¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 111: Ataque Inesperado

Traducido por Shröedinger

Editado por Ichigo


Un rato después de que la señorita Elise se fuera a casa, mi hermano visitó mi habitación.

—Lillina, ¿Sabes dónde está Sana?

—Hermano mayor… ¿Cuántas veces necesito decirte que por favor golpees la puerta cuando ingreses a mi habitación?

Como de costumbre, no tocó la puerta. ¿Cuándo aprenderá?

—Oh, lo siento. Entonces, ¿Sana está…?

No se tomó en serio mi advertencia. Solo ella está en su mente.

—Acerca de Sana, parece estar con el abuelo… me pregunto dónde están.

—Gah, ¿Con el abuelo?

Puso cara de preocupación. Supongo que está tratando de hablar con Sana, pero no puede acertar el momento oportuno.

—Padre o Sebastián pueden saber dónde están.

—¡Así es! ¡Se los preguntaré!

Salió corriendo de la habitación mientras lo decía. Por supuesto, abrió y cerró la puerta de manera vigorosa. No se rompió, ¿verdad…?

Después de un rato, la puerta se abrió de nuevo sin llamar. Por supuesto, fue mi  hermano quien entró. Acerca de tocar… Mejor rendirme. Él me habló mientras yo pensaba en cerrar la puerta a partir de ahora.

—Lillina, Sana parece haber salido con el abuelo.

—Vaya, salieron. Es inusual que estén juntos.

—Ah… me dijeron que estaban visitando al viejo amigo del abuelo… Entonces, ¿por qué tenía que ir con Sana? —gritó.

Me gustaría que dejara de gritar en la habitación de alguien más.

—Hermano mayor, ¿podrías no dejar salir una voz tan fuerte en mi habitación? Mis oídos me duelen.

—Lo… lo siento. Pero, Sana…

De verdad solo piensa en ella, ¿cómo funciona como capitán? Alek, lo siento por todo.

—Hermano mayor, entiendo que te preocupas por Sana, pero de seguro no has enviado todo el trabajo relacionado con la orden de caballería al joven Alek, ¿verdad?

Él estaba molesto por mi pregunta. Mientras evitaba mis ojos, respondió.

—Por supuesto que no. Lo hice bien… ¡De seguro, no, es lo más probable!

—Hermano, ¿lo sabes? Sana odia a la gente que deja su trabajo sin terminar. ¿Qué pasaría si Sana se enterara?

En medio de mi comentario que podría tomarse como una amenaza, comenzó a entrar en pánico.

—¡Oh, es cierto! Aún quedan documentos por enviar. ¡Iré a trabajar! No le digas cosas innecesarias a Sana.

Después de decir eso, salió corriendo de la habitación como antes. No hace falta decir que la puerta chirrió.

Por la noche, Sana regresó a casa con el abuelo. Por alguna razón, parece cansada. Por cierto, mi hermano aún no ha regresado. A pesar de tener trabajo que hacer, parece haber estado presionando a Alek para que busque a Sana.

—Sana, ¿estás bien? Pareces agotada…

—Ah, sí, señorita Lillina. Yo estoy bien. Estoy un poco cansada.

Mientras decía eso, suspiró sin saberlo. ¿Qué tan lejos fue ella? ¿Puedo preguntarle?

—Oye, Sana. ¿Qué tan lejos llegaste con el abuelo? Escuché que ibas a encontrarte con su viejo amigo…

Sana empezó a hablar con expresión preocupada.

—En realidad… fui a la mansión del maestro Damian, a quien rescatamos con la señorita Elise el día de ayer.

—¿Eh, del señor Damian?

—Sí, el abuelo y el maestro de Damian son algo así como viejos amigos… Debido a esa conexión, decidimos ir a su mansión.

—Qué decir, qué increíble coincidencia.

—Si, tienes razón. Al principio, cuando me enviaron una invitación, pensé en rechazarla, pero el maestro me dijo que me preparara para ir allí… y terminé yendo.

—Ya veo, debe haber sido difícil. Sin embargo, ¿por qué estás tan cansada?

Es raro que Sana tenga una expresión tan fatigada. La verdad, ella nunca ha sido invitada a la mansión de un noble, pero puede enorgullecerse de sus modales impecables.

—Umm, el señor Damian es una persona bastante extraña… eso…

Sana está confusa con las palabras hoy. Por lo general, no habla con tanta vacilación. Me pregunto si es difícil de decir. Esperé con paciencia a que ella hablara. Por fin, comenzó a hablar en voz baja.

—En… En realidad, solicitó lo que parece ser amistad. El señor Damian… él dijo…  él… que él se ha enamorado de mí, pero como yo no tendría ese sentimiento todavía, deberíamos comenzar como amigos…

El… El señor Damian tiene buen ojo para las mujeres. Enamorarse de Sana en tan poco tiempo. Pero, ¿Supongo que Sana está preocupada?

—Y entonces… Sana, ¿Qué respondiste?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido