Villana sanadora – Capítulo 75

Traducido por Den

Editado por Nemoné


El tiempo pasó desde que Soi regresó a vivir en el inframundo, como si no hubiera pasado nada.

Era por la noche cuando ella y Methyst se sentaron en un pabellón. Estaban bebiendo té y comiendo aperitivos caseros que su hijo le había presentado con orgullo.

— ¿Mamá, te gusta esto? —Methyst utilizó un tenedor para coger un aperitivo con forma de flor blanca.

—Eso es asombroso, hijo. ¿Cuándo aprendió mi hijo a hacer aperitivos deliciosos como este? —Soi aceptó el aperitivo en su mano con una sonrisa encantadora.

Ambos estaban sentados en el pabellón en medio del estanque de lotos que florecían todas las noches. Su tiempo se detuvo para que se vieran así para siempre. Methyst usó esta oportunidad para traer a su madre aquí porque su padre estaba muy ocupado con el trabajo. Finalmente pudo mostrarle la habilidad que había estado aprendiendo.

—He aprendido muchas recetas, mamá.

—Debes ser muy bueno en esto. ¿Quieres dejar de trabajar con tu padre y abrir una panadería?

—Será bueno si a otros les gusta.

—Te garantizo que les encantará.

Le acarició la cabeza con ternura y a Methyst también le gustaba cuando su madre lo acariciaba de esa forma. Era como un pequeño gatito. Cuando lo pensaba, realmente parecía mucho más entrañable que antes. Incluso si ya era entrañable en primer lugar.

— ¿Qué? ¿Entonces, todos están aquí?

En ese momento, Hades caminaba directamente hacia este lugar. Caminó hacia el pabellón.

— ¿Por qué no pruebas el aperitivo de Methyst? Es realmente delicioso —Soi se volvió para hablar con Hades. Se comió el aperitivo.

—Es demasiado dulce. No me voy a comer esto —sacudió la cabeza mientras masticaba el aperitivo en la boca.

—No es tan dulce.

—Tu lengua debe haber perdido el sentido.

— ¡¿Cómo es esto dulce?!

No entendía cómo esto era dulce. En mi opinión, sabía bien. ¡¿Dónde podrías encontrar un aperitivo de calidad premium como este?! Ah, ¿cómo pudo olvidar que este hombre no era goloso? Nunca le ponía azúcar a su té o café.

—Porque eres una persona de mente estrecha, por eso no quieres intentar probar un sabor nuevo. Esto es delicioso —dijo mientras se ponía un dulce en la boca.

—Nadie tiene una mente abierta más que yo —Hades replicó.

—A papá no le gusta comer nada dulce. Incluso tuve que darle chocolate negro el día de San Valentín —Methyst sonrió con ironía.

— ¿Qué? ¿También le diste chocolate? Es una pena que no estuviera aquí —Se arrepintió un poco de no haber participado en eso. Pero, no se podía evitar, ya había muerto.

Y entonces, volvió de nuevo a la vida…

El inframundo era realmente un misterio.

—Si quieres comerlo entonces puedo prepararlo para ti —habló rápidamente Methyst.

—No tienes que hacer eso. Se debe dar algo importante en un día importante. Esperaré a que llegue el día de San Valentín, fufu.

—Sí, mamá… papá.

— ¿Hm?/¿Qué?

Hablaron al mismo tiempo y se volvieron para mirarlo.

—Aparte del día de San Valentín, hay muchos otros días especiales esperándonos. Realmente quiero que los tres nos quedemos así para siempre. Debería ser divertido.

—Methyst… —Soi sonrió dulcemente y le acarició la cabeza con cariño.

—Así es, esperaré hasta el momento en que los tres nos vayamos juntos.

Sin embargo, fue Hades quien guardó silencio. Miró al suelo de mármol.

—Iré a trabajar ahora… No te quedes aquí por mucho tiempo. Methyst, también tienes que descansar.

—Sí, iré a dormir en un momento.

Methyst sonrió. Entendía que su cuerpo era diferente al resto. Tenía que descansar por más de tres cuartos de todo el tiempo porque la energía de su alma no era lo suficientemente fuerte. Tenía que dormir para recuperar la energía de su alma.

¿Por qué de repente era así? 

Soi observó su espalda mientras se retiraba. ¿No se veía feliz hace un momento? ¿Por qué de repente hizo una cara extraña como si fuera una persona que se ahogaba en miseria?

—Methyst, tengo que hablar algo con tu padre. Espérame aquí.

—Ah… Sí, madre.

Methyst se volvió a mirar el plato lleno de dulces. ¿Tenía que comerse todo esto él solo?

Suspiró un poco con una sonrisa en su rostro.

♦ ♦ ♦

— ¡Hades!

Soi fue tras su marido y lo agarró de la manga cuando finalmente lo alcanzó. El hombre se giró y la abrazó porque temía que cayera al suelo.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué corres así?

—Soy la única que debería estar preguntando. ¿Estás bien? ¿Por qué tuviste que huir así?

—Tú… Estaba realmente cansado de tus ojos agudos.

— ¡Oww! Detente. ¡No seas así!

Le pellizcó la nariz con tanta fuerza que la punta de su nariz comenzó a ponerse roja.

Suspiró… No importa lo que él pensara, su par de ojos agudos podían ver a través de él. Pero, eso es lo que lo hizo amarla. Sus palabras contundentes y su preocupación por aquellos que la rodeaban… Siempre fue así.

No importa cuando…

No importa en quién se reencanara…

No importa a quién se dirijan este par de ojos.

—No tienes que preocuparte. Es un asunto trivial.

—Simplemente sé que el señor del inframundo huyó de su esposa e hijo por un asunto trivial.

Cuando volvió a guardar silencio, solo pudo exhalar un largo suspiro. Esa mirada en sus ojos no parecía estar bien en absoluto. No podía decir: “Oh, ¿es así?”, y dejarlo allí porque no era su estilo.

—Hades, no quiero que me respondas de quién me has arrebatado.

— ¿Dónde escuchaste esto?

—Alguien que no puedo recordar. Pero… no sabía quién era. Ni siquiera podía recordar mi nombre hasta que me lo dijiste. Sin embargo, la persona que te conoció y se quedó contigo fui yo. No me importa si me ves como otra persona que conociste antes.

—Soi…

—Incluso si quiero preguntarte por qué regresé aquí nuevamente, no creo que me lo digas de todas formas. Eres una persona realmente terca… —Soi se cruzó de brazos y miró al hombre con ojos cansados.

—Estoy feliz de volver a verte. Me alegra ver que Methyst también crece. Incluso si no sé qué soy ahora mismo.

Se quedaron en silencio por un momento. Hades estiró su mano para tocar su suave mejilla. Sus ojos en blanco no mostraban nada. Sólo sonrió, pero no había ningún sentimiento en ella.

—También me alegro de haberte conocido mejor que nadie.

—No copies mi frase.

—Simplemente fue como dijiste… Quien me conoció fuiste tú. No pude arrebatarte del destino y el destino también me enseñó que era imposible que lo hiciera. En algún lugar, un lugar lejos de aquí, tu destino ha cambiado. Esa persona no me ha conocido como tú y esa persona también estaba rodeada de personas importantes, pero yo y Methyst no estábamos allí. Admití que duele, pero estoy feliz por ti.

— ¿Por qué…?

—Pero, no fui yo.

— ¿…?

—No fui yo quien te llamó aquí.

—Entonces, ¿quién…?

No se atrevió a decir ese nombre porque ya no servía de nada.

Las tijeras para cortar una relación solo podían ser utilizadas por aquellos que tenían el mismo linaje que el señor del inframundo. Si no fue él quien la usó entonces…

No hay otra persona a excepción de… El único que podía hacer esto.

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