Villana sanadora – Capítulo 34

Traducido por Mei

Editado por Nemoné

Corregido por Aurora Blue


Umm… Estar almorzando todos juntos en la cafetería resulta ser más incómodo de lo que imaginé…

Tuvimos que juntar dos mesas para que cupieran todos y acomodarnos de a tres personas por mesa. Me las arreglo para que Bella se siente frente a Lookz, pero resulta contraproducente; tengo la sensación de que los estoy presionando demasiado.

—J-Joven Lookz, ¿no quiere comer nada? —pregunta Bella, nerviosa.

—¡Humph! —Fue toda su respuesta.

—Si no quiere, entonces está bien.

La pequeña ángel le sugiere muchos platos, pero él ni siquiera les da un vistazo. Ella luce bastante triste cuando él voltea su cabeza y la ignora.

Suelto un suspiro de frustración. Estoy teniendo un dolor de cabeza en estos momentos.

Creo que me entrometo en los problemas de los demás más de lo necesario, pero es inevitable; es casi imposible separar a las mujeres de sus hábitos de entrometerse. No obstante…, ¿cómo puedo quedarme afuera y no hacer nada? Cada vez que miro la cara de Bella, pienso en su posible futuro. Quizá ella termine con el mismo final que la Bella del juego… Pensar que esta vida inocente podría morir justo en frente de mí… ¡No puedo hacer eso!

El sonido de alguien golpeando con fuerza la mesa me sobresalta y me saca de mis pensamientos.

—¡Perdí mi apetito! —exclama Lookz y se para de su asiento—. Adiós.

—J-Joven Lookz.

Nos habíamos sentado apenas hace un minuto, pero, al parecer, fue suficiente para hacerlo llegar a su límite. No lo entiendo, para nada. ¿Es tanta su molestia con Bella, o es su ego el que lo está cegando en estos momentos?

De verdad, simpatizo con la joven ángel. Ella solo contempla su espalda mientras se pierde de nuestra vista. Parece como si quisiera decir algo, pero no comenta nada sobre ello, al igual que cada vez que él la mira.

Al parecer, el problema aquí no es solo Lookz.

—¿No quieres ir tras él? —pregunto, dándole un pequeño codazo a su brazo mientras corto el bistec en mi plato.

—Solo se enojará más conmigo si decido ir tras él.

—¿No tienes algo que decirle? —la cuestiono.

—Eso… No creo que debería decirlo. —La mirada de Bella baja a sus manos.

—¿De qué tienes miedo?

—¿Qué?

—No tienes nada que perder.

Ella lo piensa unos minutos, luego levanta el rostro y me mira. La mirada en sus ojos tímidos cambia a una de determinación cuando se decide por fin.

—¡Es cierto! ¡No tengo nada que perder, desde el día en que llegué aquí! ¡Muchas gracias, Shiwa!

—No tienes que agradecerme.

Hago un gesto para restarle importancia, ella asiente y se dirige a la salida. Avanza a penas tres pasos cuando se da la vuelta y regresa. Toma todo el pan en la mesa y corre tras Lookz. Debe estar llevándoselo a él… Es, sin duda, una buena chica. Estoy bastante celosa de él…

—¡Dejarla ir de esa forma! ¡Es demasiado peligroso! —se queja Akane.

—Está bien —la tranquilizo—. Ese chico no se atreverá a lastimarla.

—Pero…

—Shiwa dijo que ella estará bien, por lo que va a estar bien —interrumpe Teo—. Te preocupas demasiado, Akane. —El muchacho lobo aprovecha esta oportunidad para llenar la boca de la princesa zorro con un pedazo de carne.

—¿No quieres seguirla de nuevo, Shiwa? —me pregunta Luler.

¿De verdad me veo ante sus ojos como una persona que le gusta entrometerse en los problemas de los demás?

—No. Tengo el presentimiento de que ya sé de lo que van a hablar. De todos modos, Luler…

—¿Hmm?

—No seas quisquilloso, deberías comer vegetales también —lo regaño.

Al mirar su plato, está lleno de los vegetales que aún no ha ingerido; ha elegido comer solo la carne. Si sigues así, se va a constipar.

Él pone mala cara cuando hago un gesto con mi cabeza para que comience a comerlos. ¡No sirve de nada que infle sus mejillas de esa manera! ¡Esto es por el bien de su cuerpo!

♦ ♦ ♦

Los paso acelerados resuenan fuerte en el pasillo que conecta el comedor con los dormitorios.

—¡¡Joven Lookz!!

La pequeña ángel intenta con todas sus fuerzas alcanzar a su señor mientras sostiene una bolsa llena de pan.

—¡No seas ruidosa! —la regaña él, pero se deja alcanzar—. ¿Por qué me estás siguiendo? —Su apariencia exhausta por culpa de la carrera lo hace sentir un poco de remordimiento, pero se recompone de inmediato mostrando ante ella su frío rostro.

—J-Joven Lookz, si no come nada, no será bueno para su salud —dice Bella, recuperando el aliento.

—Incluso tú estás siguiéndome porque me tienes lástima, ¿cierto? —le recrimina—. ¡No quiero comerlo! ¡Llévatelo!

—¡¡¡No!!!

—¿Q-Qué?

El arrebato de la muchacha lo sorprende; es la primera vez que ella le grita. Bella nunca le había levantado la voz; ni siquiera, una sola vez. Es lo que llaman “una sirvienta perfecta”, pero hoy… hay algo diferente.

—¡¡¡Nunca le he tenido lástima!!! —exclama la ángel.

—¡Humph! Nada más dices eso para hacerme sentir mejor. No seas arrogante.

—Y-Yo… siempre he pensado que usted es solo el joven Lookz. ¡El único y el mismo para mí! Incluso si sus alas ya no son blancas o, incluso, si ya no es un ángel ¡Usted es mi benefactor y la persona más importante para mí!

—Bell…

—Pero… creo que esas alas negras también se ven bien en usted. ¡¡Ah!! ¡No quise decir que quiero que tenga sus alas negras para siempre! A decir verdad, el joven Lookz siempre irradia luz. Es hermoso, como si fuera el protagonista en una novela donde un Dios cae del cielo. —comienza a balbucear—. ¡¡Ahh!! ¡No, quise decir que usted es como ese personaje…!

Su rostro cambia de una expresión a otra muy con mucha rapidez. Todo este tiempo, él la mira sin pestañear. La mayor parte del tiempo, ella ponía una cara como si tuviera algo en su mente, pero elegía no decirlo en voz alta. Lookz siempre había pensado que… quería alejarse de él. Pensaba que debía sentir lástima de sí misma por tener que ser la sirvienta de un ángel con alas negras; al igual que un demonio. Pero…, en esos momentos, la joven estaba diciendo todas aquellas palabras con una expresión sincera en su rostro. Él sabía que ella nunca mentiría a nadie, nunca.

Así que… esto es lo que piensa de mí, reflexionó.

—¡Humph! ¡Realmente eres una idiota! ¡Lo comeré!

—¡Joven Lookz!

Los ojos de Bella se iluminan cuando él toma un poco de pan de la bolsa en sus manos.

—¿No cree que deberíamos comerlo en la cafetería?

—¿Qué?

—¡M-Me disculpo!

—¡Tsk! Aún no he dicho nada —murmura.

—¿Necesita alguna otra cosa? —Bella inclina la cabeza y lo mira.

—¡No! ¡Regresaré a mi habitación! —responde él algo perturbado por la intensa mirada de la joven.

—¡S-Sí! ¿Qué quiere para cenar?

—Lo que quieras, está bien.

—¡Sí!

En esta ocasión, Lookz no la rechaza y eso hace que Bella sonría aún más. Lo acompaña a su habitación, para luego regresar a la cafetería. Aunque aquello la cansó y casi no pudo terminar de almorzar a tiempo, no importaba; se sentía feliz.

Cuando oye sus pasos en el pasillo, Lookz comienza a dar vueltas sobre su cama, recalcando los hechos. Su sirvienta nunca antes había sonreído de esa manera. Él no tenía idea de que una sonrisa tan hermosa como esa existiera en este mundo. En aquel instante, vio su rostro reflejado en aquellos ojos rosados que brillaban como joyas…

—¿En qué estoy pensando? —masculla.

Decide sentarse y, en el momento en que se mira en el espejo, nota que sus alas… ¡¿están cambiando?!

—¡Mis alas! —exclama y se pone en pie.

Las plumas están cambiando de negras a blancas, pero solo la punta de ellas. No es mucho, pero esa es la señal de que su maldición está desapareciendo lentamente.

¿Por qué de repente sucedió esto?, medita: ¿Fue porque…? 

Nemone
¡Ya está! ¡Te estás enamorando! ¡Genial! Aunque, aún sigo enojada con él.

Aurora Blue
¡Oh! (/◕ヮ◕)/ Este capítulo fue realmente interesante. Me muero de ganas de saber que le depara el destino a está pareja.

3 respuestas a “Villana sanadora – Capítulo 34”

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