¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 52: La inclinación de la balanza

Yulan era un joven amistoso, de naturaleza amable y gentil y con una sonrisa suave, o eso creía la mayoría de la gente. Él mantenía las apariencias lo suficientemente bien como para que incluso Milania, quien conocía al verdadero Yulan, se lo creyera de vez en cuando. Si Milania no hubiera sido el mejor amigo de Klaude, seguramente no sabría de la doble naturaleza de Yulan.

En este momento, Yulan le estaba clavando una mirada desprovista de toda emoción; parecía que su agitación había alcanzado su apogeo. Milania recordaba que Yulan mantenía su fachada un poco más con él en el pasado, aunque eso fue más que nada durante la escuela media.

—Se ha vuelto bastante descuidado últimamente —le dijo a Yulan.

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