¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 102: Ella y el Comandante de la Orden de Caballería

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


—Lidi, ¿estás bien?

Cuando el príncipe heredero Maximiliano se fue, al final, dejé escapar un suspiro de alivio. Freed examinó con preocupación mi expresión. Avergonzada por ello, mientras desviaba la mirada asentí.

Mierda, qué me pasa. Es lo de siempre y, sin embargo, mi corazón late de forma extraña.

—Sí, sí. Estoy bien. De verdad, no me han hecho nada.

—¿De verdad? Sin embargo, estuvo a un pelo de distancia.

—Sí, aun así Freed llegó a tiempo… De verdad, gracias por venir.

Al recordar la escena del príncipe heredero Maximiliano acercándose, mi columna vertebral se estremeció. Fue peligroso. No quiero en absoluto que me toque ese hombre.

—Es natural que venga cuando Lidi está en peligro. Además, me has llamado de manera adecuada.

—¿Llamado…? ¿Esto es por la “Flor Real” que se estaba calentando?

Al preguntar para confirmar lo sucedido, Freed afirmó mientras rodeaba mi cintura con su brazo. Empecé a caminar como si me hubieran incitado.

—Sí. ¿Recuerdas la explicación de que la “Flor Real” es un arte secreto que se conecta entre sí? Por eso, puede sentir cuando la pareja conectada está en peligro.

También fue la primera vez para mí, me sorprendí, diciéndolo así, Freed señaló la rosa azul en mi pecho.

—Gracias a esto supe la ubicación de Lidi. Pero metí la pata, no había fijado un punto de retorno por aquí. Salté al lugar más cercano y me apresuré a llegar… Me alegro de verdad de haberlo hecho a tiempo.

Cuando nos detuvimos y Freed volvió a mirarme con preocupación, mi rostro se calentó. Me siento así desde que vino a ayudarme. Se ve tan increíble y genial que no puedo evitar sentirme avergonzada. Así que me limité a hablar para disimularlo.

—Nunca hubiera pensado que vendrías… Me sorprendió mucho.

Mientras volvía la cara, a Freed se le escapó una risita. Siento que en verdad quedé expuesta, así que oculté mi vergüenza. Por el contrario… es doloroso que no me hayan interrogado.

—Qué horror, ¿no esperabas que viniera? Entonces, ¿por qué me llamaste?

Después de todo fuí expuesta… A pesar de que Freed dijo que era horrible, su voz, como los dulces, era tan sacarina, que se sentía como si mis oídos fueran violados poco a poco.

—Eso fue por…

Intenté responder de alguna manera a la pregunta. “No te llamé”. Como era de esperar, no podía decirlo. Freed sólo vino porque lo llamé. Cuando murmuré eso con la cabeza gacha, se puso delante de mí y puso mis mejillas en sus manos. Luego, poco a poco, hizo coincidir nuestras miradas. Esos ojos eran tan suaves que sentía que el calor se acumulaba de nuevo en mi cara.

—Lidi, no puede ser, ¿te da vergüenza? Estás roja hasta las orejas… Linda.

—¡No estoy avergonzada! Jeez, vámonos.

¿Qué es esto? ¡Que tsundere! ¡Por qué estoy actuando como una tsundere! Ya no entiendo lo que estoy haciendo. Quiero golpear mi cabeza contra la pared.

No queriendo ahondar más en ello, lo incité y comencé a caminar de forma animada. Sin decir nada, volvió a abrazar mi cintura. Estar tan cerca que podía sentir la temperatura corporal de su cuerpo hizo que mi corazón palpitara con fuerza. Qué raro. Ayer deberíamos habernos bañado juntos, pero siento que su aroma es, de alguna manera, diferente. Cuanto más me doy cuenta, más fuerte late mi corazón. Me sentí tan avergonzada que, por reflejo, quise gritar y salir corriendo.

Mientras aguantaba y seguía caminando, al final el paisaje me resultó familiar. Cuando exhalé aliviada por estar de vuelta, Freed comenzó a hablar.

—Primero, quiero preguntarte. Lidi, ¿por qué estabas en ese lugar? No había recibido ningún informe de seguridad de que hubieras salido de los aposentos reales, me sorprendió mucho.

—Eso es…

Mientras me calmaba, lo miré fijo.

—¿No tenía intención de abandonar los aposentos reales…? Sin embargo, estaba distraída y, salí del jardín antes de darme cuenta…

Ni siquiera yo entendí muy bien cómo llegué a ese lugar, así que solo di una vaga explicación. Pero, Freed volvió a preguntar como si tuviera algo en mente.

—¿Tal vez, pasaste por la abertura de un seto…?

—Ah… Sí, creo que lo hice.

En realidad lo recuerdo. Ante mis palabras, Freed soltó un suspiro como si estuviera convencido.

—Ya veo… O mejor dicho, buen trabajo para encontrarlo. Es un lugar bastante complicado. Como era de esperarse de Lidi.

Mientras Freed decía eso con asombro en su rostro, con recelo, hice una pregunta:

—¿Nn? ¿Había algo en ese seto?

—En realidad, allí hay un camino secreto hacia la zona general. También lo he utilizado varias veces… Pero, es extraño. Por lo general no pasarías por él, en primer lugar no deberías ser capaz de encontrarlo. Nadie puede usarlo, ese lugar está cubierto por completo con una barrera…

—¿Hmph? Así que había una barrera.

Mientras me preguntaba si de verdad la había, escuché un fuerte sonido desde la dirección del Palacio Real.

—¡Freed!

Corriendo hacia aquí, acompañado de varios caballeros con rostros severos, estaba el comandante de la orden de caballería con el que me había encontrado algunas veces, Glenn.

—Glenn. ¿Por qué estás acompañado por tanta gente?

—¡No me preguntes a mí!

Mientras Freed reaccionaba como siempre, Glenn gritaba mientras venía hacia aquí. Cuando se dio cuenta de que estaba junto con él, su expresión mostró alivio.

—Me alegro. Lidi, estás a salvo, eh.

—¿Eh?

Sin entender lo que dijo, miré de forma interrogante a Freed. Por el contrario, con un rostro relajado, él confirmó con Glenn.

—¿Tal vez, fue Alex?

—Sí.

Habiendo sido contactado, mi hermano también estaba esperando en la oficina.

—No quería que las cosas se salieran de control, pero la situación era la que era. No se podía evitar, eh.

Diciendo esto, Freed ordenó con firmeza a Glenn y a los caballeros que se quedaron atrás.

—Como pueden ver, mi prometida está a salvo. Soldados, dispérsense y vuelvan a sus puestos. Además, en nombre del Príncipe Heredero les prohíbo que revelen nada sobre el asunto de esta vez. Ahora regresaré a la oficina. Solo permito que Glenn me acompañe.

—¡Sí!

Glenn y los caballeros hicieron una reverencia. Mientras escuchaba a Freed dándoles órdenes, llegué a entender que parecía que mi hermano contactó con él y Will. En principio Freed estaba trabajando en su oficina, no era extraño que mi hermano que estaba trabajando con él conociera la situación. Pensando que algo me pasó, seguro contactaría con el Comandante de la Orden de Caballería y al Comandante de la División de Magos.

—Lo siento Lidi, pero ¿podrías venir con nosotros? Quiero escuchar la historia completa.

—Sí, entiendo.

Al pedirlo con tanto cuidado, negué con la cabeza al no encontrar ningún problema. Fui yo quien se metió en un lugar extraño y causó un problema innecesario. No había necesidad de que Freed, que vino en mi ayuda, se disculpara.

—Está bien. Hablaré como es debido.

Mientras asentía con firmeza, Glenn también añadió que estaba agradecido por mi cooperación.

Los soldados se dispersaron enseguida y los tres caminamos por un pasillo hasta el despacho de Freed. Él se abrazó a mi cintura sin dejarme ir, Glenn caminó un poco detrás de nosotros.

—Me alegro mucho de que estés a salvo.

De nuevo mirando de cerca a Glenn, que se dirigió a mí con una sonrisa, era un hombre muy bueno. El cabello corto y negro con el flequillo levantado le daba una impresión de limpieza, sus rasgos duros son en extremo masculinos. Sus cuidadas y gruesas cejas expresaban sinceridad. Era más alto que Freed, su físico robusto lo convertía en un comandante de la orden de caballeros que sería irresistible para los fetichistas de los músculos. Su expresión obediente a las emociones le daba una impresión favorable, podía ver por qué las hermanas mayores no lo dejarían solo.

—Gracias. Gracias a Freed pude regresar sin incidentes. Me disculpo por haberle causado problemas a todos los caballeros. Estoy reflexionando sobre mi falta de autoconciencia.

Aunque no fuera mi intención, el hecho de haber causado problemas no cambiaba. Por un momento, Glenn puso una cara de vacío ante mi humilde respuesta, luego sacudió un poco su rostro.

—No hace falta que me hables así. Por favor, habla conmigo como lo haces con Freed o con mi hermano. Si soy al único al que le hablas así, me siento solo, como si quisieras mantenerme a distancia.

—Sí… sí.

Al decir eso con una cara de preocupación y con las cejas un poco bajas, asentí con la cabeza en forma de ráfaga. Glenn señaló cuando empecé a decir que entendía.

—Ya estás otra vez. A diferencia de mi hermano, no he podido conocerte, pero a partir de ahora tendremos más oportunidades de entrar en contacto. Si es posible, me gustaría que estuviéramos cerca, pero… ¿Tal vez, sea una molestia?

Como su cara se volvió aún más decepcionada, no tuve más remedio que negar con la mano. Parecía un poco como un perro grande abatido.

—No… en absoluto.

—Entonces, por favor, trátame bien. Estoy de verdad feliz de acercarme a la amada de Freed.

Me sentí tan abrumada por Gleen, quien de repente mostró una sonrisa.

Ah…, increíble. Este es el joven hermano de Will.

Con esta, es la tercera vez que nos encontramos, pero no hablé mucho con él las dos veces anteriores, así que no me había dado cuenta. Al parecer, Glenn es un hombre muy hablador y expresivo.

Me quito el sombrero ante su gran capacidad de comunicación, nada que ver con su hermano mayor, Will.

—Glenn, Lidi está muy sorprendida.

Mirándome, Freed se lo comunicó mientras reprimía una carcajada. Sin entender el significado de lo que había escuchado, Glenn ladeó la cabeza.

—¿He hecho algo extraño?

—No, pero seguro está sorprendida por la diferencia con Will. Lidi, Glenn es en verdad el hermano menor de Will, pero como puedes ver es todo un hombre. Podrías no estar tan sorprendida.

—Yo… lo siento.

Presa del pánico me disculpé por mi descortesía, pero Glenn dijo que no era necesario. Las suaves palabras que me dijo en consideración y su expresión comprensiva elevaron con rapidez mi opinión sobre él. ¡Es una buena persona! ¡Es una gran persona!

Había oído hablar de él de Will, pero como era natural, la impresión cambió ahora que pudimos hablar de verdad. Oi, oi, si tienes un hermano menor tan bueno, me gustaría que me lo hubieras presentado. Por qué no dijiste nada, Will.

Aun así, por supuesto que conozco rumores sobre él en la alta sociedad. Según lo que dicen mis amigas amantes de los rumores, es todo un asesino de locas. Divertía a las mujeres mayores en las fiestas nocturnas y, si lo desean, pasaba una noche con ellas. No lo parece, pero es un playboy empedernido.

Pero eso no importa. No tiene nada que ver conmigo, si los adultos tienen relaciones basadas en el consentimiento mutuo, siempre que se responsabilicen de ello, no creo que sea algo en lo que haya que interferir. Glenn jugaba mucho con el fuego, pero he oído que lo apaga con habilidad, no había problema si salía con conocidos si sabía controlarse. Pero… si por casualidad mi amiga dijera que le gusta Glenn, la detendría con todas mis fuerzas. Es el tipo de hombre que no es serio.

—Entonces, de nuevo. Saludos, Glenn.

—Yo también. Por favor, trátame bien.

—Lidi, Glenn utiliza ese tipo de lenguaje con todo el mundo, así que está bien que no te importe.

Me dijo que hablara de manera informal, sin embargo, él mismo usaba un lenguaje educado, no entendí y arrugué las cejas por un momento. Mientras las frotaba, Freed me lo informó. Sí…, ¿podrías parar con esa excesiva intimidad? La distancia es tan estrecha que mi corazón no deja de latir.

—¿Qué pasa? Has puesto una cara incómoda. ¿Tienes alguna pregunta? —Preguntó Glenn preocupado, con pánico, saqué un tema adecuado. No puedo decir que el exceso de coqueteo de Freed es incómodo.

—¿Eh? Pensé que Glenn debía ser popular. Si Will también tuviera la capacidad de comunicación serían igual, ¿verdad?

—Bueno… diferentes personas sobresalen en diferentes cosas.

En lugar de Glenn, que por alguna razón se hundió en el silencio, respondió Freed. Mientras le asentía, miré a Glenn para verle devolver una sonrisa algo rígida. Se hizo un sutil silencio, mientras nos sentíamos demasiado incómodos, llegamos ante el despacho de Freed. En mi corazón, me sentí aliviada de escapar de este ambiente insoportable. Antes de abrir la puerta, pregunté lo que me vino a la mente.

—Ey, Freed. Ahora que lo pienso, ¿no estás celoso de Glenn?

Por lo general, estaría bastante enfadado. He estado dudando desde que ha estado actuando demasiado normal desde hace un tiempo, es desagradable como he llegado a dar por sentado sus celos. Pero, es un hecho que se enfada cuando estoy con Will. Él respondió a mi duda con una sonrisa irónica:

—Veamos. Si tuviera que decir que conozco bien tus gustos, o algo así. Mi gusto y el de Glenn en cuanto a mujeres son por completo diferentes.

—Con que es así…

Por eso no necesita estar celoso. En otras palabras, no estoy en la zona de ataque de Glenn… es lo que eso significa, eh. Seguro, para él, que se ganó la reputación de mujeriego de las damas vistosas, creo que soy bastante sencilla. Estoy agradecida porque los celos son fastidiosos, pero me siento algo triste por ello. Es mi culpa. Después de todo, me faltan curvas. Recordé que todas las damas que le dieron a Glenn la reputación de mujeriego tenían cuerpos impresionantes. No creo que quiera ser vista por él de esta manera, pero como mujer es algo insatisfactorio.

Cuando suspiré, sin saber cómo expresar mis sentimientos complejos, Freed me dio una palmadita en la espalda.

—Lidi no tiene que preocuparse por las preferencias de Glenn, ¿verdad? Está bien, no miraré a ninguna otra mujer que no sea Lidi.

—No, eso…

Es demasiado extremo. A pesar de replicar a Freed que lo declaró con claridad, no pude negar que mi pecho se saltó un poco. Aunque me sorprendí a mí misma, por el momento entré en su despacho.


Lucy
Y acá paso a paso, vemos como Lidi está cayendo poco a poco por Freed ♥, pero quién podría resistirse a ser rescatada de esa manera, llegando en el último momento y de una forma tan genial

Una respuesta en “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 102: Ella y el Comandante de la Orden de Caballería”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido