El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 208: Reunión (1)

 Traducido por Shisai

Editado por Raine

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Tanya se sorprendió al ver la cara de Dean al principio… pero rápidamente lo ocultó.

—Bienvenida, hija del duque Armelia.

Forcé una sonrisa mientras me inclinaba.

—Es un honor ser invitada.

—… Permíteme presentarme de nuevo. Soy Alfred Dean Tasmeria, el primer príncipe de este país.

Sentía como si estas fueran palabras de despedida. Quizás no lo decía de esa manera, pero así era como me sonaba.

—Soy Iris. Iris Lana Armelia.

Incluso si conocíamos la cara del otro, nos presentamos si fuera la primera vez que hablamos. Y mientras la persona de rango superior no hablase, quien sea inferior no podría decir nada. Y no podrías llamarlos por su nombre, incluso si lo supieras.

Ahora, Dean era de la familia real… y yo, una simple mujer noble.

Nada del pasado importaba ahora.

—Hemos causado un gran inconveniente a la casa y las tierras del duque Armelia. Permítame aprovechar esta oportunidad para disculparme profusamente.

—No lo merecemos, Su Alteza. Mi familia y yo solo hemos cumplido nuestro deber como nobles.

—Tú… no, la casa Armelia está entre los nobles más nobles que conozco.

No estaba muy segura de si quería decir esto como un elogio, pero sonrió. Había sonreído así varias veces hoy, y me hacía doler el corazón.

El silencio cayó entre nosotros.

Era muy diferente al de entonces, cuando había hablado como si nunca hubiera tenido tiempo suficiente.

Ahora, hizo un gesto para que los sirvientes se fueran.

—Tanya, también puedes dejarnos —dije, ya que ella no se había movido.

—Pero… —Ella lo miró y luego a mí, como si no pudiera decidir.

—Estaré bien.

Quizás quedarme sola con Su Alteza no fuera lo mejor, pero ésta no era una habitación cerrada. Estábamos bajo el cielo abierto.

—…Como usted desee.

Ahora, éramos los únicos presentes.

—… ¿Te sorprendiste? —Finalmente habló. Y él sonaba diferente.

—… Sí, sí, lo estaba. Que aparecieras ese día, en ese momento y en ese lugar. Estaba muy sorprendida. —Mientras nadie nos miraba, pudimos dejar un poco las pretensiones. Pero de igual forma, él no dijo nada específico, y también dejé mis palabras vagas. —Aún así, tenía sentido para mí al mismo tiempo. El por qué alguien como tú aparecería frente a alguien como yo.

Sabía más que nadie cuán avanzada era la educación que había recibido Dean. No podría simplemente explicarlo como algo normal para una casa mercante.

Y no me sorprendió demasiado descubrir que él era el primer príncipe. Tenía sentido.

Debe haber venido a observar.

Después de todo, una joven que había sido expulsada de la academia se había convertido en representante feudal. Y apenas se quedaba quieta, había comenzado a hacer todo tipo de cosas.

Él sonrió cuando escuchó mis palabras.

Parecía que mi suposición había sido correcta.

—…¿Cuál es el problema?

Me había estado riendo sin siquiera saberlo.

El príncipe vió este cambio repentino y me preguntó qué era.

—Oh, no es nada. Estaba pensando en algo.

Realmente no fue nada.

… ¿Qué expectativas tenía cuando pidió verme?

Pensándolo de nuevo… me hizo darme cuenta de que nada de eso importaba.

Y no era que lo culpara por nada o que estuviera exasperada.

En primer lugar, no sentí ninguna ira o amargura por el hecho de que había estado ocultando quién era realmente. Después de todo, fui yo quien lo aceptó sin saber la verdad.

En cuanto a que fuera de una familia de comerciantes… A menudo sentía que era extraño. La razón por la que lo acepté a pesar de esto fue porque mi abuelo y madre sabían de él.

… No, eso no está bien.

En algún momento, todo dejó de importarme.

Estaba cerrando los ojos y pensando que no me importaba quién era él, siempre y cuando estuviera cerca.

Había descartado todas las preguntas que alguna vez surgieron.

Y es por eso que no podía culparlo en lo más mínimo.

Todos estos pensamientos habían entrado en mi mente y me había reído.

Me reí porque incluso ahora, seguía siendo su cautiva.

Oh, qué enfermedad tan peligrosa puede ser el amor.

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