Vida feliz – Capítulo 67: Lo que significa llevarnos bien

Traducido por Soyokaze

Editado por Ayanami


Decidí seguir esforzándome de nuevo, con todas mis fuerzas, en mi entrenamiento, pues mi padre, aún siendo el actual líder del instituto de magia, me aseguró firmemente que no había atajos para volverse fuerte.

En mi caso, de inicio sé muy bien que es imposible que mi talón de aquiles, el cual es el poco control en mis hechizos de ataque, se solucione de la noche a la mañana. En cuanto a mi maná, no habrá problema, ya que tengo mucho, y como estoy en mi etapa de crecimiento, va a aumentar todavía más.

En resumen, sólo tengo que usarlo varias veces e irme acostumbrando.

—…Los hechizos de fuego, simplemente, no se me dan.

Padre y Gilles puedes usar en gran medida hechizos de todos los atributos, pero eso es difícil para mí. También tengo aptitudes hasta cierto punto, o mejor dicho, se supone que las debería tener… Pero, por alguna razón, soy mala con los hechizos de fuego. Debe ser porque odio el calor.

También, el talento de Gilles ha sido reconocido y aprobado, aun así no hace alarde de eso. Lo que sí no puedo negar es mi falta de habilidad.

Mientras soltaba un pequeño gruñido, no dejaba de darme vueltas en la cabeza el hecho de que tengo que expandir mi maná y mis hechizos.

Podría sacar una bola de fuego como ésta si sólo se trata de desplegar un hechizo de fuego. Pero como estoy practicando por mi misma, tendría que encontrar una situación oportuna y un lugar donde poder lanzarla. Debido a que no tengo nada de eso es que la hago poco efectiva.

¿Qué es lo que me falta?

Por supuesto, se debe al control de mis habilidades…. Pero, ¿será que me falta hacerme a la idea? A la idea de que podría herir a otras personas…

Esa es la razón por la que, en este momento, estoy materializando una bola de fuego, pero si tuviera que lanzarla hacia alguien, dudaría y eso es un hecho. Más si fuera hacia alguien cercano a mí.

La verdad es que odiaría golpear a Gilles, pero como sé que se está protegiendo, la voy a lanzar cuando me lo pida, pero, aun así…

—Va a ser peligroso si la liberas de ese modo.

—Es que si le llega a dar a Ruby, sería grave. 

Cecil-kun, al notar que liberaba la bola de fuego teniéndola activada mientras me debatía en un conflicto interno, se apresuró a acercarse para proteger a Ruby. Y Ruby, por su parte, practicaba con todo su entusiasmo con la espada… Bueno, era de madera, pero la agitaba vigorosamente.

A fin de cuentas, Cecil-kun, además de sus lecciones de magia, también se hará cargo de las lecciones de esgrima de Ruby. Al parecer, mi padre está buscando a un instructor adecuado de esgrima, y hasta que lo encuentre él quedará como su instructor temporal.

Por eso, hoy, Cecil-kun está usando ropa que le facilita el movimiento. No vestía ni túnica, ni capa y sus mangas largas están dobladas. Y, aunque de la mitad del cuerpo para abajo no tenía puesta ropa que se pudiera doblar, actualmente llevaba puesta una vestimenta ligera que no impedía sus movimientos.

Es la primera vez que veo a Cecil-kun con esa apariencia, ya que siempre suele vestir túnica y manga larga, aun en el verano, pero… es más fornido de lo que creía. No es que se viera especialmente musculoso, pero de ninguna forma se veía debilucho tampoco.

Ahora que lo pienso, fue grosero de mi parte cuando le dije el otro día que se veía más como un ratón de biblioteca que otra cosa, así que estoy reflexionando.

—¿Cómo ves la condición de Ruby?

—Bueno, no tiene mucha fuerza física, así que es bueno hacerlo practicar, pero me preocupa un poco.

—¿Por qué no, de momento, empiezan con un ligero calentamiento en el jardín?

—Hicimos eso en la mañana. Pero ahora lo estoy haciendo sostener la espada sólo un poco, debido a que me insistió mucho.

Supongo que Ruby tenía la intención de entrenar completamente ya que su rostro se veía muy serio.

Al acercarme a Cecil-kun después de extinguir la bola de fuego, Ruby me sonrió y saludó agitando su mano a pesar de que el sudor corría por su frente. Ruby, no deberías agitar la espada tanto. Sé que es un entrenamiento especial, pero aun así…

—Mi sueño es sostener una espada, aunque sea un poco… pero Gilles me lo prohibió rotundamente.

—¿A lo mejor no quiere que te vuelvas musculosa? Quizás, quiere que permanezcas con esos brazos flácidos.

—¡Qué grosero de tu parte! Admito que son algo mullidos, pero no llegan al grado de ser flácidos.

—Pues yo no veo cual es la diferencia.

¡Pero claro que hay una gran brecha entre mullido y flácido! Flácido significa que algo es demasiado aguado, ¿no? Sé que mis brazos no se ven muy firmes, pero no a ese grado.

Rezongué y un mohín de disgusto salió de mis labios de forma natural, entonces, Cecil-kun, que parecía haberse quedado sin palabras ante mi explicación, se acercó y tocó por la parte superior de mis brazos, después se puso a apretarlos y liberarlos constantemente con sus dedos para confirmar la diferencia entre ambos significados.

Como hoy estaba vistiendo ropa de mangas cortas, las palmas de sus manos me tocaron directamente y pude sentir sus robustos dedos asirse a mi piel. Sin duda, la sensación era de estar tocando algo mullido, quizás, era un poco más mullido de lo que pensaba, pero ciertamente no son flácidos.

—Hmm… pues yo no noto ninguna diferencia.

—En todo caso, me conformo con que sean mullidos. Oye Cecil-kun. Gilles no está por aquí ahora… 

—Así que quieres agitar la espada, espera.

—Seguro, Cecil-kun.

Como era de esperarse de Cecil-kun, pareció haber comprendido mi intención, aunque no se la dijera. Entonces, fue y tomó una espada de madera con una de sus manos y me la arrojó.

Hubiera preferido que no me la arrojara, ya que apenas y pude atraparla, pero está bien para mí.

La espada se ajustaba perfectamente a mis manos y no era pesada, si hubiera sido una de metal, seguro se me habría caído.

Era una espada de una mano y además era fina… Su forma era similar a lo que comúnmente se le conoce como “florete” (o estoque).

No era como si su punta estuviera especializada para embestir, como suele usarse el florete de la esgrima, pero su hoja tenía una forma apropiada. Sin duda, su filo era delgado, pero no al grado de romperse fácilmente por muy fuerte que golpeara.

Cecil-kun la arrojó con toda facilidad, pero para mí es muy difícil siquiera agitarla. Me estoy cansando y apenas la agité un poco. Típico de los niños, para ellos es más fácil.

Ah, pero Ruby ha estado agitando sin parar una espada más pequeña que esta. Ha de ser difícil para un niño que ha estado prácticamente encerrado por siete años en casa sin hacer ningún tipo de ejercicio.

—¿…No hay una espada más ligera que está?

—No seas caprichosa.

—Está bien… Seguro mañana voy a tener dolor muscular, pero daré mi mejor esfuerzo.

Espero que Gilles no me descubra, pero él es bastante perspicaz. Bueno, ya veremos.

Si fuera más ligera, incluso podría jugar a una pelea de espadas. Es lo que anhelo, ya que lo único que puedo hacer es magia.

¿Qué tal si juego con Ruby más tarde, pero con escobas? Sería divertido. Incluso así podría mantenerlo en secreto de Gilles.

Bueno, de momento estoy sosteniendo una espada de madera de una mano lo suficientemente pesada para hacerme fruncir el ceño. Si continuo así, va a haber un punto en el que seré descubierta a primera vista.

Cuando la agité hacia abajo, se produjo un sonido opaco. Y así, estuve repitiendo ese ejercicio varias veces.

—Tu postura es mala.

—¿Eh? ¿Cómo puede ser?

—Tienes que agitarla estando derecha. ¿Acaso eres tonta?

Es más fácil decirlo que hacerlo, protesté. Y es que nunca he manejado una espada, no lo puedo evitar. Pero tan pronto como lo hice, él me regaló una mirada en la que expresaba profunda lástima.

…Y es que no he podido hacer nada arriesgado. Me han mantenido alejada del peligro como el ser secuestrada, tener duelos y herirme.

Si lo pienso bien, tampoco puedo decir que me hayan mantenido encerrada en el lugar más recóndito de la casa, pero es una lástima que no pueda hacer muchas cosas.

Cecil-kun a pesar de estar algo harto, me echó la mano, a mi, que me devanaba los sesos no sabiendo qué decisión iba a tomar con respecto a decirle o no a Gilles. Parece que Cecil-kun pensó que no podía quedarse sin hacer nada al verme así.

Cecil-kun es amable y no me iba a dejar sola, por eso tenía la esperanza de que no le dijera que me estaba ayudando a la persona en cuestión (a Gilles). Es un secreto entre nosotros, ya que si se lo decía, de seguro le pediría que se detuviera.

—Tonta, ¿cuántas veces te tengo que decir que cuides tu postura? ¡Hey! Abre un poco más las piernas y párate derecha—, Cecil-kun me susurró al oído, sosteniéndome por detrás, y con sus manos agarraba mis muñecas para corregirme. 

Siento que últimamente su voz se ha vuelto un poco más profunda, es extraño… Incluso su estatura, a pesar de que, desde que lo conozco, es más alto que yo, ahora me sobrepasa más de lo usual.

—¿Estás escuchando?

—Claro que estoy escuchando. ¿Así está bien?

Cecil-kun me dirigió una mirada sospechosa, así que tomé la postura que me indicó, teniendo cuidado de no ponerme nerviosa.

Era una espada para usarse con una mano, pero yo la sostuve con mis dos manos debido a que era demasiado pesada para mi y confirmé con Cecil-kun si estaba bien. Y él me corrigió la postura, ya que, al parecer, estaba algo desestabilizada.

Me estaba abrazando por detrás, pero él mantenía una expresión muy seria y parecía no ser consciente de eso.

Estando así de cerca, se me vino a la mente de nuevo que Cecil-kun olía muy bien. Eso no quiere decir que sea una fetichista de los olores corporales, ¡no señor!

—Ajusta tu costado y relaja tu espalda.

Bueno, no es la primera vez que se acerca y me abraza, así que no me importa, por eso no considero que sea necesario decírselo.

Como su cabeza está en mi hombro, sólo puedo verlo de reojo, pero con eso puedo notar lo serio que es al enseñarme. Por eso, a estas alturas, no me parece una buena idea poner distancia entre nosotros.

Pienso que voy a mejorar más mi postura si trato de agitar la espada tal como me dijo Cecil-kun. Siento que sólo estoy expulsando el aire en lugar de cortarlo con la espada, pero estoy contenta, ya que pude igualarlo, aunque sea un poco. Sin embargo, en un combate real, sin duda, me matarían al instante.

—¡Wooo!

—Parece que no tienes posibilidades.

—Sólo espera y verás. Con cinco años que practique podré luchar en un combate real.

—Así como estás, dudo que ni siquiera en diez años lo logres.

—¡Mph!

También pensé lo mismo cuando me dio su opinión sin rodeos, así que no pude refutarlo. Para empezar, mis habilidades se centran en la magia y va a ser más que suficiente con que sólo practique técnicas de defensa personal.

Cecil-kun me dirigió una expresión amarga cuando le recordé que él había dicho que tampoco era bueno en esgrima, y a pesar de eso me criticaba.

Cuando él me dijo que me callara con un pequeño murmullo, su expresión se me hizo tan adorable que no pude evitar sonreír. Por supuesto, Cecil-kun me dirigió una mirada frustrada, pero eso no me intimidó en lo más mínimo, sino todo lo contrario. 

—¡Cecil-sensei se está llevando bien con onee-chan! ¡Yo también quiero, yo también! —Ruby dijo y nos abrazó a ambos con una sonrisa despreocupada. Se veía cansado y relajado por su duro esfuerzo en su entrenamiento.

Entonces, después de un corto tiempo, Cecil-kun, finalmente, pareció haber notado la situación en la que se encontraba conmigo y, con premura, quiso zafarse, pero como Ruby nos estaba abrazando no pudo ser demasiado brusco, así que no pudo hacer mucho. ¡Lo sorprenderte fue que no se hubiera dado cuenta todo este tiempo!

—Ya no puedes hacer nada a estas alturas—, le dije ante su inútil resistencia.

—Si eres consciente de en qué situación estamos, apúrate y ¡haz algo!

—Aunque no estamos en una situación favorable, no creo que sea buena idea alejarte así de repente. Además, no me molesta, así que realmente no me importa.

—¡Pues debería importarte!

—¿Tú crees?

Y es que, con lo cerca que hemos estado todo este tiempo, seguro se había acostumbrado a abrazarme sin darse cuenta, aunque en estos momentos diga lo contrario.

—¿Ves? Ruby dice que quiere llevarse bien, así que ¿cuál es el problema? ¿No crees que compartir abrazos es lo mejor para lograr eso?

—Tú sólo me estás molestando.

—¿Fui tan obvia?

Vi de reojo como las comisuras de los labios de Cecil-kun se crisparon ligeramente y entonces me jaló las mejillas. Estando de espaldas no lo vi venir, me quejé, pero él de todas formas lo siguió haciendo, y mientras más me quejaba, más lo hacía.

…Posiblemente, ni siquiera notó nuestra cercanía. Bueno, no importa, el hecho es que nos estamos llevando bien, de eso no hay ninguna duda, aunque él no quiera admitirlo. Además, Ruby está contento, así que quedémonos así un rato más.

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