¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 78: Charla ociosa: Mi hermano se dirige a la Capital Real

Traducido por Schröedinger

Editado por Ayanami


El día antes de la partida de Sana, no pude dormir. Sana se va al País Occidental mañana, solo pensar en eso me dio náuseas. Como esa irritación no cesaba, fui al jardín en medio de la noche para blandir mi espada y me atacaron por detrás. Cuando recobré la conciencia, estaba acostado en mi cama.

¿Eh? ¿Qué significa esto?

Sin tener ningún recuerdo de ayer, me trasladé al comedor mientras me frotaba la cabeza dolorida. Estaba pensando en divertirme pasando tiempo con Sana. Sin embargo, un deseo tan modesto se hizo añicos.

—¿Haah? ¿Qué quieres decir con que ya se fue, madre?

Madre dijo como si fuera una molestia.

—Como dije, el grupo de Lillina partió antes del amanecer. Ven, prepárate para ir y reportar a la Capital Real. Entrega correctamente la carta.

—No, por qué antes del amanecer… quiero decir, ¡No he escuchado nada!

—Porque se mantuvo en secreto.

Eso es demasiado. No pude despedirme de Sana.

¿Qué tipo de traición es esa?

Estoy deprimido, desconsolado. Recibí un duro golpe.

—Ay~~.

—Siempre estás dudando y siendo afeminado. Sana odia a esos tipos. Odia a la gente débil. Si vas a ser así, se lo diré a Sana cuando venga. Si tienes tiempo libre para preocuparte, perfecciónate a ti mismo. Sana está perdida con un hombre que no puede cumplir con su papel.

No puedo discutir. Desde el principio, ella no es una oponente a la que puedas vencer con palabras o con fuerza. Sin embargo, ¡No quiero ser el tipo de hombre del que se reiría! Entonces, haré lo que pueda.

—Entiendo, madre. Iré a la Capital Real. También le pasaré la carta a la reina.

—Sí, eso está bien. Toma mis cartas y las del príncipe León, guardaré la de la princesa Sumire por si acaso.

Es una buena idea no dejar que la carta de la princesa Sumire vea la luz del día. Me hizo volver.

—¿Tienes algo más que decirme? —Pregunte.

—Veamos ~… Ah, es cierto. Dile que espero con ansias la ceremonia de la boda. Estaré encantada de participar. Entonces, Ricardo, por favor, enfatiza que los ninjas fueron útiles.

—Ninjas… ¿Verdad?

—Sí, eso es correcto. Si enfatizas que los ninjas que envió la princesa Sumire fueron útiles, su reputación ciertamente aumentará. Eso seguramente fortalecerá su compromiso. La nueva prometida del príncipe enviando a sus escoltas para ayudar en la subyugación del demonio, ¿No es una historia conmovedora?

Madre estaba acorralando al oponente. Está rebosante de la sensación de romper su conexión con el príncipe León.

El príncipe León podría encontrarlo desagradable, pero sería problemático si no se casa con la princesa Sumire.

—Entendido. Informaré de todo.

—Por favor, hazlo. Aun así, no digas nada innecesario.

¿Algo innecesario? …Ah, la carta de la princesa Sumire.

♦ ♦ ♦

Sin Sana, tomé a los miembros de la Orden de Caballeros y regresé a la Capital Real en un día.

Por supuesto, fuimos allí directamente sin tomarnos un descanso. Los miembros, que antes estaban completamente agotados, ahora podían seguir el ritmo.

Cuando llegué a la Capital Real solicité una reunión con el rey. Mi deseo fue concedido de inmediato y me enfrenté al rey en una audiencia. En este lugar también se encuentran la reina y el primer ministro, mi padre.

—La amenaza demoníaca se ha ido. Milagrosamente, tampoco hubo víctimas.

—Ya veo, bien hecho. Como resultado, por el momento, no habrá otra aparición masiva de demonios.

El rey suspiró aliviado.

Oh, es cierto.

Tengo que entregar la carta de mamá.

—Reina, mi madre me ha confiado esta carta. —Le entregué la carta a la reina.

Padre me preguntó ‘¿Qué está escrito allí?’. Sin embargo, tampoco conozco su contenido.

La reina mira las letras en silencio. Parece que terminó las cartas del príncipe León y de madre. Tiene una expresión de estar agotada. La reina me hizo una pregunta.

—Hey, Ricardo. ¿La carta de León ha sido leída solo por Liza?

—No, no lo ha hecho. Lillina, naturalmente, la ha leído, ya que estaba dirigida a ella, todos los que estaban a su alrededor también saben lo que él escribió.

La reina palideció al escuchar mis palabras.

—¿Cómo… cuántas personas había allí? —Me preguntó

—Umm, mis abuelos, además del príncipe Chris con sus asistentes… Había más de diez personas.

La reina está abatida. El rey y mi padre, que no han leído las cartas sienten curiosidad. La reina le entregó las cartas al rey y padre.

La complexión de los dos cambió mientras lo leían. El rey está pálido y padre emite un aura negra.

—¿Qué diablos es esto…? —Finalmente, el rey comenzó a agarrar su cabeza.

—¡Mi rey, pongámoslo bajo arresto domiciliario y aceleremos el matrimonio como sugirió Liza en su carta!

¿Qué? ¿Eso es lo que está escrito en la carta de mi madre?

Por si acaso, no recomendaría poner a un príncipe de nuestro país bajo arresto domiciliario.

—Haa ~~, tengo que renunciar a Lillina. El riesgo es demasiado alto ahora.

La reina está murmurando algo con pesar. Más bien, te estás rindiendo demasiado tarde.

Oh, es cierto. Me olvidé de apoyar a la princesa Sumire.

—Ahora que lo pienso, la princesa Sumire ha enviado en secreto a sus escoltas, los ninjas, como refuerzo. Fueron de gran ayuda.

—Ya veo, la princesa Sumire…

Genial, pude apelar correctamente. Parece que la reina está pensando. Parece que se decidió por una idea.

—Le explicaré a León cuánto ha molestado a Lillina hasta ahora. Probablemente, querrá librarse de la miseria autoinfligida. ¡Primer ministro! Por favor, prepare las actas sobre León agravando la situación con Lillina. Vamos a explicarlo claramente para que se rinda.

Woah ~~, ¿No hay muchos ~ registros de esa situación?

Explicarle al príncipe León, quien no tiene recuerdos… Qué demonio.

Pero él no se rendirá si no hacen esto.

Sin embargo, creo que es imposible renunciar a tu persona favorita.

Quiero decir, Sana…

¿Sana? ¿Por qué estoy tan obsesionado con Sana? Aah ~~ ¿Qué pasa con este sentimiento nebuloso? ¡Todo bien! ¡Vamos al área de entrenamiento a volvernos locos!

Me dirigí al área de entrenamiento mientras los demás hacían ruido.

♦ ♦ ♦

Área de entrenamiento.

—¡Hoy derrotaremos al comandante!

Mis hombres se motivaron alegremente para atacarme. Ah, eso es bueno. Seré su oponente hasta el amargo final. Los noqueé de un golpe a cada uno.

—¡Woah! ¡El capitán habla en serio!

—¡Arriesgado!

—¡Estás loco!

—Oye, ¿Por qué volaron tan lejos? Imposible.

Por primera vez, en mucho tiempo, derribé a la gente sin detenerme. Especialmente, a aquellos a quienes, a veces, puedo escuchar gritar ‘Por la gran señorita Sana ~’ descuidadamente.

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