, sonreí.

Al ver esto, mi oponente mostró una admiración evidente y parpadeó varias veces. Probablemente había pensado que sólo era una muchacha normal y corriente y me había menospreciado. Ciertamente, si hubiera sido la de antes de esa fiesta de té, me habría puesto nerviosa y levantado la voz. De hecho, probablemente hubiera negado el hecho de que Soleil y Silvia estaban juntos. Incluso si supiera la verdad, no la habría aceptado. Si hubiera sido la persona de hace varios meses, no hay duda de que habría reaccionado así.

—El joven Soleil está cuidando mucho de mi hermanita. Yo también he sido bastante mimada y se me ha permitido depender de él.

— ¿Mimada y dependiente?

—También tengo momentos en los que deseo estar a solas y alejarme de la vista de los demás. Sin embargo, mi hermana se inscribió en esta academia recientemente. Ella podría sentirse incómoda por lo que es mejor tener a alguien a su lado. Originalmente, cuidarla debería de haber sido mi rol, pero esa niña adora al joven Soleil como a un hermano, así que se la confié.

Las palabras salieron sin necesidad de que las pensara profundamente. Había muchas personas que sospechaban de la relación de Silvia y Soleil y trataban de interrogarme a mí, su prometida, al respecto. O bien, simplemente albergaban un sentido de justicia y trataban de exponer la infidelidad de Soleil o trataban de ridiculizarme. También había quienes querían entrometerse en la relación de Soleil y Silvia para ayudarles a alcanzar su amor. Había varias razones. Y cada vez, respondía con la excusa correspondiente. Ahora era evidentemente una de esas veces. Era hora de hacer el trabajo al que me había acostumbrado por completo.

—Un hermano, dices. Eso es…

Mi comentario lo hizo suspirar profundamente. Este elegante y eminente noble de un reino extranjero había hecho una expresión sutil, era como una sonrisa sarcástica y como una expresión de desánimo. No sabía qué tipo de reacciones estaba intentando sacarme, pero lo que esperaba seguramente era diferente de mi respuesta. Sin embargo, después de un breve momento de silencio, tomó una corta inhalación y continuó:

—Pero, no es así como otros lo ven, ¿verdad?

Era la reacción que había imaginado.

—Bueno, es difícil decirlo. No puedo descifrar lo que piensan los demás.

Cuando le mostré una expresión de completa curiosidad, él soltó un suspiro verdaderamente profundo. Esa exagerada exhalación efectivamente haría que tu oponente vacilara de estar en su posición. No entendía lo que buscaba, pero…

—De alguna manera, tú… eres diferente de cómo te imaginaba.

Ese par de ojos que me miraban con una apariencia completamente perpleja, de hecho se habían convertido últimamente en el chisme de la academia. Originalmente, los nobles a menudo se casaban con camaradas aristócratas de hermosas apariencias, por lo que poseían un aspecto precioso, pero incluso entre ellos se podía decir que él destacaba bastante. Que esta sencilla apariencia mía fuera imperceptible podría deberse a que existía este tipo de persona. La expresión destacarse de mala manera era sin duda una descripción perfecta para mí.

—No sé cómo imaginaba que sería, pero… ¿terminará pronto? Si no tiene asuntos pendientes conmigo, quisiera irme inmediatamente —dije francamente. Entonces, el hombre se encogió de hombros y declaró sin ninguna vergüenza:

—Pero aún no he comenzado a hablar contigo.

Esta conversación no tiene sentido.

—¿Qué tipo de asuntos tiene conmigo?

Por la forma en que iban las cosas, no parecía que fuera a revelar sus verdaderas intenciones. No había otra opción más que posicionarme para escuchar su historia.

—Bien, primero. Déjame presentarme. Porque parece que no me conoces.

Rió y su sonrisa se profundizó, haciéndome notar que la situación no iba en una buena dirección para mí. No era apropiado interrumpirlo. Pero de ser posible, quería seguir sin saber su nombre. Una vez que nos conociéramos, nos convertiríamos en algo similar a conocidos. Si eso sucedía, de ahora en adelante, no podría fingir que no lo conocía cuando me lo encontrara. Probablemente él lo entendía completamente. Por eso estaba mostrando esa sonrisa que lucía tan refrescante que llegaba a ser desagradable.

—Comencemos de nuevo, señorita. Mi nombre es Saion Topias. Vine de un reino cercano para estudiar.

—¿Un reino cercano…?

Como no era una presentación oficial, no había dicho su nombre completo. Si hubiera sido un evento formal como un baile, abreviar el nombre de uno estaba estrictamente prohibido. Sería visto como menosprecio hacia la otra parte. Según su expresión, no parecía ser el caso, pero podría haber un significado más profundo en el hecho de que no lo hiciera. Además, ¿por qué no había dicho el nombre de su reino? Si era el estudiante extranjero de los rumores, entonces no habría necesidad de investigar en profundidad ya que sería fácil averiguarlo.

Y más que nada, ahí estaba su nombre, Saion. Si no había escuchado mal, en ese almuerzo hace varios días, Soleil y Silvia habían mencionado ese nombre, además lo habían dicho con cierta familiaridad. Siendo ese el caso, significaba que ciertamente estaba familiarizado con los dos. Y él había entrado en contacto precisamente conmigo, la prometida de Soleil. Aunque también había tomado en cuenta que por casualidad se había topado con este lugar, esa posibilidad era bastante baja. Aun así habría sido más natural acercarse a mí a través de Soleil.

—Ah, qué bien. Esa es la expresión que quería ver.

Probablemente estaba mostrando una expresión de sospecha. Saion sonrió deleitado y apoyó la parte superior de su cuerpo en el respaldo de la banca. Esa enrevesada auto-presentación que había dado, suponía que había sido simplemente para alterarme. Después de todo esto, no tenía ganas de seguir manteniendo las apariencias y decidí simplemente ver cómo se desarrollaba la situación.

—En mi reino, los matrimonios políticos se están convirtiendo en un mal hábito de la era pasada.

De repente sus ojos se entrecerraron. Un tercero podría haberse preguntado por qué había empezado a hablar abruptamente sobre esto, pero a la luz de las circunstancias que me rodeaban, podía ver claramente hacia dónde se dirigía este tema.

—Por supuesto, esto no se extiende a la aristocracia. Las ganancias obtenidas por las uniones políticas son grandes, también hay ocasiones en las que es preferible elegir esto para cumplir el deber propio como noble. Por lo que, bueno, al final, esto concierne principalmente a la población general.

Permanecí en silencio.

—Pero, aun así eso significa que existe una mayor comprensión y aceptación del matrimonio por amor que en este reino.

Hasta cierto momento, más precisamente hasta esa fiesta de té, no había dudas de que era bastante visible. Hablaba personalmente con Soleil en la academia y aunque no recordaba ser particularmente cercana, antes de darme cuenta, mis ojos siempre perseguían su figura. Mantenía a raya a las mujeres que se acercaban a él, así que era muy fácil entender qué tipo de sentimientos albergaba hacia Soleil. Pero después de la fiesta de té, Silvia comenzó a asistir a la academia y, a medida que se acortaba la distancia entre ellos, yo había comenzado a evitarlos intencionalmente.

Soleil era mi prometido, Silvia era mi hermanita. Entonces, si los dos almorzaban juntos, yo también podría unirme a ellos. No sería antinatural, y de hecho, por el bien de Silvia, podría haber sido mejor.

Sin embargo, no lo hice. Verlos juntos era doloroso. Estar a su lado era angustiante. Cuando estaba con ellos, las memorias que no quería recordar brotaban. Por eso había intentado mantener cierta distancia entre nosotros. Pero debido a estos sentimientos que no podía abandonar, me era imposible distanciarme por completo.

—Dime, ¿qué piensas acerca de separar a dos personas que tienen sentimientos el uno por el otro?

Saion, se levantó lentamente de la banca, se puso a mi lado y susurró esto como si me estuviera contando un secreto. Esas palabras se hundieron en las profundidades de mis oídos como si fueran tan pesadas como las piedras.

Cuando la perspectiva de uno cambiaba, el punto de vista también lo hace. Eso era un hecho. Desde mi perspectiva, la que estaba separando a Soleil y a mí era Silvia. Desde la perspectiva de Silvia, la que estaba dividiendo a Soleil y a ella era yo. En cuanto a las personas que nos rodeaban, estarían del lado de sus amigos y aliados y verían nuestras relaciones desde esa perspectiva.

En otras palabras, Saion no era mi aliado.

—Deberías liberarlo, ¿no?

Al decir esto como si fuera algo trivial, giró sobre sus talones. No tenía palabras que decir a esa figura que se alejaba. Me preguntaba si mi existencia era tan atroz. Aunque en cambio, la que quería ser liberada era yo. No sabía qué es lo que debía decir o hacer.

En una de mis vidas pasadas, Soleil y Silvia pudieron casarse porque las circunstancias lo permitieron: la ceremonia de bodas no podía ser cancelada y yo había huido dos días antes. Como había sido necesario encontrar un reemplazo para mí, inevitablemente Silvia tuvo que asumir la responsabilidad. A menos que fuera una situación tan inminente, mis padres no entregarían a Silvia.

Dado que era así, con la situación actual, incluso si Soleil y yo cancelábamos nuestro matrimonio, no creía que Silvia fuera a ser elegida como su pareja. Para empezar, porque la Silvia de estos momentos no poseía el refinamiento y la educación suficientes como para convertirse en la próxima esposa del marqués. Sin importar cuánto la anhelara Soleil, su casa no lo aprobaría.

Saion no estaba al tanto de todas esas circunstancias. Y precisamente porque no lo sabía, estaba persiguiendo sus ideales y deseos, buscando cumplir sus esperanzas.

Como su amigo, no era de extrañar que soñara con un futuro donde los dos amantes pudieran estar juntos.

—¡Oye! Tú, ¿cuánto tiempo planeas quedarte en ese lugar? —dijo no muy lejos, volteándose en mi dirección. Podría haber sido para informarme que la hora del almuerzo había terminado o, podría estar intentando que fuera consciente de mi condición actual. Pero, en serio…

¿Cuánto tiempo me quedaré en este lugar?

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