Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 7: Una disculpa adecuada

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya


Solo en su oficina, Lee Kang-joon estaba sentado reflexionando sobre lo que pasó. Hasta ahora, nadie había reaccionado tan audazmente a lo que había dicho. Además, le dijo que no le gustaba su disculpa y le exigía una adecuada.

Nadie más habría dicho eso, y si lo hubieran hecho, él no los habría dejado escapar. Pero Han Do-won… Kang-joon estaba perplejo. No había podido decir nada, solo lo vio marcharse.

Kang-joon lanzó una áspera carcajada y endureció su semblante. Salió de su oficina, tomó el ascensor hasta el estacionamiento subterráneo, subió a su automóvil y se marchó rápidamente del edificio. El estacionamiento hizo eco con el rugido de su auto.

Seowon, que estaba en la parada de autobús esperando, saltó ante el sonido de la bocina.

Un Maserati plateado se detuvo en la parada de autobús con el motor ronroneando. Bajó la ventanilla del pasajero y pudo ver al señor Lee Kang-joon mirándola.

Seowon se acercó con cautela al auto.

¿Hay algo, señor?

—Entra.

— ¿Qué? —Ella lo miró sospechosamente.

—Me dijiste que me disculpara, así que entra.

— ¿Quieres hacerlo ahora?

— ¿Estás entrando o no?

Seowon agonizó por esto por un momento. Luego se preguntó si debería sentarse en el asiento del pasajero, al lado del conductor o sentarse en la parte de atrás. Al final optó por el asiento del pasajero delantero.

Mientras se ponía el cinturón de seguridad, Kang-joon aceleró. Estaba un poco incómoda estando cerca de él sin sus anteojos. Se sentía como un camaleón que había perdido su color protector. No debería haberse molestado en pedir una disculpa adecuada si hubiera imaginado que iba a hacer algo como esto.

Por desgracia, ya era demasiado tarde para arrepentirse. Realmente no había esperado que él apareciera tan pronto para disculparse.

Lee Kang-joon condujo a un lugar inesperado.

¿Esto es…? La sorpresa se elevó en la expresión de Seowon mientras el auto conducía por el largo camino hacia la entrada a la mansión del vicepresidente.

¿Su casa?

Levantó la vista hacia la titánica casa y luego a su dueño. Como de costumbre, su rostro era una fría máscara de indiferencia.

— ¿Por qué me trajiste aquí? —preguntó mientras se estacionaban en un garaje lleno de otros súper autos de lujo.

—Baja —dijo sin responder su pregunta.

Seowon lo observó mientras salía del auto y lo siguió.

Ella lo siguió hasta un ascensor que conectaba el garaje con la casa.

¿Por qué estaba pasando esto? Ella se mordió los labios. No podía creer que iba sola a la casa de un hombre, un hombre que quería evitar.

¿Por qué la trajo aquí para disculparse, podría haberlo hecho en el trabajo?

Antes de que ella lo supiera, lo estaba siguiendo fuera del elevador hacia las profundidades de la casa.

Era más grande de lo que esperaba. Mientras estuvo en los Estados Unidos, había sido invitada a una mansión de inversionistas adinerados, pero esta era más grande. Estaba decorada con muebles y materiales de primera categoría, equipada con electrodomésticos e instalaciones de última generación, diseñados según el gusto del Sr. Lee; La mansión era como símbolo de su fortaleza financiera.

—Siéntate, Han Do-won.

Seowon, que había sido abrumada por todo, lo miró perplejo.

El Sr. Lee Kang-joon arrojó su chaqueta en un taburete frente a una larga barra de mármol negro. Había sido sellado por lo que parecía brillante a la luz.

—Sí —dijo mansamente, tratando de ocultar su tensión mientras se sentaba lo más lejos posible de él.

Pero el señor Lee Kang-joon vino y se sentó a su lado con hielo y whisky en vasos.

No fue hasta entonces que Seo-won se dio cuenta de que había estado agarrando su camisa todo el tiempo. Esa actitud sería extraña entre hombres, ¿verdad? No sabía si estaba actuando demasiado femenina y modesta, incluso en un espacio privado con solo otro hombre presente. Entonces ella soltó el cuello de su camisa.

—Gracias, pero no —dijo empujando el vaso lejos de ella.

Kang-joon sostuvo su vaso y la miró.

—Bebiste bastante bien esa noche.

Estaba hablando de su fiesta de bienvenida, haciendo que Seo-won recordará el sueño que había tenido.

—Bebí mucho más de lo que suelo beber esa noche. No tengo una alta tolerancia al alcohol.

—Entonces, ¿estás rechazando la bebida que te ofrezco? —Lee Kang-joon preguntó en un tono dominante.

Levantó el vaso, se dio la vuelta y bebió. El fuerte licor le quemó el corte en el labio. Pero se tragó el dolor y dejó el vaso.

—Ahora bien —le oyó decir. Podía sentir que él la miraba fijamente —Voy a disculparme adecuadamente como lo solicitó. ¿Qué tipo de disculpa quieres?

Seowon no oyó disgusto o irritación en su tono; ¿Se sintió mal por eso? Ella reflexionó. Su actitud ciertamente representaba su retorcida psicología. Era obvio que un hombre con este nivel de poder y riqueza, no entendería la necesidad de disculparse con los que había ofendido.

Ella lo miró directamente y dijo —Solo quiero una disculpa sincera.

Sus oscuros ojos grises se oscurecieron cuando sus miradas chocaron.

— ¿Es eso así? —preguntó lentamente levantando su vaso, sus ojos estaban puestos en Seowon. Su voz profunda fue acompañada por el tintineo del hielo en el vaso.

—Eso es tan…

Sabía que él estaba disgustado por la mirada en sus ojos. ¿Te atreves a decirme que quieres que lo diga nuevamente? Ella podía leerlo fácilmente por la forma en que la miraba. Tomó un sorbo de licor, aun mas nerviosa que antes.

Una extraña tensión los rodeó, y esos ojos de sangre fría dieron una sensualidad extraña.

Kang-joon la miró profundamente mientras se llevaba el vaso a los labios. Su cabeza se inclinó para beber el whisky, dándole un perfil de su mandíbula afilada. La sutil apertura de su boca hizo que Seowon bajara la mirada, sentía que estaba mirando algo secretamente inmoral.

—Han Do-won… —la llamó por su nombre en un tono bajo y molesto — ¿no crees que mi disculpa era sincera?

Aunque sus tonos bajos no tenían emoción, la ponía nerviosa.

—Pensé, al menos, cumplirías tu promesa.

—Sin embargo…

—No pensé que fuera una disculpa sincera, considerando cómo actúo cuando me acusaste de ser espía.

A pesar de la sensación de peligro y de estar atrapada en el espacio privado del Sr. Lee Kang-joon, Seowon se mantenía firme en su demanda.

Se volvió para mirar a Seowon y apoyó un brazo en la barra para descansar la cabeza.

Después de unos minutos de silencio, Kang-joon dijo:

— ¿Por qué no piensas que fui sincero? La verdad…

Ella bajó la mirada hacia su vaso — ¿Crees que mi pedido fue grosero?

Él se sentó inclinándose para estar más cerca. — ¿Entonces sabes que fuiste grosero?

Seowon lo miró y descubrió que sus ojos tenían un brillo extraño. Estaban llenos de un hilo de sensualidad que hizo que la boca de Seowon se secara.

Lee Kang-joon extendió la mano y levantó la barbilla de Seowon.

Ella trató de alejarse, pero él agarró su rostro con su mano grande antes de que pudiera escapar.

Sus ojos color avellana chocaron con los de su tormenta gris.

¿Por qué… por qué su corazón comenzó a latir rápido cuando tenía esa mirada tenaz y desafiante en su rostro?

— ¿Vicepresidente?

—Quédate quieto —ordenó él.

Ella sintió que su hermoso rostro estaba demasiado cerca, a pesar de estar preparada; no pudo evitar su ardiente mirada. La tensión hizo que su respiración se acelerara.

—Pero, ¿por qué todavía tengo la idea de que me estás engañando de alguna manera?

Los ojos de Seowon se abrieron, pero ella dijo:

— ¿Qué estás diciendo? O ¿encontraste alguna pista?

Pensando que podría haber encontrado algo, el ritmo cardíaco de Seowon se elevó, por un momento creyó que podría haber sido descubierta, mientras se hacía pasar por su hermano.

El señor Lee podría haber hecho una verificación de sus antecedentes fácilmente porque había estado actuando de forma sospechosa; no hay nada que no se pueda descubrir si se cuenta con suficiente dinero.

¿Y si él ya sabía que ella era Han Seowon y no Han Do-won?

Aunque su corazón estaba agitado, su mirada permanecía en calma.

—Si el vicepresidente insiste en dudar de mí, no puedo cambiar su opinión.

—Lo sé.

El corazón de Seowon se relajó; su poco entusiasmo la convenció de que aún no se había enterado. Parecía que Lee Kang-joon solo quería confirmar su persistente sospecha de ella. No era como si fuera una espía corporativa como él pensaba. Pero era cierto que lo estaba engañando; la idea la hizo sentir descorazonada.

—Sé que no confía en mí, sospecha de mí, y lo acepto —dijo en voz baja, cargando con la culpa de su perfidia —Solo quería que creyeras que era inocente. No quiero más que eso.

Los ojos de Kang-joon se entrecerraron. El comportamiento inesperado de Han Do-won lo estimuló. Antes de su nueva pequeña secretaria, apenas se conocía a sí mismo; al igual que esta tarde, donde la actitud elevada y la ira de Han Do-won le habían hecho llevarlo a su casa.

Realmente era peligroso. Podía sentir el intenso deseo emergiendo nuevamente, calentando su cuerpo. El calor se acumuló en sus ojos que todavía miraban a los de color avellana.

Cuanto más lo miraba, más se parecía a la mujer que vio en el hotel ELN esa noche, no hace mucho tiempo. O, tal vez, se debía a que los había fusionado en sus sueños, por lo que proyectaba sus deseos en la vida real.

Kang-joon finalmente se alejó y sacó su teléfono del bolsillo para marcar un número.

—Prepara un coche en diez minutos. —Cuando Kang-joon colgó, Seowon se levantó.

—Está bien, señor. Puedo encontrar mi camino de vuelta.

Antes de que ella terminara de hablar, el señor Lee estaba recogiendo su chaqueta y volviendo a llenar su vaso con whisky.

—Sal en diez minutos.

Le dijo. Y sin mirarla, se fue.

Seowon suspiró; Qué terrible experiencia. Realmente era un hombre difícil de tratar.

El hielo en el vaso de Seowon brillaba mientras se derretía.

De pie junto a las ventanas de su estudio, Kang-joon observó cómo los faros del automóvil iluminaban el camino de entrada al pasar. Tomó un sorbo del whisky que sostenía. Bajó el vaso y se limpió el licor de los labios con la lengua.

Ver la frágil clavícula de Do-won le provocó una sed insaciable. Cuando la había agarrado, vio el corte en sus labios, en ese momento, estuvo casi abrumado por un deseo bestial de besarlo, probar esos labios rojos e incluso probar la sangre.

Era una reacción peligrosa.

¿Realmente quería hacer las cosas que había hecho en sus sueños con Do-won?

Su mandíbula se endureció al imaginarse tomar a Do-won violentamente contra la barra con las manos atadas.

—Estás loco —se dijo a sí mismo al levantar su vaso otra vez. Los sueños deben haberle podrido el cerebro, teniendo esa clase de ideas con otro hombre.

♦ ♦ ♦

Cuando llegó al trabajo más temprano esa tarde, escuchó ruidos fuertes tan pronto como salió del elevador. Caminó rápido hacia el sonido. Podía ver a Dong-jin en la entrada.

¿Qué está pasando?

En ese momento, vio a Kim Seong-ha sosteniendo a Han Do-won por el cuello, era un asalto unilateral hacia el hombre más joven. Su puño estaba en el aire a punto de balancearse nuevamente.

— ¡¿Qué estás haciendo?!  —Dong-jin habló antes que él. Ante el sonido de la voz de Dong-jin, Kim detuvo su asalto. Solo entonces se dio cuenta de que su corazón estaba acelerado; desde el momento en que vio a Han Do-won ser golpeado.

Kang-joon se enojó aún más, cuando vio lo que Han Do-won había estado tratando de proteger, a pesar de haber sido golpeado.

¿Estaba siendo lastimado para proteger eso? Estaba bien explicarlo, incluso si no hubiera evidencia, si hubiera explicado la situación, habría investigado a Kim, lo habría interrogado y encontrado evidencia.

Fue imprudente provocar a un criminal que había atrapado en la escena del crimen.

Lleno de ira más allá de su propia comprensión, Dong-jin se quitó la chaqueta para cubrir a Han Do-won y causó otro estallido en su corazón. No podía soportar la idea de que Dong-jin estaba persiguiendo a Do-won. La forma en que las manos de Dong-jin tocaron el cuerpo de Han Do-won había sido extraño para un hombre.

—Realmente loco…

Volvió a mirar hacia el camino y las luces del coche había desaparecido por completo.

♦ ♦ ♦

A la mañana siguiente, cuando Seowon llegó al trabajo, la oficina estaba hecha un desastre. En el escritorio del señor Kim, el equipo de seguridad estaba de pie y hablando con el señor Park y el señor Shim, quienes escuchaban con expresiones solemnes.

— ¿Han terminado de investigar? —preguntó. El señor Park y el señor Shim se volvieron al oír su voz.

—Señor Han, ¿estás bien? Dijeron que te agredió cuando lo atrapaste —preguntó Park claramente ansioso.

Ella sonrió al señor Park.

—Estoy bien. No me hizo nada que se pueda considerar grave.

— ¿El señor Kim Seong-ha realmente te hizo eso? —preguntó señalando el corte con costra en su labio.

—Realmente no es tan malo como parece. ¿Te han contado todo? —le preguntó.

El señor Park y el señor Shim se hicieron a un lado, se sintieron culpables al ver su rostro.

—Sí, hemos terminado con la investigación. Hemos despejado la escena del crimen, tenemos la evidencia. Solo necesitamos ordenarlo todo.

—Está bien, bueno… volvamos a nuestros asientos primero.

—Si, hiciste un gran trabajo ayer. Seowon se dirigió a su asiento; el señor Park y el señor Shim estaban hablando en voz baja.

—No parecía ese tipo de persona.

—Parecía confiable; No hubiera creído que pudiera golpear a alguien así.

El señor Park y el señor Shim parecían estar sorprendidos de que su colega de confianza fuera un espía. Seowon los miró y luego al escritorio vacío del señor Kim. Ahora vacío, la computadora y los cajones habían sido retirados.

El señor Kim, que siempre fue tan amable y agradable, luego se había transformado en un monstruo solo para obtener la memoria USB.

Mientras Seowon miraba el escritorio del Sr. Kim, un miembro del equipo de seguridad vino a recoger más archivos y artículos personales.

—Vamos a llevar a cabo una investigación exhaustiva según lo indique el vicepresidente. Espero que tengan mucho cuidado para evitar que este incidente se filtre.

—Sí.

El escritorio del señor Kim había sido despojado por completo de todos sus artículos, como si hubieran borrado su existencia, el equipo de seguridad salió de la oficina.

Seowon estaba mirando al espacio, cuando el señor Park llamó a su escritorio. Ella se giró ante el sonido. El señor Park le sonrió.

—Es bueno que esto se haya descubierto antes de que se hiciera más grande; gracias a ti. Incluso tuviste una pelea física. Trabajaste duro.

—No fue nada realmente.

— ¿Cómo supiste que el señor Kim estaba haciendo algo así?

—Dejé mi teléfono en la oficina, volví a buscarlo y lo encontré en mi escritorio. —El Sr. Park asintió cuando Seowon le contó todo lo que había sucedido con el vicepresidente antes de esto.

—No sabemos qué se habría filtrado si no lo hubieran atrapado —dijo Park cuando terminó. —Es un gran problema, secretario Han —dándole una palmadita en el hombro. En verdad, fue porque había sido confundida con el espía que en realidad era el señor Kim.Pero ella no podía decirle eso al señor Park.

—Fue solo una coincidencia; no es nada por lo que deba alabarme —dijo con una vaga sonrisa cuando el señor Lee Kang-joon entró a la oficina.

— ¡Oh! Buenos días, vicepresidente —dijo Park corriendo hacia él, inclinándose. Seowon también se levantó para mostrar sus saludos. Cuando levantó la vista, pensó que él la había estado mirando, pero su mirada estaba en el señor Park con quien hablaba.

¿Por qué todavía tengo la sensación de que estás ocultando algo? Las palabras del vicepresidente seguían corriendo por su mente como un hueso atrapado en su garganta.

Probablemente fue por su instinto natural; el instinto que lo guía a sustituir a su hermano.

Se dio cuenta de que el Sr. Lee Kang-joon la miraba de vez en cuando y sentía que estaba atrapada en su punto de mira.

Como un antílope delante de un león.

Seowon fue a preparar el té de la mañana después de que el señor Kang y el vicepresidente ingresaron a su oficina.

Unos minutos más tarde, llamó a las puertas y entró.

El vicepresidente y el señor Park estaban sentados uno frente al otro en sofás.

Puso una taza de té para los dos.

— ¿Preparaste uno para mí también? Gracias, secretario Han.

—De nada —respondió con una sonrisa ante los elogios del señor Park.

—Por favor continúa con tu discusión —dijo saliendo de la habitación. Regresó la bandeja a la sala de descanso y respiró hondo.

Ella había estado muy nerviosa.

Cuando dejó la taza de té, sintió la mirada de Lee Kang-joon sobre ella. Los moretones que no estaban ocultos por sus lentes y los cortes la hicieron sentir cohibida.

Pero, si no hizo nada sospechoso. Solo podía rezar para que la vigilancia del señor Lee Kang-joon contra ella se terminara.

Con un suspiro, salió de la sala de descanso.

Aunque su mente estaba confusa, estaba segura de que concentrarse en el trabajo sería la mejor manera de olvidarlo todo.

10 respuestas a “Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 7: Una disculpa adecuada”

  1. Toda la semana preparándome para el hermoso día en que saliera este capítulo TuT muchas gracias por su trabajo <3 se les quiere mucho.

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