El plan de la villana Roxanne – Capítulo 9: Ahora tengo una sombra más grande

Escrito por Polly

Asesorado por Grainne

Editado por Bonnie Lee


Tengo ya 5 años, el tiempo sí que pasa rápido. 

Cada día se hacía más difícil controlar las discusiones entre George y mi padre, ninguno de los dos quiere admitirlo pero son muy celosos con respecto a manipular mi atención. Además extraño mucho a John, ha pasado un año desde que empezó a asistir a la Academia, y sus vacaciones en casa pasaron demasiado rápido, apenas tuve tiempo de “jugar” con mis hierbas para hacerle algunas mezclas para que probara y pudiera llevarse en su regreso, él cree que solamente eran cosas de una niña curiosa, pero en realidad eran mezclas medicinales probadas y comprobadas.

Cuidar de la salud de mi hermano mayor es una de mis prioridades.

En el último tiempo, mi familia notó mi interés por las plantas y las hierbas, resultó un poco difícil convencerlos que mis conocimientos vienen de libros de la inmensa biblioteca pero fue una suerte que solo piensen que soy una niña inocente con un cerebro ágil y no una estudiante de Herbología reencarnada.

Acabé con un pequeño invernadero en el jardín que mi padre mandó a construir especialmente para mí. Creo que me mima demasiado, pero también estoy agradecida, porque siempre quise tener un lugar así para mí.

Es mi santuario.

George viene todos los días a verme para ver cómo cuido de mis plantas con la ayuda de Katherine y el señor Clyde, un anciano que al parecer trabaja aquí como jardinero desde antes de que mi papá naciera. Mi hermano, de vez en cuando, ayuda a regar las plantas y a sacar los insectos aunque al principio me llamó sucia y asquerosa cuando me vio hacerlo.

Tampoco la señora Alvor estaba muy feliz con mi trabajo de jardinería, decía que estaba desperdiciando mi potencial y hacía cosas indignas de una señorita metiendo las manos en la tierra.

Mientras lo haga en mi invernadero, el gran Duque no se enfadaría conmigo.

—Tonta, se me acabó el aceite que me diste, quiero que me prepares más.

Mi hermano nunca tuvo problemas en entrar en mi habitación sin pedir permiso alguno, aunque ya no era el cuarto de una bebé.

Se trataba de la habitación de una niñita, ya tenía una cama gigantesca como la de mi papá, aunque había noches en las cuales continuaba durmiendo en su habitación, y estoy segura de que él se siente más tranquilo cuando lo hago.

Su abrupta interrupción se debia a que, en el último tiempo, no sólo he preparado unas mezclas de hierbas secas, también preparé aceites aromáticos para regalar a mi padre, a mis hermanos, a Katherine, a Alexander, a Ronan, a Beatriz y algunos sirvientes. No tenía por qué ocultar eso, nadie lo tomaría como algo extraño que una niñita regale cosas que huelen bien, aunque ninguno se daría cuenta que hay aromas que ayudan a mejorar la respiración, o mejorar el sueño, o hasta aliviar dolores como la migraña.

Si se los dijera, probablemente pensarían que soy algún tipo de maga. 

—¡Sí! Voy a preparar uno que huela muy, muy, muy bien para mi querido hermano mayor. —dije con gran entusiasmo que aplaudí con una gran sonrisa.

—Señor George, no debe entrar así a la habitación de una joven dama, podría no estar en ropas presentables.

Katherine parecía la más mortificada cada vez que mi hermano entraba sin anunciarse, a pesar de que nunca me había visto en algo que no fuese un vestido, siempre mencionaba que quizás podría verme en…

¿Bombachos? Esta ropa interior que parece más bien ropa común por lo grande que es.

—Ella puede dormir en la misma habitación que padre, así que yo puedo entrar aquí cuando desee. Una sirvienta no puede decirme a mí lo que puedo hacer. —contestó con testarudez.

—Katherine es buena conmigo hermano. No la regañes…

Mi puchero revelaba la debilidad de George, no importa que tan deshonesto pudiera ser con sus sentimientos, siempre se ponía nervioso cuando parecía que me ponía triste.

—Muy bien, solo que no lo haga de nuevo… ¡Y no olvides hacer mi regalo!

—Sí hermano.

Sonreí de mejilla a mejilla mientras que mi hermano se retiraba del cuarto tan duro como un soldadito de plomo. Katherine también me respondió con una sonrisa divertida mientras tomaba mi peine para el cabello y comenzaba a arreglar mis rizos dorados.

—Es tan inteligente señorita Roxanne, solo usted podría controlar de esa manera al joven George, y al duque…

—Es que quiero mucho a mi familia, y a Katherine, así que quiero que se lleven todos bien.

—Somos tan afortunados de tenerla señorita. Es un pequeño ángel enviado a esta casa.

Yo… también me siento afortunada de haber terminado aquí, después de todo lo que paso… Ya siento que encontré mi lugar junto a todas estas personas. Aún si sólo es todo parte de una línea de ficción escrita por otra persona, ahora es mi realidad. 

Mi querida realidad… 

Siento que mi vida ahora está en perfecta armonía. Pero nunca olvidaré que en el interior sigo siendo Lori.

♦ ♦ ♦

—Roxanne, es momento que te asigne al que será tu escolta y guardaespaldas a partir de ahora. —me llamó la voz firme de mi padre desde su oficina.

Esperaba que fuera lo de siempre, como tomara el té con él, o leer juntos en su oficina. Sabía perfectamente que mi presencia en la habitación lo tranquilizaba, o eso es lo que suele decirme Alexander cuando estaba en sus visitas de trabajo para acompañarme a tomar una taza de té en una pequeña mesita que mi padre instaló para mí.

De todo lo que podía llegar a decirme, no estaba esperando que  me convocara un guardián. Él, quien le encanta mantenerme dentro de los muros de nuestro hogar como si fuese una posesión, me descolocó completamente con su decisión tomada.

—¿Padre ya no puede cuidarme?

—No siempre podré estar contigo, por eso quiero que tengas un caballero a tu lado, quien te protegerá en todo momento, incluso  cuando salgas.

—Yo no quiero salir sin mi padre —suplique con el poder de mi adorabilidad. Provocando que me cargara en sus brazos. Nuestros ojos se encontraron unos minutos, y antes de que me diera una pequeña sonrisa, sabía que estaba satisfecho con mi respuesta.

El hecho de que me pusiera un perro guardián,  hacía que fuese más difícil el poder manejarme con mayor libertad. Tener quien te vigile en todo momento, podría llegar a ver  mis pequeños experimentos y empezar a sospechar sobre mi actitud.

Como si ya no fuese suficiente el hecho de que ya piensen que soy diferente a los demás niños, aunque eso mismo fue lo que me hizo ganar la atención de mi familia, no quiero que otras personas empiecen fijarse demasiado en mi. Ser el centro de atención no es necesariamente bueno.

Roxanne necesita tener un perfil bajo.    

—No siempre estará esa opción, Roxanne. Tu caballero será mis ojos cuando no este contigo, yo sé lo que es mejor para ti, así que debes escucharme. —me dijo con firmeza.

—Está bien, confio en mi padre y lo que decida para mí.

—Bien dicho —me respondió con orgullo mientras sentía su gran mano sobar mi pequeña espalda. Ese cálido y reconfortante gesto, como cuando me llevaba a su cama para que durmiera a su lado. Porque el sentimiento de tener un padre era mejor de lo que había pensado. Cuando pasas tantos años cuidando de ti misma, dejas de imaginar lo que podría ser el cariño paterno.

La soledad es fría, melancólica y carente de afecto, pero con el duque como mi padre, todo se volvió más brillante y hermoso.

—Ronan envió uno de sus mejores discípulos especialmente para ti, está esperándonos en la sala ¿Qué te parece si vamos a conocerlo?

Cuando su mano corrió un mechón de mi cabello delante de mi rostro, me dedicó otra pequeña sonrisa, produciendo que mis pequeños labios se ampliarán de lo animada que estaba. —¡Si! —respondí instantáneamente. Con calma me llevó fuera de la oficina, y en el pasillo nos estaba esperando Katherine. Ella siempre se mantenía con la cabeza baja en presencia de mi padre, quizás él la intimidaba mucho.Bueno, no solo a ella, sino a todos los empleados de la casa.

—Katherine, padre me dará un caballero para que nos proteja. —le confesé con emoción hasta que mi padre habló.

—Solo tiene el deber de cuidarte a ti, Roxanne.

Estaba intentando hacer que Kath se sintiera más cómoda y romper un poco el hielo, pero tú no lo dejas fácil, querido padre…

—Muy bien, mi señorita.

Esa respuesta tan fría me indicó que no tenía que decir nada más. Entonces, acomode mi cabeza contra el hombro de mi padre mientras me llevaba por el largo pasillo hasta las escaleras, que estaban cubiertas por una alfombra roja. Al bajarlas, siempre me hacían sentir como una princesa.

Hasta que parecía haber visto ,al final del camino, un príncipe. Él se veía joven, incluso más que mi padre. Vestía una brillante armadura plateada y una imponente espada a un lado de su cadera. Además, su cabello era blanco y con ligeros rizos, lo que me hizo recordar a un lindo conejito. Sin embargo, sus ojos eran de un color gris turbio, que combinaba con su traje.

Casi no pude ver que Ronan está parado junto a él. Su presencia me había sacado totalmente de mi eje.

—Duque Frederick Augusto Maquielo, le presento a mi discípulo Francis Geyer, yo mismo lo he seleccionado según sus especificaciones para la tarea.

Seguido de manera inmediata a la presentación que Ronan le había dado, vi caer al llamado discípulo sobre una de sus rodillas y con una mano en su pecho, sin dudas estos caballeros se tomaban la etiqueta muy en serio.

—Es un verdadero honor haber sido electo para servirle.

Su voz era tan atractiva como su apariencia, no puedo creer que un muchacho así pudiera ser el caballero experimentado y poderoso que mi padre me hizo entender. Sobre todo porque cuando miro a Ronan, él es un oso al lado de ese corderito.

—Tu trabajo es mantener a salvo a mi hija menor, Roxanne. Estarás a su lado en cada momento del día, y jamás debes desatender tu obligación. Un solo fallo y me lo compensaras con tu vida, caballero.

Mi padre siempre causando buenas impresiones…

Con cuidado, me fue bajando de sus brazos hasta que por fin tuve la libertad de caminar hacía el caballero. Cuando levanté la cabeza, nuestros ojos se encontraron, ese gris se volvió más oscuro aún, era una mirada verdaderamente hipnótica. Pero me las ingenié para poder sonreír.

—Mucho gusto en conocerlo señor Geyer, me llamo Roxanne Firenze Maquielo.

En el momento que hice la suave reverencia estirando mi vestido, él tomó mi mano para darme un pequeño beso en el dorso.

Mi rostro seguramente estaba rojo, no podía creer que lo haya hecho. Sé que es parte de los saludos formales, pero hasta ahora ningún hombre de mi vida me había saludado así…

Es más vergonzoso de lo que podría haber imaginado.

—Juro que la protegeré con mi vida, mi señorita.

En ese instante, sentí el brazo de mi padre alrededor mío para poder alzarme. Sus ojos lo decían todo, no estaba contento con la presentación de Francis. Aunque no era el único, Katherine parecía totalmente impactada por la acción del caballero, como si sus ojos se hubieran vuelto platos. El disgusto de Ronan no se hizo disimular, lo que era difícil de ver, tomando en cuenta que cuando estábamos frente a otras personas siempre tenía una cara de poker.

Será mejor que primero calme a mi padre, antes de que corte su cabeza.

—Perdón señor, pero el único autorizado para besar mi mano es mi padre. Porque yo me casare con él.

El cuento de ¨Me casaré con mi papá cuando crezca¨ le encanta a la gente, hace que las niñas, como yo, nos veamos más tiernas e inocentes ante los demás. Y parece que calma a la fiera que es mi padre.

Para sellar el trato le di un pequeño beso en la mejilla, aunque…

Es tan vergonzoso dar un beso así como recibirlo en mi mano. Aún si es mi padre desde hace ya 4 años, no estoy acostumbrada a esto.

Al menos el duque parece más calmado.

—Me disculpo, no volverá a ocurrir. —Francis volvió a ponerse de pie mientras colocaba las manos en su espalda. Estaba tan derecho y tieso que podría pensar que es una de las estatuas del jardín. He visto pasar muchos caballeros por esta casa que ayudaban a mi padre, y a Ronan, pero todos ellos siempre me trataban con una cálida sonrisa.

Sin dudas, he sabido ganarme a todos, pero este es mi primer encuentro con Francis. Siento que las cosas ya están un poco tensas. Solo espero que podamos entendernos, porque vamos a tener que pasar mucho tiempo juntos.

3 respuestas a “El plan de la villana Roxanne – Capítulo 9: Ahora tengo una sombra más grande”

  1. Padre yandere sobre posesivo, confirmado.
    Hermano tsundere sobre posesivo, confirmado.
    Hermano flufy flufy cariñoso, confirmado.
    Caballero aterrador pero dulce por dentro, confirmado.
    y agregamos caballero guapo y posiblemente incomodo, confirmado.
    PD: Alexander no cuenta ya esta casado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido