Princesa Restante – Tomo II – Capítulo II: Pieza tocada, pieza movida

Traducido por Kavaalin

Editado por Sakuya


Tres días habían pasado desde el incidente del círculo mágico y, en este momento, Leti estaba llevando a cabo una clase privada en su habitación.

—Ser el Caballero del Primer Puesto de los Caballeros de la Mesa Redonda tiene un importante significado. Los caballeros honorarios del rey son diferentes de los demás caballeros porque ellos tienen atribuciones militares. Con una especial mención al Caballero del Primer Puesto, porque él tiene la autoridad de dar órdenes como representante del rey. En otras palabras, en vez de un caballero, tú eres más como el General de más alto rango en el reino.

Una armada bajo el nombre de Orden de Caballería Real y un grupo de oficiales militares conocidos colectivamente como los Caballeros de la Mesa Redonda, esas eran las dos fuerzas responsables de que Sommevesle fuera reconocido como una superpotencia mundial. Si no fuera por eso, no habría razón para que el reino mantuviera a la Orden, con lo consumidora de presupuesto que era, durante estos tiempos de paz.

—Entiendo esa parte, pero ¿qué significan todos esos libros y papeles? —Dijo Duke mientras miraba los libros escritos en lenguas que no conocía y a las montañas de papel completamente llenas de texto.

Leti tocó los libros con sus dedos y dijo en respuesta. —El incidente del círculo mágico se pondrá en pausa por ahora. No podemos hacer nada más que esperar hasta su siguiente movimiento. Por lo que, mientras esperamos, haré que uses ese tiempo para estudiar un poco. Ahora que sabes para qué sirven, continuemos.

—Para los otros reinos, nuestro sistema de caballeros no es nada de importancia. La Orden de Caballería Real es simplemente como llamamos a nuestra armada y tú, como el Caballero del Primer Puesto, eres visto como el “Honorable General.” Así que yo te enseñaré los conocimientos que debes saber para poder desempeñar esa posición.

Los deberes del Caballero del Primer Puesto no solo eran proteger al rey. Esa era una de las razones por las que Leti escogió a Duke para el puesto. Duke, al ser parte de la nobleza, ya había recibido la educación obligatoria de un hombre de bien, así que no había necesidad de que le enseñara todo. Su tiempo estaría saturado en un par de años y no sería suficiente para enseñarle a un caballero iletrado a cómo escribir y leer, ni para enseñarle la etiqueta apropiada.

—Primero, memoriza completamente el mapa social de Sommevesle. Recuerda las relaciones entre las familias. Después de eso, memoriza el mapa social de los otros reinos. Mientras estas en eso, lo mejor es que aprendas a hablar al menos dos lenguas extranjeras.

Duke asintió en entendimiento sin siquiera dejar salir una queja. Si Leti lo decía, entonces él de verdad necesitaría todo ese conocimiento como el Caballero del Primer Puesto. Además, si él, como un representante de Sommevesle, ni siquiera pudiera saludar apropiadamente a los generales de otros reinos, entonces lo más probable es que no serían tomados en serio.

—Estos libros de aquí son los que usé para mis estudios. Son buenas referencias, así que puedes usarlos para los tuyos. Léelos una y otra vez en cualquier momento que tengas tiempo.

— ¿Cuántas lenguas es capaz de hablar, Su Alteza?

—Puedo hablar tres lenguas a nivel nativo, suficiente para mí para contar chistes y tres más de forma fluida, suficiente como para mantener conversaciones casuales y, unas pocas más para dar saludos.

—…Sorprendente.

Duke súbitamente recordó el desempeño de su amigo durante sus días en la Academia de Caballeros. Friedhelm siempre se veía aburrido y somnoliento durante las clases, pero aun así obtenía notas perfectas en sus exámenes y trabajos. Duke a veces se encontraba preguntándose cómo lo hacía. Ahora, parecía que había encontrado la respuesta. Friedhelm no tenía buenas notas porque fuera particularmente bueno en las materias, sino que, porque era algo que ya había aprendido como parte de la familia real, era algo que se esperaba de él.

—Leon es mucho más sorprendente. A los trece, él ya estaba siendo consultado para que hiciera las confirmaciones finales de libros de terminología escritos en varias lenguas. Hay una adecuada razón por la que él puede hacer lo que le place, porque tiene un valor real como miembro de la familia real. Si fuera solo un tonto, entonces hace tiempo que habría sido dado a la iglesia y encomendado a rezar por el reino todo el día.

Leonhardt podía hacer todo lo que quisiera debido a su excentricidad. Podía verse así, pero también tenía su propia parte de dificultades y daba su mejor esfuerzo para ser de ayuda. Duke aprendió esto ahora y mejoró su impresión del singular príncipe.

—Para ser honesta, originalmente quería que Leon te enseñara, pero sus manos están llenas con sus clases en la Academia de Caballeros y la Universidad, así que decidí hacerlo yo misma. Además, tener a una dama enseñándote podría motivarte a estudiar más, al menos por el bien de tu ego.

— ¿…Una dama?

—Sí, ¿lo has olvidado? —preguntó Leti, aunque no había rastros de ofensa en su actuar.

—Ah, no. Es solo que tú eres más como mi ama y…

—Bien, no me importa realmente. Yo tampoco te veo como a un hombre. Si lo hiciera, hubiese hecho que una sirvienta se quedará aquí como chaperona.

Leti súbitamente recordó el “incidente del perro” con Astrid. Estar sola con Duke, su caballero, estaba bien pero no con Astrid.

—Una sirvienta… ahora que lo mencionas, ¿por qué no tienes una dama de compañía?

—Antes tenía dos, pero después de que fui elegida como la heredera, la que venía de la facción de Guido se puso pálida y renunció. Despedí a la otra, que venía de la facción de Friedhelm, después de que me sirviera té mientras sus manos temblaban violentamente. Buscar a alguien en quien realmente pueda confiar es mucho trabajo, así que por ahora solo tengo sirvientas.

El comentario anterior de Leti sobre que los crueles eran aquellos alrededor de ella, era cierto. Además, las condiciones para ser la dama de compañía de Leti, ser una dama de alto rango social, de carácter y de posición neutral, que pudiera pasar el meticuloso escrutinio de Leti, eran probablemente demasiado difícil de satisfacer.

—Pronto se celebrará una fiesta por el cumpleaños de mi hermana pequeña. Hasta entonces memoriza, al menos, todo acerca de la jerarquía social del reino. Te sugiero empezar con las familias de la facción de Guido ya que tu familia pertenece a esta. Estudiar eso debería ser comparativamente fácil.

Leti procedió a enseñarle a Duke las cosas que debería saber, una tras otra y dio término a las lecciones del día en un buen punto.

—Y una última cosa. Una tarea para ti, —dijo Leti y le pasó una hoja de papel a Duke.

El papel contenía una lista de los rangos en Sommevesle, como los Caballeros de la Mesa Redonda y los Comandantes de la Orden. Escritos en el otro lado de la hoja estaban los rangos correspondientes de otros reinos, tales como Oficiales y Generales.

—Es una lista comparativa de los diferentes rangos y posiciones de Sommevesle y los reinos vecinos. Estate seguro de memorizar todo, incluso los más pequeños detalles. Sería grosero cometer errores. Una vez que los hayas memorizado perfectamente, te enseñaré sobre sus insignias y marcas de los hombros.

Si Leti podía enseñarle tanto a Duke, entonces eso significaba que ella ya había estudiado y memorizado todo eso. Duke, de algún modo, encontró frustrante el que la gente no tuviera ni idea de los esfuerzos de Leti. Si supieran, entonces su ama nunca hubiera sido apodada como una “Princesa Restante.”

—Recuerdo que eres bueno al recordar los rostros de la gente, pero ten en cuenta este pequeño consejo basado en mi experiencia. Deberías aprender a recordar a las personas por otras cosas más que por sus caras. Las mujeres, por ejemplo, pueden usar cosméticos para cambiar su apariencia. ¿Alguna vez viste el rostro de tu ex amante sin nada de maquillaje?

—…No.

Leti parecía que quería decir algo, pero guardó silencio, tal vez por amabilidad, decepción, lástima o por todo junto.

— ¿Su Alteza también se pone maquillaje?

—Sí, pero solo un poco. Ya soy hermosa así que no hay necesidad de que me ponga mucho. Dime, ¿me he puesto algo en los labios hoy?

Duke miró el rostro de Leti, tratando de discernir si esta se había puesto algún tinte en los labios. Nunca había prestado atención de sí Leti usaba maquillaje en su vida diaria, pero estaba seguro de que sí estaba usando en el baile. Trató de recordar el rostro de Leti de esa noche y entonces compararlo con su actual apariencia.

—Tú… no lo hiciste.

—Entonces será mejor que le prestes más atención a las mujeres. Estoy usando un tono claro. —Leti tomó el pulgar de Duke y lo presionó contra la comisura de sus labios. Duke miró su pulgar y efectivamente había un hermoso tono rosa pálido sobre este. Leti le dijo en broma que tenía otra tarea.

—Tómate tu tiempo para realizar esas tareas, no necesitas apresurarte y recordar todo de una vez. Tienes todo el tiempo hasta mi coronación para estudiar. Otro consejo, ni siquiera intentes aprender dos lenguas de la misma rama de idiomas al mismo tiempo. Sólo te confundirás a ti mismo y…

Un golpeteo cortó las palabras de Leti y una criada les informó que Leti tenía un visitante.

—Su Alteza, la dama Eleonor de la casa Aufrecht desea verla.

— ¿Eleonor? Es inusual de su parte el venir sin avisar.

Leti pensó que los asuntos de Eleonor podrían ser importantes, así que decidió encontrarse con ella en su habitación privada. Le pidió a la sirvienta que limpiara el escritorio y le dio a Duke los libros para que estudiara.

— ¿Conoces a la dama Eleonor?

—Es la prometida del príncipe Guido, ¿verdad?

Duke, a pesar de no usar activamente su afiliación como un Barchet, aun así, conocía la información básica de las otras familias bajo la facción de Guido. Leti había pensado en presentarle a Eleonor si no la conocía, pero ya que lo hacía, no había necesidad de eso y solo terminó la lección del día.

Eleonor Aufrecht entró a la habitación después de que Duke se fuera. Eleonor era la hija del Marqués Aufrecht, quien estaba bajo el ala de Guido. Leti había tenido previas interacciones con ella dado que sería su futura cuñada y habían establecido una buena relación desde entonces.

El cabello castaño y ojos agua marinos de Eleonor exudaban un aura más gentil y apacible, comparado a la belleza elegante y despampanante de Leti.

—Eleonor, ¿Cómo has estado? La última vez que te vi fue en la fiesta organizada por los Lauenstein.

Leti recibió a Eleonor con su sonrisa de princesa perfecta, pero Eleonor le respondió con una sonrisa forzada y de inmediato miró hacia abajo.

—Leti, no sé qué debería hacer.

—Primero toma asiento. Soy toda oídos. —Dijo Leti con voz dulce, como arrullando a la, evidentemente, angustiada Eleonor. La situación podría ser, de hecho, bastante seria.

—Nosotros… el príncipe Guido y yo, estábamos hablando sobre nuestro futuro y entonces… —Sollozó Eleonor. Esto sorprendió a Leti. De inmediato fue al lado de su amiga, sostuvo su mano y le preguntó qué había ocurrido.

—El príncipe Guido de repente me dijo… él me dijo… ¡Él quería romper nuestro compromiso!

— ¿Romperlo? — ¿por qué ahora? Leti encontró que el momento que había escogido era bastante sospechoso.

El compromiso entre el príncipe Guido y Eleonor hace bastante tiempo que se había oficializado y la única cosa que les quedaba por hacer era hacer sus votos. La única razón por la que su boda se había aplazado era porque la madre de Guido, la difunta Sofía, estaba en contra. De acuerdo a los rumores, a Sofía no le gustaba Eleonor. Incluso Leti recordaba haberla escuchado decir —…cualquier otra menos Eleonor. —con una expresión seria en su rostro.

— ¿Hizo una petición oficial a tu padre?

—No, no aún. Todavía no le ha dicho nada a papá… esto fue más como un desliz, pero…

—Me pregunto por qué… la última vez que hablé con el príncipe Guido, él incluso dijo que sentía el hecho de estar retrasando el matrimonio por tanto tiempo.

La opinión de Guido sobre el matrimonio era la misma que la de Leti. Ellos priorizarían primero sus posiciones sobre el amor. Leti pensaba que Guido encontraba el matrimonio con Eleonor ventajoso para las dos familias y que la única razón por la que lo mantenía ambiguo era por su madre. Además, no parecía que esté odiara para nada la unión, entonces ¿por qué?

…¿una aventura?

Leti recordaba haber visto a Guido solo en la noche, aquel día del incidente del círculo mágico. Aun así, no podría imaginar al serio y casi frío Guido, haciendo algo tan apasionado como una aventura. Él era un hombre lógico, alguien que podría fácilmente tomar un comentario sarcástico y devolverlo con el doble del daño y aun así no comprender una broma simpática. Él no era una persona cariñosa la cual pudiera formar relaciones fácilmente.

—Querida Eleonor, sólo han pasado dos meses desde que la Reina Sofía pasó a mejor vida. Él podría haberlo dicho en un momento de confusión. Por favor, quédate con él hasta que se haya tranquilizado. Apóyalo como su prometida, como su futura esposa.

Leti escogió cuidadosamente sus palabras para calmar a Eleonor. Por ahora, esto era todo lo que podía hacer. Interrogar a Guido e investigar sobre este asunto tendría que esperar para después.

— ¿De verdad? Estaba realmente preocupada de que él hubiera llegado a odiarme.

—No, no hay razón para que él te odiara. Eres una dama maravillosa.

Leti siguió escuchando a Eleonor y le aseguró que todo estaría bien. Para el momento en el que Eleonor se animó, el sol casi se había puesto y sus sombras se habían vuelto alargadas. Eleonor le contó a Leti que trataría de invitar a Guido a ver un partido y dejó la habitación con una sonrisa.

—…Esto se ha vuelto complicado. —susurró Leti.

El cuarto, ahora falto de visitantes, era silencioso. Leti tomó asiento en frente del tablero de ajedrez y se quedó mirando a las piezas mientras pensaba en la historia de Eleonor.

— ¿El príncipe Guido tiene una aventura? No. Es más probable que le esté costando aceptar la muerte de la Reina Sofía, pero aun así… —Leti reflexionó mientras jugueteaba distraídamente con las piezas de ajedrez. —Pensé que estaba afligido, pero no esperaba que lo afectara tanto…

El racional Guido dejó escapar algo que no quería decir. Si esto realmente había sucedido, entonces su tristeza podría ser más profunda de lo que Leti pensó originalmente. Tal vez era hora de darle una visita a su hermano.

—Llama a Duke y también prepara flores para la Reina Sofía. —le ordenó a su sirvienta, la cual obedeció inmediatamente, ya sabiendo lo que se debía hacer.

La criada de Leti preparó sus ropas de calle y zapatos y la ayudó a cambiarse. Para el momento en el que las preparaciones estaban terminadas, Duke estaba esperando afuera de la habitación, sosteniendo cuidadosamente el arreglo floral para la difunta Reina.

—Primero haremos una visita a la tumba de la Reina Sofía y luego iremos con el Príncipe Guido.

Leti pensó en cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se había dignado a ir a visitar a Guido sólo por afecto fraternal. Hasta ahora, había estado actuando sólo por sus deberes como la Primera Princesa y simplemente regañaba a Guido cada vez que él y Friedhelm empezaban una pelea. Ahora, sentía que algo estaba cambiando entre ellos en comparación con el momento en que había perdido todas las esperanzas de su relación.

Si esto sigue así, creo que puedo dar una respuesta positiva a mi asignación.

¿Qué tanto debemos estar en buenos términos?

Leti entendía que sería imposible para los tres volver a como solían ser. Pero la situación actual era mucho mejor que cuando pensaba que obtendría la corona a expensas de sus hermanos.

♦ ♦ ♦

[Traducido por Reino de Kovel]

Leti fue capaz de lograr sus dos objetivos al mismo tiempo. Guido le estaba dando una visita a su madre en el Cementerio Norte, así que no hubo necesidad de ir a buscarlo. Leti estaba, de alguna manera, sorprendida de verlo allí, de pie junto a la tumba de la Reina Sofía, pero aun así caminó silenciosamente y se detuvo a su lado.

—A decir verdad, no esperaba verte aquí. —Dijo Leti mientras se arrodillaba, colocaba delicadamente las flores que traía en el suelo y ofrecía una oración silenciosa por la difunta Reina.

—Veo que vienes aquí con bastante frecuencia. He visto las mismas flores antes.

—Y eso significa que tú también vienes aquí con la misma frecuencia… Hay algo de lo que quiero hablar. ¿Podrías dedicarme algo de tu tiempo?

—Seguro.

—Es un poco difícil hablar de esto delante de la Reina Sofía. Vayamos a otra parte.

Leti se adentró más en el cementerio y Guido la siguió con apatía. Duke y los caballeros de Guido los siguieron unos pasos detrás de ellos.

—Acabo de hablar con Eleonor… y me dijo que, después de todo este tiempo, estás dudando sobre tu matrimonio. ¿Es verdad?

—…Sí.

Guido sabía de la buena relación de Eleonor y Leti, por lo que ya había esperado que Eleonor le consultara y que Leti, a su vez lo interrogara. Estaba a punto de dar su respuesta preparada de antemano cuando Leti le preguntó algo que no se esperaba.

— ¿Te encuentras bien?

Guido encaró a Leti. Sus ojos, que compartían el mismo color azul acero, se encontraron, pero los suyos estaban evidentemente llenos de confusión, confusión en cuanto a cuál era el significado detrás de la pregunta de Leti.

—Al principio pensé que el motivo por el cual cancelabas tu compromiso era debido a una aventura amorosa. Pero al verte así y con qué frecuencia vienes aquí, estoy segura de que ni siquiera tienes el corazón para pensar en algo como eso.

Guido se sorprendió al escuchar la palabra aventura. Su expresión no insinuaba nada acerca de su sorpresa, pero el hecho de que se mantuviera en silencio y no respondiera de inmediato a la pregunta de Leti, mezclado con una pizca de burla, era prueba suficiente de que no se esperaba esto.

—Ya veo. También estaba esa opción… —Guido susurró quedamente.

Leti escuchó esto y se sintió aliviada de saber que ni siquiera la mera idea de tener una aventura había cruzado por su mente.

—Han pasado solo dos meses desde que la Reina Sofía falleció. Todo este tiempo pensé que estabas bien. La salud de la Reina Sofía ya estaba disminuyendo desde hace algún tiempo y tú estabas perfectamente tranquilo durante los servicios funerarios. Realmente pensé que lo estabas llevando bien.

La hermosa cara de Leti se acercó lentamente a la de Guido.

—Te ves un poco agotado. El Príncipe Friedhelm también estaba preocupado por ti. Deberías tomar un descanso. A veces, piensas que estás bien pero sinceramente no lo estas.

El ¿Estás bien? de Leti, no había sido una pregunta para Guido, sino palabras de simpatía de una hermana preocupada.

—Si tienes alguna queja, intenta hablar sobre eso con Eleonor. Ella puede parecer tranquila, pero tiene un corazón fuerte. Estoy segura de que será tu apoyo.

—Lo sé, ella es demasiado buena para mí. —dijo Guido mientras su fría fachada se suavizaba un poco.

Leti dejó de indagar más profundamente en el asunto. Esto era lo máximo que podía hacer como su hermana. Cualquier cosa más allá que esto, era terreno de su prometida, Eleonor.

—Nosotros volveremos ahora, pero tú deberías tomarte tu tiempo. —dijo Leti mientras se giraba en sus tacones y le daba una señal a Duke, quien estaba esperando unos pasos más atrás.

—Alfil a D6.

Leti se dio vuelta para encarar a Guido, su expresión, por lo que este había dicho, estaba entre el desconcierto y el disgusto.

—Creo que de verdad estás bien. Deberías al menos tratar de fingir debilidad y escoger un mal movimiento cuando te encuentres deprimido. —Le dijo Leti con un tinte de evidente alivio en su voz. Se dio vuelta de nuevo y continuó caminando sin decir otra palabra.

—Hey, recuerdo que antes también dijiste Alfil algo. ¿Es algún tipo de código? —Preguntó Duke mientras caminaban de vuelta al castillo. Este decidió preguntarle algo diferente a Leti en vez de tratar de descubrir qué era de lo que los dos príncipes estuvieron hablando.

—Cuando la Reina Sofía pasó a mejor vida, invité a Guido a jugar una partida de ajedrez una vez que todo se calmara. Así que alternadamente nos vamos dando nuestros movimientos cada vez que nos encontramos.

A Guido no le molestaba jugar una partida, así que aceptó la invitación de Leti y sugirió este estilo de juego, el cual podía tomar meses hasta terminar.

Guido fue el que le enseñó a Leti a jugar al ajedrez, mientras que Friedhelm le enseñó a él. Ellos tres solían jugar juntos, con Leti y Friedhelm asiendo equipo a veces para trazar un plan conspiratorio contra el invencible Guido.

—Aquel que pierda el juego tiene que exponer una de sus debilidades.

—Esa es una promesa, ¿verdad? ¿No es peligroso?

—Sí, por supuesto, lo es de hecho. Los dos estamos conscientes de que este es solo un juego. Por lo que, si gano, solo haré que me diga un platillo que odie.

Caminaban por el pasillo con paredes cubiertas de hiedra que conducían a la usualmente tranquila Villa Real, pero lo que vieron a su llegada distaba mucho de ser pacífico.

La sirvienta, normalmente calmada, de Leti fue corriendo hacia ellos y gritó, — ¡Su Alteza! Gracias a Dios que está a salvo, pero su madre, los lirios blancos de Su Majestad…

Leti le preguntó a su criada qué había sucedido. Después de escuchar lo esencial de la situación, fue inmediatamente al sitio del suceso con una velocidad inimaginable para una mujer. El sitio estaba ubicado en la parte oriental del castillo, el lugar donde las Primera y Segunda Reinas Consortes cuidaban de lirios blancos.

Leti se paró desde la distancia para observar la escena. Ya había caballeros de la Orden allí y algunos transeúntes que se habían reunido para ver la conmoción. Examinó el sitio mirando a través de los espacios entre las personas en la multitud.

Lo que se suponía que era un hermoso lecho de lirios lleno de flores blancas meciéndose con el viento era ahora un destrozo de pétalos dispersos y hechos jirones con un sangriento círculo mágico dibujado sobre ellos y en el centro del círculo se encontraba el cadáver de un gato.

— ¡Los lirios de mi madre y la Reina Sofía! ¿Quién podría hacer tal cosa…? —Sollozó Leti al ver la horrible escena. Duke estaba detrás de ella y la sujetó cuando está casi se desmaya de la conmoción al ver lo que había sucedido. Leti, la delicada princesa, estaba profundamente herida por el salvajismo hecho a los lirios de su difunta madre. O eso quería que todos vieran, porque Duke sabía a ciencia cierta que detrás de este acto, su ama estaba furiosa y fácilmente podría imaginarse a sí mismo haciendo cualquier cosa necesaria para apaciguar a una furiosa Leti más tarde.

—Su Alteza, dejémosles esto a la Orden por ahora. Esta escena no es digna de sus ojos.

Leti asintió y siguió a Duke mientras esté la conducía lejos de la horrenda vista.

Leti continuó con su acto de princesa frágil y dócil durante el tiempo en que hubo gente para verlo. Sin embargo, en el momento en que salieron del Palacio Real y se acercaron a su villa, lo dejó. Dio pisotones mientras caminaban hacia su habitación y dejó que su enojo explotara cuando Duke cerró la puerta de su habitación privada.

— ¡Esto es inaudito! ¡Tienes las agallas para pelear conmigo! ¡Acepto tu reto! ¡Te atraparé y te aplastaré con todo lo que tiene este reino! ¡No es suficiente castigarte con traición!

Leti reveló su verdadero yo. Golpeó la pared con todas sus fuerzas mientras decía esto. Todos sus movimientos parecían tan naturales y fluidos, desde la realización del movimiento hasta la ejerción de la fuerza. Duke no necesitó preguntar si había hecho esto antes.

Sus acciones hablaban por sí solas. La princesa supuestamente dócil y gentil había estado golpeando las paredes para desahogar su ira durante mucho tiempo.

—Todavía no está claro que realmente seas el objetivo. Si vamos a basarnos en este último ataque, lo único claro es que el objetivo es la familia real y…

— ¡Pero yo, la heredera al trono, soy el rostro de la familia real! ¡Es lo mismo que pelear conmigo!

—Bueno, tienes un punto.

¡Cómo se atreven a hacer eso con los lirios de la Reina Sofía!

Leti maldijo internamente mientras la cruel escena se reproducía en su mente.

—Debo decir que esto fue una sorpresa. Pensé que el segundo círculo también sería descubierto en algún lugar donde hubiera muchas personas reunidas. Como con el torneo. —afirmó Duke.

El segundo círculo estaba dibujado en sangre sobre un lecho de flores, en su centro se encontraba el cadáver de un gato, dispersos alrededor de él estaban dispersos pétalos de lirios blancos y junto a ellos la frase Sé quién realmente eres, también escrito en sangre.

¿La familia real es realmente el objetivo? Todavía hay una posibilidad de que esté dirigido solo a mí. No es un secreto que esos lirios son los que traigo cuando visito a mi madre.

Para Leti, este incidente demostraba cuánto la menospreciaban como la Princesa Heredera. Y no se molestó en reprimir su enojo por ello.

—También escuché que no se encontraron pistas para este incidente. Es lo mismo que con el último, un acto atrevido realizado con total cuidado y precaución.

Duke había pedido información a un caballero de la Orden cercano mientras estaban en la escena. Desafortunadamente, no obtuvo nada importante, solo una confirmación de lo único que sabían sobre el perpetrador, que encontrarlo a él, a ella o a ellos sería difícil.

Pero Leti, aunque iracunda, mantuvo la cabeza despejada y pudo observar la escena correctamente y encontrar una pista.

—Hay una pista en este segundo círculo. Hubo dos personas involucradas. Los pétalos dispersos alrededor del círculo fueron arrancados de dos maneras diferentes. Algunos de ellos fueron cuidadosamente arrancados y otros fueron desgarrados imprudentemente. Esto significa que uno de los perpetradores puede ser el cerebro detrás de esto, mientras que el otro simplemente no estaba interesado.

Leti pudo haber hecho un acto exagerado cuando vio el lecho de flores transgredido, pero mientras estaba siendo dramática, también estaba observando cada detalle, incluyendo los pétalos esparcidos alrededor del círculo. Esta era una de las armas más poderosas de Leti, los ojos de una mujer le proporcionaban un punto de vista diferente al de un hombre. Los hombres normalmente se centrarían en las horribles cosas, como el círculo sangriento y el cadáver del gato, pero Leti pudo ver el minucioso detalle en la diferencia de los pétalos.

—Entonces eso significa que la pareja está compuesta por una mente maestra y un cómplice. La mente maestra tiene que tener cierto poder sobre el cómplice para obligarlo a él o tal vez a ella, a hacer algo que no quiere hacer. Mi suposición es que pueden ser un noble y su sirviente o caballero. Si vamos a seguir con esto, entonces creo que es seguro decir que los caballeros no afiliados de la Orden presentes durante el torneo pueden tacharse de nuestra lista de sospechosos.

Las personas que asistieron durante el primer incidente eran nobles con sus caballeros honorarios como participantes en el torneo y caballeros no afiliados de la Orden que estaban ayudando a administrar el evento. Si se eliminase a estos últimos de la lista, se reduciría en gran medida el número de sospechosos, pero todavía quedaban demasiados. Leti y Duke ya estaban deseando más información cuando la fuente perfecta para ello entró en la habitación.

— ¡Hermana! Volví. ¿Te gustaría obtener algunos detalles sobre el segundo círculo? —Saludó Leonhardt mientras miraba dentro de la habitación con su bata manchada de sangre. La Orden una vez más había pedido la ayuda del príncipe genio.

—También fuiste a verlo, ¿verdad? No hay necesidad de ocultarlo. De todos modos, creo que estarías de acuerdo en que esto de alguna manera fue una sorpresa. Bueno, esperábamos ver el número II, no hay nada inesperado sobre eso. Jajajajaja. —Dijo Leonhardt con su acostumbrada manera de hablar.

El número I fue escrito en el primer círculo y el número II en el segundo. La primera ofrenda fue un pájaro y la segunda, un gato. Cualquier persona con escaso conocimiento de lo oculto podría entender la obvia lógica detrás de los círculos.

Leti sabía a qué se estaba atañendo Leonhardt.

— ¿No te parece interesante que la ofrenda se hiciera más grande esta vez?

El gato era más grande que el pájaro. ¿Por qué usar una ofrenda más grande?

—Bueno, ves que esto es un elemento básico en el mundo del horror y el ocultismo. Las ofrendas para cada ceremonia se hacen cada vez más y más grandes y, en la ceremonia final…

—La ofrenda es humana. —finalizó Leti.

—Sí, estás en lo correcto. Por lo tanto, la Orden ahora está priorizando este incidente antes de que alguien salga lastimado. Están planeando resolver esto antes de que aparezca el tercero.

—Su Alteza, deberíamos aumentar sus guardias. Asegúrese de tenerme a mí o a un caballero de la Orden consigo en todo momento. Permítale a la Orden que maneje la investigación de esto. También debemos notificar al Séptimo Cielo y a las Valquirias para que se centren en proteger a sus amos.

Leti asintió con la cabeza a Duke y Leonhardt y compartió con ellos sus pensamientos.

—Si yo fuera el criminal y mi objetivo fuera la familia real, mi próxima oportunidad sería en el cumpleaños de Cornelia. No hay ocasión más obvia que esa. Sería lo mejor si pudiéramos anticiparnos al criminal en ese evento.

El próximo cumpleaños de Cornelia, la Segunda Princesa de Sommevesle, del cual Leti amablemente se había hecho cargo de los preparativos, era la oportunidad perfecta para causar un alboroto. Muchos de los príncipes y princesas y, la mayoría de los nobles en el reino estarían presentes. Realmente era el mejor momento para hacer un ataque si el objetivo de la maldición era realmente la familia real.

—Leon, ¿has notado algo más? Cualquier cosa que incluso pudieras descartar como trivial.

—Hmmm… Bueno, vi a nuestro hermano Guido en la escena. Fue inusualmente persistente al preguntarme si sabía quién era el criminal. Supongo que incluso él, tan frío como es, no se quedaría tranquilo con los lirios blancos favoritos de la Reina Sofía mancillados de esa manera. Solía regalárselos a su madre todos los años por su cumpleaños.

Nadie podría culpar al calmado y compuesto Guido por perder la compostura en esta ocasión. La situación podría enojar a cualquiera, al tener un sangriento círculo de maldiciones dibujado en un lugar querido para ellos.

Leti y Leonhardt estaban tratando de justificar la inusual demostración de emociones de Guido, mientras Duke intentaba reconciliar el conocimiento que tenía sobre la relación de los príncipes mayores. Siempre había pensado que estaban en malos términos entre sí, pero después de la conversación que había escuchado, lo que sabía podría estar mal.

♦ ♦ ♦

Dos días después del descubrimiento del segundo círculo, Duke todavía no había encontrado una respuesta a la pregunta que tenía en mente desde que escuchó la conversación entre Leti y Leonhardt sobre Guido. Quería saber sobre la infancia de los tres hermanos mayores, pero dudaba en preguntarle a Friedhelm ya que él es una de las partes involucradas. Entonces, decidió preguntarle a otra persona que no estaba involucrada, pero que sabía de primera mano. Por supuesto, tuvo que entregar el pago por adelantado.

—Gracias por ayudarme~ estas tareas físicas son demasiado para mis débiles brazos, jajajaja. Por cierto, ¿te parece bien estar lejos de mi hermana?

—Por favor, Su Alteza, sinceramente, no sé cómo debería reaccionar a su broma. En cuanto a Su Alteza, ella está actualmente en una reunión, así que tengo algo de tiempo libre antes de tener que ir a recogerla.

Duke, que llevaba una pila de libros, caminaba hacia los Archivos con Leonhardt, su informante elegido. Le hizo a Leonhardt la pregunta que lo había estado molestando por un tiempo.

— ¿Cómo era la relación de Su Alteza con sus hermanos mayores cuando eran niños y cómo es ahora?

— ¿Su relación? Creo que son cercanos desde siempre, aunque la situación actual los ha obligado a actuar de otra manera.

— ¿Desde siempre? ¿Quiere decir que han estado en buenos términos hasta ahora?

—Sí, sí. Aún ahora. Incluso creo que una de las intenciones de mi hermana al organizar la fiesta de té anterior era animar a nuestro hermano Guido.

Duke sabía que Friedhelm realmente se preocupaba por Leti, pero no esperaba que fuera lo mismo con Guido. Siempre había pensado que realmente estaban en malos términos, tal como decían los rumores. Cualquiera lo hubiera pensado así ya que en público actuaban más como extraños.

—Mis hermanos mayores están encadenados por la maldición llamada el linaje de los tres Grandes Marqueses. No tienen más remedio que distanciarse el uno del otro por el momento. Bueno, no es como si no entendiera la razón por la cual sus familias querrían recuperar su lugar en la familia real. Supongo que así es como funciona la religión. No importa cuánto trate la gente de separar la iglesia del estado, siempre los encontrarás enredados entre sí. Ese es un tema interesante para investigación, sabes. Jajajaja.

Según la historia, el Reino de Sommevesle fue fundado por su primer Rey, el Dios Christian, también conocido como el Rey Caballero. Por lo tanto, los miembros de la familia real eran descendientes de los dioses. Esto era lo que querían de vuelta los Lauenstein, Eulenberg y Kleinschmidt. Querían restaurar el “Orgullo Noble” en sus nombres.

—De alguna manera, me siento mal por mis hermanos Friedhelm y Guido. Han sido presionados todas sus vidas para ser Rey. Realmente estoy agradecido de haber nacido de padres con sangre real. ¡Ah! y para que conste, yo NO estoy en buenos términos con mis hermanos mayores…

Leonhardt de repente se detuvo a pensar y luego volvió a abrir la boca.

—Espera. Eso está mal. No estamos en malos términos. Es más como que yo no estoy dentro de su campo de visión. Sí, eso es. Bueno, no me gustaría estar en él, de todos modos. Si lo estuviera, ya estaría muerto ahora. Asesinado y el suceso disfrazado como un accidente. Jajajaja.

Leonhardt era un príncipe mimado por la Primera Reina Consorte, Julienne. Técnicamente, si se seguía la línea de herencia tradicional, él era el siguiente en la línea de sucesión y por lo tanto, el que estaba en mayor peligro. Pero con lo que había sucedido ahora, Leti había tomado la posición de Leonhardt y se había llevado todo encima de sus hombros en su lugar. Duke se dio cuenta de esto ahora y decidió ser un mejor apoyo para su ama.

—…Uhmmmm… me pregunto por qué… si alguien me preguntara si te odio o si me agradas, diría que me agradas… Es decir, no miras a mi hermana con ojos extraños y eres muy profesional con tus deberes.

—Gracias, Su Alteza.

—Pero recientemente, no sé por qué, pero me siento molesto cada vez que veo tu cara. Sí, especialmente esa expresión… Me pregunto por qué… Jajajaja.

Duke respondió con un simple —Ya veo. —ya que estaba completamente desorientado con lo que Leonhardt estaba pensando.

— ¡Ah! ¡Ya veo! Entonces eso es. Es esa mirada de “Yo entiendo mejor a Leti.” Sí, sí, es exactamente eso. Jajajaja. Ahora que me di cuenta, estás más en el lado del odio.

Duke dejó escapar un profundo, profundo suspiro. Debería haber sabido que incluso Leonhardt fue afligido con esa enfermedad similar al mal de amores.

—Su Alteza, discúlpeme por mi rudeza, pero ¿acaso usted está afligido por una cierta enfermedad que hace que uno priorice a las damas de la familia por sobre sus propias amantes?

—Déjate de bromas. Ya tengo dieciséis años.

—Sí, por supuesto. —Duke ya se estaba sintiendo aliviado cuando Leonhardt continuó hablando.

—Pero si a los dieciséis años eso todavía persiste, entonces creo que ya es incurable, ¿verdad?

—…Sí.

—De todos modos, ahora sé que te odio, pero seamos cordiales el uno con el otro enfrente de mi hermana. Ambos somos adultos maduros, ¿verdad? Jajajaja.

Leonhardt tenía exactamente la misma edad que Astrid. Duke no creía que estuviera calificado como adulto y quería decir algo, pero en su lugar decidió simplemente declarar que estaba de acuerdo. Había aprendido la lección de que rebatir solo hacía que las discusiones duraran más de lo necesario.

—Los hermanos de Su Alteza, ya sean menores o mayores, son todos estresantes… —Susurró Duke mientras devolvía los libros a sus estantes.

Duke ya tenía la noción de que su amigo, Friedhelm, también compartía la misma enfermedad que Leonhardt y que este solo estaba tratando de ocultarlo. Parece que el único Príncipe cuerdo era el serio Guido.

Leonhardt y Duke terminaron de devolver los libros y ya salían de los Archivos cuando vieron a Guido.

Leonhardt se ocultó rápidamente detrás de Duke y le dijo adiós.

—Bueno, me iré ahora. Hablar con mi hermano Guido es demasiada exigencia para mí. Nos vemos~

¿No sería al revés? Pensó Duke, pero no lo dijo ya que era un adulto maduro. Duke observó a Leonhardt, quien ya estaba a unos pasos de distancia, tomar un camino diferente al que habían tomado para ir a los Archivos. Luego, se paró correctamente, le dio los saludos apropiados a Guido e hizo una reverencia.

Si Guido estaba aquí, significaba que la reunión ya había terminado y que tenía que ir a recoger a Leti. Estaba a punto de excusarse y apresurarse cuando Guido lo detuvo.

— ¿Puedo hablar contigo por un momento?

— ¿…Conmigo, Su Alteza?

Duke no tenía idea de qué era de lo que Guido quería hablar con él. Es cierto que su familia estaba bajo la facción de Guido, pero esta estaba cerca del final de la jerarquía y ellos dos habían conversado una sola vez anteriormente. Duke decidió aceptar la invitación, pero se mantuvo en alerta máxima y le pidió al Príncipe que hiciera la charla breve.

♦ ♦ ♦

Mientras Guido y Duke estaban teniendo su conversación, Leti, sin saber por qué su caballero llegaba tarde, lo estaba esperando en la sala de reuniones.

—Oh, ¿Duke llega tarde?

—Entiendo que todavía es un caballero de la Orden. No me importa si llega un poco tarde.

—Sí, por supuesto. —asintió Johannes Müller, el Comandante de la Orden de Caballería Real y uno de los asistentes a la reunión. Él es un hombre de unos cuarenta y cinco años con un aire majestuoso, pero personalidad amistosa y accesible. Sin embargo, también era un caballero veterano endurecido por la experiencia y no era una broma que la capa negra que había usado como comandante fue una vez teñida de rojo con la sangre derramada por sus enemigos.

—Su Alteza parecía estar disfrutando de la reunión.

—No, en verdad estaba aburrida.

Leti no pronunció una palabra durante la reunión, pero sus ojos observaron intensamente las expresiones de todos los asistentes. Johannes se dio cuenta de esto por lo que no creía en la expresión de aburrimiento de Leti y encontró interesante su negativa.

Leti y Johannes habían sido durante mucho tiempo rivales de ajedrez porque Leti siempre había confiado en la Orden cada vez que Leon y ella necesitaban protección. Esto era bastante peculiar, ya que a la mayoría de los nobles no les gustaba la compañía de los caballeros de la Orden ya que ellos tenían sus propios caballeros honorarios.

— ¿Cómo va la investigación por el incidente del círculo mágico más reciente?

Aún no había víctimas humanas debido a los incidentes del círculo mágico o de lo contrario se habría discutido en la reunión. Sin embargo, era evidente que el círculo crecía en escala debido a que el segundo círculo usaba una ofrenda más grande. Leti pensó que, ya que el Comandante de la Orden estaba a su lado, podría preguntarle si habían tenido algún progreso.

—Realmente lo siento, Su Alteza, pero no hemos reunido ninguna información nueva desde nuestro informe anterior. Pero, por favor, puede estar segura de que estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para este caso y la Orden le está dando la mayor prioridad para su seguridad. Por favor, sea paciente con nosotros. —Johannes se inclinó profundamente, disculpándose, ya que pensó que la pregunta de Leti era una reprimenda.

—Eso no fue para regañarte. Simplemente quería saber el estado de la Orden. En caso de que no cuenten con hombres suficientes debido a la investigación en curso y no tengan suficientes para actuar como guardias en el cumpleaños de Cornelia, le preguntaría a mi padre si pudiera prestarme sus Caballeros de la Mesa Redonda y tal vez, pedir algunos de las Valquirias del Príncipe Guido.

—Estoy agradecido por su amable consideración, Su Alteza, pero no necesita preocuparse. Ya hemos bajado la prioridad para la investigación del incidente. Todavía se llama investigación, pero solo estamos recibiendo declaraciones de personas de dentro del castillo. —Le dijo Johannes a Leti, un intento obvio de ocultar su mensaje de que la Orden era adecuada y capaz de manejar la situación y que los caballeros honorarios no serían necesarios.

La relación entre los caballeros de la Orden de Caballería Real y los caballeros honorarios era tan mala como de costumbre.

—Oh, el Príncipe Guido también me ha preguntado nuevamente sobre este incidente.

— ¿…De nuevo?

—Sí. Él fue bastante persistente sobre este caso. También me ha preguntado varias veces sobre el incidente anterior. Quizás esté preocupado por la fiesta de cumpleaños de la Princesa Cornelia.

—Ya veo. —Respondió Leti, pero no estaba para nada convencida con la razón que le dio Johannes.

Entiendo si estaba preocupado por este segundo círculo, ya que involucra el lecho de flores de la Reina Sofía, pero por el primero… ¿por qué? Parece estar prestando demasiada atención a este incidente de los círculos mágicos. Y eso que ni siquiera cree en las maldiciones.

Quizás en esa noche del primer círculo cuando vio a Guido, él no estaba allí por una aventura amorosa secreta, sino para mirar el círculo mágico de nuevo.

Si volvió a la escena tal como lo haría un delincuente, demasiadas cosas no cuadrarían. No tiene ningún sentido para él mancillar los lirios de su querida madre y está completamente fuera de su carácter confiar en algo tan incierto como una maldición. Podría contratar fácilmente a un asesino para acabar con cualquiera que quisiera.

Leti soltó una pequeña risa cuando se descubrió pensando demasiado sobre el incidente. Empujó todos sus pensamientos sobre los círculos a un lado y le agradeció a Johannes por darle un informe veraz.

—Su Alteza, tengo otra información. Duke será transferido para manejar un puesto menor en la Orden para que sus tareas sean más ligeras. También le aconsejaré que use el tiempo libre que obtendrá para protegerla.

— ¿Qué puesto?

Originalmente, Duke debería haber renunciado a la Orden en el momento en que se convirtió en el caballero de Leti, pero debido a ciertas circunstancias en la Orden y el motivo ulterior de Leti, todavía formaba parte de esta. Sin embargo, tuvo que ser asignado a un puesto menor porque hay una regla implícita en la Orden de que para perseguir rangos más altos, el caballero no debería estar afiliado. Ahora que Duke tenía un amo, estaba descalificado de esa carrera.

—Él estará a cargo de entrenar a los nuevos miembros de la Orden. Aunque tengo la sensación de que este puesto será más desafiante de lo que lo ha sido en los años anteriores debido a la presencia de un problemático novato. De todos modos, es el papel de los jóvenes resistir tales molestias.

Leti inmediatamente pensó en un joven caballero pelirrojo cuando Johannes mencionó al problemático novato.

¿Se estará refiriendo a Astrid? Si ya lo hizo investigar, entonces estoy segura de que probablemente ya descubrió la verdad.

Si el Comandante había decidido mantener a Astrid y dejar que Duke lo manejara y sufriera al hacerlo, incluso después de conocer el pasado de Astrid, entonces, realmente, el Comandante de la Orden no es alguien a quien molestar.

—Pero, ¿no está ocupada también, Su Alteza? ¿Está bien que deje que Duke se quede con nosotros?

—Sí. Duke puede tener suficientes conexiones como un caballero, pero sus conexiones adyacentes dentro del mundo de los nobles son casi inexistentes. Podría usar su posición en la Orden para construir más y, por supuesto, podría también reunir más información de esta manera.

En lugar de advertir a Leti sobre sus planes de usar la red de información de la Orden, Johannes mostró generosidad y felizmente le dio la bienvenida para que la usara a su antojo.

—Gracias. Pero lo siento un poco por haberles quitado a su futuro comandante.

—No, no lo sienta Su Alteza. La Orden no se verá afectada por la pérdida de uno o dos jóvenes como él. Es un placer dejarlo ir si le será de utilidad.

El nacimiento noble de Duke, su mente clara, sus habilidades superiores y su amplia popularidad entre sus colegas lo convirtieron en el próximo comandante perfecto de la Orden. Pero debido a que Leti lo tomó y él tendría que renunciar en unos pocos años, significaba que la Orden tendría que volver al principio y buscar a su próximo comandante. A pesar de todo eso, Johannes con mucho gusto le dio su bendición a Leti.

—Si usted lo dice, entonces déjeme darle las gracias por eso. Él era verdaderamente el único que quería tener sin importar qué.

—Jajaja… a eso puedo estar totalmente de acuerdo.

Leti soltó una carcajada y una vez más le preguntó a Johannes si también quería a Duke como su próximo comandante, pero este lo negó nuevamente, probablemente porque no tenía planes de elogiar abiertamente a Duke.

—Pero también siento pena por él. Pudo haber soñado con convertirse en el Comandante y yo le quité esa oportunidad.

—No, Su Alteza. No lo lamente. Convertirse en el Comandante de la Orden no es algo con lo que se pueda soñar. —Johannes refutó claramente las palabras de Leti. —Los rangos más altos en la Orden se llenan con rezagados, aquellos que no fueron elegidos o deseados. En el frente, podemos actuar todos poderosos y valientes diciendo que estamos sirviendo al reino y a nuestro rey, pero en el fondo, estamos pensando en otra cosa. El título “Comandante” es solo otro nombre para llamar a alguien con sueños rotos.

Para todos, el Comandante era el caballero que todos los demás caballeros respetaban. Pero Johannes había dicho algo diferente.

—Él y yo somos suficientes para representar la provisión de caballeros aplastados por la realidad. —La voz de Johannes cuando dijo eso era grave. Leti quería preguntarle más sobre esto cuando Duke llegó.

—Su Alteza, por favor disculpe mi tardanza.

Johannes se levantó al oír la voz de Duke.

—Bien, Su Alteza, dejaré al joven que se aproxima a su cuidado. Y para la fiesta de cumpleaños entrante, espero que considere colocar a otro joven prometedor a su lado para obtener protección adicional. Tenga buen día, Su Alteza. —Se inclinó y salió de la habitación después de darle a Leti sus palabras de aliento.

Duke inclinó ligeramente la cabeza en señal de saludo a su comandante y luego caminó hacia su ama.

—Perdón por llegar tarde.

—No te preocupes. Johannes me hizo compañía y soy consciente de que todavía tienes tus deberes con la Orden.

—Bueno… en realidad, el Príncipe Guido me llamó cuando venía aquí y… y hablamos y… —La expresión de Duke mostró que no estaba seguro de si debía contarle a Leti de qué se había tratado su conversación con Guido.

—No tienes que forzarte. Si es un tema sensible, no tienes que decírmelo. Estás bajo la facción de Guido y entiendo que tienes tus propias circunstancias. Además, no soy el tipo de mujer de mente estrecha que se pondría celosa por tus ex.

—Oye, deja de elegir palabras que puedan causar malentendidos.

Leti salió de la sala de reuniones. Duke la siguió y comenzó a contarle sobre su conversación con Guido a pesar de su vacilación.

—El Príncipe Guido me pidió… que le enseñara a cómo tener una aventura.

— ¿Una aventura? ¿Él te preguntó a ti? …Oh. Ya veo.

—Oye, ¿qué significa tú ya veo?

—Tu cara. Ves, tu apariencia es muy agradable para las mujeres por lo que ellas son las que se acercan a ti. Si quisieras, tener una aventura o dos serían pan comido para ti. Por lo tanto, es bastante lógico pedirte lecciones de infidelidad. ¿Me entiendes?

Leti comprendió fácilmente la razón por la cual Guido elegiría a Duke como su maestro en este tema en particular, pero la razón detrás del por qué le gustaría saber cómo tener una aventura era un completo misterio. Inclinó la cabeza hacia un lado y la única conclusión a la que pudo llegar era que esto podría ser una de esas.

—Pudo haber sido una de las infames bromas del Príncipe Guido.

— ¿Podrías explicarmelo en términos sencillos? No veo dónde está la broma.

—Lamento decepcionarte, pero tampoco veo dónde está. Déjame compartir contigo una historia de mi infancia.

—Un día, los cuatro estábamos tomando una buena taza de té y León dijo que solo me iba a casar con alguien que fuera más hermoso y más inteligente que yo. Entonces el príncipe Friedhelm respondió, eso significa que se casará con Guido.

Duke sonrió un poco, ya que podía imaginar fácilmente a Friedhelm diciendo esas palabras y el rostro disgustado de Leonhardt ante el chiste.

— ¿Y sabes lo que dijo el Príncipe Guido después de eso? Deja de decir tonterías. Los hermanos no pueden casarse entre sí. Y aunque lo dijo con una mirada seria. Fue una broma sin importar cómo lo mires.

—…Ah.

—Puedes clasificarlo en la misma categoría que tu despistado subalterno. Encuentro su aturdimiento molesto. No, espera. No es su despiste. Es su cara. Es esa cara irritantemente hermosa que hace que todos lo tomen en serio. Todos pensaban que estaba despreciando la broma superficial cuando en realidad solo era un idiota que no entendía una simple burla. —Leti soltó comentarios despiadados en contra de ese Guido de corazón frío. Tal como se esperaba de su media hermana.

—Me pregunto, sin embargo. ¿Dónde está la broma? Él podría tener motivos ocultos.

— ¿Motivos ocultos?

—Como si estuviera tratando de descubrir tus gustos en las mujeres o tratando de obtener información de nuestro lado.

—Entiendo. Tendré más cuidado la próxima vez.

—Realmente no entiendo lo que pasa dentro de las cabezas de las personas inteligentes. Susurró Duke.

♦ ♦ ♦

El Comandante de la Orden, Johannes, visitó a Leti en la Villa Real para informar los cambios en el plan de seguridad para la fiesta de cumpleaños de Cornelia. Ahora había más guardias asignados para estar de servicio durante la fiesta.

—Oh, cambió los planes drásticamente.

—Sí, Su Alteza. Hemos concluido que el cumpleaños de la princesa Cornelia tiene la mayor posibilidad de ser la próxima etapa para el círculo mágico. Esta puede ser la única posibilidad de que podamos obtener ventaja en este caso.

—Estoy de acuerdo con usted. Cual quiera que sean sus propósitos, es claro que quieren que se descubra el círculo y causar conmoción con eso. Si lo hacen por la noche, las posibilidades de que se descubra en la mañana del día siguiente son más altas. Entonces, esta fiesta que se llevará a cabo al mediodía es supuestamente el mejor momento para ellos.

Johannes había llegado a la misma conclusión que Leti.

Bueno, incluso una chica como yo sería capaz de pensar en esto. Ciertamente, el Comandante de la Orden se habría dado cuenta de eso. También habría simulado todos los escenarios posibles para atrapar al culpable con el menor daño posible.

Leti le agradeció a Johannes sin mencionar lo gratificada que estaba de tener a un hombre tan capaz como el Comandante.

—Entiendo que tenemos recursos limitados, pero ¿sería posible aumentar los guardias en el Palacio Cattleya? Estoy de acuerdo en que el próximo objetivo más probable es la fiesta de cumpleaños, pero si intentan burlarnos, entonces existe la posibilidad de que su próximo objetivo sea el casi vacío Palacio Cattleya.

—Eso es correcto, Su Alteza. Prepararé hombres para estar estacionados en el Palacio Cattleya.

Leti, ahora satisfecha con el plan de seguridad, dio su consentimiento.

Lo máximo que podían hacer por ahora era tener una seguridad más estricta. Lo único que les quedaba era poder llevar a cabo la fiesta de forma segura.

Oh, había otra cosa que podía hacer de antemano, pero no soy la indicada para hacerlo. Haz tu mejor esfuerzo, Duke.

Las otras medidas avanzadas estaban actualmente en curso en otra parte de la Villa y Leti fácilmente podía imaginar la cara de Duke frunciendo el ceño por ello.

—Los jóvenes deberían aprender a enfrentar las crisis. —Susurró Leti, obviando su propia edad.

♦ ♦ ♦

El regalo del Comandante Johannes para Leti podría ser un regalo simple, pero también podría ser algo más, algo lleno de motivos ocultos.

—Y sea lo que sea, soy yo el que deberá cuidarlo, ¿verdad? —Duke suspiró al ver cuál era el regalo.

— ¡Sí señor! ¡Daré mi mejor esfuerzo, señor!

El caballero adicional que Johannes le prestó a Leti, como su guardia adicional para la fiesta, no era otro que el sorprendente novato, Astrid Gale. Duke estaba sumido en sus pensamientos sobre cómo debería lidiar con este problemático regalo de su Comandante.

Entiendo sus razones para hacer esto. En cuanto a la habilidad, sería un desperdicio total el asignar a Astrid como un mensajero, pero darle tareas de vigilancia es un trato demasiado especial para un solo caballero.

El Comandante era verdaderamente capaz. Era una de sus responsabilidades asignar tareas que coincidieran con las habilidades de cada recién llegado y lo había hecho perfectamente con Astrid. Sin embargo, Duke era quien tenía la responsabilidad de enseñarle todo sobre cómo ser un guardaespaldas a alguien acostumbrado a matar. Podía ver fácilmente cuán terrible sería este entrenamiento.

Recibí su mensaje. Me ha transferido a un puesto “tranquilo” pero no me lo va a hacer fácil ahora, ¿no? Maldito seas, viejo.

La Orden de Caballería Real estaba compuesta por hombres provenientes de un amplio rango de estatus social. Algunos eran de ascendencia real y noble, mientras que otros eran simples plebeyos. Por lo tanto, a medida que pasaban tiempo juntos, sus maneras de hablar se nivelaban de alguna manera y se volvían un poco mal hablados. Duke, aunque estaba en el rango más bajo de la nobleza, era todavía un noble y había crecido siéndole enseñado los modales propios de uno, pero con su situación actual, palabras poco elegantes atravesaban su mente.

Duke respiró hondo y aceptó su destino.

—De acuerdo, voy a enseñarte el protocolo de protección. Trataré de encontrar tiempo todos los días, así que será mejor que recuerdes todo lo que te enseñaré. Revísalo todo al final de cada día y asegúrate de recordarlo para el siguiente.

Duke había estado bastante ocupado últimamente con sus propios estudios. Leti le había dicho que memorizara todos los detalles sobre la jerarquía social de Sommevesle, por lo que había pasado bastantes horas al día mirando la jerarquía que su ama le había dado. Agregando a eso los idiomas que le había pedido que dominara como preparación para su futuro puesto como Caballero del Primer Puesto de los Caballeros de la Mesa Redonda. Ahora, además, tenía que enseñarle a Astrid los fundamentos y protocolos de protección durante su tiempo libre de su deber en la Orden y unos momentos antes de acostarse. Así que hoy, para aprovechar su día libre, le pidió a Astrid que fuera a la villa de Leti para una lección.

—Escucha bien, hay dos cosas que debes recordar como guardaespaldas. Lo más importante, tal como lo sugiere el nombre de la función, es permanecer cerca de la persona que estas custodiando. La siguiente cosa importante es poder enviar señales a cualquier caballero mensajero dentro del rango en caso de que notes algo extraño.

— ¡Sí, señor!

Duke quería que Astrid al menos practicara estas cosas una vez, pero como no les quedaba tiempo, solo podía confiar en los instintos innatos de este.

—Si encuentras a alguien sospechoso deambulando alrededor de tu protegido y no puedes coordinarte con los otros caballeros, lo primero que debes hacer es verificar si tiene armas con él. Para hacer eso, debes chocarte casualmente con el sospechoso. Pero recuerda, no seas demasiado obvio y vayas a tocarlo abiertamente. Ve encubierto. El objetivo no debe sospechar que estás desconfiando de él.

— ¿Debería solo verificar? ¿Por qué no obtener el arma?

— ¿Puedes hacerlo? Espera. Ese no es el punto. Si obtienes su arma y luego se dan cuenta de que ya no está, se volverían más suspicaces y cautelosos. Esto puede dificultar la operación si los objetivos comienzan a enviar señales a otros miembros de su grupo. Recuerda, no hagas nada imprudente por tu cuenta. Esa es una regla absoluta. —Le recordó a Astrid con dureza.

—Te enseñaré una técnica para hacerlo. Actúa como si estuvieras apurado y choca contra ellos. Recuerda mantener el enfoque de tus ojos en algún lugar lejano para hacerlos pensar que no eran realmente a los que estabas apuntando. Discúlpate, pronuncia tus disculpas rápidamente y luego continúa sin siquiera mirar sus caras.

—Chocar, mirar a lo lejos, disculparse sin mirarlos… —Astrid asintió con la cabeza, comprendiendo que un simple choque no era solo simplemente un golpe de cuerpos, sino que había algo más.

—Un último recordatorio. Ten cuidado cuando tu objetivo sea una dama. Si simplemente les das las disculpas burocráticas cuando accidentalmente tropezaste con ellas y tocaste sus cuerpos descuidadamente, hay casos en los que podrían presentar un caso de abuso sexual contra el caballero.

— ¡¿Eeeeeh?!

—Entonces, cuando el objetivo es una dama, pon una buena sonrisa y pregúntale si está bien. Puedes intentar decir, “Perdóneme, mi dama. ¿Se ha hecho daño?”

—“Perdóneme, mi dama. ¿Se ha hecho daño?” —Repitió Astrid y se grabó la línea en la cabeza. Estaba dispuesto a hacer todos sus esfuerzos para proteger a la Princesa que tanto admiraba.

—Pídele a alguno de los otros caballeros que sea tu compañero de práctica para la versión masculina. Practiquemos la versión femenina primero.

— ¡Sí, señor!

Astrid siguió las instrucciones de Duke y tropezó con él.

— ¡Espera! Aguarda un momento. Dije suavemente, ¿recuerdas? Suavemente. Una dama ya se habría caído con esa fuerza. Hagámoslo de nuevo.

Duke inmediatamente señaló el error de Astrid antes de que este pudiera enunciar sus disculpas. Se preparó de nuevo para chocar a su superior, esta vez siendo consciente de hacer el contacto lo más gentilmente posible. Sin embargo, encontró que el movimiento de verificar la presencia de armas en un momento de contacto era bastante difícil.

Esta acción requiere tanta precisión. Solo puede haber un punto de contacto, así que al menos debería tener una idea de dónde podría ocultarse un arma.

Se dio cuenta en este breve lapso de tiempo de que lo que necesitaba no era la habilidad para sentir las armas, sino más bien, las habilidades de observación para adivinar dónde el objetivo podría estar ocultándolas. Mientras pensaba en todo esto, sus dedos se movieron instintivamente debido a los hábitos inculcados por sus trabajos anteriores.

—Ah.

—La línea.

—Oh, cierto. “Perdóneme, mi dama. ¿Se ha hecho daño?”

Preguntó Astrid con una sonrisa, pero su actuación no convenció a Duke.

— ¿No puedes hacerlo mejor?

— ¿Mejor? ¿Cómo?

— ¿Más caballerosamente? ¿Más atrayente? Lo que quiero decir es que la sonrisa debería ser más encantadora, más madura y no tu sonrisa infantil. Estás sonriéndole a una dama.

Los consejos vagos de Duke simplemente confundían a Astrid, dado que, de hecho, él solo conocía dos tipos de sonrisas. Una era su habitual sonrisa jovial y la otra era la sonrisa a pesar del dolor que Leti le había enseñado. Así que imaginarse la nueva sonrisa caballeresca, atractiva y madura estaba resultando difícil para él.

Duke y Astrid estaban pensando en silencio cómo resolver su problema cuando este fue roto por una fuerte carcajada.

— ¡Jajajaja! ¿Qué es esto? ¿Una comedia? Si es así, es muy entretenida. Jajajaja.

— ¡Profesor!

La persona que se reía era Leonhardt, quien pasaba por la habitación mientras se dirigía a ver a Leti para tomar prestado su escritorio ya que su propia habitación ya estaba enterrada en libros. Dio la casualidad de que fue testigo del serio entrenamiento que estaban teniendo Duke y Astrid y no pudo retener su risa.

— ¿Profesor? Ah, sí. Recuerdo que Su Alteza me dijo que usted enseñaba en la Academia de Caballeros.

—Sí. El profesor nos está enseñando modales y ética.

— ¿¡Qué!? ¿Modales y ética? Ahora veo. El que les enseña buenos modales y conducta a los caballeros entrantes es Su Alteza. Ya veo.

Duke pensó que el mundo realmente podría estarse terminando porque la Academia había escogido al peor ejemplo de modales y ética para enseñarlos. Y antes de que Duke pudiera continuar sus comentarios, Leonhardt se defendió.

—Para tu información, yo no elegí enseñar esa materia. Fue pura coincidencia que fuera el único puesto disponible. Sólo piénsalo de ésta manera. Fui capaz de asistir a la Academia, no como estudiante, pero sí como maestro.

Había sido una tradición en Sommevesle que sus príncipes obtuvieran educación de la Academia de Caballeros. Sin embargo, el cuerpo débil de Leonhardt no le permitió participar en el plan de estudios, dado lo físicas que eran, por lo que decidió asistir a la Academia como profesor. Eso demostraba la destreza de su cerebro al ser reconocido como profesor a la edad de catorce años.

—De todos modos, Señor Caballero de mi hermana, me temo que es imposible y una completa pérdida de tiempo enseñarle a Astrid a disculparse de esa manera. Eso solo funcionaría con tu extremadamente guapo rostro. Hay una mejor manera que se ajustaría mejor a su personalidad.

— ¿Cuál sería esa?

—Permítame enseñarle a mi ex alumno gratuitamente. Puede que me vea así, pero todavía soy un Príncipe. ¿Quién crees que escoltó a mi hermana a todas esas fiestas y bailes a los que asiste? Sí, sí, sí. Ése sería yo.

Leti siempre había encontrado extremadamente molestos los rumores sobre quién era su amante, por lo que, para evitarlos, asistía a reuniones sociales solo con su hermano. Ahora bien, si Leonhardt de alguna forma se portaba y bailaba mal, sus pies debían sufrir los ataques despiadados de Leti, por lo que era realmente consciente de ser un verdadero príncipe cada vez que escoltaba a su hermana mayor.

—El Señor Caballero de mi hermana, será el objetivo. Astrid, fijate bien. —dijo Leonhardt mientras se quitaba las gafas.

Leonhardt tropezó con Duke ligeramente y antes de que Duke pudiera decir algo, este se distanció inmediatamente, miró a Duke y dijo. —Lo siento, ¿está bien?

Duke se quedó sin palabras por un momento. Leonhardt pronunció la línea mirándolo hacia arriba, con una mirada de disculpa en su rostro y una voz aguda de un chico que aún no había terminado de crecer. Era una disculpa desbordante de encanto con la cual ninguna dama sería capaz de decir algo más que un “estoy bien.” Duke sabía que Leonhardt era un chico guapo si se quitaba sus lentes altamente reflectantes, pero no pudo evitar sentirse sorprendido de lo principesco que se veía ahora frente a él.

— ¡Guauu! ¡El profesor se ve tan lindo, como una chica! —Astrid, inocente e inexperto sobre la vida, exclamó lo único que Duke había evitado conscientemente.

El comentario justificaba que Astrid recibiera un castigo dado personalmente por el ofendido. Leonhardt rápidamente tomó del escritorio un grueso tomo, muy probablemente de Leti y golpeó a Astrid en un lado de su cabeza con una esquina del libro.

—Si hay un hombre que estaría contento de que lo llamasen lindo, te digo que no es más que un pervertido. Para este tipo de casos, la mejor alabanza sería, ¡Tal como se esperaba del Príncipe Leonhardt! Recuérdalo Astrid, porque eres un poco estúpido.

—Sí, señor… —fue la respuesta por reflejo de Astrid al responder a alguien de un estatus superior, cuando en realidad todavía estaba aturdido debido al duro golpe que había recibido.

— ¿Estás bien? —Preguntó Duke preocupado.

—Sí… —respondió Astrid mientras giraba la cabeza rápidamente para despertarse.

—Ah, superior, le quité esto hace un rato.

Astrid recordó que había tomado una hoja de papel que sobresalía del bolsillo de Duke, pero antes de que pudiera entregársela a su superior, Leonhardt la robó, miró su contenido y suspiró.

—Realmente eres el epítome de un hombre serio y aburrido, ¿verdad? Y yo que esperaba algo como poesía inconclusa, una amenaza de chantaje o un boceto de tu amante.

—Estoy bien siendo un hombre aburrido, gracias.

— ¿De veras? Bueno, aquí tienes. —Leonhardt le pasó el papel a Duke.

— ¿Qué tiene escrito? —Preguntó Astrid con curiosidad.

—Una tabla comparativa entre la jerarquía social y los títulos de nuestro reino y los de otros reinos escritos por nada menos que mi hermana. Entiendo que es algo que debes saber cómo el futuro Caballero del Primer Puesto. Equivocarse con eso sería realmente grosero, ¿verdad? Jajajaja.

Duke estaba estudiando seriamente todo en esa hoja, exactamente como Leti le había ordenado.

Leonhardt ya había llegado a la conclusión de que no le agradaba Duke, quien actuaba como si fuera el que entendiera mejor a Leti. Pero aparte de esa parte de él, a Leonhardt realmente le agradaba.

Él es bastante diferente de cómo esperaba que fuera, Leonhardt se lamentó internamente.

— ¡Ack! ¡Tengo que volver al cuartel! Por favor, ¡dele mis saludos a Su Alteza!

—Sí, sí, sí. Por supuesto, puedes irte.

Astrid se dirigió hacia, no la puerta, sino la ventana. Se paró en el marco de esta y antes de que Duke pudiera detenerlo, ya había desaparecido a través de la ventana y se escuchó un sonido de aterrizaje suave, dejando atrás a su superior y a su profesor.

Leonhardt se asomó por la ventana por la que Astrid había saltado y susurró asombrado por los increíbles reflejos del joven.

—Vaya que es increíble. Veo que tienes mucha disciplina que aplicar. Jajajaja. Oh, acabo de recordar algo que escuché en la Orden sobre él. Los rumores dicen que todos en la Orden lo están malcriando debido a sus habilidades. ¿Hay algo de verdad en eso?

— ¿Malcriando?

—Sí, como absolverlo de hacer informes y escribirlos por él.  El chico no es muy inteligente así que, si no le dejas hacer esas cosas, se mantendrá idiota. ¿Por qué no salvarlo de la idiotez ahora antes de que sea demasiado tarde para él?

Leonhardt también estaba familiarizado con los asuntos internos de la Orden al igual que su hermana, aunque en un sentido diferente. Su conocimiento sobre la Orden era probablemente debido a su posición como profesor en la Academia de Caballeros.

Escuchar esta información interna venir de Leonhardt, le recordó a Duke un rumor en particular sobre el príncipe genio. Que condicionaba a sus estudiantes para que fueran absolutamente obedientes a él y que, aunque se hubieran graduado de la Academia, todavía trabajaran para él, como hormigas, trayéndole información sobre la Orden.

—Dejaré que los superiores investiguen sus fuentes, pero déjeme decirle esto. Soy diferente en comparación con el instructor anterior. Yo no estoy malcriando a Astrid de ninguna manera.

—…Ya veo. ¿Qué haces entonces?

—No le perdono los informes. Me aseguro de que apruebe. Entonces marcaría las correcciones y le pediría que lo escriba de nuevo de forma legible.

Leonhardt miró a Duke con una expresión de desconfianza.

—Entonces, ¿cómo es que no estás malcriando a Astrid con eso? No puedo verlo. Yo nunca le hice ninguna consideración en mi asignatura. Ni una sola vez. Le di un cero a todas sus tareas, qué es lo que legítimamente se merecía. Era la calificación correcta para un trabajo escrito de tal forma que ni siquiera podría ser decodificado con la Piedra Rosetta.(1) Ah, y por cierto, todas sus tareas y exámenes tuvieron ceros.

—Por favor, espere. Si todo eran ceros, ¿cómo es que pasó y completó las unidades requeridas para graduarse de la Academia?

—Le pedí que tomara un examen complementario como último recurso. Cambié el formato de escrito a oral y él lo aprobó. Creo que el problema es con sus habilidades para expresarse, sus capacidades lingüísticas. Pero dudo que pueda ser resuelto ya que esta no es su lengua materna.

— ¿Está diciendo que nosotros lo malcriamos, pero no cree que usted también lo está haciendo, Su Alteza?

Los dos estaban ocupados debatiendo sobre quién estaba malcriando más a Astrid, cuando Leti entró a la habitación después de haber recibido el informe de Johannes sobre los cambios en el plan de seguridad para el cumpleaños de Cornelia. Ya que había escuchado la apasionada discusión entre su hermano menor y su caballero, decidió llamar su atención, la consternación evidente en su rostro.

— ¿Qué cosa tan inútil están discutiendo que hace que ambos se angustien tanto? Podía escuchar sus voces desde afuera. Aunque estaré encantada de irme si desean continuar con su pequeño debate.

Leti estaba a punto de darse la vuelta y salir de la habitación cuando Leonhardt la detuvo.

—No, no, no, hermana. No estamos discutiendo en absoluto. De hecho, estamos en muy buenos términos, ¿verdad?

—…Sí, estamos en muy buenos términos. —Duke concordó monótonamente, ya que era un adulto maduro.

♦ ♦ ♦

Era el día de la fiesta en honor del cumpleaños de la Segunda Princesa de Sommevesle. Para dejar que su hermana menor, Cornelia, brillara como la festejada principal, Leti decidió usar un sobrio vestido color lavanda, pero con los bordes adornados de encaje blanco para que el vestido creara una imagen encantadora que correspondía a una joven de diecisiete años. Su cabello estaba atado con una cinta casi transparente que compartía el color con su vestido y además estaba decorado con pequeñas flores blancas que simbolizaban alegría por la celebración. Para los toques finales, llevaba un conjunto de joyas de amatista, un par de aretes y un collar, que complementaban su discreto conjunto de lavanda y blanco. Leti, con toda su elegancia y belleza, entró en el Gran Salón como una verdadera princesa de un cuento de hadas y esto se hizo aún más real con los dos caballeros, Duke y Astrid, siguiéndola.

—Te deseo un feliz cumpleaños, querida Cornelia. Te ves tan maravillosa.

— ¡Gracias, hermana! —Cornelia le dio a Leti su más sincero agradecimiento, no solo por desearle un feliz cumpleaños, sino que también por haberse hecho cargo de los preparativos de su fiesta en lugar de su difunta madre. Estaba agradecida por tener a su hermana mayor con ella para celebrar este feliz día.

Leti le sonrió gentilmente a su hermana menor y le susurró que el próximo año sería más grandioso ya que sería su debut en sociedad.

Duke, mirando a la niña recibir saludos de diferentes personas, no pudo evitar tener emociones encontradas para con la joven princesa. Esto era porque oyó de Leti que, en el decimotercer cumpleaños de Cornelia, el próximo año, no solo tendría su debut social, sino que también se haría el anuncio de su compromiso.

— ¿Un compromiso a los trece? ¿No es demasiado pronto?

—Eso es lo que significa ser una dama de la Familia Real. Cornelia ya ha visto a su prometido una vez, así que es mejor comparado con aquellos que conocerán a la persona con la que se casarán en la ceremonia de la boda. Pero más que eso, sugiero que estés más preocupado por tus estudios.

El cumpleaños de una princesa significaba que los nobles que normalmente no estaban presentes en el castillo, asistirían. Así que, tal como lo planeó Leti, este sería el lugar perfecto para evaluar cuánto había estudiado Duke. Podría dejar los deberes de protección a Astrid por el momento.

—Un resumen sobre el Señor Aufrecht. Él es un Marqués bajo la facción de Guido y… —Leti incitó a Duke a continuar.

—…Es el padre de la dama Eleonor, la prometida del Príncipe Guido. —Continuó Duke, buscó al marqués con la mirada y lo encontró charlando con otro marqués de la facción de Guido. Leti siguió a la mirada de Duke con la suya propia, comprobó que efectivamente estaba mirando a la persona adecuada y asintió con la cabeza para mostrar que lo había entendido correctamente.

—Eso fue fácil. Esperaba que lo supieras. La dama Eleonor es la hija del Marqués Aufrecht con su segunda esposa. Él y su primera esposa no tuvieron hijos. Intenta buscar a Eleonor.

Duke hizo lo que le dijeron y buscó a una joven de cabello castaño claro. Movió su mirada una vez más y le dijo a Leti que Eleonor era la mujer de aspecto amable que charlaba alegremente con Guido. Leti reafirmó su respuesta y agregó más información sobre la Casa Aufrecht.

—La primera esposa del Marqués Aufrecht era en realidad mi tía, pero no tuve la oportunidad de conocerla ya que murió antes de que yo naciera. Por lo que escuché, ella tuvo dificultades en el parto de su hijo y ni ella ni el niño, que habría sido mi primo, lograron sobrevivir.

Duke asintió e intentó recordar esta información.

—Si mi primo hubiera sobrevivido, él habría sido mi prometido. Nuestras edades serian perfectas, ¿sabes? Él habría sido cuatro años mayor que yo.

—Entonces, si el niño era varón, él habría sido su prometido. Si el niño fuera mujer, sería la prometida del Príncipe Guido. Parece que era el destino del Marqués Aufrecht el estar relacionado con la familia real. —Duke hizo este comentario sin darse cuenta de que también estaba destinado a estar conectado con la familia real debido a que había recibido invitaciones de Friedhelm, Guido y Leti, los tres príncipes mayores, para que fuera su caballero.

—Su Alteza, acepte mis más sinceras felicitaciones por el cumpleaños de su hermana, Su Alteza, la Princesa Cornelia.

—Conde Borel, gracias.

—Los cielos habían sido desfavorables en los últimos días, así que estaba un poco preocupado, pero me alegré de ver el sol brillando esta mañana. Ciertamente, el Todopoderoso está con nosotros en la celebración del cumpleaños de la Princesa Cornelia.

—Sí, yo también estoy contenta por el buen clima.

Como Leti estaba ocupada charlando con el Conde, Duke trató de recordar información sobre él. La familia Borel supuestamente estaba bajo la facción de Guido, pero la atmósfera entre él y Leti era más parecida a la de aliados amistosos que a la de enemigos que fingían cordialidad. Cuando Borel se fue, Duke confirmó sus pensamientos con Leti.

—El Conde Borel está bajo la facción de Guido, ¿verdad?

—Me alegra que lo recuerdes. Sí, él está bajo el ala de Guido. Pero es un firme creyente de la Fe de la Familia Real, así que también está en buenos términos conmigo. No hay nada de malo en tener una buena relación con él.

Leti descubrió que Duke estaba confundido al escuchar “la Fe de la Familia Real,” así que agregó una explicación al respecto.

—Se cree que el Primer Rey, Christian es hijo de Dios. Por lo tanto, sus descendientes, nosotros, la Familia Real, hemos heredado esta sangre sagrada. Consecuentemente, esta afición de venerar demasiado a la familia real se llama la Fe de la Familia Real.

Leti seleccionó conscientemente las palabras afición y fe para describir esta cierta creencia para mostrar que ella no era ni defensora ni detestaba la Fe de la Familia Real y que solo era una observadora curiosa.

—Entonces, si dice “Familia Real,” ¿significa esto que también está en buenos términos con el Príncipe Friedhelm?

—Sí, lo está. Por linaje, está bajo el ala de Guido, pero su postura como individuo es neutral. Era un esposo muy devoto y quedó devastado por la tristeza cuando perdió a su mujer. Pero pudo superar esa tristeza de perder a su esposa al aferrarse a su fe en Dios. Si la familia real tiene algún valor, tal vez sea ese.

Si los creyentes de la Fe de la Familia Real reverencian y rezan a la familia real como hijos de Dios, entonces la familia real tiene la obligación de vivir de acuerdo con las expectativas de los creyentes sobre cómo debería ser una realeza. Todos los niños de la familia real habían sido educados para vivir de acuerdo con eso.

—Creen que una princesa debe actuar como una princesa y que un príncipe debe actuar como un príncipe. Es una demanda razonable.

— ¿Y una reina debería actuar como una reina?

—Sí. Yo le daré al Conde Borel el reinado que desea de una reina.

Después de los saludos de Borel, la fila para saludar a la próxima reina no se acortó. Sin embargo, a pesar de la ola interminable de personas, Leti nunca confundió a nadie con otra persona. Ella se dirigió a cada uno por sus nombres y títulos. Después de cada saludo, le compartiría información a Duke sobre el linaje y los eventos recientes sobre cada persona que fuera a saludar.

—…Ser de la realeza significa que debes tener habilidades increíbles.

Duke nunca tuvo ninguna dificultad para recordar los nombres y las caras de las personas, pero incluso él se sintió abrumado por la cantidad de personas que le daban sus respetos a Leti. Ahora ni siquiera estaba seguro de sí asociaba el nombre con la cara correcta. De alguna manera, comenzó a temer la examinación que Leti le daría durante el baile nocturno de esta noche.

—…Y, en contra de nuestras expectativas, nada está sucediendo.

El supuesto objetivo para el próximo incidente del círculo mágico, la fiesta de cumpleaños de Cornelia, terminó sin que ocurriera nada malo.

♦ ♦ ♦

El Gran Salón donde se celebró la fiesta de cumpleaños de Cornelia sufrió una transformación. La sala bellamente decorada durante el día se transformó en un grandioso salón de baile para la fiesta nocturna. Las damas intercambiaron sus vestidos conservadores por unos elegantes vestidos con escotes audaces que enfatizaban más sus encantos femeninos. La atmósfera inocente del salón había desaparecido y había sido reemplazada por un tono más maduro, una verdadera señal de que el baile nocturno era una fiesta social para los adultos.

—Duke, no regreses hasta que hayas cumplido tu tarea. Yo estaré bien. Así que ahora ve y habla con los Caballeros de la Mesa Redonda, los caballeros del Séptimo Cielo y las Valquirias que se encuentran de turno y los nobles en mi facción a quienes te he presentado durante el día. —ordenó Leti.

— ¿Está segura? Hay mucha gente en esa lista.

—Sí. Astrid estará aquí mientras te encuentras lejos. Esta noche no es más que un pequeño obstáculo a saltar ya que ya los conoces a todos. Mejor prepárate ahora, porque planeo arrastrarte para que conozcas a todos los nobles que viven en el reino.

Duke asintió con la cabeza e intercambió miradas con su subalterno. Astrid pudo hacerlo bien e hizo todo lo que se le enseñó durante el día, así que Duke pensó que era seguro dejar a Leti con él por un rato e irse para completar su tarea.

Leti siguió a Duke con la mirada y una vez que lo vio hablando con uno de los actuales Caballeros de la Mesa Redonda, decidió que estaría bien y permitió que su mirada explorara el área.

Como ya había terminado la mayoría de los saludos obligatorios durante la fiesta de la tarde, todo lo que tenía que hacer era terminar los restantes y podría irse tan pronto como fuera socialmente aceptable. Por ahora, tenía que buscar un lugar para que fuera su santuario, porque si se quedaba en el medio del salón de baile, Friedhelm definitivamente la atraparía y la molestaría con sus recomendaciones para marido. Se mantuvo alerta en busca del momento perfecto para huir de la multitud.

♦ ♦ ♦

Leti, con Astrid detrás de ella, salió a un balcón ubicado en el segundo piso para tomar algo de la brisa nocturna.

— Astrid, ¿la persona que quieres que sea tu amo está asistiendo esta noche?

—Sí, Su Alteza.

— ¿Quién es? Puedo hacerte las presentaciones. —Leti pensó en usar su posición como princesa para recomendar a Astrid a su amo elegido si este era de un estatus alto, pero el joven caballero negó con la cabeza.

—Estoy agradecido por su oferta, pero creo que debería intentar primero y dar lo mejor de mí. Si eso no es suficiente, entonces sólo tendré que ser mejor.

—Muy bien entonces.

Leti pensó en el futuro de Astrid, considerando lo que ella podría hacer si su amo elegido no lo eligiera a él.

Astrid puede ser un plebeyo, pero sus habilidades y destrezas son suficientes para que su nombre llegue a oídos del Comandante Johannes. Tal vez ya lo estén considerando como candidato para ser el próximo comandante, pero están teniendo dudas porque no es de ascendencia noble.

Leti tenía el poder de otorgarle un título al azar a Astrid si la falta de uno le daba dificultades. Era una vida que había salvado una vez, ahora lo ayudaría como pudiera.

Ahora, si tan solo pudiera rodearse de personas inteligentes… Leti pensó en el futuro mientras se apoyaba en la barandilla del balcón.

—Ah, superior, ha vuelto.

— ¿Su Alteza? —Preguntó Duke, su voz indicaba que había terminado su tarea.

—Estoy aquí. —le informó Leti. —Veo que nuestros asuntos para esta noche han terminado. Le envié una invitación, pero no lo vi aquí, así que lo más probable es que no viniera y acabara enviando a alguien más en representación suya.

Duke se paró junto a su ama y le preguntó con una mirada perpleja, — ¿Él? Quieres decir…

Escuchar sus palabras hizo que su caballero pensara en algo que no quería decir, Leti reformuló sus palabras para aclarar cualquier malentendido que se estuviera formando dentro de su cabeza.

—No, no es un amante, sino un candidato a caballero. Él no está incluido en la lista que te di antes, pero ya le he puesto los ojos encima. Sin embargo, debería tener cuidado con el orden, el tiempo y las facciones para tener éxito en conseguirlo. Hasta entonces, todo lo que puedo hacer es preparar un acto sobre cómo puedo vender la posición de ser un Caballero de la Mesa Redonda a un precio más alto.

Un tátara tátara tátara…tío una vez le dijo a Leti que los hombres eran débiles ante los actos dramáticos, por lo que Leti pensó en aprovechar esa psicología masculina para derribar a su próximo objetivo con sus lágrimas.

—Para completar mis Caballeros de la Mesa Redonda ideales, hay personas que necesito que estén allí pase lo que pase. Pueden ser incluso más difíciles de conseguir que tú. Especialmente este que estoy planeando para mi cuarto o quinto caballero. Incluso podría necesitar que todo el reino lo derribe. De hecho, ya le pedí a Leon que encuentre algo que pueda usar para eso.

—Él es un pez grande entonces, para que pienses en formas de chantajearlo tan temprano.

Leti no parecía tener ningún plan para simplemente persuadir a su próximo objetivo. Ella no aceptaría un “no” como respuesta y, para hacer eso, tal vez incluso necesitaría que el reino fuera su respaldo. Esto era prueba suficiente de que este hombre, quienquiera que sea, no era una persona común.

—Estoy expectante de saber cómo se siente el placer de hacer que un hombre se arrodille ante… —Las palabras de Leti fueron interrumpidas y fijó su mirada en algo.

Duke miró hacia la dirección que Leti estaba mirando, pero no pudo ver nada malo.

—…Puedo ver claramente en la oscuridad, ¿y tú? —Le preguntó Leti a Duke, sin dejar de mirar en la misma dirección.

—No sé qué tan claro es tú claramente, pero yo soy normal.

—Entonces, ¿puedes ver la figura dibujada en el piso del balcón de allí y lo que hay en su centro?

Duke entrecerró los ojos para darle forma a lo que Leti estaba describiendo. Al menos era capaz de ver que, efectivamente, había algo en el piso del otro balcón, pero no podía ver el dibujo que Leti describía.

—Astrid, ven aquí. —llamó Duke.

Astrid estaba de guardia junto a la entrada del balcón y se dirigió inmediatamente hacia Duke al escuchar su llamado. Duke luego le pidió que mirara al mismo balcón que ellos y les dijera lo que veía.

—Hmmm… ¿Un animal? Y sí, parece que hay algo dibujado en el piso.

—Entonces no era mi imaginación. Eso, creo, es nuestro tercer círculo mágico y la ofrenda esta vez parece un perro.

— ¿¡Estás segura!?

Leti entrecerró los ojos y asintió ante la pregunta de Duke.

— ¿Hay alguna posibilidad de que nos hayamos perdido esto durante el día? —Duke sospechó que esto era un descuido, pero Leti pensó lo contrario.

—Los balcones estaban decorados con flores durante la fiesta de Cornelia. Si esto ya estaba dibujado durante ese rato, alguien lo habría descubierto cuando las flores se limpiaron en preparación para el baile de la tarde. — ¿Pero por qué?

El baile de la tarde era una celebración diferente y no estaba conectado, de ninguna manera, con la fiesta de Cornelia ya que está aún no había debutado en sociedad. Por lo tanto, si el objetivo era verdaderamente la Familia Real, la fiesta de cumpleaños de una princesa era el objetivo más lógico, ya que era una celebración para un niño de la realeza y no este evento social común.

—Es posible que hayan cambiado sus planes debido a la mayor seguridad durante el día. Pero aun así… —Leti ni siquiera podía adivinar cuál era la razón detrás de este acto y la única forma de saberlo era atrapar a los perpetradores y preguntarles directamente.

—De todos modos, el primer curso de acción es informar de esto. Astrid, ve inmediatamente con el Comandante Johannes.

El protocolo requeriría que Duke y Astrid lo reportaran inmediatamente a su comandante. Los caballeros de la Orden terminarían con el baile y organizarían una evacuación facilitada en la que cada caballero montaba guardia en todas las salidas del Gran Salón. Parecería que estaban protegiendo a los invitados cuando en realidad estarían buscando quién de entre ellos tendría rastros de sangre, lo que podría convertirlos en los principales sospechosos.

Leti habría ordenado a los dos caballeros que siguieran el protocolo, pero, —Deja el informe para más tarde. Los perpetradores pudieron dibujar el círculo justo bajo las narices de la Orden. Dudo mucho que sean tan descuidados para dejar rastros de sangre en sus ropas. No podremos atraparlos si simplemente nos atenemos a las reglas.

El criminal o los criminales hicieron todos sus movimientos con extrema precaución y no dejaron ni siquiera una pista sobre quiénes eran, en ninguno de las escenas de los incidentes del círculo mágico. Tal criminal habría preparado fácilmente una muda de ropa en caso de que las suyas se ensuciaran con sangre.

—Fue una buena idea que fuera yo la que descubriera esto primero. Tengo un plan que podría anticipar el de ellos. Astrid, vuelve al primer piso y grita que has encontrado el círculo mágico. Pero no señalarás hacia el balcón sino hacia los jardines que se ubican en la dirección opuesta.

— ¿Eh? ¿Voy a decir una mentira?

—No será una completa mentira. Al menos dibuja algo que se vea como uno y luego atrae la atención de la gente hacia esa dirección. Duke, deberás quedarte conmigo para observar cuáles serían las reacciones de los invitados cuando escuchen a Astrid.

—Entonces, la persona que mire hacia el balcón donde está el círculo real cuando grite Astrid es nuestro principal sospechoso. —confirmó Duke.

Leti asintió y reafirmó su plan. —Sí. La reacción normal al anuncio de Astrid sería seguir hacia donde esté apuntando ya que no sabrían nada al respecto. Si hay alguien mirando hacia otro lado, entonces eso lo hará un sospechoso. Solo tenemos una oportunidad para hacer esto.

Duke podría recordar en un instante quién estaba parado en dónde. Una vez que encontrara a los raros, Leti podría identificarlos fácilmente ya que conocía a todos los asistentes.

—Astrid, toma esto contigo. Sería demasiado antinatural para ti encontrar el círculo mágico cuando no estás conmigo, la persona que supuestamente estás protegiendo. Si alguien pregunta, díles que se me cayó el pendiente y que te ordené que lo buscaras. —explicó Leti mientras se quitaba uno de sus pendientes y se lo daba a Astrid.

— ¿No es esa una excusa familiar? ¿Cuántas veces la has usado?

— ¿Qué estás diciendo? Solo se me ocurrió ahora. —Leti suavemente se encogió de hombros ante la mirada inquisitiva de Duke y le dio una señal para que comenzaran con su plan.

♦ ♦ ♦

Después de que terminaron con los preparativos, Astrid abrió ligeramente una de las puertas que conducían al interior del Gran Salón para echar un vistazo al interior. Miró a Leti y Duke, que estaban de pie en la escalera para observar a los invitados. Les envió una señal de que estaba listo y cerró la puerta una vez más. Contó hasta diez, abrió la puerta de par en par y gritó con una expresión temblorosa, — ¡Oh, no! ¡Todo el mundo! ¡Encontré un círculo mágico maldito!

— ¡El círculo maldito!

— ¿¡El tercero!?

El Gran Salón se alborotó en un instante. Todos los invitados presentes en la fiesta de cumpleaños estaban al tanto de los recientes incidentes del círculo mágico y este era el más reciente tema de conversación entre ellos. Ahora que dicho círculo había hecho su aparición en este momento, todos estaban sorprendidos o curiosos, excepto, por supuesto, los sospechosos que no miraban hacia Astrid.

— ¡Tengo tres! —Duke identificó al instante a sus posibles sospechosos y le indicó a Leti en dónde estaban.

—El primero está a tu izquierda. El hombre que lleva el abrigo verde y que está de pie cerca del tercer pilar. Él reaccionó tarde al anuncio de Astrid a pesar de estar cerca de la puerta.

—El Señor Dumeyer. El viejo Barón tiene poca audición, por lo que su reacción tardía no es nada natural.

—La otra es la dama que usa un vestido con adornos dorados. Ella está de pie allí cerca de la estatua de la diosa. Ella ni siquiera se volteó para mirar a Astrid.

—La Condesa Fach. Ella es una dama dócil y se asusta fácilmente con cosas como estas. Creo que es seguro decir que estaba tan asustada cuando se enteró del descubrimiento del círculo que ni siquiera pudo reaccionar.

Leti proporcionó las identidades, los detalles y las posibles explicaciones de las acciones de cada uno de los sospechosos. Para los primeros dos, Duke decidió que estaban limpios en base a las palabras de Leti.

—El último hombre es alguien que yo también conozco. El Señor Borel. Solo él, de los tres, miraba hacia la dirección del balcón. Él está parado allí, segundo pilar desde aquí, a nuestra derecha.

Leti siguió la mirada de Duke y vio al conde parado allí, sin embargo, su expresión reflejaba la reacción de sorpresa de los otros invitados.

—Conde Borel… —Leti no esperaba que él estuviera involucrado en esto. Borel era un fanático de la familia real y no encajaría en su teoría inicial acerca de que la familia real era el blanco de la maldición. No querría maldecir al objeto de su veneración.

—Él también estuvo presente durante el torneo. Su caballero era un participante y él se encontraba allí como espectador. Teniendo en cuenta sus antecedentes, alguien podría haberle ordenado hacer esto, ya que dudo que lo hiciera por su propia cuenta. Y los únicos que pudieron dar la orden son…

La Casa Borel estaba bajo la facción de Guido. Las únicas personas que podrían haber dado las órdenes fueron Guido o la familia detrás de él, los Eulenberg.

— ¿Y ahora qué?

Las palabras de Duke no eran para preguntarle a Leti qué haría ahora, sino qué haría con respecto a este incidente. ¿Dejaría esto a la Orden o seguiría investigando para encontrar la verdad? Estaba preocupado de que, si ella decidía continuar, podría descubrir una verdad que él no quisiera que descubriera, la verdad de que su hermano Guido quería maldecir a toda la familia real, incluida su propia madre.

—El acto de “no saber” y “saber, pero actuar como que no” puede parecer igual ante los demás, pero tienen diferentes significados para el actor. Yo siempre elegiría el último sin importar el resultado. Además, no es seguro que mi hermano esté detrás de esto. Existe la posibilidad de que sean los Eulenberg. Y si ese es el caso, entonces sería algo bueno para mí.

Leti quería material que pudiera utilizar para amenazas o chantajes cuando ascendiera al trono, más aún si se trataba de algo así, un fracaso por parte de una de las familias de los Tres Grandes Marqueses de Sommevesle.

—De todos modos, lo primero que tengo que hacer es hablar en privado con el Príncipe Guido. Si simulo estar débil, estoy segura de que me permitiría usar una de las habitaciones vacías. Podríamos hablar en privado allí. Duke, necesitaría que apoyaras mi historia.

Leti compartió con Duke la historia perfectamente coherente que inventó. E iba así.

El círculo mágico que Astrid encontró en el jardín era un boceto del círculo mágico. Leti sería quien encontró el verdadero círculo dibujado en uno de los balcones del segundo piso. Y esta se sentiría mal al ver el cadáver sangriento del perro utilizado como ofrenda.

Duke iría a ver a su comandante para dar su informe que contendría nada más que la verdad y dejaría la investigación en manos de la Orden. Después de terminar esto, buscaría a Guido para informarle sobre la condición de Leti.

—Príncipe Guido, Su Alteza no parece estar sintiéndose bien. Ella no quería causar una escena y pregunta si usted podría prestarle un cuarto para descansar.

Guido inmediatamente asintió con la cabeza a la petición de Duke y se dirigió hacia Leti. Incluso le prestó su brazo a su hermana para que esta se apoyara y los acompañó el mismo hacia una habitación ubicada en un corredor tranquilo.

Duke no pudo evitar admirar la maravillosa estratega que era su ama. Todo había salido bien y exactamente como ella había dicho. Era una pena que fuera mujer. La Orden definitivamente podría encontrar un uso para su excelente cerebro.

—Iré a buscar agua. Su Alteza, Guido ¿estaría bien dejar a Su Alteza con usted por un rato?

Guido asintió en silencio. Duke los dejó después de darle un recordatorio a Astrid enfrente de todos.

—Astrid, ponte de guardia afuera de la puerta. Y recuerda, no debes ingresar a una habitación donde una dama está descansando, incluso si eres su guardia. ¿Entendido?

— ¡Sí, señor!

El recordatorio de Duke sirvió tanto como una orden a su demasiado entusiasta subalterno, como una advertencia a las Valquirias de Guido para evitar que entraran a la habitación, para que así Leti pudiera tener su conversación privada con Guido.

La habitación a la que Guido había escoltado a Leti era una de las habitaciones preparadas de antemano en caso de que algunos invitados se sintieran enfermos o cansados durante el baile. Sin embargo, en lugar de dejarla descansar en un sofá cercano a la puerta y fácilmente visible desde afuera, la condujo a la habitación interior, pensando que podría descansar mejor allí.

—Leticia, ¿de verdad estás bien?

—Sí, gracias. Solo me siento un poco mareada.

Respondió Leti, sintiéndose un poco culpable cuando escuchó la preocupación en la voz de Guido. Continuó actuando enferma y se acostó en el sofá, pero aun así mantuvo los ojos abiertos. La habitación estaba tenuemente iluminada y Guido, de pie junto a ella, la miró.

—…Leticia.

La voz de Guido sonaba diferente. Su tono era más grave de lo habitual.

— ¿Príncipe Guido…? Tengo algo que preguntarte. —Leti se levantó lentamente después de haberse recostado, pero Guido la detuvo y la sostuvo por los hombros. Esta ni siquiera podía recordar cuándo se habían mirado a la cara con tanta cercanía. La habitación estaba oscura, pero Leti, con su visión nocturna vio claramente la expresión de Guido.

—Nos vemos muy similares.

— ¿Qué esperas? Eres mi hermano y yo la tuya. Es natural que nos parezcamos.

Lentamente, la hermosa cara se acercó cada vez más y Leti sintió algo diferente viniendo de su hermano. En ese momento, Leti no sentía que él fuera su hermano, sino un hombre. Agarró el brazo de Guido para detenerlo y crear distancia entre ellos. Sin embargo, este intensificó el agarre en sus hombros, como en respuesta a su resistencia.

¿Qué está haciendo?

Si Guido no hubiera sido su hermano, Leti ya lo habría pateado o habría gritado a todo pulmón. Sin embargo, no se sentía con poder para dominarlo físicamente y sacarlo de encima de ella.

La vista de Leti estaba llena de nada más que ojos azul acero enmarcados por cabellos dorados que eran tan similares a los suyos. Sus miradas se encontraron y su mente se arremolinó en confusión.

— ¿Por…por qué? —Susurró Leti con voz ronca y queda, pero lo suficientemente fuerte como para alcanzar los oídos de Guido. Sin embargo, este no se conmovió y siguió acortando su distancia, con mechones de su melena dorada acariciando las mejillas de Leti.

POR QUÉ… NO… ¡ALTO! ¡ESTO NO DEBE SER!

— ¡Hermano! ¡¡Detente!!

— ¡¡¡Qué demonios estás haciendo!!!

Friedhelm entró en la habitación al mismo tiempo que Leti gritó.

La escena que lo recibió fue una habitación oscura y su hermano menor inmovilizando a su hermana menor, quien estaba recuperando el aliento.

Cualquiera que haya visto la escena fácilmente podría imaginar lo que estaba sucediendo.

— ¡Guido! ¡Aléjate de ella! ¡Leti es tu hermana! ¿Qué estabas pensando?

Guido se levantó lentamente y no pronunció ni una palabra.

— ¿Por qué no respondes? ¿…No dirás nada? ¡Entonces responde con esto!

Friedhelm tomó dos espadas colgadas en la pared y le arrojó una a Guido. Quien la atrapó sin mayor esfuerzo.

—Esto no te cortará, pero es lo suficientemente fuerte como para romper tus huesos. Leti, haré que decidas quién es mejor de entre los dos, ¡aquí y ahora! —Rugió Friedhelm. Sin siquiera molestarse en ocultar el desprecio que sentía por su hermano.

Friedhelm desenvainó su espada y arrojó la vaina. Él hablaba en serio. Guido entendió esto y siguió su ejemplo.

—Es… ¡Esperen! ¡Detengan esta tontería!

Los dos príncipes eran serios. Si esto continuaba, no sólo terminarían con heridas graves. Leti ya podía ver que el inminente futuro se acercaba rápidamente. Deseaba que alguien viniera a ayudar. Pensó en su caballero.

— ¡Por favor, deténganse!

Como si el grito de Leti fuera su señal, los dos príncipes se lanzaron el uno contra el otro y un choque metálico resonó en la habitación. Leti cerró los ojos inconscientemente, temiendo que el desagradable futuro en el que pensaba se materializara frente a sus ojos. Entonces una voz habló. La cual no pertenecía a ninguno de sus hermanos.

—…Mi superior me enseñó que es grosero causar un alboroto dentro de la habitación donde descansa una dama.

Entre Friedhelm y Guido había un joven caballero pelirrojo y de ojos verdes. Quien había bloqueado la espada de Friedhelm con la suya propia y la de Guido con su cuchillo. Este joven muchacho había impedido que ocurriera un desastre nacional.

— ¡Tú, perro guardián! ¡Quita tu trasero de aquí o te cortaré la garganta!

—…Por favor, atrévase.

Astrid era bajo, así que estaba mirando a Friedhelm hacia arriba. Pero sus penetrantes ojos verdes daban la sensación de que estuviera mirando hacia abajo al alto príncipe, amenazándolo. Inténtalo si te atreves, porque no hay forma de que puedas.

Viendo que lo peor había pasado, Leti apeló a Guido. — ¡Por favor, hermano Guido! Todo esto es solo un malentendido, ¿verdad? Por favor, retira tu espada.

Leti quería hacerle una multitud de preguntas a Guido, pero decidió que era mejor resolver esto primero. Tenía que mantener la situación bajo control.

—Sus Altezas, por favor, lentamente bajen sus espadas y retírense. —Astrid instó a los dos príncipes a marcharse.

—Guido debería irse primero.

Friedhelm ya había retirado su espada, pero aún no la había soltado, mirando a su hermano.

Guido, sin decir una palabra, tomó la funda de su espada y la envainó. Le arrojó la espada envainada a Astrid y salió de la habitación.

—Hey, Leticia, ¿fue esto realmente un malentendido?

—Sí. Estaba tomando un descanso del baile y el Príncipe Guido solo estaba revisando que estuviera bien. Por favor, cree eso por ahora.

Friedhelm no dijo nada más y salió de la habitación. Decidió creer las palabras de su hermana para este incidente, pero eso no significaba que su enojo se hubiera disipado y la pesada puerta de madera tuvo que soportar la mayor parte de este.

Cuando sus hermanos se marcharon y la habitación retornó a su silencio, la fuerza dejó las rodillas de Leti y esta se dejó caer en el sofá.

— ¡Su Alteza! ¿¡Se encuentra bien!?

—Solo estoy sorprendida… Gracias por detenerlos. Si no hubiera sido por ti, sangre podría haber sido…

—Uhm… Su Alteza, por favor perdóneme por dejar entrar al Príncipe Friedhelm. Él dijo que le preocupaba que usted estuviera teniendo una reunión secreta con el príncipe Guido, por lo que tenía que detenerlos a toda costa. Pensé que estaba bien ya que él era parte de su familia.

—No, no lo lamentes. Si el Príncipe Friedhelm no hubiera llegado… —quién sabe qué hubiera pasado.

Aunque lo más probable es que terminaría como un intento fallido ya que Leti habría invocado la Espada del Caballero y habría dejado inconsciente a Guido. Leti dejó escapar un profundo, profundo, profundo suspiro.

Astrid estaba arrodillado frente a Leti, cuando sintió algo extraño con ella. Después de observación adicional, sintió la misma impureza que durante el día del torneo. Reunió su coraje para hablar sobre eso.

—Su Alteza, ¿puedo preguntarle algo?

—Si es sobre el Príncipe Guido, no te molestes. Ni siquiera yo sé las respuestas.

—Ah, no, esto podría ser algo diferente, pero no estoy seguro. Creo que gracias a la Espada de la Luz que Su Alteza me otorgó, ahora puedo sentir las impurezas a mi alrededor. Sentí algo antes en su pelo, cuando fue manchado por la sangre del pájaro, durante el primer incidente del círculo mágico.

Leti recordaba bien ese día, ya que fue cuando echó a Astrid de su habitación y lo llamó perro. Ahora, entendía que este estaba tratando de olfatear las impurezas o, la esencia oscura, como la había llamado esa vez.

—También puedo sentirlo otra vez alrededor de sus brazos y hombros. ¿no la tocó el príncipe Guido en esas partes?

Leti no dijo nada, pero su silencio otorgaba la afirmación de su pregunta. De hecho, Guido la agarró por los hombros.

La impureza de la sangre del círculo mágico y la impureza del toque de Guido eran las mismas.

—…Tal vez, tal vez Su Alteza esté relacionado con este incidente. —Astrid declaró su hipótesis calmadamente.

Leti quería negar la hipótesis de Astrid, pero había demasiadas piezas que comprometen a Guido jugando un papel en esta situación.

Primero, lo había visto en el sitio del primer círculo hace algunas noches.

Segundo, él era inusualmente persistente en la búsqueda de información sobre este caso y seguía preguntándoles sobre el progreso a Leonhardt y al Comandante Johannes.

Por último, Borel, el único que sabía dónde estaba el tercer círculo, estaba en su facción.

La cabeza de Leti giraba entre la comprensión y la incredulidad.

—Deme sus órdenes e investigaré sobre este caso, Su Alteza.

Astrid poseía la Espada de la Luz la cual tenía la capacidad de contrarrestar maldiciones. Agregando a eso, además, sus habilidades y capacidades adquiridas al ser un ex asesino, él sería el mejor hombre para hacer esta investigación.

—Ya veo. Pero incluso si tienes la Espada, no eres mi caballero y no puedo ordenarte que hagas cosas en mi nombre. Gracias por la información, pero yo me ocuparé de esto.

Leti salvó a Astrid, pero no quería que él se sintiera en deuda con ella. Solo era un caballero temporal y no planeaba usarlo más allá de eso.

—Entonces, déjeme devolverte esto. Es efectiva contra las maldiciones y ahora está el problema con el Príncipe Guido. Por favor, tome la Espada Purificadora y úsela para su protección. —suplicó Astrid.

—Astrid, la Espada sería inútil incluso si me la devuelves. Ya es tu poder y yo no puedo usarlo.

La investidura de un caballero hecha en nombre del Rey Caballero significaba que el Rey Caballero dividía sus poderes entre sus caballeros. Cada vez que otorgaba una Espada Prometida a un caballero, su poder se reducía.

Leti era consciente de este hecho, por lo que inicialmente no tenía pensado otorgar ninguna de las Espadas. Ni siquiera el valiente y fuerte Rey León, Alexander y ni el Rey de Una Sola Mano, Oswald, quienes vivían en tiempos de guerra, dejaron ir todas las Espadas Prometidas.

—No puede ser… —Astrid quedó estupefacto al conocer el verdadero significado de la Espada y lo que Leti había hecho por él.

Leti colocó su mano en el hombro de Astrid para evitar que este se culpara a sí mismo.

—Astrid, nosotros los humanos somos débiles. Siempre habrá momentos en que tengamos que aferrarnos a algo para seguir de pie. Para algunos es Dios, para otros es su amo, rey o amante. Puede ser cualquiera o cualquier cosa.

El Marqués Aufrecht había perdido a su esposa e hijo, pero siguió adelante para amar a su segunda esposa y a su hija y encontró la felicidad con ellas. El Conde Borel también había perdido a su esposa, pero encontró consuelo en su fe en Dios y en el reino.

—En cuanto a mí, me aferro al hecho de que soy una reencarnación del Rey Caballero. Es por ese hecho que pude aceptar mi destino como la próxima reina y hacer todo lo posible para prepararme para ello. En cuanto a ti, puedes hacerlo por la Espada de la Luz. Esta puede ser tu centro, tu fuente de fortaleza. Usa su luz como guía cuando sientas que la oscuridad te está tragando. Esa es la razón por la que te di esa espada.

La suave voz de Leti hizo eco en el corazón de Astrid. Este levantó la vista y miró a la princesa con ojos decididos. —Lo haré, Su Alteza. —su voz era suave, pero fuerte.

Satisfecha con su respuesta, Leti soltó los hombros de Astrid y lo despachó.

—Estoy un poco agotada. Descansaré aquí por un rato. Mantente alerta en la puerta e infórmame cuando Duke regrese.

— ¿Enciendo algunas velas más?

—No, así es perfecto para pensar un poco.

Astrid se puso de pie y cerró la puerta de la habitación interior.

Leti se reclinó en el sofá, cerró los ojos y recordó los eventos del día. Tantas cosas habían sucedido que a estas alturas solo quería gritar.

Guido intentó propasarse con ella. Sus dos hermanos casi se matan el uno al otro. Guido podría ser el que dibujaba los círculos.

—Hermano Guido, si de verdad eres el que está detrás de esto, ¿a quién estás maldiciendo? —Susurró en la oscuridad.


  1. La Piedra Rosetta es un fragmento de un antiguo monumento egipcio del año 196 a.C. que permitió descifrar, gracias a sus grabados, el significado de los jeroglíficos egipcios (totalmente ininteligibles hasta su descubrimiento y posterior interpretación.)

♥ ❤ ♥

               

9 respuestas a “Princesa Restante – Tomo II – Capítulo II: Pieza tocada, pieza movida”

  1. Este episodio al menos para mi lo senti muy denso, pero no por ser tan largo si no mas bien por las situaciones mostradas ademas de que fue bastante shockeante el ambiente, en especial lo ultimo con el principe Guido.

    Sin duda esta novela esta llegando muy profundo a mi corazon, y no creo que se vaya en mucho tiempo, ahora ya desconfio de todos los personajes incluso de Friedhelm, y Johannes.

    No lo se, esto se puso bastante extraño y oscuro.

  2. En verdad es la princesa rompe corazones~ encanto a los hermanos (aunque ellos ya eran sicones desde e inicio)
    Pero poniéndonos serios… Guido está poseído por algo, quizás sea la razón que el Rey Caballero (Leti) reencarnara, para evitar un guerra/cruzada civil :/

    PD: Gracias por el capitulo

    1. Si sin duda desde que aparecio la mano negra en el hombro de Guido, se esperaba algo como esto.

      Tambien me esperaba el que tratase de hacer algo mas con Leticia, ya desde hace tiempo el se venia comportando raro.

      Y sin duda esto complicara el futuro con un reino estable del que Leticia quiere, es mas la relacion de los tres cada vez se vuelve peor.

      Sin duda esto se esta poniendo bastante denso y mal, ahora el titulo de “Reina rompecorazones” se siente mas sombrio y triste que antes.

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