Vida en el campo – Capítulo 17: Una persona torpe

Traducido por Jenei

Editado por Sakuya

Corregido por Beemiracle


[Aine]

La fiesta reanudada estaba más animada que nunca. El sonido de la música y la risa se escapaba del Castillo, haciéndolo ruidoso.

Estaba viendo esos acontecimientos desde la ventana de mi habitación.

Daigorou se frotó contra mí. Puse mi mano en mi cabeza, sintiéndome sorprendido.

—Daigorou, estoy bien —le dije, abrazándolo, y dio un gemido suave.

♦ ♦ ♦

[Yuan]

—Hey ¿ves? ¿No es mejor que él?

—No, yo-

—Tú, de la cabeza roja. Identifíquese.

Cuando oí la voz de mi hermano, la habitación ya estaba llena de invitados y el aire caliente se acumulaba.

El salón de baile que fue inaugurado estaba magníficamente decorado. El acompañamiento de la orquesta, los platos, las decoraciones, todo era fuera de este mundo. Sobre todo la motivación de mi hermano.

Sentado a mi lado, él hablaba con normalidad con una mujer pelirroja. Sin embargo, desde mi punto de vista, todo lo que puedo ver es que se veía obligado a asistir a esta fiesta.

La causa es Aine.

Cuando él dijo que se disculparía conmigo, mi hermano Leichel lo consideró inaceptable.

Es obvio. Aine no hizo nada malo. Con los ideales de justicia de mi hermano, la manera de pensar de Aine le causa rabia. Por otra parte, fue mi incapacidad para controlarme a mí mismo que empezó todo esto.

Suspiré en silencio para no llamar la atención de mi hermano.

Por supuesto, Aine debe haber sido profundamente herido. Eso también es mi culpa. En lugar de perder mi tiempo en un evento inútil como este, me gustaría ir a pedir disculpas.

Mi hermano rió en voz alta. Cuando me volví a mirar…

Tus ojos no se ríen, hermano… 

Aunque su boca esté riendo, sus ojos son fríos. Leichel no se dio cuenta, pero la chica está encantada de que estuvieran hablando.

No se da cuenta, pero él hacia Aine…

♦ ♦ ♦

[Aine]

Hasta ayer Leichel estuvo viniendo a desayunar, pero hoy es muy tranquilo. Estoy siendo tonto solo porque no está aquí.

Estaba tratando de aliviar mi estado de ánimo cuando fui atacado por Yuan antes. Sin embargo, lo hice enojar.

—Soy realmente inútil…

Pero, también quiero llevarme bien con Yuan. Por fin nos habíamos acercado, no quiero que volvamos a ser extraños solo por un error.

—¿Estoy siendo egoísta…? —pregunté en voz alta, y Mike saltó sobre la mesa para lamer mi mejilla. Sus ojos redondos me miraron fijamente.

—Gracias, Mike.

Mientras acariciaba su cabeza, ella volteó su cuerpo encima de la mesa y me mostró su vientre. Mientras le daba palmaditas en el estómago, cerró los ojos con una expresión de felicidad.

Quiero reunirme con Yuan no importa qué. La cara enojada de Leichel vino a mi mente, pero no creo que esté equivocado.

Si no hubiera regresado al castillo, seguiríamos separados. No habría causado ningún problema, pero fue divertido poder reunirme con Yuan, y mi corazón se sintió en paz. Fueron momentos irremplazables.

Pienso que esto es lo que significa ser familia. Por fin conseguí una, no quiero perder esta felicidad por mi culpa, pensé mientras colocaba las verduras que recogí esta mañana en la cesta junto con la torta y el café en polvo. Luego me dirigí al templo.

Puedo oír el sonido del órgano.

La última vez que vine aquí fue hace dos años. Abrí la pesada puerta y entré en el templo.

Dentro estaba fresco comparado con el tiempo caliente de fuerte. Era muy refrescante.

—Bueno, pero si es Su Alteza Aine. Ha sido un largo tiempo.

—Saludos, Gran Sacerdote. Ha sido un largo tiempo.

—Realmente te pareces a la señorita Liliana.

—Gran Sacerdote también… Sobre la señorita Liliana…

—Por supuesto, es un secreto de Sus Majestades Gilliam y Cherubim, pero la señorita Liliana solía entregar flores aquí y oraba.

—¡¿Eh, aquí?!

El templo no debería ser un lugar donde cualquiera pudiera entrar aparte de la Familia Real.

Al ver mi cara de sorpresa, el sacerdote se rió hasta que sus ojos se hicieron pequeños.

—La señorita Liliana se perdió en su camino y llegó aquí, pero creo que Dios la condujo aquí.

—¿Dios lo hizo?

—Porque la señorita Liliana parecía la reencarnación de una Diosa. Su llegada a este lugar era inevitable —dijo el Gran Sacerdote con una sonrisa alegre.

La señorita Liliana era muy querida por mucha gente. Por otro lado, sólo soy odiado…

Viendo mi mirada deprimida, el Gran Sacerdote puso su mano en mi hombro y me guió a sentarme en una silla.

—¿Ha pasado algo?

—Quería disculparme con Yuan…

—¿Con Su Alteza Yuan?

—Sí. De hecho…

Le conté todo lo que pasó hasta ahora. Cómo, antes de regresar al Castillo, los tres no nos llevábamos bien, cómo estuve a punto de ser atacado por Yuan, la cara enojada de Leichel.

Debí haber acumulado muchas quejas dentro, así que vertí todo mientras lloraba.

El Gran Sacerdote escuchó atentamente sin ningún prejuicio. Cada tanto, me daba palmadas en la espalda y decía “ha sido difícil” sin interrumpirme.

—La verdad es que realmente quiero llevarme bien con mis hermanos.

—Su Alteza Aine tiene un corazón muy bueno.

—No soy amable en absoluto, sólo estoy siendo egoísta…

—Creo que es un egoísmo necesario.

—¿Necesario?

—Es un deseo noble querer un mundo donde todos ríen y tú eres el único con dolor, Su Alteza Aine —me sonrió el Gran Sacerdote.

Esas palabras impulsaron más lágrimas y lloré por un tiempo.

Quizás siempre he sido consciente de ello. Lloré demasiado y después de un tiempo, me dio sueño.

Cuando él me vio ser así, se rió entre dientes.

—Sólo duerma como desea, Su Alteza Aine. Vamos juntos a ver al príncipe cuando despiertes…

Cerré los párpados y me dormí.

♦ ♦ ♦

[Yuan]

El estado de ánimo de mi hermano es malo.

A pesar de que su apariencia dice que está disfrutando la fiesta, esta persona también es extraña, pensé, mientras lo miraba a través de los documentos.

He sido relevado de mi castigo, y ahora debo ayudarlo con su trabajo. Según mi hermano, después de que el baile haya terminado, los deberes militares seguirán.

Como no me gustaba la atmósfera, usé una excusa adecuada y salí de la habitación.

Honestamente, me gustaría ir a casa de Aine, pero sería mejor ir al templo, pensé mientras me dirigía allí.

♦ ♦ ♦

[Aine]

—Estas son algunas verduras deliciosas, Su Alteza Aine.

—Las hice crecer yo mismo. Son frijoles y tomates.

—Frijoles, es la primera vez que oigo hablar de semejante vegetal.

—¡Van bien con la cerveza si se hierven y se agrega un poco de sal!

—Jo, jo, eso suena delicioso… ¿Y qué es este polvo negro?

—Esto se llama café y es la bebida favorita de mi hermano Leichel. Si agrega esto en agua caliente, estará listo para servir.

—Café…

—Probablemente no pueda reunirme con Yuan, por lo que me gustaría pedirle que por favor se lo de a él.

Estaba caminando con el Gran Sacerdote en el pasillo.

Cuando desperté después del drama, él me trajo una toalla caliente para colocarla sobre mis ojos hinchados después de llorar.

Siempre pensé desde pequeño que los sermones del Sacerdote eran demasiado largos, así que me disculpé en mi corazón.

Según el Gran Sacerdote, es mucho mejor si los tres hermanos hablamos para resolver el problema, por eso me estoy dirigiendo hacia la oficina.

¿Y si los dos me rechazan?, pensé con ansiedad, pero no me detuve. El tiempo no resolverá nada por su cuenta. Si no me muevo, no pasará nada.

—Oi, oi. Este no es un lugar donde un plebeyo pueda entrar.

Frente a nosotros se encontraban dos nobles que nunca conocí antes, bloqueando nuestro camino.

—Yo soy-

—¿No eres el inútil segundo hijo que dejó todo a sus hermanos, salió del Castillo después de interesarse en la agricultura y fue traído de vuelta, Aine Le Clover?

Sus palabras me sorprendieron.

¿Así que sabían de mí?

Mientras su boca ladraba, caminó hacia mí y agarró el tomate dentro de mi canasta. El otro pellizcó la bolsa en la que se coloque el café.

—Es porque vives haciendo cosas como estas que tu posición es tan baja.

—Por favor, cuide su boca. Si Su Alteza Leichel o Su Alteza Yuan oyeran esto…

—Gran Sacerdote, está bien —lo detuve—. Bueno, continúen.

—Su Alteza Aine…

—¿Es esto el llamado orgullo de la Realeza? —silbó uno de los nobles.

—¿Para qué vinieron ustedes dos?

—Hey, ¿por qué estás aquí? Incluso si un campesino sucio como tú se pierde, no es un lugar al que puedes entrar.

—Debo reunirme con mi hermano Leichel y Yuan…

En ese momento, el tipo que tenía el tomate en la mano lo aplastó. El tomate se deshizo y el jugo salpicó mi cara.

—¡Su Alteza Aine!

—¡Ja, ja, ja! ¡Esa mirada te queda bien, Su Alteza Aine!

—¡Qué cosa osan hacer! ¡No saldrás de esta indemne!

—Oi, ¿quién crees que está detrás de nosotros?

—¿Q-Qué estás…?

—¡Es tu querido Leichel Le Clover!

El jugo de tomate goteó en el suelo, manchándolo.

Leichel lo hizo.

Pensando en ello, él me ordenó que saliera del Palacio.

Ah, ya veo, como pensé, nunca pensó en mí como su hermano menor.

—Eso es algo natural. Desde que llegaste aquí, Su Alteza Leichel y Su Alteza Yuan se han vuelto raros. Aunque estaba tranquilo cuando te fuiste, todo se volvió un caos desde que regresaste —me susurró al oído y volteó la cesta que estaba sosteniendo.

Los nobles se echaron a reír a carcajadas cuando pisaron el pastel en el suelo y regresaron por donde venían. El Gran Sacerdote me secó rápidamente el rostro con una toalla, pero sacudí la mano.

—Su Alteza, no hay necesidad de que preste atención a lo que han dicho esas personas. Esos fueron sólo tonterías.

—No, está bien. Entiendo.

Reuní los frijoles dispersos en el suelo, cogí el pastel aplastado y luego limpié el jugo de tomate con mi ropa.

La alfombra, se mancho, ¿eh? Esta vez, Leichel podría realmente tratarlo como un crimen y sentenciarme a muerte. 

Me levanté y volví de dónde venía. Detrás de mí, el Gran Sacerdote dijo algo, pero no lo oí en absoluto.

♦ ♦ ♦

[Yuan]

En el camino, me encontré con el joven maestro de Banbrook. Cuando pasé, asentí con la cabeza. Caminé sobre el costado del camino y me dirigí directamente al templo.

—¿Gran Sacerdote? —le llamé, y él se acercó a mí con una cara que parecía que estaba a punto de llorar.

—¿Qué sucede, Gran Sacerdote?

—Aah, ahora mismo, una cosa terrible…

—Por favor, cálmese… Esta mancha es… ¿Podría esto ser sangre…?

En sus pies hay una gran mancha roja. Cuando lo toqué para comprobarlo, todavía estaba húmedo, pero se sentía menos espeso que la sangre.

—Eso es tomate, Su Alteza Yuan.

—¿Tomate?

—El tomate de Su Alteza Aine… —dijo entre sollozos, incapaz de terminar.

¿Dijo que es el tomate de Aine? ¿Podría ser que vino a verme porque algo sucedió?

Agarré ambos hombros del Todopoderoso Sacerdote y lo sacudí con fuerza.

—Dime todo lo que ha ocurrido.

♦ ♦ ♦

[Leichel]

¿Cuánto tiempo ha estado ausente Yuan?

Llamé a Carl para hablar sobre la fiesta, peor en ese momento, la puerta se abrió con violencia y Yuan entró con el joven maestro de Banbrook y su hermano.

—Hermano, mis disculpas por llegar tarde.

—No me importa. ¿Esa gente es…?

—Sí. Según la petición de hermano, tengo un caso que quiero informar.

—¿Una solicitud que hice para ser reportada?

No tengo ni idea de lo que está hablando.

Sin embargo, mientras miraba confusamente a los nobles, sus rostros enrojecieron de excitación.

—Sí. Su Alteza Leichel, expulsamos al segundo príncipe que intentaba invadir el Palacio con nuestras propias manos.

—Ese mismo segundo príncipe que te resulta realmente molesto.

Estaba tan sorprendido que me olvidé de parpadear.

¿De qué están hablando?

—Lo escuchamos de Carl, que Su Alteza Leichel estaba preocupado por el segundo príncipe. Es por eso que ambos nos presentamos y removimos ese tumor.

—Hoh. Carl ¿lo ordenaste por mí? —le pregunté a Carl, que estaba en la esquina.

—Es cierto —dijo con una gran sonrisa en el rostro—. Es el hombre que se convertirá en el próximo rey. Deberías eliminar a la gente que te preocupa. Su Alteza Leichel estaba preocupado por el segundo príncipe, pero como ustedes son hermanos, no puede levantar la mano. Por eso, cuando les pregunté a estos nobles si lo harían en su lugar, ellos aceptaron. Ahora, por favor déles a estos niños sus recompensas.

—Parece que estos dos no sólo abusaron de Su Alteza Aine verbalmente, sino que también aplastaron los tomates que trajo consigo mismo —continuó Yuan mirándome fijamente—. Al parecer le llamaron un plebeyo sucio que nos conduce a los dos a la locura.

—Además, esa persona también trajo algo de pastel. Probablemente estaba planeando tentarte con él, así que lo pisé.

—También trajo algo así como tierra negra. ¿Planeaba hacer agua fangosa?.

—Como se espera de un hombre que no puede hacer nada. Es insoportablemente embarazoso, ¿no? —dijo Carl, riendo con fuerza.

Los nobles también se reían. Yo también me reí fríamente.

—Les daré una recompensa.

—¡Sí!

—Crucificación o decapitación ¿cuál es mejor?

Jenei
¿Los dos juntos no se pueden?

—¿Eh?

Los movimientos de los hombres se detuvieron.

—Carl, tú elige también. Como la mente maestra, podría colgarte. Serás exhibido en medio de la plaza, sufriendo mientras eres observado por los ciudadanos. ¿No es agradable?

—¡¿Qu-?! ¡¿Eh?! ¡Aa…!

—Hermano, creo que será mejor hacerlo sin el conocimiento de Aine.

—Tienes razón, terminará echándose la culpa otra vez. Parece que solo podemos ejecutarlos en secreto, entonces. Marius —lo llamé, y el caballero entró a la habitación para atrapar al Primer Ministro. Otros dos guardias entraron para capturar a los dos nobles.

—¡¿Por qué está haciendo tal cosa?! —exclamó Carl, sin entender la situación—. ¡Lo hice por usted y el Reino!

—¿Por el bien del Reino? —pregunté.

—¡Absolutamente! —contestó con tal frenesí que saliva salió volando—. ¡Sus Altezas han estado actuando extraño después de que esa persona vino! Fue problemático que Su Alteza Yuan cancelara la fiesta porque estaba siendo castigado, todo porque ese príncipe estuvo causando problemas. Ni siquiera tiene una posición oficial, es sólo un campesino plebeyo común que intenta confundir-

—¿Cuándo te lo pedí?

—¿Sí?

—No lo olvides, Carl. Aine es mi hermano menor y el hijo biológico de mi padre. Maquinar contra el hijo del rey es un crimen serio. No creas que serás capaz de vivir.

Mientras escuchaba mis palabras, Carl se dejó caer sobre sus rodillas. Le envíe a Marius una mirada, y lo arrastró fuera del cuarto. Al mismo tiempo, los otros dos nobles que no paraban de llorar también fueron retirados.

—Me dijeron que Aine vino a hablar con nosotros dos —comenzó Yuan. Debió haber estado soportando por mucho tiempo, porque su rostro estaba rojo de la ira—. También parecía haber traído algunas verduras, pastel, y algo llamado café. Dijo que el café era para ti.

¡Ah! ¡Aine! ¿Preparaste café para mi?

En un instante, el rostro de Aine con una suave sonrisa apareció en mi mente.

Aine dijo ayer que está viviendo en un mundo limitado. Pensé que no tenía nada que ver conmigo y no me ocupe de ello.

—Parece que yo mismo estoy viviendo en un mundo tan estrecho…

Es culpa de esos idiotas que Aine haya sido herido de nuevo. Significa esto que mis acciones durante estos días se volvieron inútiles.

Incapaz de soportarlo, salí de la habitación.

—¡Yuan! ¡Tú también vienes! Hay algo que debemos decirle a Aine.

—¡Sí, hermano!

Espero que no esté llorando.

Es la primera vez que pensé que el Castillo y la morada de Aine están muy lejos.

5 respuestas a “Vida en el campo – Capítulo 17: Una persona torpe”

  1. Vaya vaya, pero si son realmente posesivos a la par que protectores. Una peligrosa combinación que desemboca en violencia~ me gusta

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