Villana sanadora – Capítulo 23: Historia de Akane

Traducido por Mei

Editado por Nemoné

Corregido por Aurora Blue


«Akane, eres la princesa del Reino de los zorros. No debes olvidar que vives para nuestro pueblo».

«No puedes permitir que nadie pisotee nuestro orgullo a través de ti».

«Eres un zorro blanco de sangre pura; así que, no debes permitir que nadie manche tu sangre».

Los miembros de la familia real me repetían aquellas palabras todo el tiempo. Ellos aseguraban que era un símbolo de esperanza. .

Nadie lo sabe, pero el peso de aquello, me ha hecho sentir incómoda todo este tiempo. Tener que comportarme de manera apropiada para ser adecuada para esta posición, es algo agotador. Ellos desean que me convierta en una persona de voluntad fuerte, pero no puedo ser como ellos quieren. No soy fuerte, pero tampoco tengo permitido ser débil.

Sin embargo, tengo que hacer un esfuerzo por nuestros ciudadanos; vivo solo para ellos.

Cuando tenía diez años, la guerra entre el Reino de los zorros y el Reino de los lobos terminó debido a que ellos propusieron la unión de ambos territorios; por ello, tuve que comprometerme con su príncipe. A esa edad, ya entendía el significado de “compromiso”; no obstante, no me sentí feliz con el hecho de comprometerme con alguien que ni siquiera conocía.

Aunque, no tenía derecho a quejarme ya que era por el bien de nuestros ciudadanos… ¡Tengo que esforzarme y cumplir con mi deber! Fue lo que decidí.

Había escuchado que el príncipe Teo, del Reino de los lobos, era una persona amistosa y un niño atractivo, de cabello castaño, el cual combinaba bien con sus ojos verdes claro. Esperaba volverme su amiga ya que nuestras edades eran similares; sin embargo, desde que nos presentaron, él siempre me ha ignorado.

No entiendo la razón. Tal sea porque no hemos tenido oportunidad de hablar… No importa el motivo, ¡haré mi mayor esfuerzo para volverme su amiga! Tarde o temprano conseguiré que se abra conmigo, ya que pronto nos vamos a matricular en la misma escuela elemental

♦ ♦ ♦

¿Qué le hice? Desde que iniciamos las clases, ¡él solo actúa indiferente conmigo!

Hoy le pedí que me acompañara al baño mixto y se negó, alegando que podía tomar un baño en mi habitación. Luego de rogarle muchas veces, finalmente accedió a acompañarme; aunque, de inmediato, quiso regresar a su cuarto.

Es tarde ya y, pese a que estaba segura de que no me encontraría con nadie, una figura extraña comienza a acercarse a mí. Por su forma, pensé que se trataba de un fantasma; pero, en realidad, era solo una niña vampiro. Ella tiene una boca insolente y, no conforme con pegarme un susto de muerte, se atreve a discutir conmigo sin parar. ¡¿Acaso no sabe que soy una princesa?!

Desde que la conocí, la niña vampiro me ha insultado en mi cara varias veces. ¡Cómo se atreve! ¡No la puedo dejar ir de esa manera! Debería perseguirla; sin embargo, lo primero debería ser encontrarme con Teo.

Cuando lo encuentro, veo que está hablando animado con una chica desconocida… En seguida pienso, ¿por qué él nunca me habla de esa manera? Camino hacia él para ahuyentar a la chica. Cuando ella se va, Teo se voltea y me grita.

—¡¡Deja de seguirme!!

—Estamos comprometidos. —le recuerdo.

—¡No me casaré contigo, una chica, que fue empujada hacia mí por los demás! ¡Mantente alejada, Akane!

—T-Teo… —Él me ignora como siempre y se va, dejándome sola en el pasillo.

Ni siquiera hemos podido tener una conversación decente…

♦ ♦ ♦

Ya que mi prometido continuó ignorándome y me vi con demasiado tiempo libre, decidí hacer que esa chica, cuya identidad averigüé, es Shiwa Garnet, hija mayor de la casa Garnet, se disculpara conmigo. Averigüé también que la casa Garnet es bastante influyente en el mundo demoníaco, que ella está comprometida con el príncipe de los vampiros y que su madre es la directora de esta escuela. Sin embargo, ¡eso no significa que puede salirse con la suya!

Cuando la increpé, me sonrió y me dijo que no tengo ninguna autoridad en este lugar. Ella no pensaba arrodillarse ni disculparse conmigo y, en vez de enojarme y ofenderme, me sentí feliz. Es una chica peculiar que no le teme a nada, y eso me agradó bastante.

Ella y su prometido, Luler, son muy cercanos. Pasan la mayor parte del tiempo juntos, pese a estar en diferentes clases. Eso me hace sentir curiosidad sobre la razón por la cuál son de esa manera. Un día los seguí y me dí cuenta de que Luler siempre visita el cuarto de Shiwa. ¡No pensé que eran tan cercanos como para pasar tiempo en la habitación del otro! ¿Será normal que una pareja comprometida actúe de esa manera? ¿Yo también tendría que visitar la habitación de Teo?

Le pedí que me enseñara su técnica, para poder así ganar el corazón de mi prometido, pero ella no me reveló nada; por lo que, en cambio, me dediqué a observarla para así averiguar lo que quiero… Esa era mi meta, en un principio; no obstante, cuando estoy con Shiwa ya no me siento sola.

Al comienzo creí que, dado que era un vampiro, se alimentaría de mí, pero no fue así en absoluto. Ella es confiable y nunca actúa indiferente conmigo. Eso me hace feliz.

La considero una amiga y siempre hago caso a sus consejos, incluso, cuando me dijo que me rindiera con Teo. Aunque, debido a ello, pareciera que a mi corazón le falta una pieza.

♦ ♦ ♦

—¿Tus primos?

Shiwa me informa que no podrá acompañarme a almorzar.

—Así es. Hoy tengo que encontrarme con mi madre en su oficina y me sentaría mal dejarte comiendo el almuerzo sola; así que, mis primos te acompañarán en mi lugar.

No me siento confiada. Entiendo que tenga que atender algunos asuntos personales, pero… comer con sus primos. ¿Estará bien que yo coma con ellos?

No tuve tiempo de planteármelo demasiado, ya que aparecieron nada más Shiwa terminó de hablar. Me quedé sin aliento cuando contemplé sus bellos rostros; tanto, que permanecí parada en mi sitio por un buen tiempo. Sé que Shiwa es linda como una muñeca, pero no pensaba que sus primos fueran tan atractivos.

—Mi nombre es Oden y este es mi hermano menor, Iden. Es un honor conocerte, princesa Akane —se presentó el mayor de ellos.

El rostro de ambos es idéntico, pero el aire que emite cada uno es muy diferente.

—Tu belleza ha excedido nuestras expectativas —me elogió el otro gemelo.

—Ah…

Ambos son muy encantadores… ¿Será debido a que son íncubos? ¡Mi corazón late fuerte a causa de ellos!

—Me tengo que ir. ¡Por favor cuiden de ella!

Mi amiga se marcha y sus primos me acompañan a la cafetería, escogen una mesa para nosotros, el mayor de ellos sujeta la silla para que me acomode en mi puesto y se sientan cada uno a mi lado. Me tratan como una princesa… Espera… ¡Yo soy una princesa! Supongo que pasar tanto tiempo con Shiwa me hizo olvidar que realmente lo soy.

Estamos charlando de forma amena, cuando siento una aterradora mirada dirigida a mí. He tratado de distanciarme de Teo, pero ¿por qué tenía que sentarse en la mesa opuesta a la mía? Además, no entiendo porque luce tan enfadado. ¡¿Qué es lo que quiere?! ¡¿Acaso no me he distanciado de él, ya?!

Él me dijo que no me acercara; así que eso hice. Aparto la mirada. ¡No me preocuparé por él nunca más!

El golpe en la mesa me sobresalta. Cuando miro hacia arriba, veo a Teo frente a mí… Él tira de mi mano para hacerme parar.

—¡Akane, ven conmigo, ahora!

—¿Q-Qué?

—No creo que lo que estás haciendo ahora mismo sea correcto, Su Alteza —le reprocha Oden, intentando defenderme.

—Este no es tu problema —se defiende Teo y me arrastra con él hacia el jardín.

Una vez allí, me acorrala contra un árbol.

No entiendo que es lo que le pasa: no solo se queja de mi comportamiento, acusa a Shiwa sin fundamento; si no que, también… ¡Él toca mis orejas! ¡Ningún varón puede tocar nuestras orejas y colas, a excepción de cuando se han convertido en nuestros maridos! Sus acciones y la mirada aterradora que me dedica son algo que solo un bárbaro haría. ¡Ni siquiera nos hemos casado todavía!

Me asusta. ¿Puedo casarme con esta persona y permanecer el resto de mi vida con él? Nunca actúa amable conmigo, no como Shiwa y sus primos. Estar con ellos me hizo sentir feliz.

Pensar en eso me hace sentir tan triste y asustada que no pude evitar llorar. Aquello me avergüenza. Una princesa debería ser fuerte y no llorar ni actuar de una manera tan indigna. Si no puedo ser de esa manera, ¿cómo podré gobernar mi reino?

—Deja de llorar… —me pide Teo en un tono amable—. Te molestaré de nuevo, si no te detienes.

Su amabilidad repentina me confunde. ¡Ya no quiero ser cercana a él otra vez!

—¡No puedo parar! —le respondo mientras mis lágrimas no dejan de salir.

De repente me sobresalto. La punta de su lengua lame mi párpado…

¡S-Su l-lengua! ¡¡Qué cree que está haciendo!! ¡¿Él no sabe que para nosotros, los zorros, utilizar la lengua para lamer el cuerpo del cuerpo solo se debe hacer con un compañero?!

—¡¡¡Ahhh!!!

Lo empujo para que se aleje de mí y huyo del lugar.

¡Ya no me importa lo que ocurra entre nosotros! ¡Suficiente, es suficiente! ¡No voy a dejar que me confunda más! ¡Debí haber escuchado a Shiwa y terminado el compromiso cuando me lo sugirió!

Corro sin rumbo dentro del edificio. Entonces, cuando veo a un profesor saliendo del cuarto de primeros auxilios, aprovecho que se encuentra vacío y me refugio en él.

Aun puedo sentir su toque en mi párpado. ¿Por qué habrá hecho eso…? Mi rostro se siente tan caliente.

De repente, recuerdo que le dije que rompería el compromiso… ¡Oh, no! Este compromiso era la condición para detener la guerra. Si ellos se enteran y les ofende mi acción, ¿comenzarán una guerra de nuevo? ¿Esta vez, por mi culpa…? ¡No! ¡¿Qué hice?!

En ese momento, Shiwa entró a la habitación. No sé cómo hizo para saber que me escondía aquí, pero no debería extrañarme, ella siempre ha sido alguien inteligente.

Me desahogué con ella y, gracias a eso, pude sentirme un poco más tranquila. Me aconseja que descansara el resto de la jornada en la enfermería y me aseguró que me excusaría con el profesor. Ella se preocupa mucho por mí, aún cuando cuando no es un miembro de mi familia ni un ciudadano del Reino de los zorros. Siempre me mira y permanece a mi lado cuando estoy atravesando malos momentos. Y, esta vez, de nuevo se ha quedado a mi lado para escucharme.

Solo puedo decirle: “Gracias” antes de que se marche. Aunque, agradecerle es poco; ella se merece, incluso más que eso…

♦ ♦ ♦

—¿Mmm…?

El leve sonido me despierta; me he quedado dormida sin darme cuenta. Aún me siento somnolienta; así que me niego a abrir los ojos.

—¿Se terminó la clase, Shiwa? —pregunto, pensando que quién se sienta en mi cama es mi amiga vampiro. Ella había prometido venir a buscarme cuando estas acabaran.

—No…

Abro los ojos, alarmada, en cuanto reconozco la voz.

—¡¡T-Teo!!

—¡Mantén la voz baja! Estamos en el cuarto de primeros auxilios.

—¿Por qué estás aquí?

—Deberías pensar en eso por ti misma —me responde luego de un prolongado silencio—. Voltea tu rostro hacia aquí.

—¿Qué estás haciendo? ¡Déjame ir…! ¡Ahh! —Trato de huir, pero agarra mis mejillas y voltea mi cara hacia él—. ¡Está siendo rudo conmigo de nuevo! —le reclamo—. Piensas que por tu posición, puedes hacer lo que quieras, ¿eh? Shiwa me dijo en una ocasión que este no era nuestro reino; por lo que, no tenemos ninguna autoridad aquí…

—Tus orejas aún están rojas, acuéstate. Buscaré algo para aliviar la irritación.

—¿Eh? ¿Qué…? ¡No tienes que hacerlo! ¡Vete! ¡No puedes estar aquí! ¡Ni siquiera estás enfermo!

—No seas bulliciosa. ¿Siempre eres tan ruidosa?

—¡Sí! ¡Mi personalidad enfada a los demás! ¡Las personas tienden a alejarse de mí por ese motivo! ¡No tienes que seguir involucrado conmigo si no lo deseas! ¡Vete y encuentra a tu amada!

—¡Oh…! Suena como si estuvieras celosa —se burla.

—¡¿Q-Quién está celosa?! ¡No quiero estar cerca de ti…! ¡¡Ah!! ¡Está frío!

De repente presiona una bolsa de hielo en mis párpados. Mi dolor mengua por su frialdad.

—¿Puedes repetir lo que dijiste antes? —me desafía.

Su tono es mucho más frío que esta bolsa de hielo. ¡É-Él no me puede amenazar! ¡¡No estoy asustada!!

—N-Nada… No quise decir aquello.

—Hmm… Puedo ver que tus orejas están caídas, así que estás diciendo la verdad.

Mortificada por mi cobardía, en mi fuero interno me disculpo con mis padres por haber concebido una hija tan poco valiente.

Él continúa presionando con suavidad la bolsa de hielo en mis párpados. No sé en qué está pensando, por qué de pronto le importa mi bienestar, pero no le doy vueltas al asunto. Cierro mis ojos y dejo que el hielo haga efecto.

Permanecemos de esa, sin decir una sola palabra, por un buen tiempo. De a poco, mi dolor disminuye.

—Está bien. Puedes abrir tus ojos.

Al abrir mis ojos, noto que su rostro está a solo una pulgada del mío. Mi corazón late tan fuerte que parece que se saldrá de mi pecho.

¡De ninguna manera! ¡No puedo dejarme llevar por esta clase de emociones! De seguro volverá a ser el imbécil de corazón frío de siempre, nada más, salgamos de la enfermería! ¡¿Por qué todos los niños de la realeza con lo que me relacionado son así?! Bueno, Shiwa no lo es, aunque… es cierto que todavía no forma parte de la realeza hasta que se case con Luler.

—Si terminaste, entonces, ¡vete! —le exijo.

—¿Antes que eso no tienes que decir: “gracias”?

—¡Gracias!

—Hmm…

¡¿Por qué no se va?!

—¿Normalmente eres así?

—¿Cómo?

—Tus orejas crispadas.

Vuelve a apretar mis orejas. ¡Esta vez, no se lo permitiré!

—¡Si no las sueltas, yo…!

—Tú, ¿qué? ¿Qué me vas a hacer?

Una vez más, aprieta mis orejas

—¡Ahhh! ¡¡¡Suelta mis orejas!!!

No me suelta ni escucha ninguna de mis quejas; incluso las aprieta aún más… Él es un pervertido, ¿cierto? ¡Debe ser eso! ¡¡Un pervertido al que le gusta tocar las orejas de las chicas!!

—Por favor, suéltame… —le suplico. Aún cuando aquello deja un gran agujero en mi orgullo.

Al parecer, el suplicar resulta ser más efectivo que regañarlo, pues de inmediato se detiene. Se deja caer en la cama y me empuja para que le haga espacio.

—¡¿Q-Qué estás haciendo?! —La cercanía hace que me ponga nerviosa.

—No te odio.

—¿Q-Qué?

—Odio ser forzado a hacer algo que no quiero. No me gusta este compromiso con beneficios. —Lo miro sin comprender—. Pero… Un compromiso contigo… Lo volveré a pensar.

«Odio ser forzado a comprometerme… Este compromiso con beneficios… Lo volveré a pensar». Repito sus palabras en mi cabeza e intento interpretar su significado.

¿Él ha estado enojado todo este tiempo por esa razón? ¿No era por mí? Cuando él dijo que quería volverlo a pensar, se refería a… ¡¡Ohhh!! ¡¡Entiendo!!

—¿Podemos ser “amigos”, cierto? —pregunto. En vez de responder, él muerde una de mis orejas—. ¡¡¡Ah!!! ¡¿Por qué mordiste mi oreja?!

—¡Piénsalo por ti misma!

Estoy siendo amable con él. ¡¿Por qué tenía que morderme?!

♦ ♦ ♦

Autor: Teo, ¿ves eso? *señala a una pared*

Teo: Sí, ¿qué es eso?

Autor: Eso es más fuerte que cualquier cosa. Incluso el titanio, no puede atravesarlo.

Teo: ¿Cuál es el nombre de esa cosa?

Autor: Se llama: ”Friend Zone”.

Teo: …

Nemone
Esta autora es una loquilla

3 respuestas a “Villana sanadora – Capítulo 23: Historia de Akane”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido