Villana sanadora – Historia Paralela 12

Después de la graduación, lord Lookz y yo dejamos el mundo de los demonios y regresamos al reino celestial.

Fue sorprendente lo rápido que pasó el tiempo mientras estábamos en la academia. Sin embargo, a pesar de eso, mi más grande deber sigue siendo el mismo: velar por las necesidades y el bienestar de lord Lookz y hacer que se sienta cómodo. ¡Creceré y haré mi trabajo incluso mejor que antes!

Ya ha pasado un tiempo desde que regresamos a la mansión. En ese momento, hubo mucho movimiento ya que lord Lookz ​​comenzó con los preparativos para volverse el cabecilla de la familia. Siempre que lo veo sentarse frente a su escritorio, no puedo evitar pensar en lo increíble y maravilloso que se ve… Si alguna chica llegase a verlo de esa forma, estoy segura que su corazón se derretiría completamente en ese mismo instante.

Justo ahora, mi cabello está creciendo muchísimo más que antes. No me siento completamente cómoda con el cambio ya que, durante mi estadía en la academia, lo llevaba siempre corto. Sin embargo, a lord Lookz le gusta más el cabello largo, ¿cierto? Así que decidí que no lo cortaría todavía.

—Bella, ¿has terminado de alistarte? —pregunta él, desde el otro lado de la puerta.

—¡Sí! Pero… ¿Está bien para mí el usar este vestido?

Justo cuando termino de colocármelo, él ​​entra a mi habitación.

Hoy tenemos un evento especial. Debido a una convocatoria, tenemos que ir al palacio para encontrarnos con el rey. Lord Lookz ​​me dio un vestido nuevo para usarlo en esta ocasión. Siendo honesta, es un vestido realmente precioso pero ¿está bien que me lo de? Este mes, ya he recibido demasiadas cosas de su parte. Tanto joyas como vestidos… Es más de lo que una simple ayudante como yo puede merecer.

—¿Vas a rechazar el vestido que te di? —me pregunta, arqueando una ceja.

—¡No! E-Es que no sé si me sienta bien… —comienzo a decir, evitando su mirada.

¿Qué debería decir? ¿Que aunque el vestido sea de su parte, temo que no me quede tan bien como él pensaba que lo haría? Debido a eso, estoy realmente nerviosa y preocupada.

—Bueno, te ves hermosa, ¿no?

—¿De verdad? —pregunto.

—Um, sí… —responde con suavidad, apartando su mirada de mí. No entiendo por qué tiene que sonrojarse. Sin embargo, gracias a su halago, pude sentir más confianza en mí. ¡Bueno, hoy soy una seguidora de lord Lookz! ¡¡Debo ser digna!!

Afortunadamente, no hay muchas cosas por hacer, así que, de camino al vestíbulo, me detengo en la cocina para recoger las galletas que había horneado en la mañana. Ya que voy a darle un regalo a mi tío Hans, que es jardinero en el palacio, agarro una cantidad considerable. En el pasado, lo molesté bastante antes de ir a la academia en el mundo de los demonios. Por ello, al menos quisiera darle un pequeño detalle como agradecimiento.

Bueno… Ya que en la audiencia con el rey solo podrá entrar lord Lookz de todos modos, ¡pude obtener su permiso para ver a mi tío mientras él está ocupado!

La distancia no es muy grande, pero aun así iremos hasta el palacio en el carruaje. Aunque volar no es un problema, los nobles no hacen nada que consuma su propia energía.

Justo después de sentarme en el carruaje con él, mientras llevo una canasta de bocadillos sobre mi regazo, comienza a moverse lentamente.

Puedo sentir que hoy será un buen día para lord Lookz. Ya que es una convocatoria del rey, ¡tal vez sea para darle una buena noticia!

De repente, el carruaje deja de moverse, anunciando así nuestra llegada. Lord Lookz ​​camina frente a mí hasta la puerta del palacio. Como regla general, los seguidores no pueden ingresar al área privada, así que tengo tiempo de ir a ver a mi tío. Busco en los alrededores hasta que encuentro a un hombre cortando flores en el borde del jardín. Estoy segura de que es mi tío, así que me acerco a él por detrás.

—¡Hola, tío Hans! ¡He venido a visitarte! —le saludo alegremente, pero no obtengo respuesta de él.

Hm… ¡Estoy segura de que lo dije en voz alta!

Mientras pienso eso, la persona que saludé se da la vuelta lentamente. De inmediato, supe que esta persona…

¡¡¿No es el tío Hans?!!

—¡Oh, lo siento! ¡Me equivoqué de persona!

—Está bien.

Es un hombre que parece mayor que yo. Tiene cabello completamente negro y brillantes ojos dorados. Es bastante alto y muy apuesto. No parece un jardinero en absoluto, pero debe tener muchas razones para trabajar aquí.

—Si estás buscando al tío Hans, debería haberse quedado en el almacén —me dice el hombre, sonriendo con gentileza.

—¡M-Muchas gracias! Oh… Si no le importa, acepte mis galletas como gesto de disculpa y agradecimiento. Las hice yo misma y, aunque no tengo mucha confianza en mis habilidades culinarias, ¡puede comerlas con algo de té! —digo, entregándole una de las bolsas de galletas que tengo dentro de la canasta. Ya que hice demasiadas y, aprovechando que el tío Hans tiene dos hijos, las separé en dos partes. Como no conozco muchas personas, al principio le iba a dar todo a mi tío, pero al menos quiero disculparme con este hombre por haber cometido el error de saludarlo por equivocación.

—Gracias, las disfrutaré.

—¡Sí!, Gracias por darme indicaciones. ¡Y no trabaje directamente bajo el sol durante mucho tiempo!

—Sí, entiendo.

Me doy la vuelta camino hacia el almacén y le digo adiós. ¡Parece que el nuevo jardinero del palacio es una persona muy amable!

Al acercarme al almacén, me encuentro con el tío Hans. Después de entregarle las galletas, me comenta que tiene algo de prisa y se va rápidamente.

Ya que lord Lookz ​​aún no ha terminado. ¿Debería esperarlo en el vestíbulo?

Cuando estaba en la academia, nunca tuve que estar sola. Ahora me siento extraña, a pesar de que debería sentirme tranquila.

Ah… Los extraño a todos, pienso recordando aquellos momentos.

♦ ♦ ♦

—¡¿Qué está haciendo, Su…?! —grita alguien en señal de protesta en los jardines del palacio. Se trata de un hombre con uniforme militar muy conmocionado con otro hombre frente a él.

—No hagas ruido. Alguien más te puede escuchar. Además, ¿qué es lo que es tan impactante? —pregunta el otro hombre de pie frente al oficial, desempacando la bolsa de galletas en su mano.

—¡¿Cómo no entrar en pánico?! Su Alteza, está usando un uniforme de jardinero en el palacio. Si alguien lo descubre, ¡¿no cree que me cortarán la cabeza?!

—No la cortarán —responde el príncipe riendo, a pesar de que físicamente está desaliñado—. Solo quise probar algo nuevo. De igual forma iba a devolver el uniforme —añade mientras saca las galletas de la bolsa de tela.

—¿Qué son esas galletas, Su Alteza? —El oficial frunce el ceño cuando ve al príncipe metiéndose un objeto sospechoso en su boca.

—Me las entregó una pequeña pajarita muy alegre. Es tan linda, que no puedes evitar dejar de mirarla.

—¿Pajarita?

—Ah… Sería genial si nos volviéramos a encontrar.

Si de verdad se vuelven a encontrar… Tengo miedo de que en realidad logre atrapar a esa pajarita, piensa el oficial.