Príncipe Cautivador – Capítulo 60: El castigo de Leng Zi Shi

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Casi fue mediodía cuando Shang Wu Xin se despertó. Wu Ju y Wu Wei habían estado de pie afuera de la recámara durante toda la mañana sin quejarse ni un poco. Junto a ellas, se encontraba un hombre que también estuvo esperando ahí durante casi toda la mañana.

—Adelante. —La voz de Shang Wu Xin demostró que no estaba de buen humor, ya que anoche no durmió bien.

Tan pronto como recibieron la orden, Wu Ju y Wu Wei entraron rápidamente a la habitación. Leng Yu Feng, que había estado esperando ahí desde la mañana, se sintió tan melancólico. Lo más importante era que la voz del Príncipe Heredero no era solo fría, sino también algo suave. Leng Yu Feng se dio la vuelta y clavó su mirada en la puerta de la habitación. Él realmente esperaba poder entrar y ayudar al Príncipe Heredero a cambiarse de ropa. Por primera vez, él admiró a las sirvientas de Shang Wu Xin.

Akatsuki
Realmente se volvió un cánido…

Cuando Shang Wu Xin salió de la habitación, vio al hombre de negro parado en el patio. Su rostro estaba bien, pero daba a la gente una sensación de frialdad. Sus cejas eran rectas y en su mirada había frialdad. Estaba quieto, como un águila fría y arrogante, advirtiendo que nadie podía acercarse a él. Pero una vez que vio al Príncipe Heredero, la arrogante águila se convirtió instantáneamente en un perro dócil.

— ¡Príncipe Heredero! —Saludó Leng Yu Feng. Si Shang Wu Xin se fijara en sus palabras, descubriría que su tono era brillante y totalmente diferente de lo habitual.

Shang Wu Xin asintió y cortésmente preguntó: —General Leng, ¿ya desayunó? ¿Le gustaría desayunar conmigo?

Wu Wei echó un vistazo al sol de mediodía queriendo recordarle al Príncipe Heredero que el General Leng había estado esperando aquí desde temprano. Entonces, ¿cómo podría no haber desayunado? Sin embargo, ella se quedó sorprendida cuando escucho a Leng Yu Feng responder seriamente: —Es una buena idea. Estoy muy contento de poder desayunar con usted, mi Príncipe.

Cuando ingresaron al comedor, vieron que el Jefe Hai estaba acompañado de un joven niño. Shang Wu Xin no se sorprendió, pero no era lo mismo con Leng Yu Feng.

—Príncipe Heredero, Hermano. —Leng Zi Shi rindió un simple saludo. En realidad, se suponía que él debía de llegar temprano hoy, pero su primo lo llamó esta mañana, así que por eso se retrasó.

Al ver a su hermano que no era importante para él, Leng Yu Feng frunció el ceño. Con unos palillos en la mano, preguntó: — ¿Por qué estás aquí?

Leng Zi Shi no era más que un hermano nominal para él, por lo que no se veían con frecuencia y carecían de afecto entre ellos. Pero ahora Leng Yu Feng sintió que algo inesperado pudo haber sucedido ya que su hermano estaba en la mansión del Príncipe Heredero, tampoco tenía claro el momento en que su hermano cambió de objetivo, ya que siempre trato de llevarse bien con Leng Tian Tian.

Cuando vio a su hermano comer junto al Príncipe Heredero, Leng Zi Shi sintió un poco de miedo en su corazón, pero descubrió que la atmósfera a su alrededor era bastante buena. Con una determinación, Leng Zi Shi apretó los dientes y preguntó: —Hermano, no quiero quedarme en la mansión sin hacer nada. ¡Quiero seguir al Príncipe Heredero y lograr algunos méritos!

— ¡Tonterías! —Leng Yu Feng quería golpear la mesa, pero se reprimió ya que Shang Wu Xin todavía estaba desayunando. A él nunca le importó Leng Zi Shi, ni siquiera le importaba si estaba vivo o muerto. Sin embargo, temía que Shang Wu Xin se quejara que su hermano perturbaba su vida pacífica.

Leng Zi Shi abrió mucho los ojos después de escuchar lo que dijo su hermano y luego volvió la vista hacia el Príncipe Heredero.

Shang Wu Xin terminó de desayunar como si nada hubiera pasado, al verlo así, Leng Zi Shi se sorprendió. Nunca pensó que ver al Príncipe Heredero comer, fuera tan agradable.

Cuando Shang Wu Xin miró a Leng Yu Feng, este se calmó rápidamente y sin decir nada más, siguió desayunando. Se mantuvieron en silencio, pero la atmósfera aún era buena. Mientras tanto Leng Yu Feng hizo todo lo posible por recordar la comida favorita del Príncipe Heredero, él está muy satisfecho con esta comida.

Luego de soltar sus palillos y limpiarse las manos, Shang Wu Xin le pregunto a Leng Zi Shi: — ¿Qué hora es?

Leng Zi Shi no entendió su pregunta y solo respondió: —Ya es mediodía.

Ahora, Leng Yu Feng se dio cuenta de que Shang Wu Xin realmente aceptó a su hermano, pero no era tan simple como parecía. El Príncipe Heredero podía hacer lo que quisiera con su hermano, y si él hacía algo mal, podría… La mirada de Leng Yu Feng gradualmente se volvió terrible.

—Puedes irte. —Dijo Shang Wu Xin a Leng Zi Shi.

Leng Zi Shi se paralizó al escuchar estas palabras. De repente se arrodilló y suplicó: —Príncipe Heredero, he llegado tarde porque sucedió algo urgente. ¡Le pido perdón Príncipe Heredero! —Leng Zi Shi no quería salir de la Mansión del Príncipe Heredero y menos estar lejos de él. Al principio, se quedó a su lado solo por su prima, pero ahora las cosas habían cambiado.

—General Leng, ¿qué cree que debería hacer? —Preguntó Shang Wu Xin, dejándole el problema a Leng Yu Feng.

Al ver a su hermano mendigando, Leng Yu Feng aún mantenía su mirada fría. Luego respondió: —Según las reglas, mi hermano debería ser golpeado veinte veces con un palo de madera por lo que ha hecho. —Si Leng Zi Shi estuviera en un campamento militar, el castigo por llegar tarde sería más grave. Además, él nunca recibió entrenamiento en artes marciales, por lo que moriría si el castigo fuera demasiado severo. Leng Yu Feng pudo ver qué Shang Wu Xin no quería matarlo… Por ahora.

— ¡Hermano! —Aunque Leng Zi Shi era solo el hijo de una concubina, todavía llevaba una buena vida. Nadie lo había golpeado y apenas le gritaban por algo. Obviamente a Leng Yu Feng no le importaba lo que acababa de decir, así que desvío la mirada hacia el Príncipe Heredero.

—Puedes irte de aquí si no puedes soportarlo. —Dijo Shang Wu Xin con impaciencia, luego agitó la mano para que el Jefe Hai se lo llevará, y agregó que estaría bien mientras no lo matara a golpes.

Leng Yu Feng pensó por un momento y preguntó: —Príncipe Heredero, ¿por qué permite que mi hermano te siga?

—Bueno… —En lugar de responder, Shang Wu Xin devolvió la pregunta —General Leng, ¿usted lo trata como su verdadero hermano? Creo que debería tener en cuenta tus sentimientos cuando tomo decisiones.

Incluso si al Príncipe Heredero no le importaba en absoluto y hacía todo para su propio beneficio, sus palabras hacían que Leng Yu Feng se sintiera dulce en su corazón.

—El afecto familiar en la Mansión de mi familia es raro. Haga lo que desee, mi Príncipe Heredero.

Shang Wu Xin asintió con satisfacción, pero antes de que pudiera responder, algo blanco corrió en dirección de Shang Wu Xin y Leng Yu Feng inmediatamente se colocó en frente de ella para protegerla. Mientras tanto, la mente de Shang Wu Xin se puso en blanco al ver la repentina reacción de Leng Yu Feng.

El pequeño zorro quería meterse entre los brazos del Príncipe Heredero, pero Leng Yu Feng lo sostuvo del cuello. El zorro estaba llorando enojado e intentaba morder al hombre que lo capturó.

—Detente ahora mismo. —El pequeño zorro fue regañado antes de poder vengarse y este sabía claramente a quien le pertenecía la voz. Mirando al Príncipe Heredero de manera lastimosa, descubrió que su dueño simplemente no tenía piedad.

Leng Yu Feng liberó al pequeño zorro. En cuanto a él, que iba a ser mordido en varias ocasiones, logró defenderse en cada intento. Además, quería darle un pequeño susto al zorro, pero no lo hizo porque supuso que pertenecía al Príncipe Heredero, ya que este podía ingresar libremente a la mansión.

— ¿Es su mascota Príncipe Heredero? —Leng Yu Feng sonó incrédulo. No podía entender la razón por la cual este tipo de zorro se convirtió en su mascota. Sin embargo, también sintió que era bueno que el Príncipe Heredero tuviera algo a su lado. Después de todo, él siempre estaba solo.

— ¡Príncipe Heredero! —El Jefe Hai corrió hacia Shang Wu Xin a toda prisa y dijo: — ¡Un edicto, recibió un edicto imperial! El Príncipe Qian del Imperio Nangong viene a nuestro país. ¡Su Majestad ordena que le dé una bienvenida!

Shang Wu Xin asintió. Después de todo, Nangong Lian le dijo que su hermano venía a recogerla. Desde entonces supo que el Príncipe Qian iba a llegar a su mansión. Originalmente pensó que se iría luego de recoger a su hermana, no que hiciera una visita pública.

—Iré luego de cambiarme. General Leng, venga conmigo.

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