Riku – Capítulo 35: La batalla en las llanuras de Karkata

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


—¿Dijiste que no subían la montaña?

Alguien alzó la voz con sorpresa. Los Espiritistas no subían a las montañas. Por el contrario, estaban esperando en las llanuras, preparándose para cogerlos con la guardia baja.

Debido a la sorpresa, Kraut, que dirigía el Ejército, se quedó sin habla.

La formación en forma de triángulo espléndidamente establecida miraba en su dirección. En la retaguardia, en la base del triángulo, había varias banderas izadas y ondeando en el viento.

Probablemente allí es donde estaba el General enemigo. Kraut, cuyas predicciones estaban completamente equivocadas, sólo podía mirarlos sorprendido. Debido a la conmoción, se volvió incapaz de dar órdenes a su Ejército.

—¡No pierdas la cabeza, de gozaru…! —Quien levantó la voz en su lugar fue Asty Gortoberuk. Llena de confianza, aunque fuera su primera Campaña, su actitud era majestuosa. —Lo aprendí del honorable abuelo, de gozaru. Contra un enemigo que ataca de frente necesitas extender tu Ejército como alas y hacer que el enemigo caiga entre ellas.

Asty explicó la formación mientras extendía los brazos. Era, por decirlo de alguna forma, la formación Alas de Grulla. [1]

La diferencia entre su potencial de guerra era clara. No era posible creer que serían capaces de ganar. Pero una vez que entras en el campo de batalla, lo mejor es luchar sin importar qué.

—Bien, entonces, será como Asty-dono dijo. ¡Todo el mundo! ¡¡Extiéndanse en dos alas y rodeen al enemigo!!

Ante su comando, la forma del Ejército cambió.

Kraut, que estaba en la parte delantera, se fue a la retaguardia, y el Ejército de Riku, pasó al frente. Echando una ojeada a las banderas del enemigo, se sorprendió al ver a la Familia en la retaguardia y a sus increíbles números. Inconscientemente abrió los ojos.

—…Esas banderas. No hay error.

Como si fuera natural, las comisuras de sus labios se alzaron. Todas las banderas que ondeaban por encima del enemigo eran de la Familia Barusak, sin importar cómo las miraras. Ese Ejército probablemente fue formado por Espiritistas y mercenarios.

Para educar Espiritistas se necesita dinero. Aunque fueran de una Familia, había niños como Riku que no tenían el talento. Por eso, sin importar cuán grande era el Ejército, la mitad no era Espiritista.

Gran parte de los enemigos frente a ellos no eran más que mercenarios. Aún así, no cambia el hecho de que estaban aliados con Barusak.

—Lo siento. Parece que no puedo contenerme hoy —murmuró sin dirigirse a nadie en particular.

Con esta abrumadora diferencia en los números, no tendría sentido que la mataran por relajarse y hacer lo que quería. En este momento necesitaba matarlos como si fuera cualquier Familia Espiritista, sin darles tratamiento especial por ser Barusak.

Mirando a los soldados que llevó con ella, alzó la voz.

—Probablemente más de la mitad de ese Ejército no son Espiritistas, sino mercenarios comunes. Luchad con todo su corazón hasta que de la señal de retirada.

El grito de guerra resonó, de acuerdo con sus palabras.

Gorrión
Así se motiva a tus tropas, no llamando al otro ejército papas fritas

Ahora era la oportunidad de comenzar la lucha.

El Ejército de Barusak avanzó como una ola enorme.

Los dos Ejércitos chocaron entre sí. Diciéndolo así, parecía que el Ejército Demonio iba a ser absorbido en un instante, pero las cosas no terminarían tan fácilmente.

Riku miraba a los soldados que cargaban sin ningún tipo de cuidado.

—Puesto que estás tan ansioso por morir, puedes estar contento de que lo hagas.

El Ejército avanzó mientras levantaban sus voces, como si quisieran engullir a los Demonios. Con una sonrisa, Riku cortó de derecha a izquierda con su alabarda.

—Yo personalmente te decapitaré.

En un instante, muchos cuerpos se dividieron y la sangre se derramó por los alrededores. Como si su voz fuera la señal, los otros Demonios lanzaban sus propias espadas o lanzas, incluso sus colmillos y puños a los Espiritistas que se acercaban.

Ella cortó la cabeza de los soldados de infantería en dos mitades verticales, a veces su torso, y sacó sus órganos.

Aún así, Riku estaba insatisfecha. El enemigo no era el Bistolru, ni el Buryuuser. De todos los enemigos, necesitaba tratar a los Barusak igual que otros Espiritistas. Este hecho le abrasaba las entrañas.

—¿Qué pasa? ¿Es todo tu poder?

Riku giró su alabarda mientras sonreía como una lunática. Su rostro estaba maquillado con la sangre derramada, su pelo rojo empapado y su armadura teñida.

¿Cuántas personas había cortado? Perdiendo la sensación del tiempo, balanceaba su alabarda siguiendo sus instintos. Pero entonces, oyó la voz de Roppu a su lado.

—¡Teniente Comandante! ¡Deberíamos retirarnos pronto! ¡El ala derecha se rompió!

Su voz estaba llena de pánico.

Apuntando al Espiritista frente a sus ojos, cortó su cuello. Los pocos minutos de destrucción que había vivido no eran suficientes, pero no podía hacerse nada si ella estaba en su límite de tiempo. Barriendo con la alabarda que estaba en el cuello de ese espiritualista, ella dio vuelta a su caballo alrededor.

—¡Nos retiramos a las murallas de la Fortaleza de Karkata!

Siguiendo su órden, como si volteara la palma de la mano, las tropas de Riku se volvieron. Entonces corrieron derecho por el camino en que llegaron. Las otras tropas también comenzaron a retirarse.

A nadie le gustaba la idea de morir. Como si fueran atraídos por un imán, todos corrieron hacia la Fortaleza.

—¡¡No corran de gozaru!! ¿Por qué no vas a pelear, de gozaru?

Asty se enfureció. Chasqueando su lengua, Riku colocó su alabarda junto al cuello de Asty. Tal vez porque la intención de matar le había sido dirigida por un aliado, la complexión de Asty cambió.

—¿Q-Qué es eso, de gozaru? ¿Se volvió loca, de gozaru?

—Estoy sana. Ya se trate de números o de moral, perdemos. No hay manera de que podamos desperdiciar soldados aquí sin ninguna razón.

—P-Pero…

—Sin peros. Es una orden de su superior. Ahora nos batimos en retirada.

La expresión de ira de Asty cambió a una de confusión. Quizás si sus posiciones fueran invertidas, ella le preguntaría a Riku por sus motivos. Pero ahora mismo, era difícil tener una charla.

Tirando de Asty, Riku se apresuró a retirarse a la Fortaleza de Karkata.

Viéndolas irse, la victoria claramente era para los Espiritistas.

Rook se encontraba en la retaguardia. Por supuesto, no había manera en que no fuera a tomar precauciones al pelear. Estaba preparado para sacar su espada fácilmente y así tratar con Asty cuando lo atacara con su ataque suicida.

—El enemigo ha comenzado a retirarse. ¿Qué debemos hacer? —preguntó Mary tranquilamente. Se levantó mientras sacudía la cabeza, como si dijera ‘es una pena’.

—No tienen espíritu de lucha si se retiran tan pronto… ¿Hay alguien; un Demonio que nos acusaría de poner nuestra vida en juego?

—No lo hay. Todo el Ejército Demonio se está retirando.

—¿Eh?

Rook dobló su cuello.

Gorrión
Pagaría por ver su cara

Si su memoria era correcta, en ese momento Asty se negaría a retirarse y vendría a atacar por ella misma.

—¿Ni siquiera una sola?

—Sí. ¿Deberíamos ir tras ellos?

Pero Rook no le prestó mucha atención a esto.

Como Selestinna había perdido la guerra por alguna razón, Gortoberuk no fue asesinado. Si es así, Asty no tendría pensamientos de venganza.

Después de reflexionar sobre eso, Rook montó su caballo.

—¡Los estamos siguiendo!

—¡Sí! ¡Tras ellos!!

Mary montó su caballo junto con Rook mientras seguían apresuradamente a los Demonios retirándose.

Pero tal vez porque Rook se tomó demasiado tiempo en decidir seguirlos, los Demonios fueron capaces de llegar a las paredes sin agotarse. Desde donde estaban pudieron ver a los Demonios pasar rápidamente por las puertas.

Hmm.

En ese momento, Rook notó… Algo extraño sobre eso.

Cerca de las puertas, había “cosas” alineadas. Eran animales conducidos fuera por los soldados demoníacos: quinientos cerdos. Teniendo algo que los cubría, incluso desde la distancia era posible verlos brillar con el reflejo de la luz.

¿Qué hacían allí esos cerdos?

En el juego este desarrollo no existía. Pero antes de poder preocuparse por lo que pasaba, algo dentro de Rook se alarmó al recordar un conocimiento misceláneo.

Prepararon un gran número de cerdos, los cubrieron con algo y todos los Demonios estaban dentro de la Fortaleza. Además ellos los siguieron…

Con todo eso, sólo había una conclusión.

—¡Mierda! ¡¡Retirada debemos h-huir!!

—¿Por qué, Joven Maestro?

Cuando Mary le preguntó, ya era demasiado tarde.

Los Demonios encendieron los cerdos cubiertos de aceite, y al mismo tiempo, los soltaron golpeando sus colillas con todas sus fuerzas.

En ese instante, los cerdos ardientes fueron empujados hacia abajo por la colina. En general, se tiene la imagen del cerdo como un ser capaz de comer cualquier cosa y perezoso.

Poniéndolo en otra perspectiva, imaginarlos como cualquier cosa menos una comida deliciosa era difícil.

Pero los cerdos que se acercaban no eran diferente a jabalíes. Imparables una vez que comenzaban a correr, escondían un poder capaz de destruir fácilmente una línea defensiva hecha con firmeza.

Una vez que comenzaron a correr, era casi imposible detener su vigor.

—¡R-Retirada! ¡¡Retirada!!

Los cerdos que eran comida se convirtieron en armas espantosas en un instante.

Las bolas de fuego levantaban gritos agonizantes que se acercaban al Ejército de Barusak.


[1] La formación de “Alas de Grulla” también llamada “Formación en pinzas” es una estrategia en la cual el Ejército se divide en dos. Cada parte ataca desde dos lados, encerrando al enemigo entre ellos y sin dejarles oportunidad de escapar.

Gorrión
Sin palabras para esa estrategia

Nelea
Adiós comida, hola armas apetitosas y con patas=

4 respuestas a “Riku – Capítulo 35: La batalla en las llanuras de Karkata”

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