Un lirio que florece en otro mundo – Día 14, el último día: una promesa y un beso

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Miyako estaba soñando.

—¿Cómo puedes justificar el intento de convertirte en la novia del joven Rainhalt cuando ni siquiera lo sabes? ¡No tienes lo que hay que tener, Miyako Florence! —en sus sueños escuchó una voz digna.

Miyako participaba en uno de los muchos bailes que se celebraban durante las guerras nupciales.

A su lado estaba Fuuka Hamilton. Con sus impecables modales y su perfecta y elegante vestimenta, destacando notablemente entre las demás damas.

El comportamiento de Fuuka en la alta sociedad era impecable, y sus esfuerzos en la política fríos y calculadores. A los ojos de todos, ella era una noble; más aún una villana. Fuuka Hamilton siempre fue la más fuerte, la más bella… la más solitaria.

Por eso Miyako deseaba hacerla feliz. El límite de tiempo era de catorce días, y esta era la mañana del decimocuarto día.

Miyako se despertó observando un techo desconocido. Creo que leí esa parte en algún lugar, en mi antigua vida. Después de caerme del acantilado, pensé que estaba muerta. Pero estoy lo suficientemente viva para distinguir un techo de otro. ¿Dónde está Fuuka? ¿Qué hay de la fiebre de decapitación? ¿Qué le pasó a todo el mundo?

Todo eso se arremolinó en la mente de Miyako cuando abrió los ojos.

Mis brazos se sienten pesados. Y mis piernas. Todo mi cuerpo se siente como un bulto… Lo que significa que todavía estoy viva.

Lo primero que entra en la visión borrosa de Miyako fue…

—¡Miyako!

—¿Fuu… Fuuka…?

La mirada preocupada de Fuuka.

Fuuka rodeó con sus brazos a Miyako. La dulce fragancia de su pelo negro tomó a Miyako por sorpresa.

¡Huele tan bien!

—¿Qué, Fuuka, estás bien? ¿Estás herida? ¿Y la fiebre de decapitación?

—Eso debería preguntarlo yo.

Miyako se fijó en su entorno. Se dio cuenta de que estaban en la segunda casa de la familia Florence en la capital. Algo cálido y esponjoso descansaba en su regazo.

—¡Umi!

—Oh, está despierta, maestra. Puede agradecer mis poderes curativos como espíritu del agua.

—Oh, claro. Alguien me tiró del acantilado, y…

—Deberías agradecerle a Fuuka también —indicó Umi.

—¡Oh sí! Fue el mayordomo. Pero por qué él…

—Verla actuar así fue realmente un verdadero espectáculo.

—Por favor, Umi… ¡ya es suficiente! —Fuuka se sonrojó. Aunque al principio dudaba, empezó a contarle a Miyako poco a poco la conmoción del río Enot.

—Envié al mayordomo jefe de los Rainhalt a volar.

—¡¿Hiciste qué?!

—Después de lo que te hizo, perdí un poco el control y… le di una paliza.

—¡No puede ser!

Su comportamiento en la alta sociedad fue impecable, y sus esfuerzos en la política fríos y calculadores. Aun así ella le dio una paliza.

—¡¿Y no te pasó nada?!

—No. Afortunadamente, en ese momento no había terminado de tratar a pa… la fiebre de decapitación del conde Hamilton y Klause. Mantuve el tratamiento de hierba a la luz de la luna delante de ellos para salirme con la mía hasta que lloraron y me pidieron perdón. Por supuesto, también hice que desecharan ese extraño acuerdo matrimonial. Además, entregaron al mayordomo jefe a los tribunales palaciegos. Hay algunas personas influyentes en la corte que me deben uno o dos favores, así que me puse en los oídos correctos para que el castigo fuera más severo.

—¡Sí, tan fría y calculadora como siempre!

—Nunca se sabe cuándo los rostros que se encuentran en la alta sociedad serán útiles. Hice la elección correcta al no olvidar nunca enviar tarjetas de felicitación de temporada.

—¡¡Ohh, conducta intachable!!

—Tú eres el que me enseñó a seguir adelante, fiel a la forma en que me siento y a lo que creo.

Fuuka bajó la cabeza por un segundo y luego miró fijamente a Miyako, con lágrimas en los ojos.

 —No pude evitarlo… Pensé que habías muerto.

—Fuuka-chan… ¡Oh, es cierto! Me caí de la orilla del río, ¿cómo…?

—Nyaa. Aterrizaste en un río. Soy una Undine muy confiable, un gran espíritu de agua. Te dejaré que averigües el resto —dijo Umi, moviendo su esponjosa cola.

Oh, así que Umi usó su control sobre toda el agua para salvarme. 

—Después de eso, terminamos el tratamiento… Luego te trajimos aquí en el carruaje de la señora Shan Li. La jefa de las criadas Susie-san fue muy complaciente también.

—Así que también conociste a Susie.

—No parecía que fueras a despertar. Estábamos muy preocupados, ya sabes —expresó Fuuka..

—Bien… Fuuka, gracias por salvarme.

—Fuuka te cuidó toda la noche sin dormir —dijo Umi

—¡¡U-Umi!!

—¡No tenías que hacerlo! Después de todo lo que has pasado…

En el aguacero del río Enot, Fuuka tuvo el papel de un sacrificio que le fue impuesto. Ella debe haber estado lo suficientemente cansada para colapsar de eso, pero aún así…

—Pero yo…

Fuuka habló como si sus acciones fueran la cosa más natural del mundo.

—Pero tenía que decirte. Cuando irrumpiste en mi mansión. Cuando vivíamos juntos en Atika. Cuando me mostraste diferentes tipos de calidez y me enseñaste lo feliz que puedes sentirte ayudando a otros. Cuando me perseguiste hasta el otro lado del reino… Cuando me tendiste la mano una vez más.

Fuuka acarició suavemente la mejilla de Miyako.

—Sabes, Miyako, todo eso me hizo darme cuenta… que te amo.

Si puedo hacerte decir soy feliz en catorce días, quiero que te quedes conmigo para siempre.

En el decimocuarto día, la última mañana de la promesa Fuuka Hamilton le susurró a Miyako.

—Ahora mismo, soy realmente feliz.

En otras palabras, esta fue la confesión de Fuuka a Miyako, ella se quedaría a su lado para siempre.

Para ocultar las lágrimas que brotaban de sus ojos, Fuuka apartó levemente la mirada.

—Fuuka-chan, seamos felices juntos. Las dos podemos vivir felices, siempre.

Miyako apretó sus labios contra los de Fuuka.

Vamos a hacer un viaje a los confines del mundo. Hagamos un picnic entre las flores en un campo de primavera. Preparemos comida deliciosa una comida encantadora y pasemos las noches sin hacer nada. Vivamos felices juntas.

Las cortinas bailaban a la luz de la mañana mientras susurraban su amor.

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