Traducido por Selena
Editado por Ayanami
Han Yunxi se asustó. Sin pensarlo dos veces, ¡mordió con saña la mano del enmascarado! Al ver esto, Qingyi y los demás asesinos enmascarados se quedaron mudos. Aunque el maestro admiraba las habilidades con el veneno de Han Yunxi y quería entrenarla en sus filas, ¡sólo estaría cortejando la muerte con sus acciones actuales!
Al maestro le gustaban los que se sometían a él y eran absolutamente obedientes. En medio de las miradas sorprendidas de la multitud, todo pareció congelarse en el tiempo. Continue reading