¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 70: Él y sus singularidades

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


—Llegas tarde. ¿Disfrutaste de la última noche?

Cuando Alex me saludó, así nada más entrar en el despacho, deje escapar un fuerte suspiro.

Estaba terminando una enorme pila de documentos en el escritorio de su despacho mientras decía eso.

Era consciente de que lo había presionado con el trabajo de oficina de la mañana, pero me sentía culpable si me lo decía con tanta franqueza. Sobre todo porque son las palabras de su hermano mayor.

—Así es… Pude disfrutar del tiempo con sólo nosotros dos.

—Por favor, dile a Lidi que no se preocupe, ya que he hablado con el viejo. ¿Y? ¿Va a venir mi hermana pequeña a casa hoy?

—No quiero enviarla a casa.

Cuando le devolví esas palabras a Alex, seguro que se rió con los ojos aún puestos en los documentos.

Recordé el momento en que estábamos acurrucados hace un rato.

Ella me sacó a relucir algo parecido a una apuesta.

No me apetecía soltarla, en absoluto, así que después de que Clara se retirara la empujé una vez más.

Penetré a Lidi quien dijo que le dolía el cuerpo, que no lo quería por detrás, y mientras la hacía llorar intensamente, terminé dentro de ella dos veces.

Como resultado, no pudo moverse más, satisfecho, le di un beso y me fui, pero aun así no pude evitar estar ansioso.

La estructura de seguridad es perfecta. Ella tampoco puede moverse.

Qué extraño que no esté convencido de mi victoria, ni siquiera con eso.

Precisamente porque me hace sentir así, la encuentro tan encantadora.

Cada vez que soy burlado, la amo más, me pregunto si ella se ha dado cuenta.

Cuando suspiré de nuevo, Alex inclinó la cabeza.

—Pareces, inesperadamente deprimido, teniendo en cuenta que es la mañana siguiente al reencuentro con tu amada prometida. ¿Quizás, fuiste rechazado por Lidi?

Fruncí el ceño al ver a Alex, cuyas palabras no quería escuchar ni en broma.

Alex sólo se encogió de hombros. Realmente, tiene una personalidad agradable.

—De ninguna manera, no lo permitiría. Lidi es mía… No es eso, hay… pues, varias razones. Aposté con Lidi a que se iba a casa…

—¿Jaa? ¿Apostar?

Al ser molestado por Alex, para que lo explicara con detalle, le conté toda la historia de hace un rato.

Cuando terminé de hablar, Alex dijo “Pareja molesta” mientras me miraba con una expresión de estoy harto.

—¿Y? ¿Qué hiciste?

—Dupliqué el número de Guardias Reales y emití una alerta de emergencia. Como sería problemático que desapareciera en la zona general, también he destinado a varias personas que conocen la cara de Lidi.

—Oi,oi, no es una escala considerable.

Ignoré el tic de la cara de Alex y le expliqué más sobre el sistema de seguridad.

A juzgar por el aspecto de Lidi, estaba bastante segura de sí misma. Me dijo que podía usar cualquier medio. Hay muchas posibilidades de que haga algo inimaginable.

Para hacer frente a eso, en primer lugar, he utilizado la táctica básica de la onda humana.

—Ya ha escapado dos veces. No creo que esté siendo demasiado precavido.

—Eso es igual que mi hermana pequeña. Pero tú también estás siendo imprudente. No importa que venga alguien VIP, no irías tan lejos para desplegar un sistema de seguridad.

—Ella es mi persona más importante. Haré cualquier cosa para no dejarla ir.

Si sólo ganó esta apuesta, Lidi estará de mi lado.

Ella lo planteó por voluntad propia, y no dejaré que cambie la promesa.

Si fuera posible, querría que se quedara aquí por voluntad propia, pero si tengo que ganar su apuesta para ello, que así sea.

—Ayer… André vino.

Volví a ejecutar la simulación en mi cabeza para ver si había un agujero en el sistema de seguridad, Alex murmuró estas pocas palabras.

“André”, el nombre que menos me apetece escuchar ahora.

—Sí… Ya no tiene ninguna conexión conmigo.

—No pudo asegurar la “Flor Real” y fue expulsado de la Familia Real… ¿Cuántos años han pasado ya?

—Me pregunto… No creí que siguiera vivo.

Pensé que había caído muerto hace mucho tiempo.

Cuando escupí eso, Alex puso una cara amarga.

—Si no puedes asegurar la “Flor Real” serás desterrado como castigo… Huh. No puedes decir la razón, ¿verdad?

—Sí. Por favor, piensa que así es la realeza. Quédate tranquilo, no es una razón particularmente escandalosa.

—Entiendo.

No podía decirle más a Alex que no es parte de la realeza.

Porque Alex lo entiende, él tampoco lo pidió.

Sin la “Flor Real”, existe la posibilidad de que el poder divino desbocado estalle espontáneamente, envolviendo los alrededores, no podía decir eso.

El destierro a las afueras es sólo una medida para limitar el daño, tanto como sea posible.

Por supuesto que existe la posibilidad de que no explote, pero una persona tan peligrosa no puede permanecer en la Capital Real.

—¿Por qué ha venido?

—Quién sabe, parecía venir a saludarme, pero más bien se peleó con Lidi.

Recordando la noche anterior que preferiría no recordar, no pude evitar el disgusto.

Al no entender el significado de mis palabras, Alex me preguntó.

—¿Ja? ¿Con Lidi?

—Parece que quería ver la clase de mujer que era mi prometida… Como siempre, ese tipo me guarda rencor.

Ahora que lo pienso, tenía cara de haberse tragado un bicho amargo.

—Ahí no tienes la culpa, es la ex prometida de ese tipo la que tiene la culpa.

—No tiene sentido explicarle eso a alguien que no trata de entender.

—Supongo que sí. Teniendo en cuenta cómo es ese tipo, es más fácil que esté resentido contigo.

—Es una historia molesta… No quiero que se involucre conmigo o con Lidi.

Al decirle eso de todo corazón, Alex se sumió en el silencio durante un rato.

Mientras se rascaba la cabeza, sacó un tema aparentemente difícil.

—Hay un informe para ti… Esta mañana, mis subordinados se pusieron en contacto conmigo sobre los soldados que custodiaban la casa de André, y que lo estaban observando. Cinco élites. Todos fueron asesinados.

Jadeé.

Con este tema oportuno, mi cabeza empezó a trabajar a máxima velocidad.

Este tema, en este momento, no puede ser una coincidencia. Además, desde ayer pensé que algo estaba pasando.

—Por eso ha venido… Eh.

Me pareció extraño.

Tal y como estaba André, no podría venir al Palacio Real sin que lo supiéramos.

Especialmente, con el poderoso sistema de vigilancia que se estableció. A pesar de esto, ¿por qué?

Cuando asentí, Alex, con una expresión todavía intensa, dijo:

—A mí también me pareció extraño. Por eso lo hice investigar. Le puse observadores. No debió ser sólo su comportamiento egoísta.

Se levantó y, tras sacar un informe de su pecho, lo extendió sobre su escritorio.

Mientras lo ojeaba rápidamente discutía mis dudas con Alex una a una.

—¿El objetivo del culpable es…?

—Ahora mismo estoy revisando las listas internas. Hay cinco cuerpos, pero hay un rasgo común en cómo fueron asesinados.

—¿Característica común?

—Sí, la cabeza no está. A todos les quitaron la cabeza. Debido a eso, se tardó el identificar a las víctimas.

Traté de entender a qué se refería exactamente con que la cabeza había desaparecido.

—Por casualidad… ¿Fueron cortadas?

—Probablemente. El lugar era un espectáculo nauseabundo. No puedo decir nada, ya que no lo he visto.

Separar una cabeza humana no es algo sencillo.

Lleva tiempo y esfuerzo, no puedo pensar que sea una medida inteligente.

Hay algún significado detrás, sólo podía pensar eso.

A pesar de pensar así, planteé otra posibilidad.

—¿Y si hubiera múltiples autores?

Matar de la misma manera para fingir que es una sola persona.

Ese también es un buen método a utilizar.

Alex se mordió el dedo, mientras reflexionaba sobre eso.

—Me pregunto. Ciertamente, no puedo imaginar que una sola persona corte tantas cabezas. Es difícil de confirmar. Estamos en una situación difícil.

—El objetivo tampoco está claro. ¿Cómo se beneficia el culpable al liberar a André?

Si el poder divino estallara espontáneamente en la Capital Real, ciertamente, el daño a nuestro país sería grande, pero eso no debe saberse. Es inquietante no saber lo que el culpable está pensando.

—André mismo, probablemente, no es el culpable.

—Él no sería capaz de actuar así.

Como claramente afirmé eso, Alex está de acuerdo.

—Entonces, ¿qué hay del contacto con el exterior? ¿Es posible?

—Imposible. Hay una poderosa barrera erigida alrededor de todo el edificio para sellar la magia y las artes mágicas.

—En ese caso… André no podría trabajar con alguien.

Alex asintió, como para estar de acuerdo con mis palabras.

Es una barrera antirreglamentaria. No es fácil de romper.

—Ya veo, entonces, André no es el principal culpable… Ni de la fuga de André, ni de que André venga, despreocupadamente, al Castillo Real. Es una rara oportunidad de escapar y, sin embargo…

—Después de todo, fue utilizado por el culpable, de lo contrario no haría eso, ¿verdad? Probablemente, eso es lo más posible.

De lo contrario, no creo que haya venido expresamente al Castillo Real.

Debería saber que sería atrapado y llevado de vuelta. Aun así vino. Definitivamente, debe haber algún propósito en ello.

Si está siendo manipulado o lo hace por su propia voluntad, no lo sé.

—Y, ¿qué pasó con André?

—El estimado tío lo resolvió.

Mientras me explicaba brevemente, Alex hablaba mientras pensaba.

—¿Puedes preguntar sobre su historia?

—Sería difícil…

—Ya lo creo.

Es muy probable que ya haya sido transferido.

Además, nunca nos lo confesaría.

Incluso si lo mataran.

Al escuchar mi historia, Alex se sentó en una silla y apoyó su barbilla en la mano, pareciendo que esto le molestaba.

—Maldita sea. Me gustaría que terminara sin problemas.

—Ese es un sentimiento imposible. Es demasiado sospechoso. Por ahora, sólo aumenta la precaución hacia él.

—Entendido. Por ahora, seguiré en el cargo con normalidad. No puedo hacer nada más ahora.

Cuando terminamos de hablar, eché una mirada de reojo a Alex, que permanecía en su escritorio, y miré el reloj.

Sentí que el tiempo pasaba lentamente.

Quiero volver rápidamente a mi habitación… Antes de que Lidi se vaya.

En el momento exacto en que reanudé de mala gana el trabajo en mi asiento, llamaron a la puerta.

Después de responder que le permitía la entrada, un mayordomo de aspecto mayor entró tranquilamente.

Antes de venir a esta habitación, debería haber sido sometido a varios controles. Creo que es una persona adecuada para estar aquí, ya que ha pasado por todos ellos, pero no lo recuerdo en absoluto.

—¿Nn? Pero si es Zechs.

Cuando Alex alzó la voz, al ver a la persona que teníamos delante, comprendí quién era.

El mayordomo de la casa Vivoir.

Con ese título, ciertamente, es más que posible llegar hasta aquí.

—Debe ser importante para venir hasta aquí. ¿Tiene negocios con Alex?

Cuando entendí quién me visitaba, pregunté por sus negocios.

Alex ladeó con la cabeza, murmurando. Me pregunto si ha pasado algo.

Nada parece venir a mi mente.

Al ser informado, con una gentil sonrisa de anciano, declaró su negocio.

—No, por órdenes de milady… Lady Lidiana escribió una carta para Su Alteza. ¿Quiere Su Alteza recibirla?

—¿De Lidi?

Recibí la carta del mayordomo, quien hizo una profunda reverencia.

Sólo pude tener una desagradable premonición al ver su hermosa letra por primera vez.

Inconscientemente, volví a mirar el reloj.

Sólo han pasado unas horas… No puede ser. Imposible.

Estupefacto, escuché a Alex interrogar al mayordomo sobre las circunstancias.

—Zechs, ¿te lo ha dicho Lidi?

—Sí, señor Alexei. Era un asunto de Lady Lidiana para Su Alteza. Me ordenaron que me diera prisa, así que vine directamente.

—Ya veo, gracias por el trabajo… Entonces, Lidi está en la mansión.

Sentí vértigo cuando el mayordomo asintió a estas palabras.

Me sentí desesperado, al saber el contenido de la carta sin abrirla.

Tras enviar al mayordomo a su casa, rompí el sello con manos temblorosas.

Conocía el contenido, pero no podía dejar de mirar.

En el papel de escribir, decorado con una elaborada filigrana, sólo estaba escrita una frase.

Estaba escrita con una caligrafía fluida.

“Yo gano”.

—¡¡¡Pfft!!! —Espetó Alex, que, con mi permiso, lo miraba desde atrás.

Aunque sabía del asunto, nunca hubiera esperado que lo escribiera así.

Esas palabras se parecen tanto a Lidi que perdí las fuerzas.

—Aaah, se ha escapado…

—¡¡Wa, ja, ja, ja!! ¡Increíble, realmente se escapó! Más bien, ¿cómo evito esa red de seguridad? ¡¡Cómo se esperaba de mi hermana pequeña!!

Ignoré a Alex, que estalló en carcajadas, y volví a mirar la carta.

Una risa forzada se me escapó, mientras miraba su declaración de victoria.

—De verdad, ¿cómo se ha escapado? Me esforcé en poner una red de seguridad y, sin embargo…

Sacudí el papel y, asombrado, le pregunté a Alex.

Cuando le pregunté con voz despistada, Alex negó con la cabeza.

—Para que lo sepas, no soy cómplice… No pude movilizar a nuestra agencia familiar, fue hace poco cuando me informaste de la apuesta, ¿verdad?

—Lo entiendo. Pero nunca hubiera pensado que se escaparía.

—Apostar. Ella hace cosas tan inesperadas de vez en cuando.

—A veces, siento que siempre está jugando conmigo.

Solté un suspiro, no sabía si debía asombrarme o alabar que Lidi se fuera espléndidamente a casa, tal y como me había dicho.

Verdaderamente, siempre me tiene enroscado en su dedito.

—Ahora bien, ¿vamos a encontrarnos con ella?

—No te apresures en ir tan rápido. Ella ganó la apuesta. Tú también podrías comprometerte un poco.

A sus palabras de preocupación por su hermanita, le devolví una respuesta que afirmaba que estaba bien.

No sé qué medios utilizó, pero como dijo Alex, Lidi ganó la apuesta conmigo. Eso no se puede pasar por alto.

Por eso, por mucho que la eche de menos, no tengo intención de despreciarla.

—De todos modos, la próxima fiesta nocturna está cerca. No se puede evitar, aguantaré hasta entonces.

—Esa es una posición razonable, ¿Qué piensas?

—Sinceramente, ¿qué hará mi prometida para que me enamore aún más de ella?

Lidi me engañó espléndidamente. No recuerdo haber sido engañado tan fácilmente y a fondo, incluso cuando luchaba contra países enemigos.

No sólo su apariencia es hermosa, no sólo llora tiernamente cuando está siendo lasciva, incluso esa parte de Lidi me atrapó.

La quiero demasiado, realmente, siento que me he vuelto loco.

Se me escapó una risita pensando en ella.

Después de todo, no puedo permitirme estar solo así. Debo conseguir que ella también caiga tanto como yo.

—Tú… Tus palabras y expresiones son decepcionantes. —Mientras se reía, Alex dijo muy asombrado.

—¿De verdad? Acabo de pensar en cómo caí ante Lidi de nuevo.

—Eso da miedo. De verdad, se enamoró de un hombre problemático.

—¿Te opones?

Preguntando así, inesperadamente, negó con la cabeza.

—No. He dicho que no me opondré más… No hay razón para hacerlo.

—¿Eh?

—Bueno, puedo verte envuelto en su dedo meñique por un tiempo. Eso lo hace interesante.

—No soy una exhibición, pero bueno, está bien.

No fue por la frase de ser observado por curiosidad, pero cambié de opinión sobre molestarla.

Debido a la promesa, te dejaré libre, por ahora…

Pero no habrá una próxima vez.

La próxima vez, te capturaré por completo, pensando así, las comisuras de mi boca se levantaron y me reí un poco.

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