Riku – Capítulo 76: La estación de hojas rojas

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


La montaña cercana a la Capital Real estaba completamente teñida de rojo.

Aunque solían brillar con verde, ahora estaban pintadas de carmesí, dando la sensación de que el Otoño estaba en su pináculo.

En los pocos días que faltaban para que las hojas caigan, finalmente llegaría la estación donde el suelo se cubriría de nieve.

―Ah, un paisaje tan hermoso —murmuró un Espiritista.

Un Ejército de Espiritistas estaba reunido en el sistema de cuevas en las profundidades de las montañas llenas de rojo.

La mitad de ellos se encontraban en lo profundo de las cavernas, mientras que los restantes hacían guardia fuera.

Este cierto Espiritista pertenecía al último grupo.

Apoyado contra la entrada de la cueva, miró el enrojecimiento de las montañas frente a sus ojos.

―Ahora que lo pienso, el Joven Maestro de la casa de Barusak dijo algo sobre ‘mirar la caída de las hojas’… Una especie de espectáculo para ver las hojas de otoño. Ah, quiero beber…

―¡Hey, no bajen su guardia! ¡El Ejército del Señor Demonio podría atacar en cualquier momento, ¿sabes?! —le instó su colega de pie a su lado.

―Esta es la tierra donde el Señor Demonio está sellado. Ahora que la Princesa fue capturada, ellos atacarán aquí. ¡No sería raro, incluso si el enemigo ataca en cuanto menos lo esperes, ¿sabes?!

―Hm… Bueno, supongo, pero… ¿El Ejército del Rey Demonio es tan fuerte?

El Espiritista no tenía realmente ningún sentido de tensión.

En los últimos años, y en particular los anteriores meses, habían sufrido grandes derrotas a manos del Ejército del Señor Demonio. Sin embargo, pudieron matar al Comandante de Fert, Zerrik, y una batalla días atrás, Leivein, quien se podría decir que era el núcleo del Ejército enemigo, terminó al borde de la muerte.

Lo más probable es que hayan podido inflingirle una lesión que lo dejó cerca de la muerte cuando intentó proteger al Rey Demonio Provisional, Charlotte.

―¿No están los más fuertes del enemigo acabados? En ese caso, deberíamos ser capaces de tratar con ellos de alguna manera, ¿verdad?

―¡¿De qué hablas?! ¡¿No lo sabes?!

En un ataque de ira, el colega agarró al Espiritista por el cuello.

―¿De qué estás hablando?

―El rumor del Demonio pelirrojo. Un Demonio pequeño que aniquiló a todo un Ejército en Karkata. Él gira su enorme alabarda mientras su cabello rojo gotea sangre.

Su voz temblaba ligeramente.

El rumor del Demonio pelirrojo se había extendido entre los Espiritistas. El otro había oído hablar de eso antes, pero se rió como si no importara mucho.

―Pero sabes, ¿no son los rumores algo exagerados?

―¡Estúpido! Al parecer, no es el caso. Lo escuché directamente de los supervivientes de Karkata.

―Aunque digas que es un Demonio, ¿no es pelirrojo? En ese caso, ¿no se trata de la ‘Traidora Riku’?

―… ¿’Traidora Riku’?

El compañero frunció el ceño. Inclinó la cabeza ante esas palabras de las que no había oído hablar antes. Y entonces, el Espiritista habló en voz baja.

―Que quede entre nosotros, pero al parecer la segunda hija de Raimon-sama traicionó a los Espiritistas y está trabajando con los Demonios.

―¡¿Haa?! ¿Que quieres decir con…?

―Shh, estás siendo demasiado fuerte.

El Espiritualista apresuradamente puso su mano en la boca de su colega. Él se sorprendió hasta el punto en que parecía que sus ojos se salían.

Con su compañero mirándolo serio, continuó mientras bajaba la voz aún más.

―Mi hermano está en el escuadrón que Raimon-sama controla directamente, ¿sabes? Al parecer la arrojaron por un acantilado, pero sobrevivió. Y los Demonios la recogieron.

―… ¿Es esto cierto? —murmuró mientras apartaba.

Los Espiritistas afiliados a la Familia Barusak, e incluso otros, sabían que Raimon Barusak tenía una hija pelirroja. Era de conocimiento común cómo la había tratado hace algunos años.

―Es verdad. Además, parece que Raimon-sama le cortó el brazo derecho. Así que, ¿no significa que no hay nadie entre los Demonios que represente una amenaza?

―Ya veo. Pero esto no es una razón para bajar la guardia. Todavía hay una posibilidad de que tengan a alguien fuerte no conocemos.

Golpeando sus propias mejillas, el compañero de nuevo hizo una cara seria. Después de contestar, volvió a mirar hacia la dirección a la que se extendía la cordillera.

―Si realmente se dirigen al «Sello», ¿no deberían los demás notarlos llegar? —murmuró el Espiritista mientras observaba las hojas revoloteando.

Si llegaran a detectar al Ejército Demonio llegando al pie de la montaña, lo informarían de inmediato. Era imposible pensar que el enemigo fuera capaz de dominar a los Espiritistas de élite que protegían el «Sello», y si se acercaran, definitivamente serían descubiertos a mitad de camino. Con eso dicho, su colega asintió con vacilación.

―Bueno, eso tiene sentido. Pero nunca puedes ser demasiado cuidadoso, ¿sabes? No hay error de que las tropas que protegen el «Sello» son elegidas por la élite. Pero…

Las palabras del acompañante fueron interrumpidas.

No fue porque hubiera dejado de hablar, sino que su cabeza salió volando junto con el sonido del aire siendo cortado. Ante lo repentino de la situación, el Espiritista miró a su compañero cuya cabeza desapareció de la vista confundido.

―¿Eh?

Fue lo único que pudo decir.

En el instante siguiente, su propio cuello también terminó siendo cortado por la aguda alabarda. Con un dolor insoportable imposible de imaginar, al tiempo que su conciencia desaparecía, lo que el Espiritista vio en sus últimos momentos fue una chica envuelta en una armadura de color rojo con el pelo de color bermellón que hizo que sus mejillas se sonrojaran…

Gorrión
WTF, ¿sonrojado?

―Para que esto sea las tropas elegidas por las élites. que decepcionante.

Era una chica de un solo brazo que se mezclaba con las hojas de otoño de la montaña.

♦ ♦ ♦

―Supresión completa.

Riku Barusak se sentó en una roca cercana.

La montaña teñida de rojo por el otoño ahora estaba aun más coloreada por la sangre. Sacando un papel cubierto del líquido, Riku dio un pequeño suspiro.

―No está aquí tampoco.

El papel que ella extendió entre sus cosas era un mapa con los alrededores de la Capital Real dibujados en él. En las montañas y las costas, había algunos círculos y marcas “x” escritas sobre ellos. Haciendo uso de su dedo empapado de sangre, escribió una marca de x en el círculo del lugar donde estaban.

―Realmente, hay demasiados lugares donde podría estar el «Sello». ¿No podrían bajar un poco más los números?

―No hay nada que hacer para remediar eso. Esto es lo máximo que podemos hacer.

Al decir eso, la figura de Vrusto apareció desde dentro de la cueva.

―Por cierto, ¿no es Ojou-chan una Barusak? ¿No deberían haberle enseñado el lugar en el que está sellado el Señor Demonio?

―Desafortunadamente, no lo sé. La verdadera ubicación sólo se dice a los jefes de las Cuatro Familias Espiritualistas y las tropas de élite. Aparte de eso, todo es información falsa…. Por la forma en que estaban actuando, tampoco permitieron que las tropas que protegían esta falsa ubicación lo supieran.

Riku miró sus pies. Allí, allí estaban los cuerpos de los Espiritistas que habían creído que estaban realmente protegiendo el «Sello».

Sin duda, esto también era sólo información falsa sólo para que el lugar real no se descubriera.

Inmediatamente después de sellar al Señor Demonio… los Espiritistas ocultaron la ubicación, probablemente por temor al contraataque de los Demonios y la resurrección del Rey Demonio.

Con el fin de esconder cuidadosamente dónde está el «Sello», los Espiritistas enviaron algunas tropas para proteger lugares que no tenían relación con el «Sello» como distracción. Esas ubicaciones también se mantuvieron en secreto, pero después de muchos años de investigación por el Ejército del Rey Demonio, pudieron descubrirlos.

Recibiendo órdenes de Gortoberuk, Riku fue a hacer una búsqueda minuciosa en esos lugares.

―Con éste, ya es el cuarto. … Deben tener mucho miedo a la resurrección del Señor Demonio para hacer este tipo de cosas.

Riku había aprendido sobre la amenaza del Rey Demonio desde su infancia.

El Señor Demonio había hecho todo acto de crueldad posible en este mundo, y había ahogado la Ciudad Real en la sangre de muchos humanos.

Dicho esto, había muchos puntos que eran diferentes de la realidad en la información que había aprendido. Riku no pudo darse cuenta de hasta qué punto la fuerza del Señor Demonio era verdadera.

―Ahora, entonces, ¿cuál debemos ir a aplastar a continuación?

―Hmm, bien. ¿Qué tal si vamos a atacar las cuevas por aquí antes de reportarnos? Si saben que atacamos podrían fortalecer sus defensas, y eso sería molesto ya que seguimos recibiendo los lugares equivocados.

―Eso es cierto… Pero teniendo en cuenta el informe del movimiento de los Espiritistas que recibí esta mañana de Karula, parece que la montaña del otro lado es sospechosa.

El movimiento de los Espiritistas en estas últimas semanas fue implacable.

Como si estuvieran tratando de esconder algo, y sin celebrar una cierta ceremonia de partida al igual que cuando enviaban tropas, el movimiento entre la Capital Real y la guarnición aumentaba.

―Creo que es importante enviar a los exploradores al otro lado de la montaña y estar preparados para lanzar un ataque en cualquier momento.

―Estúpida. Es obvio que están filtrando información a propósito, ¿sabes? Como no podemos confirmar la veracidad de la información, debemos enviar las tropas de Asty junto con un escuadrón de exploración a la otra montaña. Es mejor para nosotros, las tropas principales, ir a atacar a otros lugares.

―Pero, ¿qué haríamos si ese fuera el verdadero lugar? En ese caso, las defensas serían más fuertes y no hay nadie lo suficientemente fuerte como para romperlas además de mí.

―… Tienes bastante confianza, Ojou-chan.

Riku echó un vistazo a la cara un poco sorprendida de Vrusto.

―Bueno… De hecho, no hay manera de que podamos usar información poco confiable para nuestros movimientos. Por ahora, enviaremos a los exploradores de las fuerzas principales y haremos que Asty organice sus tropas para que estén listos para atacar en cualquier momento. Seguiremos buscando alrededor de los lugares cercanos. ¿Está bien?

Comprendía que era pura estupidez basar un ataque sobre información poco confiable ni investigar antes.

Cuando estaban atacando, siempre enviaban exploradores antes para confirmar que no fuera una trampa y el número de Espiritistas estacionados. Sólo después de eso, ella elegía a veinte de sus mejores Demonios y lideraba el ataque.

… Aunque no pudieron encontrar la ubicación correcta, como utilizaban a los exploradores, mantuvieron las pérdidas del lado demoníaco al mínimo. Sólo eso era lo suficientemente bueno.

―No hay problemas. Entonces, me pondré en contacto con Asty.

―Voy a contar con usted… ¿Hm?

Desviando la mirada de Vrusto, Riku miró algo.

La figura de alguien que venía de entre los árboles coloreados en rojo fue atrapada por sus ojos. Debido a que la persona corría más rápido que los pájaros, Riku inconscientemente blandió su alabarda.

Al ponerle su arma a un lado de la garganta del recién llegado, él fue empujado al suelo y detuvo su movimiento.

―¿Quien?

―¡Hii, soy yo! ¡Roppu Nezaaland!

Con la alabarda presionando su garganta, el rostro de Roppu se puso pálido hasta el punto de ser lamentable.

Después de que sus ojos se abrieron por un momento, su expresión se suavizó, buscando disculpas.

―Lo siento, Sargento Roppu. ¿Te ha pasado algo para ir tan apurado?

Dejando su alabarda, Riku esperó a que Roppu se levantara. Después de toser violentamente unas cuantas veces, comenzó a hablar después de tranquilizar su respiración.

―Sí, en realidad… Ha llegado una solicitud para una reunión con la Mayor General Riku…

―¿Reunión? ¿En un momento como éste?

Riku frunció el ceño.

Ahora que ya no había un Señor Demonio Provisional, Riku había llegado a ser la ayudante de Gortoberuk. Era conveniente, porque ahora podían verse directamente en lugar de pedir audiencias.

Por otro lado, había Demonios que intentaban halagarla a pesar de ser humana,aunque la mayoría estaban desesperados por halagar a Gortoberuk.

―¿Quien? ¿Un Demonio de alguna familia noble?

―No, eso es…

Dudando, Roppu sacó un delgado sobre.

En el instante en que vio el símbolo del sello de cera que estaba presionado en la letra de buena calidad, los ojos de Riku se abrieron de par en par hasta el punto de que parecían salirse.

―… ¿De quién sacaste esto?

―De la propia emisora. Yo también dudaba acerca de esto, pero como su apariencia es igual a la que la Mayor General Riku comentó…

Riku reflexionó por un momento.

Poniéndose el dedo en la cabeza, empezó a pensar. No podía pensar seriamente que el remitente del sobre se propusiera reunirse en un momento así. ¿Era una trampa?

Le preocupaba que una vez que Riku fuera al lugar de la reunión, Espiritistas y mercenarios humanos la emboscaran e intentarán acabar con ella.

―¿General de División?

Roppu la miró nervioso. Después de reflexionar, Riku decidió ver la carta, mordiéndolo para abrirlo.

Mientras pensaba en lo conveniente que era tener dos brazos para momentos como ese, mordió el sello del sobre y sacó su contenido.

Dentro había una carta doblada y un mapa con el lugar de la reunión dibujado. Las letras eran grandes, pero inusualmente, la escritura era muy elegante.

Dudando si era una trampa, leyó con calma la carta.

―Riku, ¿qué piensas de eso?

―… Imposible —murmuró ella en voz baja.

Cuando terminó de leer, sus ojos cambiaron. Sus mejillas y la mano que sostenía la carta temblaban.

―¿Qué es?

Esto era un desastre.

Debido a lo asombroso que era, Riku no pudo ocultar su temblor.

Eso era porque lo que estaba escrito era la información de algo que debería haber sido imposible, sin importar cómo lo pensara uno.

Gorrión
¡¿Qué pasó?!
Nelea
O-O, Pues no sabremos hasta que Gorrión-chan sobreviva al semestre-san, o cuando se de la oportunidad

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