El plan de la villana Roxanne – Capítulo 10: ¿Estoy volviendo al camino original?

Escrito por Polly

Asesorado por Maru

Editado por Bonnie Lee


—¡Señorita! ¡Señorita!

Estaba tomando el té en el jardín, el día estaba hermoso y el cocinero había preparado unas galletas de amaretti, según le dije cómo las quería. Era como una pequeña probadita del cielo, pensar que en mi antigua vida eran tan caras que una sola caja me esforzaba para que me durará meses, y ahora solo tenía que pedirlas.

Compartía mi momento de calma junto a Katherine, y mi nuevo guardaespaldas. El hombre de hierro, que apenas me daba los buenos días o respondía con monosílabas a mis preguntas.

—¿Te gustaria una galleta?

—No.

—¿Quieres un poco de té?

—No.

—¿Tienes familia?

—No.

Y así… sucesivamente.

De todas maneras, Kath me ayudaba comenzando con una conversación de temas aleatorios para que el ambiente no se torne incómodo.

Hasta que Marie, una de las sirvientas más jóvenes, interrumpió nuestro momento. Ella era una muchachita castaña y pecosa, de unos 16 años, casi no tenemos relación pero de vez en cuando hemos interactuado.

Ahora lucía agitada, con el rostro rojo, mientras se acercaba corriendo hacia mi.

Nunca debes acercarte a mí corriendo.

—Detente ahí ahora, y di el motivo por el que quieres hablar con mi señora. —exclamó Francis a la defensiva.

Ahí está la razón por la cual ya ninguna persona se acerca a mí corriendo. 

Él no dudó en sacar su espada y amenazar a la joven sirvienta, haciendo que casi se le cayeran las pecas del susto. Aún con mi apariencia infantil, no se creería que alguien podría llegar a secuestrarme, sobre todo una chica de aspecto tan joven como Marie, sus brazos tan delgados no serían capaces de cargarme siquiera.

—Señor Francis… no sea malo con Marie, la asustas.

—Ve-vengo a-a informar-le algo a la seño-señorita. —tartamudeó con temor.

No estoy muy segura, pero creo que está a punto de desmayarse. 

Al menos Francis volvió a envainar su espada y dio un paso hacia atrás, manteniéndose cerca de mí pero sus fríos ojos grises estaban clavados en la pobre Marie.

—Marie no te asustes, el señor Francis es bueno, solo quiere cuidarme. —Sonreí suavemente, aunque no logré calmarla ya que temblaba como un pequeño chihuahua. Si fuese un adulto, le acariciaría la cabeza para intentar consolarla.

—Marie, estas interrumpiendo la hora del té de la señorita, si tienes algo que decirle será mejor que te apresures. — Habló Katherine también tenía un modo profesional que siempre me sorprendía, en estos cuatro años que ella pasó cuidándome fue como mi mamá, y puedo decir que era tan protectora como mis hermanos, y como el duque.

Siempre se ponía exigente con los demás sirvientes que se relacionaba conmigo, estoy segura que mi padre debería darle el puesto de jefa de sirvientas, pero eso significaba que pasaría menos tiempo conmigo.

—¡Sí! Señorita Roxanne, llegó una invitación para la fiesta del té de la reina. Su padre quiere que le informe que usted irá en compañía de su hermano George. —informó Marie.

—¿La… reina? —sentí que la tierra bajo mis pies se empezaba a sacudirse como si pasara un terremoto, pero solo era que me estoy dando cuenta que mi plan para sobrevivir en este nuevo mundo podría estar teniendo una grieta.

Se supone que mantendría distancia con la familia real, Roxanne se enamoró del príncipe, y fue lo que necesitó para terminar de sellar su destino. Se ganó otras doncellas de enemigas, se ganó el repudio del joven heredero, los reyes juzgaron sus acciones y finalmente… murió. Cuando pienso en ello siento como un nudo se formara en mi garganta, y aunque creo que podría vomitar, mi estómago estaba completamente vacío. Los nervios, la ansiedad, el miedo, toda clase de sentimientos llenaban mi cabeza.

No quiero estar cerca del príncipe, ¿Qué tal si el libro comienza a tomar el curso original? ¿Qué tal si el príncipe empieza a tomar desagrado por mí solo por conocerme? No hay nada peor que el próximo rey te odie, sabes que tu vida acabó cuando algo así pasa. 

—Señorita se está poniendo muy pálida, creo que el sol le está empezando a hacer daño. Vamos a dentro de la casa para que pueda recostarse en su habitación, puede ver sus hermosos vestidos sin estrenar por si desea utilizar uno en la fiesta del té. Marie, ¿cuándo se realizará el evento? —preguntó Katherina, colocando su cálida mano de Katherine sobre mi hombro con preocupación, sin apartar la mirada hacia la otra sirvienta.

—Es en dos semanas… El duque ordenó que si la señorita no tenía un vestido para la ocasión, llamáramos al sastre para que le confeccionará uno nuevo.

—¿Escucho señorita?— me miró con una sonrisa.— De esa manera puede tener un vestido más hermoso, estoy segura de que puede hacerse uno que realce su belleza frente a la reina. —me respondió.

No, no, no quiero vestidos nuevos, ni usar viejos, ni ninguno. No quiero ir, ¿Cómo le digo a mi padre que quiero rechazar la invitación de la familia real? ¿Por qué no puede ir él? ¿Por qué no va George el solo? Él es mayor que yo.

En ese momento sentí que Francis me cargó en sus brazos. Si antes estaba pálida, ahora seguro que luzco como un tomate, se sentía tan diferente a cuando mi padre lo hacía, ahora era mucho más que solo vergüenza.

—¡Se-Señor Fra-Francis bájame! —mi tartamudeo me hizo sentir como Marie, ahora era yo la que no podía hablar por culpa de este caballero.

Era tan impredecible, y apuesto, que desde tan cerca podía ver cómo sus pestañas eran tan largas y hermosas.

—¡Señor Francis, debe bajar a la señorita de inmediato!— La voz de Kath era de puros nervios, parecía que en cualquier momento iba a golpear a mi nuevo guardián.

—La señorita está sintiéndose mal, no debe caminar. Hay que llevarla adentro para que descanse, le recuerdo que estoy encargado de su bienestar. — Mientras que la sirvienta sonaba alterada, no pude evitar notar el tono neutro de Francis al hablar.

Por la cara de Katherine, estaba a punto de explotar, creo que ella y Francis no son los mejores compañeros de trabajo. Sus maneras de actuar eran por mi bien, pero chocaba en muchas ocasiones.

Finalmente, a él no le interesó la cara de furia de mi fiel cuidadora y solo la rodeo mientras me llevaba dentro de la casa, depositándome sobre el enorme sofá de la sala.

¿Cómo les digo que el clima no tiene nada que ver con mi malestar?

Lo único que estaba sintiendo era un inmenso terror al pensar que podrían cortar mi cuello como si fuese mantequilla.

♦ ♦ ♦

La cena estaba silenciosa, ni mi hermano, ni mi padre, sacaban el tema del baile al que habíamos sido invitados. Al parecer ni Francis, ni Kath informaron a mi papá sobre mi malestar que pasó en la tarde, era una pena por que seria la excusa perfecta para evitar ir a toda costa a esa fiesta.

—Roxanne, no estas comiendo nada. ¿No te agrada la comida? iré a informarle al cocinero que prepare algo más de inmediato. —El tono del duque sonaba oscuro mientras que sus manos golpearon la mesa haciendo que las copas se agitaran un poco y los cubiertos tintineaban, haciendo que los sirvientes presentes se estremecieron. Era algo intimidante.

Tan rápido como pude tome mi tenedor para poder tomar un poco del dulce puré de patatas y llene mi boca.

—Está delicioso, padre, no quiero nada más. Es que estaba pensando un poco… Marie me dijo que tenía que ir a una fiesta del té. Yo nunca había ido a una, no conozco a nadie… y usted no vendrá conmigo. Tengo miedo…

—Tengo que asistir a una reunión, Roxanne. Me niego a que vayas tu sola a ese evento, nunca has concurrido a uno… George te acompañará, y quiero que te muevas como mi hija, estarás representando a nuestra familia. — Mi padre me miró fijamente, pero de alguna forma parecía que no intentaba intimidarme, sino que más bien trataba de hacerme sentir segura, aunque no lo estaba logrando.

—Padre tiene razón, soy lo suficientemente fuerte como para protegerte. No tienes por qué tener miedo, si alguien llega a meterse contigo lo haré pagar. —La afirmación de George era tan graciosa como reconfortante.

Las palabras de mi padre y de mi hermano no me servían de mucho aliento, solo sentía que iba a terminar hundiéndose conmigo, si llego a meter la pata. Era como si tuviera un enorme nudo en la garganta, podía sentir Duque me observaba, tenía confianza, confianza en mí…

¿Cómo podré rechazar ahora el deseo de ese hombre de que yo asista?

—Está bien padre, confió en que todo estará bien con mi hermano a mi lado, y con el señor Francis como mi escolta.

—Muy bien, si necesitas un nuevo vestido para la ocasión solo infórmalo y traeré al sastre para que te confeccione uno. Es tu primera asistencia social mi hija, y debe ser perfecta para ti.

Dios te oiga.

Intente sonreír, y solo seguí metiéndome comida en la boca, los nervios eran muchos, los ricos bocados ahora se sentían como arena en mi boca.

Entonces sentí una suave, lenta y tierna caricia en mi cabeza, se trataba de George. Me miraba fijamente, como si intentara leer mis pensamientos, pero a la vez teniendo en mente la idea de que necesitaba un consuelo… en un momento así extraño mucho a John, él siempre fue bueno para consolarme, abrazarme, decirme palabras tiernas. Pero esto era muy bueno para ser parte de George.

Cuando me quise dar cuenta estaba sonriendo.

♦ ♦ ♦

Katherine estaba más ansiosa que yo por el gran evento, yo quise evitar los temas lo más posible. Hasta que finalmente, sólo quedaba una semana hasta el gran evento, y si no decido un vestido ahora creo que a mi padre podría darle un ataque o Kath, o a ambos.

—Señorita, se verá hermosa con cualquiera de estos, pero asistirá en un evento de la reina. No sólo debe lucir hermosa, debe brillar, ser elegante, pero sutil, dulce, pero madura, que toda su ternura irradie como un rayo de sol. —me dijo Kath con tanto entusiasmo.

Ahora morir no suena tan mal.

—¡Quiero lucir como una princesa, Kathi!

No quiero que me pongas ninguno de esos vestidos llamativos. Solo espero que nadie empiece  a llamarme como hacen aquí “La pequeña prodigio”, soy una niña… déjenme jugar con lodo ,no me molesten… 

Espero que el príncipe tampoco este… 

—Por supuesto mi señorita, usted lucirá como la más hermosa princesa. Quizás hasta consiga la atención de la familia real. ¿Puede imaginarlo? Nuestra señorita… casada con el príncipe…

Katherine tenía esa mirada de ilusión, como el de una madre pensando en la graduación de su hijo para que se volviera un médico reconocido. Pero yo… yo solo quiero vomitar al pensar estar cerca de Maximillian Perce de Adel segundo, o mejor dicho el príncipe heredero.

—¡No! Yo no necesito casarme con un príncipe, porque cuando sea grande me casare con mi padre.

Hasta hoy esa es la mejor respuesta que puedo dar, la inocencia de una niña me salva de muchos momentos incómodos.

Lamentablemente no puedo casarme en verdad con mi padre… eso ya sería demasiado grotesco, e ilegal.

—Estoy segura de que al señor Duque le dolerá mucho cuando usted deba casarse, mi señorita. Él y sus hermanos la aman mucho, agradezco cada día el momento que usted llegó a esta casa.

Sentí con mi corazón se aceleraba al escucharla, en verdad suena feliz de que yo esté aquí, de que esté viva, de que forme parte de la familia.

También agradezco haber llegado aquí, cada dia pienso que esto es una bendición para mi.

—Me gusta el violeta. —señale uno de los vestidos que aún no había tenido ocasión para utilizar, era largo, con pocas capas. Era de un violeta muy suave, con unos bordados de rosas rojas a los lados de las costillas y un arabesco a lo largo de las mangas que acababan en un anillo al dedo del medio. Era bonito, nunca había utilizado algo asi, me senti en esa prenda tan elegante y delicada como una princesa de los cuentos.

—Ese le quedará perfecto, estoy segura de que podemos hacerle un bonito peinado con unas horquillas con brillantes.

Sus manos se sintieron tiernas y delicadas mientras cepillaba mi largo cabello rubio. En verdad, este cuerpo era tan diferente al mío que a veces me asusto al ver mi reflejo, y creo que continuara así, sin importar cuántos años pasen.

—Yo sé que Kath va a hacerme el peinado más bonito. ¿En serio no puedes venir conmigo? Te prestaré un vestido…

—Mi señorita, sabe que odio tener que dejarla, pero estará con su hermano y el señor Francis. Yo estaré aquí esperando para poder saber cómo le fue.

La abracé como solía hacerlo, pero en esta ocasión me sentí vulnerable, no era mera actuación. Estaba asustada por lo que pueda llegar a pasarme si el libro vuelve a sus sendas para cuando crezca. Pero ahora tengo que agradecer que ella me correspondía el abrazo.

3 respuestas a “El plan de la villana Roxanne – Capítulo 10: ¿Estoy volviendo al camino original?”

  1. Ahora me pica la curiosidad totalmente. ¿Quedará ella ésta vez con el príncipe? ¿Cambiará ella su corazón como con su padre y hermanos? ¿Intentarán comprometerla?

    1. Depende de la personalidad del principe si es del tipo Ore-sama(Egocentricos) pues con Roxanne queriendo alejarse de él solo hará que se interese más en ella, si no posiblemente se ofenda porque alguien no le hace caso y querrá hacer que ella lo mire por todos los medios posibles.

  2. Tengo que decir puedo entender el miedo de que la historia siga el rumbo original pero porque siempre ellas tienen tanto miedo de los objetivos de captura?

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