Riku – Capítulo 50: Cortando a través del viento nocturno

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


Karula voló cortando el viento de la noche.

Ella era una mensajera. Los mensajeros Demonio de tipo conejos y panteras tenían fuertes piernas, pero Karula usaba sus preciosas ala negras, batiéndolas con todas sus fuerzas para entregar mensajes.

Esta noche también, llevando los papeles con palabras escritas por Charlotte, la Reina Demonio suplente, se dirigía a la Isla Sherr.

Karula atravesó la oscuridad de la noche.

Había volado fervientemente sobre el mar durante tres noches sin dormir. Sin importar cuánta experiencia como mensajera tuviera, le tomó un gran esfuerzo encontrar puntos de referencia estando en el medio del mar.

Decidiendo su curso con el Sol en el día y con las estrellas por la noche, ella siguió volando.

Hoy, la noche había sido muy agotadora con un cielo donde era difícil encontrar las estrellas ya que la mayor parte estaba lleno de copos de nieve. Sería otra historia si estuviera volando sobre el campamento enemigo. En ese caso, las condiciones meteorológicas serían las mejores para volar porque las alas negras de Karula desaparecerían en la oscuridad.

Volando a gran altura después de un tiempo, encontró una sola luz en la oscuridad lejos en el horizonte. Eran decenas de faroles. Probablemente pertenecían a los barcos que estaban anclados allí. Con curiosidad, mirando la parte superior del mástil de un barco, vio la bandera de los Espiritistas ondeando. Karula inclinó la cabeza hacia el lado con asombro.

—… Han aumentado.

Según lo que había oído de Charlotte, se suponía que había unos diez barcos que rodeaban la isla. Aparentemente, desde que habían recibido la información, el número de enemigos había aumentado.

Karula aumentó su altura para no ser detectada. Moviendo hábilmente sus alas, se impulsó con el viento para volar. Al hacerlo, pudo tener una visión más clara de la Isla rodeada por Espiritistas.

En esa isla aislada que no tenía nada fuera de lo normal, había un Templo muy grande de diseño modesto.

—¿Está allí?

Estaba casi segura de que ese Templo era su destino.

Habiendo confirmado eso, se deslizó hacia la plaza en el centro del Templo. Con calma y velocidad, voló en picada para no llamar la atención.

Karula ignoró a los pocos soldados Demonios apostados para vigilar que la señalaban mientras hablaban entre sí. Aterrizando en la fuente en el centro de la plaza, una sensación de agotamiento la llenó de repente. Había pasado mucho tiempo desde que había puesto sus pies en el suelo. Debido a eso, comenzó a sentir que sus piernas se desmoronaban.

Sin embargo, si ella estuviera cansada con sólo esto, no sería calificada como un buen mensajero. Después de tratar de animarse, llamó a los soldados que estaban cerca.

—Desde el Cuarto Ejército del Rey Demonio, afiliada al cuerpo de mensajeros, soy la Teniente Primera Karula Fezah. Vine a entregar las órdenes del Señor Demonio provisional, Charlotte-sama. Me gustaría pedir una audiencia con la Teniente Comandante Riku Barusak con urgencia.

—S-Sí. ahora mismo.

Los soldados corrieron con tanto vigor que parecía que sus culos estuvieran ardiendo. Y luego, poco después, apareció una chica completamente cubierta de rojo.

En contraste con Karula, era una chica que se destacaba incluso en la oscuridad. Tenía un pelo rojo que parecía estar ardiendo y llevaba una armadura roja como la sangre.

Por la alabarda que llevaba en su espalda, conocida también como “Quien no conoce su lugar” o “Aquella por encima de sus posibilidades”, adivinó que era la Teniente Comandante Riku Barusak.

Ambas bajaron la cabeza para saludar a la otra con cortesía.

—Buen trabajo llegando tarde esta noche… Entonces, ¿son órdenes de esa chica?

Escuchándola referirse a Charlotte-samma como “esa chica”, Karula frunció las cejas. Sin embargo, primero debía terminar la misión, así que sacó la carta.

—Aquí está.

—Gracias.

Riku Barusak abrió bruscamente la carta que recibió. Y luego, con ojos que no parecían esperar mucho de nada, empezó a seguir las palabras que estaban escritas en la carta.

—Resumiendo, esa chica … ¿Nos está enviando refuerzos?

—¿Hay algo que te moleste?

—No… Sólo que no está escrito cuándo, cómo, y en qué escala serán los refuerzos. ¿Qué se supone que debo hacer con esa falta de detalles?

Riku le mostró a Karula la carta. Al parecer, no creía por completo en la información sobre los refuerzos.

Viendo la forma en que leyó la carta y cómo no vaciló en nombrar a Charlotte sin agregar ningún honorífico, Riku Barusak debía odiarla mucho.

Karula inclinó la cabeza hacia un lado, perpleja ante la diferencia entre los rumores sobre ella y la realidad. Había oído cómo había protegido a Charlotte a pesar de sus heridas, ¿sería mentira?

Gorrión
Si por Riku fuera, ella misma le cortaba la cabeza a Charlotte

Nelea
Y cómo no hacerlo, es tan tonta que se dejó capturar y seducir por Rook

—¿Y ahora? ¿Volverás a preguntarles eso?

—No. Pienso que no escribieron los detalles al tener en cuenta la posibilidad de que la carta cayera en manos del enemigo. Si todo va bien, después de terminar todos los preparativos, los refuerzos deben llegar después de una semana.

—…Una semana.

Con la respuesta de Karula, Riku entrecerró los ojos. Poniendo su fino dedo en su barbilla, ella comenzó a pensar. Mientras mostraba una sonrisa traicionera, mostrando que tramaba algo, habló como si hubiera recordado de repente.

—Entonces, tú… ¿Cuándo piensas irte?

—¿De qué estás hablando?

—¿Está bien que no vayas con Charlotte… -sama para decirle que has entregado el mensaje?

—No, en realidad, el líder de las fuerzas es el teniente general Adlar-sama, así que…

—¡Deberías haberlo dicho antes!

En el instante en que Karula había hablado de Adlar, la expresión de Riku Barusak cambió.

La cara que parecía estar tramando algo malo cambió completamente, convirtiéndose en una cara seria y honesta. Todavía parecía estar pensando en algo, pero era completamente diferente a su actitud de hace unos momentos. El brillo en sus ojos ahora era una cuchilla afilada.

Viendo este cambio repentino, Karula dio un paso atrás. Sin embargo, Riku no la dejó huir.

—En otras palabras, significa que has sido encargada como mensajera entre ambos, ¿verdad?

—Sí.

—Pero no hay manera de que pueda estar intercambiando cartas todo el tiempo, bien… Sólo puedo usarte para asuntos serios… Por el momento, descansa. Teniente Segunda Asty, guía a la Teniente Primera Fezah a una habitación vacía.

Y con eso, Riku dejó el lugar. Karula siguió su pequeña espalda distraídamente con la mirada, hasta que la chica llamada Asty agitó su mano delante suyo.

—… ¿Qué estás haciendo?

—Ah, parecías estar soñando despierta, de gozaru. ¿Te sorprendió el cambio de comportamiento de la Teniente Comandante, de gozaru?

Asty sonreía ampliamente.

Igualmente, Karula sólo pudo dar una sonrisa irónica sin decir nada. Asty probablemente malentendió algo, porque continuó hablando con tal buen humor que parecía que comenzaría a tararear en cualquier momento.

—La Teniente Comandante es alguien que distingue con claridad quién le gusta y quién odia, de gozaru. Es probable que si Charlotte-dono hubiera venido, habría pensado una estrategia para hacer que tanto los Espiritistas como los refuerzos se destruyeran mutuamente. Ah, somos afortunados de que sea el Teniente General Adlar quien vino. Gracias a Dios.

—… ¿Deberías estar feliz con eso?

Ante la pregunta de Karula, Asty sacudió la cabeza en pánico, recalcando que no revelara lo que acababa de decir. Por supuesto, habría estado bien si se lo dijera a Charlotte. Si ella lo hubiera oído, es posible que Riku terminara siendo castigada.

Sin embargo, Karula no tenía la intención de informarlo.

En este intercambio único, Karula tenía la sensación de que acababa de ver una pizca de los rumores de Riku Barusak [la locura]. Si ella actuara mal, y terminaba siendo asesinada entre bastidores, no sería una coincidencia.

—Sólo haré lo que me mandaron.

Diciendo eso, decidió olvidar el intercambio.

Lo importante ahora era cubrirse con una manta y dormir cálidamente. Deseando un breve descanso, el mensajero de alas negras caminó por la oscuridad del Templo.

♦ ♦ ♦

Rook Barusak empezó a cansarse del mar.

Gorrión
Jojojo, a ver si se encuentran ya

Aunque se diera la vuelta, el paisaje no cambiaría. Sólo habría cielo azul y un mar que se extendía hasta el horizonte.

Al principio, había soltado palabras de admiración.

Sin embargo, después de estar así por una semana, obviamente se cansaría.

Su disfrute decayó acorde al balanceo de las olas, y dejó escapar un pequeño suspiro. A pesar de que no se sentía mareado, empezaba a anhelar la tierra.

Acostado en la cubierta del barco, cerró silenciosamente sus pesados ​​párpados. No tenía nada que hacer hasta que el enemigo no se moviera. No tenía ganas de estudiar, pero tampoco tenía ganas de moverse y gastar su energía con algo.

Con las olas golpeando la nave funcionando como una canción de cuna, Rook estaba por caer en el mundo de los sueños.

—¿Qué te pasa, Rook?

Lo levantó fue su hermana mayor biológica, Raku Barusak.

Al despertar, el cielo que se suponía era azul ya se había vuelto negro. Allí, una cantidad incalculable de estrellas empezó a aparecer.

—¿Qué…? Es Raku-ane.

Tal vez porque había estado en el Sol por un largo tiempo, su normalmente blanca piel se había convertido en marrón claro. Desprendía cierto encanto adulto.

—Por cierto… ¿Hasta cuándo vamos a seguir rodeando la Isla Sherr?

Después de que Rook y su Ejército hubieran capturado Fert, se dirigieron de inmediato a la Isla de Sherr.

Raku dijo que iban a usar la isla, así que para reducir la fuerza de combate de Fert, distribuyó información falsa.

Rook no sabía qué información dispersó. Lo único que sabía era que se produjo una situación donde el lado demoníaco envió tropas a Sherr sin pensarlo.

Los soldados Demonios enviados no eran de Perikka, que también estaba situada en el mar. Las tropas con los marineros más fuertes estaban en Fert.

De hecho, era inesperadamente fácil llegar allí desde Fert.

De esa forma, se produjo una pequeña brecha en sus defensas. Apuntando a ella fue que lograron la situación actual: provocar a los soldados de Fert y capturar la ciudad.

Ahora Rook sólo debía hacer una cosa… Recuperar la Isla Sherr, que había caído en manos de los Demonios.

—Sé que ahora los Demonios en la isla son considerados fuertes, incluso entre los de Fert. Pero ya sabes, también tenemos quince naves de guerra. Si atacamos ahora…

—Disparates. Es importante atraer al enemigo debilitado.

Raku rechazó los murmullos de Rook mientras lanzaba una mirada de desprecio como si estuviera mirando a alguien estúpido. Esa mirada hizo que la irritación de Rook empeorara.

Se puso de pie calmadamente y miró a Raku.

—Muchos Espiritistas están siendo retenidos en el Templo de la isla. ¿No es mejor ir a salvarlos tan pronto como sea posible?

—No hay necesidad de sentir pena por los Espiritistas derrotados, Rook. Los Demonios no están acostumbrados a las batallas navales. Es definitivamente imposible para ellos lanzar un ataque al enemigo que llegó después de su victoria. Además, su comida es limitada a lo que haya en el Templo. Se agotará después de un mes… En otras palabras, cuanto más tiempo pase, mayor será su desventaja. Una vez que se debiliten, tendremos la oportunidad y nosotros, que estamos en una posición perfecta, cosecharemos nuestra recompensa. No hay manera de que tengan ventaja después de desembarcar descuidadamente.

Raku sacudió la cabeza.

Rook entendía lo que quería decir.

Los Espiritistas derrotados por los Demonios debían ser castigados.

La órden de atacar la impenetrable ciudad de Fert que Rook recibió equivalía a decirle que muriera, lanzándolo a una batalla donde sólo le esperaba la muerte. Él era consciente de eso.

Sin embargo, no era lo mismo que matarse inmediatamente.

Una vez que esos Espiritistas fueron atrapados, perdieron su derecho a vivir o morir ante los Demonios.

No sabía si el mismo enemigo que había matado a Rebecca sin vacilar, una niña que todavía no había desarrollado su fuerza, tratarían a los prisioneros de forma adecuada.

—Oye, cálmate. Te estás volviendo loco.

—Es Raku-ane que es demasiado tranquila… ¿Qué?

En ese momento, Rook vio algo moverse sobre el hombro de su hermana.

Se acercaba una flota desde la Isla Sherr en medio de la oscuridad. Eran cuatro naves.

Iban directo hacia ellos, sin apartarse de su objetivo.

Antes de que Rook pudiera gritar algo, Raku elevó la voz.

—¡El enemigo se movió! ¡Preparen los arcos! ¡Desatad una lluvia de flechas sobre ellos!

Su voz perturbó la oscuridad de la noche.

Los soldados medio dormidos despertaron y galantemente se dirigieron a sus posiciones.

Consiguiendo su propio arco, Raku lo alzó y preparó una flecha.

Como Selestinna le había enseñado a disparar, Rook se unió a ella.

Apuntando a las sombras de los Demonios de pie en el barco en el centro de la flota, todo el mundo esperó la señal de Raku.

—¡Ahora! ¡Disparen!

Era el decimoquinto día desde que los Espiritistas habían rodeado la Isla Sherr. En lugar de la Luna que no se dejaba ver, todo el cielo estaba lleno de estrellas.

Junto con el sonido de las flechas cortando el viento, las cortinas para el siguiente acto de la obra, la batalla naval en la isla de Sherr, fueron cortadas y rasgadas.

Gorrión
Vaya, que final tan poético. Da ganas de que Riku le destaje la cabeza a Roku

Nelea
Ya quiero leer el plan que ideó Riku para cosechar cabezas

Una respuesta en “Riku – Capítulo 50: Cortando a través del viento nocturno”

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