¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 50: El Príncipe, una vez más (4)

Traducido por Schröedinger

Editado por Ayanami


Me las arreglé para escapar de la habitación de Príncipe León y me dirigí a la sala de audiencias.

Tres personas me esperaban allí, preguntándose qué había pasado.

Parece que estaban preocupados por mí, ya que parecían impacientes cuando entré.

Expliqué brevemente los eventos de hace un tiempo.

—Fu, huhu —aunque padre se reía, sus ojos daban miedo.

El Rey se congeló al ver la apariencia de padre.

La Reina Rachel escondió su boca con su abanico favorito, y con ojos brillantes dijo:

—Honestamente, este niño… Si lo entrenas ahora, mejorará ¿verdad?

Bueno, he dado una explicación, así que es hora de empezar.

Si escapas, ganas.

Miré a padre.

Me asintió con una mirada tranquilizadora.

—Su Majestad, por el día de hoy me llevaré a Lillina a casa. Por favor, suelte a Ricardo cuando consiga un buen punto de terminación. Bueno, creo que, de alguna manera, puede salir de esto solo… Pero la obsesión del príncipe León con Lillina es demasiado fuerte, por lo que puede volverse demasiado inquisitivo con Ricardo, así que, por favor, cuídelo.

Sin esperar la respuesta del Rey, mi padre me llevó afuera.

¿Está bien ignorar al Rey?          

De todos modos, me pregunto si finalmente podré ir a casa.

Decidí volver a la mansión con mi padre.

Sana, el joven Allen, y la señorita Ange me saludaron cuando regresé a la mansión.

—¡Bienvenida a casa, señorita Lillina!

Aunque llegué a casa con mi padre, solo me saludaron a mí.

Para empezar, mi padre es el señor.

Padre se rió sin ofenderse ante tal saludo.

—A todo el mundo le agrada Lillina, me alegro de que tengas muchos amigos.

Padre lo dijo y se dirigió a su habitación.

La mirada de todos me hizo sentir que debía explicar lo sucedido, así que nos mudamos a mi habitación.

Sana y la señorita Ange prepararon el té cuando llegamos.

Ahora que lo pienso, de hecho, puede que tenga sed.

Tomé un sorbo del té servido y solté un suspiro.

El joven Allen notó que, inconscientemente, suspiré “Fu~~”.

—Gracias por tu arduo trabajo, Lillina. Pareces bastante cansada, ¿estás bien?

Sana y la señorita Ange me miraban con ansiedad.

Hablé con una sonrisa para tranquilizar a todos.

—Gracias por su preocupación. Estoy bien.

Después de decir eso, les expliqué lo que sucedió hoy.

—Sí que lo has hecho… Príncipe —Dijo Sana.

—Estoy de acuerdo con ver a la luz brillante mientras observo a la gran señorita Lillina, pero ahora no quiero proponerlo —Mencionó la señorita Ange.

—… ¿Tomando su mano todo el tiempo? Si quiere tomar una mano, la aplastaré —El joven Allen murmuró.

Espera un minuto.

No puedes, joven Allen.

Tu poder es realmente demasiado.

Fue una dura crítica hacia el Príncipe León.

Después de eso, hubo una tormenta de abuso verbal hacia el Príncipe León.

Déjame decirlo honestamente. Todo ese abuso me hizo querer sostener mi cabeza.

Después de un rato, escuché un golpeteo.

La puerta se abrió antes de que pudiera responder… Y allí estaba mi hermano.

De alguna manera, parecía agotado.

—Lillina ~~ Parece que has regresado sana y salva.

Mi hermano parecía cansado e inmediatamente se sentó en una silla.

Sana preparó cuidadosamente una bebida fría.

¡Como se esperaba de Sana!

—Joven maestro Ricardo, aquí, por favor.

—¡Oh, gracias, Sana!

Mi hermano sonrió, lo tomó y se lo bebió todo a la vez.

Bebí un poco y empezamos a hablar sobre el Príncipe León.

—Después de que Lillina logró escapar, fue terrible. El príncipe León no dejaba de intentar sacarme información sobre ella. Estuvo sujetando mi brazo todo el tiempo… Todavía quedan marcas.

¡Oh!

Es increíble dejar una marca en mi hermano.

Es un daño básico, así que mi hermano debería recuperarse pronto.

—Y enseguida empezó a ponerse ruidoso por volver a verte… Era persistente. Fue algo bueno que la Reina Rachel viniera cuando estaba en problemas.

—¿La Reina Rachel fue a la habitación del Príncipe León?

—Oh, sí. Pero realmente, fui salvado. Podría hacerlo con fuerza bruta, pero no puedo hacerle tal cosa a un príncipe. Fue muy propio de la Reina Rachel detener al Príncipe León allí. Con un solo golpe.

—¿Eh? ¿Un golpe?

—Oh, fue un hermoso golpe. El abanico golpeó al Príncipe León a una velocidad que apenas podía seguir con mis ojos. Se derrumbó de un solo golpe.

Suena como a la Reina Rachel.

Después de todo, es una persona inspiradora.

—Finalmente salí después de que la Reina Rachel lo derribara.

—Uh, gracias por tu arduo trabajo.

Mi hermano dijo que estaba un poco cansado y volvió a su habitación.

Sana miró su espalda ansiosamente.

—… Sana. Si estás preocupada, puedes ir a cuidar a mi hermano mayor.

—¡No estoy preocupada! Es solo que… nunca lo había visto tan cansado antes…

Cielos, no estás siendo honesta.

Quizás mi hermano está muy agotado porque tuvo que hacer un trabajo pesado.

Me pregunto cómo debo lidiar con el Príncipe León, quien no tiene memoria.

No estoy segura de qué hacer a continuación.

El Príncipe León parece estar bien y me pregunto si tal vez pueda permanecer así.

Ayanami
Hola a todos, ha sido un tiempo desde que nos saludamos en esta bella novela, y como la pequeña Nemoné se encuentra ocupada en sus labores de Minion y de la vida real me complace anunciar que retomaré la edición de esta linda novela~ y al mismo tiempo démosle la bienvenida a nuestra nueva traductora que viene con todo!!! Shröedinger ♥ todos la amamos y esperamos que juntas podamos poner esta novela al día ~♥ y para demostrar que venimos a cumplir nuestro objetivo se publicarán varios capítulos cada semana, asó que gracias por su apoyo, recuerden que sus comentarios en la página nos impulsan a seguir trabajando con fuerza y orgullo~ ♥ los amamos~

2 respuestas a “¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 50: El Príncipe, una vez más (4)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido