Villana sanadora – Historia Paralela 13

Traducido por Lugiia

Editado por Yugen


—¡No puedo creerlo, ese príncipe me hizo esperar por una eternidad! —se queja lord Lookz, suspirando y subiendo al carruaje. Cuando termina de entrar, lo sigo dentro del mismo; sin embargo, noto que su humor sigue empeorando. En estos momentos en los que se ha encontrado con un obstáculo que le ha molestado bastante, ¿qué debería hacer yo como su ayudante?

—Lord Lookz, parece haberle pegado una ola de calor el día de hoy. Permítame secar su sudor.

Los aristócratas ponen mucha importancia en su imagen. Si el sudor llega a gotear, definitivamente dañará su ropa. Temo que su ropa se manche y se estropee, por lo que me apresuro a colocar un pañuelo en su frente para absorberlo. ¡Puede parecer algo drástico, pero todo es por su bien, lord Lookz!

Tan pronto como me acerco, su rostro se torna de color rojo. ¡Oh, no! ¡¿Se habrá resfriado?!

—¡¿Está enfermo, lord Lookz?!

—¡No, no! Estoy bien.

—¿Le gustaría tomar un descanso? Ha estado trabajando sin descanso por varios días consecutivos. ¡Me parece que quizás debería tomarse un par de días!

—Estoy bien…

—Pero… me preocupa, lord Lookz.

Estos últimos días, ya que va a heredar la posición de cabecilla de la familia, ha estado muy ocupado trabajando en su oficina y viajando; por ello, me preocupa que termine colapsando. En ocasiones como esta, debe cuidar su cuerpo y su salud para cuando llegue el gran día. ¡Lo peor de todo es que la parte bajo sus ojos ha comenzado a oscurecerse! ¡¡Este tipo de cosas no son buenas para su hermosa imagen!!

—De acuerdo… —me dice finalmente, suspirando. Cuando sus ojos se encuentran con los míos, añade—: Descansaré mañana.

—¡¿De verdad?! ¡Muchas gracias, lord Lookz!

—¿Por qué me estás agradeciendo? Esa parte de ti es…

De repente, su figura brilla ante mis ojos. El solo hecho de haber escuchado y aceptado mi petición me hace extremadamente feliz… Este tipo de ocasiones, en las que me siento alguien importante para él, los considero mis momentos más preciados.

♦ ♦ ♦

Ya que lord Lookz no dejará la mansión en todo el día, puedo quedarme tranquilamente con él. De hecho, mi trabajo parece ser mucho menor el día de hoy. Lo único que tengo que hacer es llevarle el desayuno, el almuerzo, la cena, y hacerlo sentir cómodo. Sin embargo, últimamente, él no me ha dejado hacer mucho más que eso. ¿Será que no le gusta la manera en que le sirvo?

En realidad, a él no le gusta hacer las cosas de forma sutil e indirecta. Si no estuviera satisfecho, lo más probable es que me lo diría frontalmente. No debería haber pensado eso. ¡¡Cuidar de él sin fallas es mi deber!!

Mientras estoy trabajando, recibo una carta urgente del mayordomo, indicándome que no debo ser yo la que abra el sobre. Sin embargo, tengo que abrirlo frente a lord Lookz. Si hay algo extraño en él, como veneno, sería peligroso.

Mientras pienso en qué tipo de peligros podría contener, llamo con suavidad a la puerta de su habitación.

—Adelante —responde este, y, después de recibir su permiso, abro la puerta. Al mirar el interior, lo encuentro sentado en la cama leyendo un libro llevando ropa cómoda. ¡Aunque su largo cabello dorado no está atado detrás de su cabeza, su aura ​​sigue siendo tan radiante e inmaculada como siempre!

—Disculpe mi intromisión, ha llegado una carta urgente para usted —comento, enseñándole el sobre.

—Hmm, entiendo, lo abriré.

—No, permítame abrirlo para usted.

—No es necesario.

Cuando estoy a punto de abrirlo, él se levanta de la cama, toma el sobre de mi mano y lo abre frente a mí. ¡Eso es muy peligroso! ¡¡Si alguien con intenciones de lastimarlo envenena la carta…!!

Mientras está de pie delante de mí, lo miro fijamente y analizo sus manos. Espero que no haya nada malicioso adjunto a la carta. Si llegasen a existir personas a quienes no les agrada lord Lookz, las cuales no dudo que puedan existir, ¡¡podrían estar resentidos y haber puesto una navaja en la carta o incluso algo mucho peor…!!

En ocasiones como esta, no suelo tener que preocuparme por nada. Cuando suceden este tipo de cosas, afortunadamente, soy yo la que tiene en mano el objeto sospechoso. Sin embargo, si el objeto está en la mano de lord Lookz, ¡no puedo protegerlo!

—No pongas esa expresión, No me voy a morir por abrir un sobre —comienza a decir mientras me observa, antes de dirigir su mirada a la carta.

—Es peligroso. ¡También podría haber algo en esa carta!

—Por esa razón no puedes abrirla. Por Dios, tienes que pensar más en ti misma.

—¡Lo único que pienso día a día es en usted, lord Lookz!

Pienso en qué comida servirle, en qué bocadillos debo prepararle, cuándo debo limpiar su habitación… incluso en la ropa que usará y sus actividades diarias. ¡No tengo tiempo para pensar en mí!

—¿Q-Qué estás diciendo…? Eso es una locura —me responde, evitando mi mirada. Sus mejillas están extremadamente rojas, ¡e incluso sus oídos! ¡Ah, no puede ser! ¡¿La carta de verdad contenía veneno?!

—¡Su rostro está muy rojo, lord Lookz! ¡¡Sabía que había algo en la carta!! ¡Es muy peligroso, entréguemela!

—¡¡No tiene veneno!! ¡Estoy bien, no es nada!

Incluso si dice eso, me preocupa. Intentando hacer un lado esta situación, comienza a leer el contenido de la carta y suspira. Parece ser un asunto preocupante.

—Prepárate para salir. Iremos de compras —exclama y camina hasta su armario.

—Entonces le ayudaré a vestirse, lord Lookz. —De hecho, cuidar de su imagen es uno de mis deberes.

—No, ve a cambiarte. Ponte el vestido que te compré.

—Sí, entiendo… —respondo decepcionada y camino lentamente hacia la puerta.

Si no puedo ayudarlo a vestirse, ¿cuál es el significado de mi existencia como su ayudante?

—Espera…

Cuando estoy a punto de cerrar la puerta, su voz me hace detenerme.

—Después de vestirte… regresa y átame el cabello.

¡No puede ser! ¡Podré atar su cabello!

—Oh, me daré prisa entonces. ¡No le haré esperar mucho, lord Lookz!

En ese instante, salgo corriendo de su habitación. En mi mente quería correr más rápido, pero el mayordomo me detuvo y me dijo que no corriera en los pasillos. Por ello, comienzo a andar con pasos rápidos…

Aunque solo puedo tocar su cuerpo cuando lo ayudo a vestirse, ¡tocar su cabello sigue siendo una maravilla!

Sin embargo, está mal para un ayudante el tocar a su propio maestro.

¿Es extraño entonces que yo quiera hacerlo?

Dejando eso a un lado, me visto rápidamente y regreso a su habitación. Mientras arreglo su cabello, me comenta que tenemos que comprar un atuendo ya que el cumpleaños del príncipe será en dos días. En un principio, el príncipe quería una celebración un poco más familiar, por lo que tal anuncio es repentino. Sin embargo, en la carta se explicaba que tuvo un cambio de opinión y que ahora quería celebrarlo con todos los aristócratas.

—Ese príncipe loco… Busquemos algo rápido y regresemos.

En el carruaje, lord Lookz se sigue quejando del príncipe varias veces. No parece sentirse muy agusto. Por su propio bien, no debería acercarme a él, pero ¿cómo puede un ayudante acercarse al príncipe? Sin embargo, mirándolo fijamente, noto que está bastante irritado. Es una pena que esto haya pasado en su día de descanso.

Un momento después, el carruaje se detiene frente a una lujosa tienda de ropa. Es una práctica común para los aristócratas el salir y comprar ropa nueva para un evento. La mayoría de ellos llevan un sirviente para facilitar el trabajo.

He venido con él varias veces para recordar la conducta de los aristócratas al entrar a una tienda.

Hoy, lord Lookz ​​probablemente haya salido a comprar su atuendo para el cumpleaños del príncipe, pero… esta es una tienda de ropa para mujeres, ¿verdad?

—Lord Lookz… ¿A quién le comprará un vestido? —pregunto, bajando del carruaje.

—Es para ti.

—Pero ya hay tengo muchos vestidos. Ni siquiera tengo suficiente espacio para…

—Entonces, compraremos un guardarropa nuevo también.

—Pero… la habitación para los ayudantes es pequeña. No podría colocar un guardarropa nuevo…

—Entonces, múdate a una nueva. La mansión tiene muchas habitaciones. Al regresar, escogeremos una.

—¡L-Lord Lookz…!

¡No puede hacer eso! A pesar de que hay suficientes habitaciones libres en la mansión, ¡una ayudante como yo no puede ir y decidirlo porque sí!

Me gustaría poder decirle eso, pero si es algo que me ha ordenado… entonces tengo el deber de obedecer. Dicho eso, los dos entramos en la tienda de ropa.

El personal de la tienda se acerca para presentar sus respetos. Lord Lookz ​​ordena a las chicas que me lleven a elegir el mejor atuendo para la fiesta. No soy muy caprichosa con mis gustos, así que dejo que el personal se encargue. Todos los vestidos que me pruebo los examina y evalúa lord Lookz y, ya que parece que ni siquiera él puede elegir uno, decide comprarlos todos. Sin embargo antes de dejarlo llevarse toda la tienda, comienzo a decir que el que más me gustó de todos fue el último vestido blanco y rosa, así que decide llevarse ese. Si los hubiéramos llevado todos, mi guardarropa definitivamente explotaría.

Además del vestido, también hay muchos adornos para el cabello, zapatos, guantes y accesorios amontonados en mi mano; muchos más de los que necesito.

—Entrégame las cajas, yo las llevaré. —Lord Lookz extiende su mano para recoger los artículos que llevo.

—Oh, no se preocupe. Las pondré rápidamente en el carruaje. Espere un momento, lord Lookz —respondo, dirigiéndome con rapidez hacia el carruaje. ¡¡Hacer que tu maestro lleve las cosas por ti es fracasar como su ayudante!!

Sin embargo… estas cajas son realmente altas. Apenas puedo ver lo que está delante de mí…

—¡Oh…!

—¡¡Bella!!

En ese instante, siento que mi cuerpo tropieza con algo en el suelo y se inclina hacia adelante. Aunque escucho el aviso de lord Lookz, no puedo evitarlo, de igual forma me voy a caer, por lo que cierro con fuerza mis ojos. ¡¡No puede ser!! ¡¡Las cosas se pondrán feas por mi culpa!!

Un segundo después, comienzo a abrir los ojos.

¿Eh? ¿No me caí…? 

Al parecer, alguien me atrapó.

—Casi te caes por sostener tantas cosas. ¿No son muy pesadas esas cajas?

Esa voz… la recuerdo muy bien; conocí a su dueño hace poco. Ese hombre me agarró por el hombro y me levantó justo a tiempo, por lo que no sufrí ningún daño.

Después de ver que me encuentro bien, con su otra mano logra levantar las cajas en mis manos. Cuanto más veo su rostro, más siento que mis deducciones son correctas.

¡¿No es este el nuevo jardinero del palacio?!

—Príncipe… —dice lord Lookz, mirando el rostro del hombre.

¿El príncipe? ¿Dónde está?

—Nos encontramos de nuevo, Lookz.

El jardinero sonríe y le devuelve el saludo a lord Lookz.

Espera… ¡¿No es un jardinero nuevo?! ¡¿Es el príncipe?!

2 respuestas a “Villana sanadora – Historia Paralela 13”

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