Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 28: Olas del mar

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya

 Seowon abrió los ojos ante el imponente sonido de las olas rompiendo en la playa.

Parpadeó lentamente y miró hacia el mar que podía ver desde las puertas corredizas de su camarote. El brillante sol del mediodía entraba por las grandes ventanas abiertas, pasaba por las cortinas de lino blanco que se mecían con la brisa y se esparcía por la habitación.

Era demasiado brillante.

Se acostó de costado en la cama mirando el mar esmeralda bajo un cielo azul. El tiempo parecía correr más lento aquí. No había mucha gente en la isla. Era una especie de lugar que visitabas para tomarte un descanso de todo. Tal vez por eso la gente pasaba su tiempo tranquilamente aquí.

Para Seowon, este lugar era perfecto, porque no tenía que pensar en nada. El lugar ideal para sus propósitos. Su mayor tarea era pasar su tiempo libre como si el tiempo se hubiera detenido.

Ni siquiera había estado en la playa desde que llegó. Ella se quedó mirando hacia el mar, como si estuviera viendo la arena caer en un reloj de arena.

Antes de llegar a la isla había pasado por el laboratorio para ver a Lena.

—¿Se acabaron tus vacaciones? Dijiste que descansarías por más tiempo.

—Aún no ha terminado. Vine a solicitar tu consejo.

—¿Para qué? —sonrió Lena, sus ojos brillaban con curiosidad.

Seowon sonrió levemente.

—Estaba pensando en ir a un lugar tranquilo, donde no tenga que pensar.

—Sabía que Washington era una ciudad demasiado agitada para que pasarás tus vacaciones. Buena idea.

—¿Mencionaste una vez que pasaste un tiempo en un resort en alguna isla…?

Después de lo que había pasado, estaba pensando que tal vez no volvería a trabajar en el laboratorio. Habló con su jefe y sus otros colegas y se dirigió a la isla frente a la costa de Florida.

Un lugar tranquilo en el que Lena se quedó una vez durante aproximadamente un año. Ella fue muy específica al recomendar el sitio para vacacionar.

Era un lugar encantador. Los hoteles tenían su propio tramo de playa. Mucha gente venía aquí para hacer snorkel y buceo.

Ella estaba aquí para relajarse, incluso dormía en una cama que parecía una nube esponjosa.

Pero, ¿por qué seguía…?

Cuando cerraba los ojos, veía a Kang-joon. Cuando los abria recordaba los días a su lado.

Desde el primer momento que se conocieron en el ELN, hasta la primera vez que reveló su deseo, su posesividad, la forma en que había dejado todo a un lado y actuado como si no hubiera nada. Cuando se volvieron a encontrar…

Fue breve, pero continuó reviviendo los recuerdos de estar con Kang-joon en Washington.

¿Era este el precio a pagar por codiciar estar a su lado?

Al final, todo se descubrió. Ella le había mentido dos veces. Pero Kang-joon había intentado protegerla a pesar de esto.

Pensar en eso hizo que se le encogiera la garganta. Debería habérselo dicho antes.

¿Cómo podría imaginar que no podría soportar la culpa? Si tan solo hubiera sido sincera desde el principio.

El arrepentimiento llegó demasiado tarde.

¿Alguna vez olvidare a Kang-joon? ¿Alguna vez me perdonaré a mí misma por dejarlo con nada más que una sensación de traición?

Con estas preguntas dando vueltas en su cabeza, se hundió en un sueño en el que lamentaba las decisiones.

♦ ♦ ♦

—¿La encontraste?

Park Sung-shul se inclinó ante la fría mirada de Kang-joon.

—Lo siento, señor, pero no. Confirmé que no ha salido del país por aire, no hay antecedentes en inmigración nacional. Actualmente estamos revisando otras vías de transporte.

Los ojos de Kang-joon se llenaron de molestia.

Incluso si seguía en Estados Unidos podría haber ido a cualquier parte. Y le tomaría mucho tiempo obtener información, debido a que la jurisdicción variaba de un estado a otro. Además estaba la posibilidad de que no pudiera rastrear su movimientos en tiempo real.

Se está volviendo complicado.

Se había quedado en Washington posponiendo todos sus demás trabajos. Dedicó todo su tiempo a encontrar a Han Seowon, excepto cuando estaba siendo tratado por un médico de Corea.

—La estamos buscando lo mejor y lo más rápido posible, así que por favor espere un poco más. Y…

Kang-joon entrecerró los ojos a Park Sung-chul.

—Tengo algo que añadir.

—¿Qué es señor?

—Se trata de la identidad de la señorita Han Seowon.

—Si se refiere a su relación con Han Do-won, lo sé.

—¿Lo sabes?

—Sí.

Park Sung-chul estaba perdido en sus pensamientos, supongo que se parecen tanto que no se puede evitar.

Había pensado que ella le era familiar, pero no la había relacionado con Han Do-won hasta que comenzaron a investigar su paradero.

Han Do-won había trabajado para el vicepresidente hace tres años y tenía una hermana gemela. Se preguntaba si el vicepresidente la había conocido en ese momento, pero no parecía ser el caso, ya que él no se relacionaba tanto con el secretario.

Sin embargo, la hermana y el vicepresidente se reunieron aquí.

Pero, Park Sung-chul tenía dudas de que la hermana de Han Do-won se encontrara con el vicepresidente por casualidad y desarrollaran una relación como esta en una semana.

Pero esta era la vida privada de Lee Kang-joon, no era algo sobre lo que debería estar preguntándose.

—¿Qué ha pasado con la investigación de los secuestradores?

Park Sung-chul entregó el archivo que había estado sosteniendo.

—Los antecedentes penales y la descripción de los secuestradores. Le avisaré cuando sepamos más. —Sung-chul hizo una reverencia y salió de la habitación.

Kang-joon miró las carpetas, hojeó algunas páginas de la primera y luego la cerró. Se frotó la frente.

—¿A dónde fuiste, Seowon?

Estaba tan nervioso y enojado cuando ella desapareció por primera vez. Había pensado que no sería capaz de controlarse si la encontraba en este estado de ira.

La última vez que desapareció, hace tres años, había sido tan extraño que había pensado en pedirle a la gente que la buscara varias veces.

Nunca había esperado sentir dolor y miedo por no volver a ver a alguien.

La única razón por la que superó el impulso, fue porque aceptó que Han Seowon había tomado su decisión y la respetó. No importa lo doloroso que pueda ser, no debería forzar a alguien que lo había rechazado.

Pero ahora…

Incluso si era doloroso verla porque lo había engañado, incluso si no quería estar con él y había perdido todo el interés en tener una relación, no pensaba dejarla ir.

Tenía que encontrarla.

—Cuando te atrape, nunca más te soltaré. —dijo en voz alta con una mirada ardiente, que poco a poco se convirtió en tristeza.

♦ ♦ ♦

Lena salió de su laboratorio para encontrarse con un hombre que había preguntado por ella, para saber información sobre Chloe.

Se quitó las gafas de la cara cuando vio al hombre asiático alto con un traje muy ajustado esperándola fuera del edificio.

¿Es él?

Era muy alto; se notaba incluso desde lejos. A medida que se acercaba, vio su hermoso rostro y sus pasos disminuyeron. Parecía un modelo. Había algo en sus ojos, como si estuviera mirando el laboratorio como si fuera un ser querido, lo que la hacía sentir aún más curiosa.

Sus ojos se entrecerraron con sospecha.

—¿Eres la persona que pidió verme?

El hombre giró la cabeza al oír su voz.

—Buenas tardes, mi nombre es Lee Kang-joon —dijo mientras sacaba una tarjeta de su bolsillo.

Lena lo aceptó y leyó la tarjeta.

—¿Por qué un hombre tan importante como tú pediría verme? ¿Estás aquí para ver a Chloe?

—Sé que Chloe la visitó hace una semana; pero ¿sabes adónde fue desde aquí?

—No me gusta la gente que responde preguntas con preguntas —respondió bruscamente.

—Entiendo, me disculpo —respondió inclinándose cortésmente.

¿Estoy siendo demasiado dura? Podía reconocer la urgencia en sus ojos, pero no quería ponérselo fácil.

—Bueno, Chloe nunca ha mencionado nada sobre un hombre, así que no puedo darte la información sin saber lo que está pasando —explicó suavemente.

—¿Puedes decirme dónde está?

—No. —Lena la había llamado para preguntarle si estaba disfrutando de su estadía, pero su teléfono permaneció apagado.

Había asumido que rompió el contacto con el mundo exterior para disfrutar de su descanso, pero parecía que tal vez no era por eso.

—No puedo simplemente decirte dónde está sin saber qué quieres con ella. ¿Cómo puedo saber si eres su novio o un acosador al que intenta evitar?

—Está en lo correcto —Kang-joon estuvo de acuerdo con sus palabras.

Si bien quería saber dónde estaba Seowon lo antes posible, no tenía pruebas de que fueran una pareja y Lena parecía ser más fiel a su amiga de lo que había pensado en primer lugar.

—Si puedo ponerme en contacto con Chloe, me pondré en contacto contigo. ¿Está bien para ti?

—Estaré esperando.

—Cuídate —dijo Lena dando la vuelta, pero antes de que pudiera irse, su voz la detuvo.

—Me gustaría saber algo más.

—¿Qué es? —preguntó con cautela.

—¿Su laboratorio está en este edificio?

—Sí, eso es correcto.

—Ya veo.

Ella asintió con la cabeza y regresó al complejo. Cuando llegó a la entrada volteó la cabeza en su dirección y todavía estaba parado ahí.

¿Se quedará aquí toda la noche? Se preguntó Lena mientras se tapaba la cabeza con las gafas y sacaba el móvil. Intentó llamar a Chloe pero su teléfono seguía apagado.

—¿Y si ella no responde? —se preguntó a sí misma. Lena se encogió de hombros y volvió al trabajo.

♦ ♦ ♦

Al día siguiente, Lena estaba tomando un café cuando escuchó a sus colegas chismorrear.

—Ese tipo, ¿estuvo aquí ayer?

—Sí, ¿realmente se fue? Estaba ahí en la mañana

¿Eh?

Miró por las ventanas del piso al techo y vio al hombre, Lee Kang-joon, exactamente donde lo dejó ayer.

—¿Está esperando a alguien?

—No sé nada sobre eso, pero todo el mundo está curioso por saber quien es.

—Quiero ver qué tipo de mujer hace que un hombre así la espere. Me pregunto quién es ella.

No tiene nada que ver conmigo, pensó Lena mientras se escabullía con su café en mano y un sentimiento de culpabilidad en el pecho, buscó en su bolsillo su teléfono e intentó marcar a Chloe nuevamente.

Chloe, enciende tu teléfono. No dejes que me malinterpreten, pero el teléfono permaneció apagado.

♦ ♦ ♦

—Hey.

Lena fue a ver a Kang-joon el cuarto día que él permaneció de pie en la misma posición, poniendo a prueba su paciencia.

Kang-joon miró fijamente la nota adhesiva que Lena le había entregado.

—Probablemente estará en este hotel. La envié ahí la semana pasada. Quería un lugar tranquilo después de estar en Washington. Solo te lo digo porque no quiero que la gente me malinterprete. Además Chloe no me ha respondido ni una sola vez y eso me preocupa.

Habló casi histéricamente, antes de respirar profundamente, girar sobre sus talones y alejarse.

Quizás había llamado mucho a Chloe en los últimos días. Tal como lo había hecho él.

Desde que Seowon desapareció, había estado tratando de comunicarse con ella por teléfono, pero su teléfono permaneció apagado.

—¿Eres la razón por la que ella decidió irse de Washington? ¿Está escapando de ti? —preguntó Lena, había vuelto luego de reflexionar un poco, justo cuando él estaba a punto de irse.

Ella se cruzó de brazos y lo miró con preocupación.

—Quizás esto no sea lo correcto.

—No me importa eso; Solo quiero verla ahora mismo.

Lena negó con la cabeza y volvió a su trabajo.

♦ ♦ ♦

Kang-joon tomó el vuelo más rápido posible a Florida. Cerró los ojos un poco mientras el avión estaba en el aire, no había dormido bien estos últimos días, pero no estaba cansado.

¿Eres la razón por la que se fue de Washington? ¿Está escapando de ti? Se había ido por él, pero estaba decidido a que regresara.

Kang-joon abrió los ojos; buscando a Seowon, tiró todos los pensamientos de ira y traición. Siempre sentía que se iba a volver loco con todos esos sentimientos que inundaban sus pensamientos.

Pero más que nada, la quería en sus brazos. La necesidad de estar cerca de ella, era lo único que lo mantenía cuerdo.

Quédate donde estás, Han Seowon. No te muevas y quédate ahí.

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