Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 9: Visita

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya


Seowon respiró hondo y abrió la puerta. Detrás de la puerta se encontraba Lee Kang-joon vestido con un traje negro.

—Realmente fueron diez minutos.

—¿Querías que me retrasara? —preguntó mirándolo directamente a los ojos.

Seowon tragó saliva. —Por favor, entra —dijo ella mientras se hacía a un lado para dejarlo entrar. Cuando entró, de repente se dio cuenta de un punto importante. Se había olvidado de usar el sostén de compresión. Por lo general, se lo quitaba en el momento en que llegaba a casa.

Ella maldijo su descuido en su interior, rápidamente señaló un sofá.

—Por favor, tome asiento. Me disculpa un momento.

Ella corrió a su habitación. Después de quitarse la camisa para ponerse el sostén, pero se detuvo abruptamente frente al espejo.

Su cuerpo era demasiado delgado para aparentar ser el de un hombre. Suspiró agotada, se dio cuenta de que había perdido peso, por causa de sus preocupaciones. Pero no podía creer que esa fuera la única razón. Recordando que Lee Kang-joon la esperaba afuera, rápidamente se puso el sujetador, un chaleco sin mangas y su camisa. Se miró una vez más y salió de su habitación.

—Perdón por mantener… —estaba a punto de decir, pero se detuvo al ver a Lee Kang-joon mirando un cuadro.

Do-won… Era una imagen de su hermano, no de ella; una foto de Do-won cuando era niño, justo antes de la escuela primaria.

Estudió la imagen por un rato, antes de volverse hacia ella.

—¿Cuántos años tenías aquí?

—Creo que seis —respondió tratando de ocultar su nerviosismo.

—Es un poco diferente de como eres ahora.

Se acercó al sofá y se sentó. Seowon dio un suspiro de alivio; No se había dado cuenta. Sería difícil que lo hiciera porque eran infantes en ese momento, pero se veían exactamente iguales.

—Es porque era un niño. ¿Qué te gustaría? Tengo café y té verde.

—Quiero decirte algo, acércate, por favor.

Seowon se puso nerviosa de nuevo. El sofá en el que estaba sentado es para tres personas. Sería incómodo para ella pararse frente a él, pero lo sería aún más sentarse a su lado.

Después de un segundo de reflexión, Seowon se paró frente a él.

Lee Kang-joon la miró.

—¿Te vas a sentar? —pero ella permaneció de pie, él frunció el ceño en respuesta —Sientate o ¿tendré que obligarte a hacerlo?

Seowon se sentó, pero lo más lejos posible de él, aunque eso era difícil, porque el sofá era para tres personas, Lee Kang-joon era un hombre grande y estaba sentado en el medio, así que no estaba muy lejos. Ella encontró todo el asunto estresante. ¿Por qué había venido a visitarla de repente y quería que se sentará a su lado?

Le resultaba difícil tener que estar a su alrededor todo el tiempo en el trabajo, ahora estaba en su casa y él continuaba haciéndola sentir de esa manera, sentía que era injusto de su parte. Ayer era su día… ¿o había venido a interrogarla?

Se sentía abatida porque lo único que podía comprender de esta increíble situación, es que Lee Kang-joon aun sospechaba de ella.

Tal vez las cosas se van a poner aún más serias.

Ella se volvió para mirarlo y tuvo frente a frente su hermoso perfil lateral; sus ojos estaban bajos como si estuviera perdido en sus pensamientos. La vista hizo que el corazón de Seowon latiera rápido y la puso más nerviosa.

—Dijiste que tenías algo que decir; ¿Está relacionado con el incidente? —preguntó de manera tranquila. Se le ocurrió que sería mejor poner esto en marcha rápidamente para que él pudiera irse rápidamente.

El señor Lee Kang-joon se volvió hacia ella, sus ojos se encontraron, pero Seowon sostuvo su mirada conteniendo su nerviosismo.

—Quiero confirmar algo —dijo él.

Entonces iba a interrogarla, ella tragó nerviosa.

—¿Tiene una relación con la camarera del café?

—¿Qué? —Seowon parpadeó como si acabara de escuchar algo que no entendió. Sus ojos color avellana estaban perplejos.

—La mujer que trabaja en el café cerca de la empresa, el que visitas todos los días.

¿El café?

Cuando se dio cuenta de que no lo había escuchado mal, se levantó las gafas —Voy ahí, pero ¿por qué me preguntas esto? —preguntó con cautela. No tenía sentido.

No lo pediría sin razón; se preguntó si tenía algo que ver con sus sospechas.

Lee Kang-joon entrecerró la mirada hacia ella.

—Porque quiero saber.

¡¿Solo por qué quiere saberlo?!

Seowon se sumió en una confusión mayor, incluso si conocía a alguien, no era un asunto para que su jefe interfiriera.

—No entiendo; ¿El vicepresidente desea interferir en mi vida personal? —preguntó Seowon, su rostro mostraba una ligera molestia.

Solo si quieres que interfiera.

Seowon entrecerró los ojos; No importa cómo lo mires, su pregunta es extraña. Era tan perfeccionista en el trabajo, pero esto era una evasión flagrante de la privacidad. Pero decidió que ir a la cafetería todos los días, a la hora del almuerzo, podría ser una razón para sospechar de ella.

—Responde, Han Do-won.

—No estamos en una relación, al menos no por ahora.

Los ojos de Lee Kang-joon se agudizaron.

—Quieres decir que es posible en el futuro.

—No lo sé.

—Entonces, no vayas.

—¿Qué? —Parpadeó.

—No vayas más a ese café.

Seowon sintió una asfixia apremiante mientras miraba incrédula al señor Lee Kang-joon. Pensó que había estado haciendo algo sospechoso, pero resultó ser un malentendido. Tenía todo el derecho a su propia privacidad, a pesar de todo. Su sospecha constante la hizo enojar.

—Vicepresidente, no puedo comprenderlo, esto no tiene nada que ver con el trabajo.

—Han Do-won —Lee Kang-joon la interrumpió fríamente, mientras se inclinaba hacia ella—, no la veas.

¿Por qué estaba yendo tan lejos? No podía decir nada para reprenderlo; solo podía mirarlo. Ella pensó que era injusto, pero mantuvo la boca cerrada ante su mirada.

—Eso es lo que quería decir.

Se levantó y se dirigió hacia la puerta principal. Seowon también se levantó, su rostro todavía era una máscara de molestia.

—Nos vemos mañana —dijo mientras abría la puerta y se iba.

Se fue tan rápido como vino. Seowon permaneció ahí un rato mientras la tensión se fue.

¿Tenía que venir hasta aquí para decir eso? ¿Por qué vino hasta su casa cuando pudo haberle dicho en el trabajo? Deseaba intimidarla, ¿por qué no podía confiar en ella?

No podía entenderlo, realmente no podía entender a ese hombre.

Seowon sacudió la cabeza y volvió hacia su habitación para quitarse la ropa cuando vio la foto que él había estado mirando. Recogió el portarretrato de Do-won cuando era un niño. Su foto había estado al lado, pero de repente sintió que era una buena idea guardar su foto. Aunque se veían iguales, Do-won tenía un estilo distinto y extrañamente tenía un aspecto diferente al suyo.

—Es sorprendente que mi instinto me diga que lo guarde…

Seowon dejó el marco y fue a su habitación a cambiarse.

♦ ♦ ♦

Fuera del edificio de apartamentos de Do-won, Lee Kang-joon subió al auto que lo esperaba.

—¿Tenemos otra parada señor? —preguntó el señor Baek.

—No, a casa ahora.

—De acuerdo, señor…

El señor Baek encendió el auto e inició la marcha. La mirada de Lee Kang-joon se volvió hacia el departamento de Do-won.

Anoche, Dong-jin lo puso nervioso. El día de hoy le había dicho que le sonreía a la camarera del café. Incluso si quisiera ignorar lo que estaba haciendo, no podría hacer su trabajo porque su cabeza estaba llena de estas situaciones. Ese comentario del señor Shim no ayudó en nada

—Es un buen momento. El secretario Han todavía está en su mejor momento. Es muy guapo y popular entre las empleadas de la empresa. No me di cuenta de que estaba viendo a alguien. ¿Es ese su tipo de chica?

Han Do-won es apuesto, era algo que no podía negar, pero debería ser un enemigo neutral en lugar de una bandera. Hasta ahora, nunca se había preocupado por la apariencia de otras personas, pero después de escuchar eso, miró de cerca a Do-won. Tenía una piel impecable y clara. Detrás de sus gafas estaban esos brillantes ojos color avellana que complementaban a la perfección sus venenosos labios rojos.

Hasta el punto en que…

Antes de darse cuenta de por qué estaba enojado, visitó impulsivamente la casa de Han Do-won y le ordenó que no fuera más al café.

Se frotó la frente y suspiró. Hasta ahora, nunca había intervenido en la privacidad de sus empleados. ¿Era por lo que había pasado con Kim Seong-ha? A pesar de que Do-won estaba claramente despejado, seguía extrañamente irritado.

¿Era por esos estúpidos sueños?

Su expresión se volvió helada. La razón por la que estaba tan irritado por los sueños se debía a que no podía comprender por qué los tenía. Realmente lo iban a volver loco, ya que se volvían cada vez más explícitos en lugar de disminuir.

La boca de Kang-joon se apretó con disgusto cuando presionó sus dedos contra sus ojos cansados. Seguía con la locura de luchar contra estos tipos de sueño. Pero si lo hiciera, cometería otro error.

No podía fallar…

♦ ♦ ♦

A la hora del almuerzo del lunes encontró a Seowon frente a la compañía con una expresión sombría en su rostro.

¿Debo buscar otro café?

No fue difícil encontrar uno, había algunos cafés cerca. Pero el problema sería si el vicepresidente sospechara porque le gustaba salir a la hora del almuerzo.

Demasiado cansado, Seowon suspiró tan fuerte que sus hombros se levantaron. Decidió buscar otro café, cuando salió de la sombra del edificio oyó que alguien la llamaba.

—Secretario Han Do-won.

Se giró para ver al director Lee Dong-jin caminando hacia el edificio con otras personas, pero él se detuvo y caminó hacia ella.

—¿A dónde vas? ¿Comerá fuera?

—No. Solo voy a dar un paseo… o eso intento.

Dong-jin sacudió la cabeza y levantó la barbilla para mirarlo de frente.

—Espere un minuto… —farfulló avergonzada.

—Parece que sus hematomas están mejorando. Me preocupaba que no se curara rápidamente considerando la hinchazón.

—Están bien —Seowon respondió empujando su mano y dando un paso atrás.

A Lee Dong-jin no pareció importarle, pero observó la cicatriz en su labio.

—Tu labio estaba muy lastimado. No aplicaste ninguna medicina, ¿verdad? Puedo ver que no hiciste nada.

—Mejorará eventualmente. Gracias por su preocupación, director.

Ella se inclinó e intentó irse, un poco aprensiva por el escrutinio de Lee Dong-jin.

Sin embargo, Dong-jin agarró el brazo de Seowon con su característico rostro inocente.

—¿Por qué tienes prisa? Tengo algo que preguntarte.

—¿A mí? —expresó, apartando su brazo.

A menudo sentía que esta persona no tenía escrúpulos, actuaba como deseaba, sin pensar en los demás. Para Seowon, que estaba mintiendo sobre su género, se sentía incómoda con él. Entonces, ante el señor Lee Dong-jin, ella se mantuvo seria en todo momento.

Pero no importa cuán serio o poco entusiasta se viera, Lee Dong-jin sonreía inocentemente y sin problemas, como lo hacía ahora.

—¿Cómo van las cosas entre Kang-joon y tú?

—¿Eh? —respondió sin entender a qué se refería.

Dong-jin se rió de ella, —Cuando Kang-joon te sacó del ascensor después de la pelea. ¿Estuvo todo bien?

—Ah, sí. Estuvo bien.

Dong-jin miró a Seowon con una sonrisa de complicidad.

—¿En serio? Ojalá pudiera creerte.

Seowon lo miró con curiosidad.

—¿Qué crees que me pasó entonces? —preguntó ella. ¿Cuáles eran sus intenciones?

—Nada. Es solo que… ha pasado mucho tiempo desde que vi esa expresión en el rostro de Kang-joon.

—¿Expresión…?

Dong-jin tenía una expresión extraña en su rostro cuando respondió —Sí, la expresión que hace cuando tiene miedo de que alguien le robe algo que quiere.

¿Algo que quiere…?

Seowon parecía perturbado por esto.

—No sé de qué estás hablando.

—¿En serio? Eso es extraño. Kang-joon tiene un fuerte deseo de posesividad, pero nunca se lo muestra a nadie —dijo Dong-jin, pensativo golpeándose la barbilla con los dedos.

—No entiendo lo que estás insinuando, pero es muy desagradable dar a entender que el vicepresidente trataría a uno de sus secretarios como una posesión.

—Han Do-won, no quise ofenderte —dijo levantando las manos de manera apaciguadora y parecía avergonzado—. Lo siento, no soporto los misterios, así que solo digo lo que pienso sin reflexionar sobre ello.

Pero Seowon solo lo miró enojado. Él hizo una reverencia.

—Te hice sentir mal ¿verdad? Igual que la última vez. Lo siento mucho.

—Si alguien comete el mismo error con la misma persona más de una vez, ¿es realmente un accidente o a propósito?

—¿Por qué haría esto de forma intencional? No soy ese tipo de persona, es que no estoy pensando bien lo que digo.

Seowon lo fulminó con la mirada. Pero realmente no parecía que lo estuviera haciendo a propósito por la mirada nerviosa y la expresión avergonzada en su rostro.

—Lo siento mucho, Do-won —dijo inclinándose ante Seowon.

—No hay necesidad de disculparse. Me iré ahora, director —ella también se inclinó y se fue.

Pero Dong-jin rápidamente la siguió —Pero, no creo que me hayas perdonado. ¿Cómo puedo dejarlo ir así? Han Do-won, suelta tu ira. Me equivoqué.

Seowon frunció el ceño ante su fuerte voz. Justo cuando estaba a punto de volverse para castigarlo, apareció Lee Kang-joon.

—Kang-joon —Dong-jin lo llamó.

Seowon estaba molesto porque volvería a ser interpretado como ir a algún lado junto a Dong-jin. Pero el vicepresidente solo miró a ambos y pasó sin decir nada.

Ha sido mal entendido de nuevo… Estaba segura luego de mirar la expresión de su rostro.

—¿Qué hay con esa indiferencia? ¿Pasó algo?

—¿Por qué me sigue, director?

—Bueno, te seguiré hasta que me digas que me perdonas.

Seowon miró su rostro sonriente atónito. Realmente se parecen. Aunque sus métodos son diferentes, pero estaba segura de que Lee Dong-jin podría lograr que la mayoría de las personas hiciera lo que él quisiera con mostrar una sonrisa en su hermoso semblante.

—No estoy enojado, así que por favor, déjame en paz. Lo digo en serio.

Dong-jin la miró cuidadosamente.

—¿En serio?

—De verdad —ella respondió con calma, mirándolo directamente.

Él asintió más tranquilo —Gracias por perdonarme. Me iré, hasta luego, señor Han Do-won—. Con una brillante sonrisa, se volvió hacia la compañía.

Al verlo retirarse, Seowon suspiró. ¿Por qué siempre actúa así?

Luego recordó la expresión de Lee Kang-joon; ¿Por qué siempre ocurría un malentendido cuando acababa de ser aclarada? Sintiéndose frustrada, se fue a buscar un nuevo café. No encontró uno que cumpliera con sus requisitos, por lo que regresó a la empresa.

No podía creer que todavía tuviera que preocuparse por el problema del baño, se lamentó cuando entró en el ascensor. El ascensor se detuvo en el octavo piso y la puerta se abrió para revelar Lee Kang-joon.

Ella enderezó su postura y se inclinó ante él.

—Vicepresidente.

Él la miró y luego entró. Como el ascensor subía a la oficina correcta, no presionó el botón.

Se puso a trabajar antes, por qué… oh, hay un baño en este piso.

Ella lo miró por el rabillo del ojo; Tenía las manos en los bolsillos mirando hacia adelante. Su atmósfera imponente le recordó a Seowon lo que había sucedido antes; él realmente había entendido mal.

Sería extraño explicarlo, así que ella solo miró las paredes.

—¿Estableces una amistad con el director Lee Dong-jin?

—¿Perdón? —Ella se giró hacia él.

—¿Cuándo se hicieron tan amigos?

—No somos amigos.

Sus ojos se entrecerraron ante la respuesta de Seowon.

—Los he visto juntos en varias ocasiones.

Sabía que él pensaría de esta manera, pero no podía entender qué decir que sería satisfactorio.

—No, no somos cercanos, pero nos hemos encontrado un par de veces.

Parecía una excusa poco convincente, pero esa era la verdad. Sin embargo, el señor Lee Kang-joon tampoco parecía pensar eso. Con una mirada fría, salió del ascensor en cuanto las puertas se abrieron y se alejó.

Seowon lo siguió con tristeza, porque nuevamente no pudo aclarar sus dudas.

Cuando entraron en la oficina de las secretarias, el señor Park se le acercó un poco ansioso.

—Señor, tiene un visitante —dijo.

—¿Visitante? —preguntó levantando una ceja—, esto no estaba en el horario.

—Señorita Geum Sera.

El vicepresidente frunció el ceño mientras entraba con fuerza en su oficina. Seowon se volvió hacia el señor Park con curiosidad.

—¿Quién es la señorita Geum Sera?

—Ah, ella es la hija del señor Geum Byung-joon, presidente del Grupo Chunwoo. Conocen a la familia del vicepresidente desde hace mucho tiempo. Supongo que se podría decir que son amigos de la familia. El vicepresidente es soltero, por lo que es posible que quieran formar lazos familiares.

¿Formar lazos familiares? ¿Matrimonio?

Esta era la primera vez que escuchaba del tema, por lo que preguntó.

—¿Cuál es el problema?

—Bueno, el vicepresidente tiene una barrera a su alrededor cuando se trata de mujeres. No le gusta que venga aquí, pero la señorita Geum es una mujer obstinada, así que ella viene a pesar de su disgusto.

—Ah, ya veo —Seowon asintió, ganando más comprensión.

Regresó a su asiento y miró a la oficina del vicepresidente. Era la primera vez que sabía de todo eso desde que comenzó a trabajar aquí, que una mujer lo había visitado.

El vicepresidente tiene una barrera a su alrededor cuando se trata de mujeres… 

Recordó cuando era nueva en el trabajo y el señor Shim le dijo que las mujeres no eran empleadas como secretarias en la oficina del vicepresidente, por lo que se había vuelto natural no ver mujeres en ese piso.

Porque, trabajando con él, había estado al borde de su asiento, nunca había pensado en un acertijo tan natural. Entonces, se debía a que tenía una novia. No veía a otras mujeres solo porque él tenía una prometida, como lo habían dicho sus compañeros, era muy diferente a otros hombres en su posición.

Todavía mirando hacia la puerta de la oficina, inició sesión en su computadora.

♦ ♦ ♦

Lee Kang-joon entró a su oficina. Sera estaba sentada en el sofá. Su rostro se iluminó cuando lo vio.

—¡Kang-joon! —Su rostro y figura eran de primera categoría, perfeccionados en los mejores salones de belleza que el dinero podía comprar, era lo suficientemente perfecta como para ser considerada una celebridad.

Pero Kang-joon permaneció indiferente ante su brillante rostro lleno de alegría

—Te he dicho que no visites en horas de trabajo —gruñó molesto.

—¿Entonces crees que soy incapaz de cumplir mi palabra? Vine a ver al presidente Lee, así que pensé pasar por aquí.

Ante las palabras de Sera, recordó lo que su padre había dicho en su oficina.

—Necesitas volver a casa hoy, pase lo que pase. Ya te has negado demasiadas veces. No hay excusas.

Le había dicho que no, si pudiera hacerlo. Se dio cuenta de que era la intención de su abuelo establecer una relación entre Sera y él, pero solo levantó una ceja.

Ella se levantó y se acercó a él cuando dijo —Dijiste que ibas a visitarlo hoy de todos modos. El presidente vendrá pronto; Podemos ir a la casa principal con él.

—Adelántate, aún tengo trabajo por hacer.

Sera frunció el ceño cuando él pasó junto a ella y se quitó la chaqueta mientras se iba.

—¿Algo más? —le preguntó mientras ella hacía un puchero.

Tan pronto como se quitó la chaqueta, Sera se sonrojó al ver el contorno de sus pectorales contra su camisa. Ella lo había estado mirando desde que era una niña, y en cada momento de su memoria, él siempre había sido perfecto.

Como estudiante era más alto que sus compañeros, tenía mejor cabello, pero tenía una sensación a su alrededor que podía cautivar incluso a las señoras mayores que trabajaban en la mansión.

Bueno, su padre también era un hombre muy guapo.

Cuando Sera pensó en su padre, Kang-joon la miró y gruñó —No tengo tiempo.

—Está bien, pero asegúrate de estar en la cena —dijo tragándose su pesar y fue a recoger su bolso de mano.

Cuando salió de la habitación, se volvió para decir —El presidente dijo que te regañaría si no apareces hoy.

Y cerró la puerta detrás de ella.

El señor Park se acercó a ella y le hizo una reverencia: «Adiós, señorita».

—Trabajen duro —respondió mirando alrededor de la oficina, luego sus ojos se posaron en un lugar.

—¿Debes ser nuevo aquí?

Seowon se levantó y se inclinó.

—Sí, este es nuestro primer encuentro; Soy Han Do-won.

—Oh, ya veo. Por favor cuida de mi Kang-joo. Te lo encargo —dijo con una brillante sonrisa, como si fuera su esposa.

—Por supuesto, por favor cuídese.

Al verla salir, Seowon se sintió extraña.

Lo pensó un momento y luego abandonó el pensamiento. Tenía que trabajar, pero aún no podía concentrarse; tal vez porque su concentración se había interrumpido. Al final terminó trabajando horas extras. Apagó las luces y caminó desganadamente hacia los ascensores.

¿Por qué le molestaba tanto? Se preguntó.

Quería averiguar por qué se había preocupado tanto al ver a la prometida del vicepresidente.

¿Fue porque estuvo frente a frente a una mujer que se vestía como una bonita muñeca? Tal vez, era eso. Ahora su única opción era parecer y vestir como un hombre. Se recostó en las paredes del ascensor con cansancio. Pero había tantas mujeres en la compañía con una apariencia envidiable; y, aun así, ella nunca sintió nada como lo hizo al ver a Geum Sera.

Se preguntó si se trataba de una privación relativa como resultado de la feminidad reprimida.

Antes de que ella lo supiera, el ascensor llegó a la planta baja. Se despegó de las paredes y caminó penosamente hacia la parada de autobús, perdida en sus pensamientos.

Mientras esperaba el autobús, el estallido de una bocina la sacó de sus pensamientos. Levantó la vista para ver un auto de lujo frente a ella.

La ventana del lado del pasajero bajó y Lee Dong-jin la llamó —Señor Han Do-won.

Él estaba sonriendo, pero ella no lo hacía, todas las expectativas cayeron de su rostro.

¿Qué había estado esperando? Avergonzada por su desilusión involuntaria, caminó hacia el auto de Lee Dong-jin.

—¿Debes haber estado trabajando horas extras? ¿Sueles ir a casa en autobús? —preguntó.

—Sí.

—Entra, te llevaré a casa.

—No, está bien.

—Está bien —dijeron al mismo tiempo. Dong-jin se rió —Mira, no es gran cosa. Vamos, entra. Debes aceptar amablemente cuando otros te están haciendo un favor. —dijo con una dulce sonrisa. Así debe ser como hace que las mujeres se derritan ante él. Seowon lo miró por un momento.

—Realmente no es necesario —No quería más situaciones en las que el vicepresidente pudiera malinterpretarla.

Debe tener cuidado, teniendo en cuenta las opiniones divididas que había entre Lee Kang-joon y Lee Dong-jin en el trabajo.

—Tan obstinado —dijo.

Aunque se sentía mal, seguía siendo estoica. Justo en ese momento llegó el autobús. Ella se inclinó ante él y se despidió —Cuídate, que tengas una buena noche —antes de correr a buscar el autobús.

Ella no tenía que soportar más sospechas inútiles de Lee Kang-joon si lo evitaba. Además, no debería haber ninguna razón por la cual Lee Dong-jin quisiera estar cerca de uno de los secretarios de Lee Kang-joon.

Su complacencia causó todo este malentendido. Pero mientras miraba por la ventana las calles que pasaban zumbando, pensó en las palabras de despedida de Geum Sera.

—Cuida bien de mi Oppa… 

¿Por qué su rostro estaba tan presente en su mente? Avergonzada por todo esto, suspiró e intentó no pensar en nada mientras el autobús la llevaba a su casa.

7 respuestas a “Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 9: Visita”

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