Riku – Capítulo 93: El rayo de Plata

Traducido por Kiara

Editado por Limsah

Corregido por Sharon


Se estaba acercando.

El mar de Demonios se acercaba.

Abriendo la boca, el mar esperaba a que Rook y la Princesa caigan en el.

Una vez que fueran envueltos, era claro a los ojos de cualquiera que no sólo Rook, sino la Princesa, que no podía defenderse, moriría en un instante.

Había una gran cantidad de sudor en la frente de Rook.

¿Es este el final? A pesar de que fueron capaces de escapar, ¿sería capturado y obtendría el mal final de inmediato? ¿Se iba a convertir en la piedra angular del renacimiento del Señor de los Demonios, mientras albergaba arrepentimiento y sin lograr expiarse?

¿Podría simplemente aceptar todo esto sin hacer nada?

¡No!

La idea de renunciar y creer que este era su límite era algo que no podía aceptar.

Rook sacó su espada, y como para darle valor su corazón temeroso, gritó.

—¡Como si fuera a morir!

La luz se acumuló en la espada. Una luz pálida apareció en un remolino en el centro de la espada y se envolvió en un destello que deslumbró los ojos.

En esta noche profunda incluso la luz de la luna era tenue, y como era de esperar, incluso los Demonios…   Más bien, fue por su buena vista que la repentina luz los cegó.

—Gh, demasiado brillante.

Rook no dejó pasar el hecho de que la visión de los Demonios se volvió limitada. Usando esta abertura, quizá podría huir.

Confirmando su éxito, levantó las comisuras de su boca. Sin embargo, no terminó fácilmente así.

Aunque hubo méritos en lo que hizo, hubo deméritos.

No sólo los Demonios se sorprendieron por la repentina luz. También el caballo fue cegado.

Por supuesto, si fuera el animal de siempre no habría sucedido porque estaba entrenado para no sorprenderse con este grado de iluminación.

Sin embargo, el caballo que montaba ahora era de los Demonios. Al no tener entrenamiento para acostumbrarse a la luz,  cuando estaba a punto de aterrizar, levantó demasiado sus patas delanteras y cayó sin poder controlar su aterrizaje. A pesar de que su postura en el aire ya era mala para empezar, el caballo levantó las patas delanteras con todo lo que tenía. Rook y la Princesa, que estaban montados en él, comenzaron a deslizarse.

Rook todavía estaba bien. El problema era la Princesa, que estaba sentada detrás suyo. Sin poner ninguna resistencia contra la gravedad,  cayó lentamente del caballo.

—Tch, ¡lo siento!

Rook agarró su brazo y la abrazó. Y entonces, pateó los costados del caballo con todas sus fuerzas. Utilizando la fuerza del retroceso, saltó del animal y aterrizó sobre las cabezas de los Demonios, cuyo ojos había cegado y no podían moverse.

—Oh.

Saltó ligeramente sobre la cabeza de uno y se trasladó a la siguiente.

Como si estuviera atravesando islas, Rook se movía agudamente por encima de los Demonios y como ellos seguían deslumbrados, la resistencia al ser pisados era mínima.

Para cuando llegaba el ataque, Rook ya se estaba moviendo hacia el siguiente punto de apoyo.

Sin embargo, este tipo de método no duraría mucho tiempo. Una vez que los Demonios se acostumbraran a la luz, sería el final.

Le faltaba un poco más para escapar. Pero justo en ese momento, espadas y lanzas fueron empujadas hacia él, tratando de perforarlo. Se alejó para intentar escapar de ellos, pero no pudo detectar ningún Demonio que pudiera servir como un punto de apoyo cercano.

Todos se habían reagrupado en su formación de batalla.

Aun así, él estaba cerca de escapar. Una vez que huyeran de los Demonios, el resto sería fácil.

Tomaría uno de los caballos, y volverían a correr.

Encontrando un Demonio que no podría tomar represalias, Rook estaba a punto de saltar sobre su caballo.

No obstante…

—¡Sé obediente y date por vencido, Espiritista!

Al instante siguiente, una espada apareció frente al Demonio sobre el que quería saltar. El demonio que sostenía la espada invitó a Rook a acercarse.

—¡Como si fuera a ceder!

Sacándose la peluca con la mano que estaba usando para sostener su espada, Rook la lanzó al Demonio con toda su fuerza, apuntando hacia la cara. Esta acción fue para bloquear la visión del demonio. Ese movimiento hizo que el enemigo se congelara por un momento.

Rook saltó a su cabeza y volvió a caer al suelo. Sin detenerse, pasó frente al Demonio.

—¡No te dejaré escapar!

—¡Maldito canalla que usó el nombre del Mayor General Riku!

Los gritos de ira surgieron por todos lados.

Mientras estaba siendo regado por ese remolino de instinto asesino, Rook continuó corriendo.

Apuntando a esa pequeña brecha que hizo , lo único que pensó fue en seguir corriendo. Sosteniendo su espada en su mano derecha y la Princesa a su izquierda, se escapó sin ni siquiera prestar atención a los alrededores.

Al igual que la lluvia, muchos ataques le caían sobre él, pero los desvió con su espada todo lo que pudo. Con las mejillas, los brazos, y la ropa destrozada, se vistió de rojo.

Por supuesto que dolía. Sin embargo, ¿qué significado tenía el dolor en ese momento? Rook no era tan suave hasta el punto de detenerse sólo por este grado de dolor.

Aunque poco a poco, definitivamente podía ver que estaba llegando a una salida.

—¡Princesa, sólo un poco más!

Murmurando junto a su oído, Rook aumentó su velocidad. Y luego, cuando finalmente salieron del cerco de los Demonios… Rook no pudo evitar dudar de lo que vio delante suyo.

—¿Qué?

—Te has tomado bastante tiempo, Rook Barusak.

Leivein Adlar lo esperaba.

Estaba mirando directamente a Rook mientras sostenía su gran espada sobre su hombro. Rook se detuvo sin pensarlo.

Se suponía que había podido escapar después de haber usado todas sus fuerzas para romper el cerco. ¿Por qué terminó regresando al mismo lugar a pesar de eso? Rook no podía entender.

—Eres un Espiritista que controla la luz. Es un hecho muy conocido, ¿pensaste que no habría tomado medidas?

Ridiculizando al desconcertado Rook, Leivein alzó las comisuras de su boca.

—¿Medidas, dices?

Protegiendo a la Princesa, Rook preparó su espada.

Detrás suyo había un gran número de Demonios; Delante había un Demonio de clase jefe…  Un tigre en la parte delantera y un lobo detrás. Independientemente de la forma en que se escapara, las posibilidades de victoria eran débiles. El sudor se acumulaba gradualmente en su mano.

—Es posible ver a través de los tiempos y patrones de movimiento de un Espiritista de luz. Y así, todo lo que necesito hacer es conducirle a una posición ventajosa para mí mientras te arrastras por la tierra.

Los Demonios eran más altos y tenían mejores constituciones físicas que Rook.

Estando en medio de todos esos Demonios, no podía ser consciente de la situación exterior. Además, debido a su apuro por escapar, Rook no se fijó en los detalles. Poco a poco, con su sentido de la dirección cambiado, fue llevado a otro lugar como Leivein había planeado.

Había engañando a Rook para que creyera que la entrada era la salida, fue algo tan simple.

—¿Entonces significa que estaba demasiado concentrado en huir?

Rook mostró una sonrisa irónica.

Lo único que hizo fue correr por la jaula construida por Leivein. Al pensar en ello de esa manera, una sensación de pesar broto profundamente en su pecho. Se sintió deprimido por caer en la trampa como un conejo en las fauces del lobo.

—Bueno, está bien. En ese caso, las cosas son simples… —Rook bajó ligeramente su postura. Apuntando con su espada directamente a Leivein, decidió cuidadosamente hacia dónde apuntar.

No vio ningún Demonio detrás del General. En otras palabras, si era capaz de acabar con Leivein, sería posible escapar.

Riku no estaba aquí, Zerrik ya había muerto, y no veía a Gortoberuk en ninguna parte. En otras palabras, el que estaba al mando del Ejército era sólo Leivein, y si lo derrotaba, sería posible ganar tiempo hasta que el Señor Demonio fuera resucitado, o tal vez incluso podría detener su resurrección en sí.

—¡Te venceré!

Firmando su agarre en la Princesa, Rook puso su pie derecho adelante y movió su pie izquierdo detrás. Preparándose en una postura que podría cargar desde cualquier momento, Rook calibraba cuidadosamente la fuerza de su oponente.

La fuerza de Leivein Adlar cambiaba en función del escenario del juego.

Normalmente, él estaría en el nivel de un jefe medio. Sin embargo, en caso de que el protagonista entre en una relación con Charlotte, su nivel de dificultad se dispararía.

En ese caso, ¿qué tan fuerte sería ahora? Rook no entró en una relación con Charlotte, pero en términos de desarrollo, la ruta era similar a como si eso hubiera pasado.

Independientemente, lo mejor sería tener cuidado.

Infundiendo luz en la espada, Rook golpeó fuertemente el suelo con su pie derecho.

A pesar de que el Espiritista se acercaba, Leivein no preparó su postura. Todo lo que hizo fue extender sus grandes alas negras de una manera aburrida y tan sólo con ellas, un torbellino se desató. Una nube de polvo se elevó al cielo, y la ráfaga de viento se dirigió hacia Rook.

No, palabras lindas como torbellino o ráfaga de viento no eran suficientes para describirlo. Lo que pasó fue una tempestad.

El viento abrumador que podía cortar un cuerpo, estaba a punto de engullirlo. Antes, estaba avanzando, pero con la tempestad que parecía que podía  enviarle volando, Rook tuvo que parar.

—No hay manera.

Sin embargo, no había forma en que pudiera renunciar en este punto.

Contra la presión del viento, Rook levantó la espada por encima, concentró calor en un punto y la tiñó de luz.

—Yo estoy muriendo…

Reuniendo luz en la espada, el brillo alcanzó su punto final en un abrir y cerrar de ojos.

En edades futuras, Rook Barusak sería referido en un cierto apodo…

Cubriéndose con un brillo digno del nombre, “Rayo de Plata”, Rook levantó su arma

—En un lugar como este.

Reuniendo todo el poder que tenía, bajó la espada con todo su peso en el golpe.

Un tiro plateado salió disparado desde la punta.

Esa onda de choque fue el destello que atravesó la oscuridad. Cuando el rayo plateado alzó un aullido, llenó el suelo de profundas grietas. Intemperado por la presión del viento que parecía apagar todo, el rayo se lanzó contra la abrumadora tempestad. En un instante, el rayo cortó el viento y desnudó sus colmillos contra Leivein.

Fue la primera vez que Leivein cambió su expresión.

Después de ver el diluvio de luz plateada acercándose a él, sacó su gran espada. Y luego, la giró, apartando rápidamente el rayo.

Arrastrando el aire circundante a lo largo, la espada de Leivein se enfrentó a la onda de choque.

El rayo plateado se estrelló contra la presión producida por el golpe de la espada. Junto con la onda de choque, las nubes de polvo se extendieron a todos lados. Con la vista cubierta por el polvo, no era posible ver lo que estaba sucediendo.

Rook usó su brazo derecho para proteger su rostro de la fuerte onda de choque. Era en momentos como este cuando tenía que cuidarse del contraataque.

Con sólo suavizar su guardia por un instante, su vida sería tomada. Incluso si el enemigo lo acosara en una de cada mil oportunidades, Rook aún le dedicaba parte de su atención a su entorno para poder reaccionar de inmediato ante cualquier ataque.

Sucedió en ese instante.

—¿Kuhah?

La nube de polvo repentinamente fue repelida por una ráfaga de viento. Junto con el aire dentro de sus pulmones, la sangre fresca salió de su boca.

Y luego, en el siguiente instante…  El mundo estaba al revés.

El cielo nocturno se puso abajo y el suelo se volvió hacia arriba.

Sólo después de un retraso de unos pocos segundos Rook se dio cuenta del dolor y el hecho de que le habían golpeado en el estómago y enviado a volar.

Le golpearon en la cabeza y salió disparado.

Justo antes de caer al suelo, de alguna manera fue capaz de aterrizar. Debido a la ukemi, el impacto se redujo, pero el dolor en su estómago sólo aumentó. [1]

Como era de esperar, no pudo evitar hacer una mueca.

—Urgh…  Tanta fuerza.

Leivein parecía ir más allá de las impresiones que Rook tenía de él en el juego, pero después de haberlo experimentado personalmente, ahora podía ver que en realidad había una diferencia.

Empujando su espada al suelo y usándola como soporte, Rook se puso de pie. Sin embargo, Leivein no le dio tiempo para pensar en su próximo movimiento.

—Este es el final, Rook Barusak.

La patada de Leivein golpeó su estómago.

Rook no podía defenderse, ni resistirse. La patada de un Demonio Dragón, era algo que Rook nunca había sentido hasta ahora. Como referencia, podría decirse que estaba cerca del impacto de ser enviado volando por un camión.

Incluso si adoptara una postura defensiva, sin mitigar el impacto, un ser humano sólo será fácilmente quemado.

Recibiendo el fuerte golpe, Rook una vez más salió volando por el cielo.

Superó los estándares de lo que podría describirse como dolor.

Partículas plateadas se esparcieron por su vista. En la periferia, su visión se volvía negra, como si unas cortinas se cerraran.

Y entonces…

[1] El ukemi es una técnica de artes marciales donde se practican las caídas de tal forma que uno no se lastime y que pueda contraatacar sin detener sus movimientos.

Kiara
Y fin, nos vemos en el próximo.

Limsah
Usted es malvada :’I

3 respuestas a “Riku – Capítulo 93: El rayo de Plata”

  1. Muchas gracias por el capítulo, desde el anterior capítulo, tengo sentimientos divididos, aún deseo ver muerto a Rook, pero eso significa la muerte de Riku, y por el otro, quiero k viva para k Riku no sea sacrificada. Rayos. Saludos.

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